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viernes, 2 de septiembre de 2016

PINEDA (GÁLDAR)

Topónimo con el que es conocido el lugar situado en la Vega de Abajo que encontramos en los altos del Andén Largo y de Los Desriscaderos de los escarpes septentrionales del Barranco Hondo, a al sur del Barranquillo y Hoya de las Monjas, y entre el Lomo del Pico a su naciente y El Tajisnaltal a su poniente, inmerso en un territorio rural en el que se cultivaban en siglos pasados los cereales.

Vista (Nacho Moxica)
Tiene su origen en los sucesores de una de las capellanías fundadas por el presbítero y beneficiado de la Parroquia de la Concepción de Agaete Andrés Felipe Ramos y Arias, tal como más adelante veremos, que si bien no tiene otros encantos que el paisaje del lugar y como anfiteatro natural del Valle de Agaete, nos permite conocer los orígenes de la toponimia en su entorno, y profundizar en los hábitos y estilos de la vida que se daban en la cultura del Antiguo Régimen de la Propiedad a través de la figura de un párroco que cultivó y cuidó las prácticas endogámicas de la sociedad de Gáldar y Guía en los siglos XVII y XVIII.

La más antigua referencia biográfica que tenemos de Andrés Felipe Ramos, de quien todo parece indicar que “Felipe” es apellido, la encuentra nuestra fuente bibliográfica en el Archivo de la Parroquia de Guía, Libro de bautismos, IV, 1670-1690, ff. 169 r. referida al asiento del correspondiente a la niña bautizada como Luisa, que lo fue el 12 de julio de 1689 con licencia por don Feliz Espino Peloz, actuando de padrino el Clérigo subdiácono don Andrés Felipe. Firmó la partida el presbítero.

Luisa es hija del matrimonio formado por el Capitán del Regimiento de Infantería de Guía Francisco Melián Hernández con su segunda mujer Andrea Hernández Rodríguez. En primeras nupcias estuvo casado con Luisa Felipe que falleció el 12 de junio de 1687 (CRUZ Y SAAVEDRA A.J., 2008, p. 53). Deducimos del nombre de su primera mujer, que pudiera tener parentesco de sangre con Andrés Felipe Ramos, y de aquí que supongamos adverar el apellido “Felipe”. En este capitán concurre también que será Síndico del franciscano Convento de San Antonio de Padua de la villa de Gáldar.

Ortofoto (Google Earth)
Entendamos el poder mediático que la misma fuente bibliográfica otorga al cargo de Síndico del Convento para entender de la importancia y notoriedad social que el mismo representaba, convento al que estará muy vinculado el pb. Andrés Felipe Ramos.

«La figura del síndico en los conventos franciscanos era primordial. Su nombramiento corría por cuenta de los Padres Guardianes, bastando con su linaje, su posición social y el respaldo de su fortuna. El cargo tenía carácter laico o eclesiástico y ajeno por completo a la Orden, aunque sujeto al rango y a la ocupación que desempeñaba en sus localidades respectivas. Fue un puesto habitualmente apetecido y los más solícitos en ostentar dicho honor fueron los vecinos de la villa de Guía y en especial los mandos del Regimiento de Infantería y Granaderos, ya que aseguraban su prestigio social y espiritual, además de una ventana abierta hacia la eternidad. En su nombre administraban los recursos de la congregación, librándolos de esta manera de tan pesada carga, ocupando así su tiempo al estudio y al trabajo manual, a su huerta y a las obligaciones evangélicas y pastorales, conservando en la práctica la pobreza.

[…] El primer síndico fue el vecino de Gáldar don Jerónimo de Pineda, a la sazón también de los monasterios de la Orden Franciscana en Canarias y Regidor de Gran Canaria. Casó con doña María de Betancurt, hija legítima de Maciot de Bethencourt y Bracamonte y de doña Luisa Guanarteme de Bethencourt, antes del bautismo Infanta Tenesoya Vidina» (CRUZ Y SAAVEDRA A.J., 2008, p. 40).

El último párrafo nos aproxima a la sociedad que nuestro presbítero elige como referentes, donde los apellidos Melián, Bethencourt, León, Hernández o Fernández, Pineda, Quintana, Verde, Aguilar, Carvajal, Guzmán y Guanarteme, Grimón, Roxas, Rodríguez Orihuela, etc., componen la élite de los arribados, los primeros procedentes de Lanzarote y los restantes de los reinos de Castilla y Aragón, unos como conquistadores y otros como colonos pobladores, eligiendo de consortes a las descendientes de la gran nobleza aborigen, formando así una sociedad endogámica. Unos fijando su estancia en Guía y alcanzando la independencia jurisdiccional de Gáldar, aunque algunos habían ostentado el cargo de Alcalde “de sueldo” de Gáldar, y otros estantes en esta última; y de los primeros, aquellos que son mandos del Regimiento de Guía, opositarán por su prestigio y respaldo económico para ser Síndicos del convento franciscano, con asiento de preferencia en la ermita del convento.

El anfiteatro del Valle de Agaete (Nacho Moxica)
Representan así en esta moneda social, el reverso de la cara del voto de pobreza de los franciscanos, la opulencia económica y privilegiada, por la que también optó nuestro presbítero Andrés Felipe Ramos y Arias, de quien desconocemos sus ancestros. Si conocemos de su ejercicio de beneficiado de la parroquia de la Concepción en Agaete.

