miércoles, 15 de agosto de 2012

REAL, CALLE (TEROR)

El topónimo "Real" se localiza en la isla desde el primer momento de la Conquista, asociado primero al concepto de la Ciudad Real de Las Palmas, después a la Plaza Real, hoy conocida como de Santa Ana, y por último a los Caminos Reales que cuando se consolidan como vias urbanas dentro de las poblaciones son conocidas como Calle Real. Incluso llegó a existir también un Pilar Real.

Este atributo que termina por sustantivarse tiene su origen en el ideario político de los Reyes Católicos, que se distancian deliberadamente del sistema feudal de la nobleza, conformando un nuevo sistema de gobernanza en el territorio reconsquistado en el caso de la Península Ibérica, y conquistado, en Canarias y América.
Mercadillo en 1900 (Da Luz Perestrello - Fedac)
Rompieron con el formato establecido con anterioridad iniciado cuando Enrique III cedió a los poseedores del señorío de las islas, y así Juan de Bethencourt obtiene el de Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro en 1402, aunque tuviera que reconocerse vasallo del Rey, para que después su sobrino lo traspasara al Conde de Niebla en 1418. Dos años después es Juan II quien otorga la conquista de Gran Canaria, Tenerife y La Gomera a Alfonso de las Casas, para que su sucesor Guillén de las Casas en 1430 al adquirir los derechos del Conde de Niebla, agrega para él y sus sucesores el señorío de todas las islas.

«Esta situación  se alteró con la llegada al trono de los Reyes Católicos, al reclamar éstos los derechos de conquista de las islas insumisas. Tal pretensión chocaba con los intereses de los titulares del señorío, Diego de Herrera y doña Inés Peraza, por lo que se sucedieron una serie de alegatos y pesquisas. El resultado de los mismos fue la confirmación de la posesión de Lanzarote, Fuerteventura, El Hierro y La Gomera -ésta última conquistada en 1447- por parte de dichos señores y de su derecho a la conquista de las restantes islas, aunque se reconocía que los reyes podían asumir ésta mediante la oportuna compensación. Adoptado este criterio, la conquista y colonización de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, quedaron reservadas a la Corona » (AZNAR VALLEJO, E.: La Integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla (1478-1520), Madrid, 1983).
Vista norte en 1893 (Norman Carl - Fedac)
Al ser la isla de Gran Canaria la primera isla de "realengo", es aquí donde implantan el nuevo modelo conforme a su ideario político. La Ciudad Real es concebida como una "ciudad de los hombres libres", desplazando el concepto feudal de súbditos, y las defensas de la Ciudad son distintas a los castillos medievales.

La plaza mayor de la Ciudad pasa a ser la Plaza Real, de formato rectangular y en su perímetro se asentarán las instituciones civiles y religiosas que llevan el gobierno de la isla: ayuntamiento y regimiento, audiencia, cabildo catedralicio y catedral.
Vista sur en 1893 (Norman Carl - Fedac)
Los caminos se dominan Reales, pues son construidos por el Ayuntamiento único con los recursos Propios concedidos por la Corona con un formato de empedrado ya diseñado; por tanto de propiedad pública de la Corona, que aprueba ordenanzas para su uso, protección y mantenimiento. Cuando surgen las primeras villas, el Camino Real progresivamente es llamado Calle Real, como es ésta, como muchas de las que existieron en todas las entonces villas y lugares de la isla, el eje viario desde el cual crecerá todo el tejido urbano.

Esta de la villa de Teror, es una de las escasas calles de las villas y pueblos del interior de la isla que conserva la fisonomía que debió de tener en los primeros siglos después de la Conquista, si bien algunas de las antiguas viviendas fueron sustituidas por otras al amparo de la bonanza económica y con las influencias de su época. Resulta interesante para saber cómo fueron construidas las viviendas en el Antiguo Régimen.
Vista norte (nortegrancanaria-com)
La calle Real con su anexo inseparable de plaza de Nuestra Señora del Pino, conforma el Centro Histórico de Teror, constituyendo uno de los patrimonios culturales más importantes de Canarias, con una entidad religiosa y social que ha quedado impregnada en sus calles, casas, plazas y monumentos. Sería en abril de 1979 cuanto todo este entorno sería declarado Conjunto Histórico-Artístico, para protegerlo, conservarlo y evitar su desaparición.

