Topónimo con el que se conoce un antiguo lugar que hoy es recordado además con el nombre de una diminuta calle sin salida, que estaría limitado al norte por Machosidro, al sur por El Ejido, al naciente por el barrio del Cristo y al poniente por El Cuarto.
Se trata de un antro-topónimo que tiene su origen en el apellido del antiguo propietario de las tierras en el siglo XVI Juan Pastrana, estante o residente en el ingenio de Agüimes.
No figura entre los conquistadores ni entre los beneficiados con los repartimientos, si bien por tratarse de tierras del Señorío de Agüimes eran concedidas por el Cabildo Catredalicio, y el Consejo de la isla las ratificaba si el propietario lo solicitaba, no figurando entre los que así lo hicieron a principios de dicho siglo.
No figura entre los conquistadores ni entre los beneficiados con los repartimientos, si bien por tratarse de tierras del Señorío de Agüimes eran concedidas por el Cabildo Catredalicio, y el Consejo de la isla las ratificaba si el propietario lo solicitaba, no figurando entre los que así lo hicieron a principios de dicho siglo.
Pozo (Fedac) |
Son distintas las menciones de estas tierras, primero en un contrato de 16 de noviembre de 1525: «… Martín Alemán, vecino de Gran Canaria, arrienda a Alonso de Matos, de igual vecindad, la mitad de un ingenio de moler caña de azúcar. (…) Le arrienda también, una suerte de tierra de regadío, (…) linda con la tierra de Alonso de Matos, llamada de Pastrana, con la tierra del mismo Alonso de Matos, que fue de Juan Berriel…».
Después cuando su propietario las cede en en contrato de arrendamiento del 8 de enero de 1527, en el que se dice: «… Juan de Pastrana, estante, arrienda a Jerónimo de Ocaña, unas tierras, parte sembrada y parte sin sembrar, con toda el agua que tiene el barranquillo que está en las tierras, con la del “albarco”…».
Después cuando su propietario las cede en en contrato de arrendamiento del 8 de enero de 1527, en el que se dice: «… Juan de Pastrana, estante, arrienda a Jerónimo de Ocaña, unas tierras, parte sembrada y parte sin sembrar, con toda el agua que tiene el barranquillo que está en las tierras, con la del “albarco”…».
Juan Pastrana es propuesto como testigo para el pregón de adjudicación de tierras por el Consejo de la isla, al objeto de resolver la petición formulada el 26 de septiembre de 1543 por Miguel Martín de un pedazo de tierras en el camino de Telde a Gando (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
El primer propietario que consolida el topónimo es el vecino de la villa de Agüimes Juan de Ávila, cuando, en su testamento de 18 de noviembre de 1578, dice ser propietario de una fanega de «Suerte de tierra con parral denominada La Pastrana», así como en compraventas y testamentos, como el otorgado por el propio Juan de Ávila el 18 de noviembre de 1578, ante el escribano público Francisco Díaz: «… Suerte de tierra poco más o menos donde yo tuve el parral que se nombra la Pastrana con los arboles que en ella hay que linda por la parte de arriba con Cercado de Vicente de Tovillejas que también fue de parral, y por parte de abajo Cercado que fue de Gaspar Afonso y sobre media Suerte de agua de la acequia real de la Vega…».
Siglos después sigue apareciendo en documentos, como el testamento otorgado el 8 de marzo de 1774 por el licenciado y presbítero Juan Pérez Mirabal, constituyendo una capellanía colativa de sangre sobre sus bienes entre los que hay un «Cercado de tierra en La Pastrana con gañanía y cerca de tres fanegas», y la compraventa realizada el 8 de abril de 1846 de un «Trozo labradío con una hora y media de reloj de agua cada treinta días del Heredamiento de Aguatona en La Pastrana», entre los sucesores de José Pérez y Manuel Rodríguez.
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