«A.P.V.A., LIBRO DE INVENTARIOS Y CUENTAS DE FÁBRICA, II, 1680-1755, f. 86 r y ss. Dn Andrés Felipe Ramos era cura y maymo de ésta parroquia. En este cargo fue elegido el 20 de agosto de 1695 por el Ldo Dn Marcos de Orellana. Además, fue benefactor del convento franciscano de Sn Antonio Padua de la Villa de Gáldar. Allí reformó la capilla de la advocación de Sn Miguel y se mandó sepultar. El inventario fue levantado por el sacristán Dn Francisco de Armas» (CRUZ Y SAAVEDRA A. J., 1997, p. 215).

Durante este tiempo en Agaete, no se olvidó de los suyos y de sus orígenes, y los tiene presentes para favorecerlos con algún trabajo:

«En la capilla mayor se cita un “cuadro grande de Ntra. Sra. de la Concepción y los Desposorios”. La orfebrería muy bien pudo encargarse en el taller de Guía. El primer oficial de platero del que tenemos noticias, un tal Juan Felipe, lo conocemos por los encargos que hizo le Dn Andrés Felipe Ramos» (CRUZ Y SAAVEDRA A. J., 1997, p. 214 n. 30).

Lomo del Pico (Google Earth)
También se preocupó en este tiempo por acrecentar su patrimonio, que suponemos lo hacía con su peculio por sus beneficios eclesiásticos al frente de la parroquia:

«Lugar de la Gaete, 1687, mayo, 16. Tributos y propiedades que a tenido y tiene la fabrica de la yglesia Parroquial de Nra Señora de la Concepon de la Gaete. […] No 12. Tiene esta Parrochial en la Culata de Arriba un Barranquillo llamado de Juan Gomes —este estaua plantado de higueras y constaua tambien de tierra calma y vease el folio 90 de este libro.

Tambien si en algun tiempo se mobiere por el capellan de la capellania grande que fundo Don Andres Phelipe ramos algun (ilegible) o pretension— pretendiendo algun derecho sea de la informacion q de orden del Sr Visitador Probisor y bicario general Dr Stanislao de Lugo y Viña se mando (ilegible) para probarla con prisa su si es ante de la capellania en donde se hallaua todo Vinculado y con los linderos q deuan ser por los testigos q fueron llamados —Año 1763— Notario Dn Ignacio Joseph Sardo» (CRUZ Y SAAVEDRA A. J., 1997, p. 212).

Esta sociedad si en algo se caracterizó fue por aprovechar los fueros de entonces y vincular jurídicamente sus patrimonios o bienes, para hacer culto a la endogamia, constituyendo capellanías y nombrando sucesores a sus descendientes preferidos, en ocasiones para proteger su vanidad a cambio del pago de unas misas en su memoria necrológica. Y en el caso del presbítero Andrés Felipe Ramos, la mayor investigación sobre el Antiguo Régimen lo identifica como un caso particular, en el que se cumplió su conclusión "Entre los motivos o causas que llevan a esta proliferación de vínculos o mayorazgos sin licencia real tenemos la falta de hijos o de sucesión directa", a partir de las siguientes premisas:

«La tendencia a fundar vínculos suele comprender a varios miembros de una misma familia, hecho éste que facilita la acumulación por extinción biológica de los linajes. Si repasamos la relación de fundaciones podemos comprobar cómo la familia Bravo de Laguna funda 5 vínculos, los Cabrejas 7, los Castillo 6, los Trujillo Osorio 4, los Manrique 3, los Falcón 3, etc.

A esto hemos de añadir que un mismo fundador puede instituir varios vínculos (4 don José Álvarez Castro, 3 don Andrés Felipe Ramos, 2 don José Antonio Cabrejas) y que otros miembros de la familia también pueden optar por la fundación de patronatos» (SUÁREZ GRIMÓN, 1987, p. 908).

Panorámica  de la Hoya de Abajo (Nacho Moxica)
El presbítero Andrés Felipe Ramos vincula bienes con una extensión de 161 fanegadas, con una tasación 324.150 reales de vellón, cuyo detalle nos ofrece la misma fuente (SUÁREZ GRIMÓN, 1987, Apéndice dctal p. 101):

En escritura 29 de noviembre de 1712 vincula distintos bienes en Gáldar: 3 fgs. 2cls. del Cercado de tierra denominada "La Encarnación" con 4 piezas de agua del Hto. de la Vega de Gáldar; 154 fgs. 4 cls. de un Cortijo de tierras labradías y "arrifes" con agua, en los Andenes de Justa Hernández; y una casa. Y en Guía: 3 fgs. y 10 cls. de una Suerte de tierra labradía y erial con 2 piezas de agua del Hto. del Palmital, en el LLano de las Parras. Nombra sucesor a Diego Grimón Rojas, sobrino y su descendencia con preferencia del mayor al menor y del varón a la hembra. Otros llamamientos y si se extinguiesen se fundaría una capellanía.

En la primera escritura de 5 de junio de 1730, vincula los siguientes bienes en Gáldar: 26  fgs. y 3 cls. de un Cortijo de tierras de "secano" en el Pico; y en Agaete: 3  fgs. y 3 cls. de Tierras en la Madre del Agua del Valle de Agaete con 1 día y medio de agua del Hto. de la Madre del Agua; y 9  fgs. y 6 cls. de Tierras labradías en el Cortijo del Sauz, nombrando sucesores a la familia Pineda, que da origen al topónimo del que hablamos. Es el Cortijo en el Pico, el que nos identifica el Lomo del Pico, al naciente del actual lugar del topónimo de Pineda, la misma familia del vínculo de Hoya de Pineda.

Y en la segunda escritura del mismo día 5 de junio de 1730, vincula su casa en Guía y 15  fgs. de una Suerte de tierra labradía en los LLanos de Agaete, nombrando sucesoras a sus sobrinas Josefa, Gabriela, Teresa y Antonia Grimón Rojas.