Si bien los primeros asentamientos de Teror se localizan en el poblado aborigen de Guanchía y los escasos indicios castellanos de San Matías, será aquí donde en los primeros años del siglo XVI comenzará a crecer la Villa junto a la primigenia ermita de la Virgen. Las edificaciones más antiguas que se conservan pertenecen al siglo XVII y su época de esplendor fue principalmente el siglo XVIII cuando Teror se convierte en un gran centro cerealero, auténtico tesoro de esos tiempos en que el desabastecimiento desencadenó hambrunas y muchos motines de subsistencia en la isla.


Vista sur (euqirneto-blogspot)
Pero sus moradores no son exclusivamente la clase privilegiada: regidores, milicias y clero. Hay también pequeños hacendados, pequeños cultivadores y tenderos. Son los diversos estilos de vida que se daban en la antigua sociedad, los moradores de los diferentes tipos de viviendas en su arquitectura exterior e interior. Las diferencias las marcan, por un lado, causas socio-económicas, que provocan viviendas más ricas, llamadas de arquitectura culta o señorial, y viviendas más pobres y modestas, sobre todo en lo que respecta a su decoración, llamadas de arquitectura popular.

Convergen también causas medioambientales o físicas que provocan las diferencias entre la arquitectura urbana o viviendas de ciudad y la arquitectura rural o viviendas de campo. La especial ubicación del casco histórico, rodeado de montañas, definen micro-climas extremos en invierno y en verano; hombres y mujeres tienen que adecuar su morada a estas circunstancias climáticas singulares.

Las casas se construyen con piedras, barro, cal y madera. Se colocaban las piedras sin labrar unas sobre otras formando los muros de "carga", unidas con mortero de cal o barro y con pequeñas piedras o ripios en los huecos que quedaban entre ellas, utilizando incluso trozos de  tejas, para darle consistencia y que la estructura se mantuviera para soportar las techumbres. Primero fueron casas de una sola planta, después ganaron una altura sin la pérdida del estilo arquitectónico.
Balcón (rosagrancan-blogspot)
Cuando económicamente se podía, muchos son los casos, la piedra "vista" lucía con esplendor, utilizándose piedra labrada, para esquinas, pavimentos o marcos de puertas y ventanas. La «piedra azul» de las canteras de Arucas era muy apreciada para estos trabajos, pero aquí la más usada es la conocida «piedra de Teror», cantería de tonos ocráceos que van del rojo al amarillo.

La cal y el  barro era el antiguo "cemento" empleado como mortero. La cal mezclada con la tierra se empleó en cubiertas de torta para impermeabilizar el tejado a "dos aguas" y después la techumbre plana, sobre los grandes palos de tea; o para encalar las paredes de las viviendas para revestirlas. En el campo el barro se usó para realizar pavimentos de tierra apisonada o paramentos al mezclarla con excrementos de vaca.


Balcones (callego-es)
La madera se empleaba fundamentalmente para hacer los techos, escaleras, puertas, ventanas, balcones y el mobiliario. La del viejo pino canario era muy apreciada y utilizada, del que se obtenía la apreciada "tea" como madera muy resistente. Por su elevado coste, se daba más en casas de propietarios pudientes y viviendas señoriales, que en las de humildes campesinos.

El balcón canario ha sufrido evoluciones a lo largo de la historia, fruto de los diferentes estilos y los numerosos gustos personales. En las calles de Teror se encuentran balcones de antepecho de cojinetes sin decorar, en un principio, y balaustres cuadrados o torneados.

Romería del Pino (lavozdetenerife)
Las tejas se hacían con una mezcla de barro, paja y arena de barranco que, después de moldearla, se guisaba en el horno. Generalmente, tras hacer esta mezcla, a la pasta resultante se le daba forma con el muslo, de ahí su forma curvada. Luego para endurecerlas se introducían en el horno, también hecho de manera artesanal.

La calle Real es la historia viva de generaciones pasadas, y particularmente esta de Teror que conforma un auténtico catálogo de la arquitectura doméstica de la isla con modelos de diferentes siglos.Una vez al año la calle Real se convierte en la calle de todos los rincones de las islas.

Localización (Google earth)

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