Y de las obligaciones impuestas a sus sucesores en tales bienes vinculados, su imposición fue:

«Por su parte, el cura beneficiado del lugar de Lagaete Andrés Felipe Ramos y Arias, fundaba el 5 de junio de 1730, una capellanía a de una misa rezada a decir perpetuamente todos los lunes de cada semana por las Ánimas más solas del Purgatorio» (CRUZ Y SAAVEDRA A. , 2013, p. 8).

Y como muchos entonces, quería ser enterrado en lugar digno, allí donde estaban los de la clase privilegiada a la que tanto cuidaba y admiraba, aunque ello le supusiera un elevado coste económico para su pecunio, pero si ello venía impuesto por un respetable capitán y síndico Fernando Verde de Aguilar y Guanarteme no cabía regatear el precio.

«La capilla del Arcángel San Miguel ocupó lugar en la parte del evangelio, en los aledaños del púlpito y la puerta que conducía al claustro, la llamada del Aire. Lo cierto es que no fue construida por expreso deseo del beneficiado y mayordomo de la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de Agaete, el Licenciado Andrés Felipe Ramos y Arias, como así pudiera desprenderse de su testamento de 5 de junio de 1730» (CRUZ Y SAAVEDRA A. , 2013, p. 11).

Este desmentido lo hace basado en el cumplimiento del compromiso adquirido cuando se le dio en patronato, que documenta la fuente añadiendo en su nota a pie de página nº 39:

«AHPLP. Sección conventos, legajo 42, expediente 1, ff. 15-17. Escribano: Pedro Alonso de Medina. El beneficiado Andrés Felipe Ramos y Arias se comprometió con el síndico a pagar 900 reales, firmando la dotación de la capilla el 28 de enero de 1728, las patentes el día 31, la fiesta el 1 de febrero y el pago de las patentes el 10 de agosto».
 
Y no debe ponerse en duda, que incluso pensó en una fórmula más adecuada en lo económico, pero no era lo mismo yacer sólo en una ermita sin renombre, que hacerlo en un lugar significado como el Convento rodeado de tanto apellido ilustre:

«Andrés Felipe Ramos y Arias había comprado una casa en la plaza de Guía, frente a la capilla de San José, con el fin de fabricar allí una ermita al Señor San Miguel» (IBÍDEM, p. 12).

Vista (Nacho Moxica)
Conozcamos la nómina de los restos que yacían con él en la capilla del Arcángel San Miguel:

«En esta capilla se inhumó Juan de León el conquistador, el Beneficiado del Lugar de Agaete Andrés Felipe Ramos y Arias, Antonio Mendoza, Miguel Grimón y Roxas, Catalina López de Orduña y Cabrexas, Cristóbal Rodríguez de Orihuela, María Ruiz Perdomo, Fernando Sánchez, Isabel González y Beatriz Cordera (IBÍDEM, p.13).

La capilla al Arcángel de San Miguel, fundada y mandada a levantar por el conquistador Juan de León el 3 de septiembre de 1523, casado con Luisa Sánchez de Morales, como en otros muchos casos, precisó ser restaurada

«por su deterioro y dejación de sus herederos, fue cedida en patronazgo al Licenciado y Venerable Beneficiado de la Villa de Agaete Don Andrés Felipe Ramos y Arias a quién, reunida la congregación franciscana al tañer de las campanas, se le entregaron las patentes el 28 de enero de 1728. Fue también capellán su sobrino Don Miguel Grimón y Roxas que, como su tío, fue enterrado en ella el 31 de diciembre de 1742. Con el tiempo pasó a denominarse de Ánimas, sin duda porque los descendientes dejaron de cumplir con las patentes dadas en su momento en el recinto conventual» (CRUZ Y SAAVEDRA A.J., 2000, p. 25).

Tiempo después, los bienes vinculados del presbítero Andrés Felipe Ramos y Arias, por los sucesivos sucesores se acumularon al Mayorazgo de la Casa de Pineda, al igual que los de Luis León Afonso, Bernardino Quintana y Maria Pineda, cuyo último sucesor fue Agustín Pineda Valdés.

Y los bienes dejados a sus sobrinas se acumularon en la Casa de Moreo del Castillo Muxica y Benitez Rojas, al igual que los vínculos de Blanca Moreo Castillo, Juan Bautista Espino, Amador Espino Acedo y José Rodríguez Castrillo, cuyos últimos poseedores y sucesores fueron Germán Muxica Aguilar vecino de Arucas y Andrés Bethencourt Muxica vecino de Lanzarote.

Entre los sucesores, también sobrinos, se conoce de dos eclesiásticos, capellanes y presbíteros respectivamente: Antonio Grimón y Roxas y Nicolás Grimón y Roxas.
 
Taginaste blanco (floradecanarias-com)
Refiriéndonos a los topónimos próximos del lugar, los antes mencionados Barranquillo y Hoya de las Monjas, creemos que tienen su origen en las tierras que pertenecieron por donación a las monjas Bernardas, del Convento de San Bernardo de Las Palmas: Terrenos en Faracas 8f. 6cls. rematados el 10 de octubre de 1842, escriturados el 18 de julio de 1843, tasados en 6.487 y vendidos por 31.100 reales de vellón al capitán de Guía Felipe Valdés, que puede guardar relación con el antes mencionado Agustín Pineda Valdés. Debiera entenderse que están en Facarcas o Facaracas, topónimo aborigen con el que era conocido en tiempos de la conquista todo el territorio entre el barranco homónimo, en la actualidad Barranco Hondo, hasta algo más allá de las Rehoyas de Fagagesto.

Otros topónimos son más descriptivos. Así tenemos El Tajinastal haciendo referencia a la antigua presencia de taginaste blanco (Echium decaisnei), endemismo canario que se encuentra representado en la isla de Gran Canaria. El mencionado Andén Largo, que pudiera ser el mencionado en la primera capellanía como Andenes de Justa Hernández; y Los Desriscaderos describen la peligrosidad de los escarpes y cuevas volcánicas del Barranco Hondo.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 12 de agosto de 2016

VEGA, BARRANCO DE Y HOYA DE LA (GÁLDAR)

Topónimos que localizamos en las vertientes de poniente de Pico Viento y el Llano de la Cebada, confundiéndose ambos en su espacio geográfico dado el eje primario lo es el barranco y la amplitud de sus escorrentías laterales por la erosión natural en la formación geológica de esta parte de la isla dio a lugar un apartado y escondido lugar. Si bien el barranco mantiene el topónimo original, la Hoya ha sufrido la corrupción con la adición del “artículo determinado”, que induce a creer que el topónimo es dependiente de la Vega de Gáldar, cuando su origen es antropónimo, y en el apellido “De Vega” desde la arribada del conquistador Pedro de Vega, cuya saga terminará emparentándose con los descendientes de los Guanartemes.

Una mejor comprensión de su situación la alcanzamos desde la referencia de la Carretera de Las Cruces a Saucillo (GC-220), dado que a la altura del lugar de Las Minas, el Barranco de la Hoya de Vega tributa sus aguas al Barranco de Agazaga o de Campito, que cruza bajo la anterior carretera aproximadamente en el punto kilométrico 3,5 en una curva para salvar la vaguada y desde donde puede verse al fondo el inicio de la Hoya.
 
Detalle de panorámica (lospasosquedejamosatras.blogspot-com)
Una antigua referencia del topónimo la tenemos en el descripción que se hace de la Dehesa del Prado de Pico Viento, por los deslindes de baldíos y realengos efectuados como consecuencia de la Real Cédula de 22 de agosto de 1705, que nos remite a numeros topónimos de su entorno.

«III.-TIERRAS DE PICO VIENTO
Por la parte que pertenece a Guía y Agaete linda con el Lomito de los Carniceros que mira a la "Joya" de las Escribanas, laderilla adelante a dar encima de un Caiderillo que está debajo de la Cueva del Poleo, el Barranquillo arriba a dar a una Degolladita del Camino de la Carrera, cogiendo por la Barranquera abajo a dar a la "Joya" de Vega, todo el Barranquillo abajo cogiendo un Barranquito arriba que sale a la Corona que dicen de Pico de Viento, cogiendo de dicha Corona a una "Joyeta" abajo a dar a un Barranquito, todo el Barranquito abajo cogiendo una cordillerita adelante a dar a un Lomito que dicen de los Carniceros. Por la parte de Gáldar linda desde la Cueva de la "Joya" de Vega, el Barranco abajo, a dar a la Mina de Samarrita, a la Mina del Chorrito, lindando con tierras del Maestro de Campo Cabrejas y don Juan Cabrejas, las veredas de las minas adelante al Lomo del Toscal, vereda adelante a dar a Peña amarilla de la Fuente a la boca de la mina y tierras de don Juan Antonio de Rojas, Barranquillo arriba a dar al morro· del corral viejo donde están unos barbusanos, cogiendo la cordillera adelante a dar encima del morro del Tomadero, cogiendo un espigoncito abajo a dar a la Gambuesa de las Yeguas, la cordillera adelante a dar con tierras de don Diego Pineda, llegando a la Cancelilla que dicen de Pico Viento, la cordillera adelante lindando con tierras de Esteban González a dar al primer lindero donde comenzaba Guía.
Por la parte de Gáldar linda desde la Cueva de la "Joya" de Vega, el Barranco abajo, a dar a la Mina de Samarrita, a la Mina del Chorrito, lindando con tierras del Maestro de Campo Cabrejas y don Juan Cabrejas, las veredas de las minas adelante al Lomo del Toscal, vereda adelante a dar a Peña amarilla de la Fuente a la boca de la mina y tierras de don Juan Antonio de Rojas, Barranquillo arriba a dar al morro del corral viejo donde están unos barbusanos, cogiendo la cordillera adelante a dar encima del morro del Tomadero, cogiendo un espigoncito abajo a dar a la Gambuesa de las Yeguas, en la cordillera adelante a dar con tierras de don Diego Pineda, llegando a la Cancelilla que dicen de Pico Viento, la cordillera adelante lindando con tierras de Esteban González a dar al primer lindero donde comenzaba Guía. » (SUÁREZ GRIMÓN, 1978, p. 267).
Pero además de los distintos topónimos que nos aporta esta descripción, resaltamos para el estudio de este topónimo, que la “Joya de Vega” es el epicentro de los intereses en el reparto que después se hará de esta Dehesa entre los ayuntamientos de Gáldar y Guía principalmente -también algo de tierras correspondieron a Agaete-, cuando la línea divisoria actual entre Gáldar y Guía está mucho más hacia naciente, por allá del Lomo de Los Silos, concretamente en La Degollada, junto a El Cabezo de la Montaña de Guía, allí donde se iniciaban dos distintos caminos Reales, uno hacia Gáldar y otro hacia Guía, que emegen de las luchas de los poderes económicos de las familias de los Carvajal y de los Pineda.
 
Vista descendente (Google Earth)
Pero además de esta controversia de los territorios, nos describe unas tierras con abundancia de afloramientos de agua cuando menciona minas, fuentes y tomaderos, panorámica muy distinta del dominante árido cardonal actual.

Conozcamos ahora algo más de Pedro de Vega, quien aparece entre los vecinos de Gáldar (conquistadores, pobladores y canarios aborígenes) otorgantes de amplio poder a favor de Francisco Jáimez de Sotomayor, hijo del alférez mayor de la conquista Alonso Jáimez de Sotomayor, ante el escribano público el 24 de octubre de 1526, para pleitear la decisión del gobernador de la Isla y su justicia mayor, Martín Fernández Cerón, de crear una alcaldía real para la localidad de Guía, que hasta entonces era parte del término de Gáldar. Recurrida formalmente, fue primero revocada la decisión, pero la presión del “poderoso grupo guiense”, en otro histórico pleito este por políticas de jurisdicciones y territorios, que al final se consolidó con el nombramiento de su primer alcalde de Fernando Alonso de la Guardia.

«Pedro el Rey, o de Vega, fue conquistador de Gran Canaria, donde casó con la indígena Catalina Hernández y fueron padres de Luis de Vega» (BONNET SUÁREZ, 1960, p. 119) y lo encontramos al lado de doña Catalina de Guzmán, la infanta Masequera antes de ser bautizada, de Luisa de Betancor o Guanarteme, antes Tenesoya Vidina, hermana de Autindana, de los Betancor o Bethencourt, Pineda, Soria o Quintana, Aguilar, Trejo Carvajal, Arjona, Miranda, Rodríguez de Orihuela, Mayorga etc. y sumando a su hijo a esta personación histórica para la Villa de Gáldar:

«Luis de Vega fue hijo del anteriormente citado Pedro de Vega (el Rey). Casó con Leonor de Quintana y procrearon a Juan de Vega, prior de la Catedral de Canarias, a Antonio de Vega, racionero de la misma iglesia, y a Pedro de Vega y Quintana» (IBÍDEM, p. 120).

Leonor de Quintana es hija del conquistador Juan de Quintana o de Soria y de la canaria Maria de González (CEBRIÁN LATASA, 2003, p. 394), de la que se debate su ascendencia. También estuvo casado con la hija de Pantaleón Palomar y la portuguesa Maria Alvares, y nieta por consiguiente de Francisco Palomar “el Viejo”:

«Antonia Palomar, que estuvo casada con Luis de Vega, así como de dos hijos de estos últimos, Luis y Catalina de Vega, que ambos probaron ante la Inquisición de Canarias su limpieza de sangre, en 1575 y 1576, respectivamente, para obtener familiaturas del Santo Oficio, tanto Luis como Diego Flores de San Juan, marido de su hermana» (ROSA OLIVERA, 1972, p. 115).

Los homónimos antes nombrados Luis de Vega, padre e hijo, acreditaron su buena posición económica y a ambos los encontramos comprando esclavos negros. El padre conocido por “el Viejo” compró a una esclava negra de 18 años llamada María en 1529 y el hijo conocido por “el Mozo”, un varón negro de 30 años llamado Simón en 1575 (LOBO CABRERA, 1982). También localizamos al abuelo Pedro “el Rey” haciendo negocios con los productos de sus tierras

«El morisco Bartolomé de Lugo pagaba tres botas de vino a Pedro de Vega, residente en Gáldar, en 1.500 maravedís, 6’5 fanegas de cebada, 2 de trigo y en el servicio de ensarmentarle un parral, haciendo los “engavilles” y amarrándolos» (LOBO CABRERA, 1983, p. 89 ).
 
Vista ascendente (Google Earth)
De los vínculos de la familia galdense De Vega con la nobleza aborigen obtenemos mayor información genealógica razonada:

«De los hijos habidos con Catalina Fernández Guanarteme y de sus tres matrimonios hay evidencias para creer que estuvieron vinculados entre sí por lazos de consanguinidad por línea materna. Así se explica que en el protocolo viejo nº 4 de Guía aparezca Luis de Vega, hermano de Pantaleón, hijo de Luis de Vega “el viejo” (y nieto de Pedro de Vega el rey y de Catalina Fernández Guanarteme) como tutor de Antonio, Fernando, Rodrigo, María Mayor e Isabel, hijos de Fernando Domínguez y de Sebastiana Mayor que no es otra que la Sebastiana Mayor que cita el testamento de Catalina Fernández Guanarteme como su hija.

El que un Vega ejerza la tutoría de los hijos de Bastiana tras la muerte temprana de esta puede ser efectivamente una evidencia para sostener que, a pesar de que nos los cita en el testamento, existían lazos familiares muy estrechos entre ellos. Al sostener que Bastiana es la hija mayor de Catalina, habida de su primer matrimonio con Pedro de Vega, el rey, nosotros conjeturamos que fue su hermano Luis de Vega el viejo (el continuador de la estirpe pues su hermano Juan hace carrera religiosa) y no su sobrino homónimo quien en realidad se hizo cargo de sus hijos tras su muerte.

Es probable que tras el repudio de su primer marido, Catalina haya abandonado el hogar familiar acompañada de Bastiana, su hija mayor. Por no sabemos qué oscuras razones, Catalina no quiso reconocer en su testamento a los hijos varones habidos con Pedro el Rey los cuales  no quedaron bajo su tutela» (HERNÁNDEZ BAUTISTA of GARCÍA TORRES, 2013).
 
Barranco de Agazaga, aguas arriba Barranco de Vega (Google Earth)

Estos lazos nos acercan a la titularidad de esta tierras a favor de los De Vega, del antrotopónimo en la transición entre la Villa de Gáldar y las tierras de Artazo que ocuparon los descendientes de canarios en la medida que fueron hostigados por los colonos pobladores de las tierras bajas, ascendiendo hacia las tierras de los pastos de la Dehesa del Prado de Pico viento y el “lugar de plantaciones” de Artazo (REYES GARCÍA, 2011, 'artaço').

Las generaciones siguientes de los De Vega en la villa de Gáldar hasta el siglo XVII, van a tener en los libros de bautismos padrinazgos muy distinguidos de las familias que ocupaban los primeros bancos de la Iglesia del Señor Santiago.

Este lugar es transitado por senderistas y caminantes que siguen el curso del Canal de la Presa de los Pérez, que se convierte así en un auténtico paseo en un territorio rural alejado del mundo urbanizado que guarda en sus entrañas historias vividas en los siglos inmediatos a la conquista de la isla relacionadas con la sociedad galdense. Arriba estaba el pasto y la cebada que daban sustento a multitud de familias cuyos nobles ancestros vivieron el paso de la prehistoria a la historia.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 29 de julio de 2016

MAYORGA, BARRANCO DE (GÁLDAR)

El barranco nace en la Hoya de los Cardos, al pie del Lomo de la Almagra, junto a Cercado de Bastiana, atravesando Artazo y recibiendo las aguas de sus tributarios el Barranco de Artazo y el Barranquillo de los Peralillos, para llegar junto al Roque Maninidra donde acaba aportando sus aguas al Barranquillo de Bracamonte para llevarlas hasta el Barranco de Agaete, a la altura de la Casa Romántica.

Está documentado que las tierras de estos lugares fueron repartidas a partir del segundo cuarto del s. XVI, el topónimo creemos se debe a los descendientes del regidor y conquistador Juan Mayorga, quien conociéndose que estableció su residencia en Gáldar, había recibido otras tierras a finales del siglo anterior en el entorno entre San Lorenzo y Tenoya.

 «Según el libro de Repartimientos, en 13 de julio de 1485 se repartió el Valle de Tenoya desde la acequia vieja a la parte de la Villa del Real […] “Juan de Mayorga, Regidor, Conquistador, 15-6-1485. Y luego este dicho día se fizo una suerte de tierra de una peonía en que ovo cinco aranzadas de tierra de regadío, que es desde peonía que es de Ibone de Armas hasta llegar al camino que va de esta Villa del Real de Las Palmas al lugar de Arucas, y llega por la parte de encima a la acequia y por la parte de abajo al dicho arroyo, la cual se dio al dicho Juan de Mayorga, Regidor”» (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 1987, págs. pp. 257-258).

Ya fallecido, dichas tierras habían pasado a la titularidad de Catalina Guerra según se desprende de la reformación de las aguas del Heredamiento de Tenoya realizada por el licenciado Zárate en 1506:

«Los que han de gozar de la dicha agua son los siguientes: “Primeramente a Catalina Guerra mujer de Juan de Siberio, una suerte de tierra de 5 aranzadas, la cual fue de Juan de Mayorga […] Juan de Mayorga é Juan de Ariñez por él, dos suertes y media”» (IBÍDEM, p. 260-261).
 
La cuenca curva es el Barranco de Mayorga (Google Earth)
Los topónimos que encontramos junto al cauce de este Barranco de Mayorga, nos aproximan a tierras que fueron repartidas entre los naturales de la isla, descendientes de aborígenes, a partir de los repartimientos del segundo cuarto del s. XVI, resolviendo así la presión a que fueron sometidos por los colonos-pobladores que los desplazaban de las tierras bajas con mejor aprovechamiento agrícola, como ya hemos tratado en distintas entradas a este Blog: Artazo, Cercado de Bastiana, Maninidra y Samarrita.

La hipótesis de tierras de un descendiente del conquistador y regidor Juan de Mayorga, como ya se ha dicho en un territorio en aquellos tiempos poblado por naturales de las isla descendientes de aborígenes, obliga a conocer algo más del conquistador, de sus relación con el grupo étnico aborigen, de sus descendientes y las posibles relaciones de sangre que pudieron facilitar a alguno de ellos a este lugar, tan identificado con los descendientes de Fernando de Guanarteme. Conozcamos la reseña compilada de su persona.

«Abreu lo cita como uno de los primeros regidores de Gran Canaria. Conquistador de Gran Canaria, de los llamados de las Islas. Hijo de Francisco Mayorga, converso, hermano de Inés Mayorga, c. con Pedro Mayor, de las Islas.

Vecino de Lanzarote en 1475, fue testigo en la escritura de poder otorgada por los vecinos de Lanzarote en favor de Juan Mayor y Juan de Armas, el 21 de agosto de 1475. En 1478, después de la Pesquisa de Pérez de Cabitos, se unió a la conquista de la Gran Canaria. Se avecindará, acabada la conquista en el año 1483, en la zona de Gáldar. Regidor de Gran Canaria en 1485, será uno de los alcaldes mayores de la villa Real de Las Palmas durante el gobierno de Vera, periodo de 1483 a 1485, por lo que durante la residencia de éste fue procesado en 1491-1492. Se le acusaba de haber liberado a dos presos En la RC de septiembre 1492 se ordena que sea enviado a la Corte, ya que ha sido condenado en residencia por su labor como alcalde. Se le acusó de haber liberado a un somético [sodomítico] llamado Francisco y al portugués Juan, que estaba detenido por robar una casa. En 1485 recibió, en repartimiento, tierras, solares y aguas en el término del Real de Las Palmas. En 1506 recibió tierras en el barranco de Tenoya [sic]. Murió antes de 1502, ya que en febrero de 1502 aparecen sus herederos habiendo vendido tierras a Batista de Riberol.

Casado con Juana Bolaños. Hijos: I. Francisco Mayorga, c. con Catalina Michel. II. Francisca de Mayorga, c. con Alfonso [Alonso] Rodríguez de Palenzuela. III. Isabel. IV. Juan de Bolaños» (CEBRIÁN LATASA, 2003, pág. p. 332).

Horno de pan (Fedac)
En relación con la compilación de datos de la fuente anterior, llamamos la atención que cuando dice “en 1506 recibió tierras en el barranco de Tenoya”, no cabe tal posibilidad porque ya era fallecido. Posiblemente confundió la fuente con la desposesión de sus tierras por la reformación del licenciado Zárate a la que ya nos hemos referido. La certeza de su fallecimiento en 1502 la tenemos acreditada por el siguiente documento:

«1503, febrero 6, lunes.
Toma de cuenta al honrado Pedro López de Sevilla, tesorero de la santa compusyçión en el obispado de Canaria, por el reverendo señor don Alonso Bibas, prior de la Iglesia de Canaria y comisario de la dicha santa compusyçión. Ha recibido lo siguiente, de las personas que se indica […] Juana de Bolaños, testamentaria de su marido Juan de Mayorga, que mandó dar de limosna a la santa cruzada 1.200» (LADERO QUESADA, 2004, pág. p. 270).

Antes de seguir avanzando en las dudas que nos invaden en cuanto a la identificación de su descendencia, veamos primero de su ascendencia, pues será muy importante conocer de algunos detalles.

La misma fuente bibliográfica anterior aporta los datos compilados de quien se cree pueda ser su padre Francisco de Mayorga:

«Abreu lo trae como conquistador de Gran Canaria y sirviendo de padrino y tutor espiritual de la hija del Guadarteme de Gáldar. Casado con Juana Bolaños. Cfr. op. cit., libro II, cap. 25. Es error por su padre o su hijo Juan».

Ya detecta el error, al estimarlo casado con Juana Bolaños, que es el nombre también de la mujer de Juan de Mayorga, de donde la información del padre o del hijo es incorrecta. Y ello acontece porque en distintas crónicas históricas se atribuyen a Francisco de Mayorga hechos que corresponden a Juan de Mayorga, y así en la narración cuando se trae a colación el nombre de su mujer, se menciona a Juana Bolaños. Se tiene la relativa certeza de la presencia en las islas de Francisco de Mayorga por distintos documentos, sin que puedan determinarse sus tiempos de vida, pero nada más. Es sabido que los cronistas del s. XVI utilizaban multitud de fuentes, en su gran mayoría orales, y ello propiciaba la difícil identificación de los protagonistas de sus crónicas cuando los antropónimos eran coincidentes y era la expresión más acostumbrada de entonces.

Entre esas menciones tenidas como erróneas, veamos aquella que más nos interesa
por lo que vamos a contar de este topónimo.

«La hija del Guanarteme de Gáldar don Fernando, que se decía Tenesoya, llegada fue al real de Las Palmas, la entregaron el obispo don Juan de Frías y Pedro de Vera, a Francisco de Mayorga y a Juana de Bolaños su mujer, para que la doctrinasen. Quiso luego ser cristiana. Baptizóla el obispo don Juan de Frías; llamóse doña Catalina. Fueron sus padrinos el gobernador Pedro de Vera y Francisco de Mayorga, y su mujer Juana de Bolaños. Fue casada esta doña Catalina con don Fernando de Guzmán, hijo de Alonso de Guzmán, nieto de Fernán Pérez de Guzmán, señor de Vatres y Alcubillete [Alcaudete] del reino de Toledo, de quien vienen los Guzmanes del pueblo de Gáldar» (ABREU GALINDO, 1977, pág. p. 235).

Entre las Notas que incluye al pie el profesor Alejandro Cioranescu en la misma página dice:

«Francisco de Mayorga parece ser error, por Juan de Mayorga, vecino de Lanzarote en 1475, conquistador de Gran Canaria y regidor de su primer cabildo en 1484 (cf.239.27), alcalde mayor en 1491 y fallecido, según parece, por 1505 o 1507 [sic]. Fue casado como aquí se indica, con Juan de Bolaños, de cuyo matrimonio tuvieron a Francisco de Bolaños; a Francisca de Bolaños, casada con Alonso de Palenzuela; a Isabel y a Juan de Bolaños. Sin embargo, de los documentos resulta la existencia tanto de un Juan de Mayorga como de un Francisco».

Es importante que retengamos esta aclaración y así entender con claridad el texto que reproducimos de otra crónica posterior del s. XVII.

Ya en relación con su descendencia, y con respecto a su cuarto hijo, puede que sea la misma persona llamada Juan de Mayorga, que en la puerta de la “yglesia del señor Santiago” de Gáldar, el 7 de enero de 1536, contradice la solicitud de data de tierras en Valsendero de Alonso Medina, alegando que “entre los dos barrancos diciendo ser suyas” (RONQUILLO RUBIO & AZNAR VALLEJO, 1998, pág. p. 93), de donde tenemos el testimonio de ser estante en Gáldar.

Aparentemente no cabe la posibilidad que este Juan de Bolaños o de Mayorga sea descendiente de Inés Mayorga, supuesta tía del conquistador Juan de Mayorga, casada con  Pedro Mayor en sus segundas nupcias sin descendencia. Pero sí fue por el cónyuge de esta tía-abuela por donde alcanza la familia el vínculo de sangre con los naturales descendientes de canarios ilustres.

«Grancanario prehispánico, conquistador de Tenerife. Criado de Lugo. Vecino en El Realejo de Abajo, Taoro, aunque pasó gran parte de su tiempo en Abona -Chimiche, Río de Arico y Tajao- donde tuvo su majada de ganado cabruno. Se encuentra suficientemente documentado, aunque no se han conservado testimonios suscritos en las escribanías de Taoro. Sí, en abundancia, los de su descendencia. Recibió tierras y aguas en Taoro -Realejo e Icode de los Trigos-, Güímar y Abona. AMLL.

Era hermano de Diego Mayor, y tal vez también lo fuera de Francisco Mayor. Primo de Alonso Díaz. Casó con Marina Fernández, hermana de Constanza Fernández y de Hernando Guadarteme.

Hijos: I. Catalina Mayor, c. con Andrés Sánchez, Diego Romero y Luis Hernández, carpintero. II. Juana Mayor, c. con Juan Delgado. III. María Mayor, c. Hernán Sánchez y Alvaro Gallego. IV. Juan Alonso (Debió nacer en Gáldar hacia el año 1495), c. con Leonor Hernández, hija de Fernando Guadarteme, tío del propio Juan, y de la esclava guanche Inés. V. Pedro Hernández, c. con Antonia González.

Una vez viudo, casó con Inés Mayorga, hermana de Michel de Vera y de María de la Torre, pasando a vivir en la villa de Gáldar, donde murió en el año 1521. Ante Alonso de San Clemente, el 27 de julio de 1516, fs. 268r/272v. AHPLP. No tuvo hijos en este segundo matrimonio» (CEBRIÁN LATASA, 2003, pág. p. 332).

Y decíamos aparentemente no cabía fuera descendiente de Inés Mayorga, tía de Juan de Mayorga si fuera hermana de Francisco de Mayorga, supuesto conquistador y padre de aquel, como se dice al principio; y nos asaltan dudas, pues no concuerda que si fuera la hermana de su padre, sea la misma Inés Mayorga que se casó con el canario Pedro Mayor, de la que se documenta después es hermana de Michel de Vera y de María de la Torre.

Entiendo que se esté confundiendo a dos Inés Mayorga, de distintas generaciones, y además, que de la tía del conquistador Juan de Mayorga puede haber otra línea de descendencia que pasó a Tenerife:

«Luis de Mayorga parece proceder de Gran Canaria; por la edad que declara, debió de nacer en 1482. Era estante en Tenerife en 1507 y vecino en 1520, cuando le dieron en data una fanega de tierra …» (CIORANESCU, 1975, pág. p. 82).

Tenemos otra referencia más  sobre Ynés Mayorga que aparece como acreedora de Catalina Hernández Guanarteme, hija de Fernando de Guanarteme, según su testamento de 10 de abril de 1526 (LOBO CABRERA, 1980, pág. p. 147), de donde concluimos que no es coetánea con la tía de Juan de Mayorga, por ser hermana de su padre según se dice.

Y para más abundar, otro documento notarial de 1550:

«Y porque en el testamento de 4 de diciembre de 1550 la vecina de Gáldar Inés de Mayorga nombraba heredera usufructuaria a su hermana María de la Torre y, a su muerte, al síndico Damasio Andrés 21».

La antes dicha nota 21 a pie de página dice además de tierras en Artazo:

 «A.H.N. Sección Clero, libro 2352, 1701, ff. 14 r. y ss. A la muerte de Simón González, esposo de María de la Torre, los bienes de Inés de Mayorga y de María de la Torre fueron inventariados y transferidos a los síndicos con la obligación de que éstos socorrieran al convento y a sus frailes en el orden y manera que dispusiera el Padre Guardián, además de que se les dijera una misa rezada cada semana. Otorgó última voluntad de 4 de diciembre de 1550 en presencia de Alonso Sánchez. Posteriormente, las veinte fanegadas de tierras en Artaso fueron vendidas por Damasio Andrés Barreto Martín a censo perpetuo a Gonzalo de Quintana el mozo y a Ana de Betancur con las 3 doblas de tributo, según la escritura dada por Diego de Flores de San Juan el 14 de enero de 1567»  (CRUZ Y SAAVEDRA, 2008, pág. p. 46).

Cueva-alpendre y bebedero (Fedac)
Y otra nota más del anterior autor e investigador que hace referencia al año 1562 en relación con esta última Inés de Mayorga:

«A.H.N. Sección Clero, libro 2352, 1701, ff. 14 v.o. A raíz de la solicitud que hizo de las memorias de Inés de Mayorga y María de la Torre, debido a la pérdida de los instrumentos ocasionada por el desgraciado incendio que afectó al recinto el 26 de enero de 1562» (IBÍDEM, p. 49).

Y si bien ya tenemos una pista cierta de quien eran las tierras por la que discurre el Barranco de Mayorga en Artazo, sigamos avanzando con los descendientes. También tenemos otra línea de los Mayorga, como es el caso de Diego de Mayorga casado con María Hernández, estantes en la Ciudad Real de Las Palmas en 23 de enero de 1516/1518 (¿?), en cuya nómina también encontramos el matrimonio de formado por la hija del conquistador Juan de Mayorga, Francisca de Mayorga y Alfonso Rodríguez de Palenzuela  (LOBO CABRERA & RIVERO SUÁREZ, 1991, pág. p. 109).

Al igual que tenemos al hijo de Juan de Mayorga deteniendo a un morisco converso fugado, por los “riscos de Gáldar” cerca de la costa, pudiendo ser en los altos del fondeadero del Juncal dado que tenía sus tierras en el camino a Agaete.

«4. 1511, 17 de mayo-l512, 6 de septiembre. Proceso contra Alonso de Fátima, morisco converso, vecino de la isla de Lanzarote, por fugarse de las cárceles secretas del Santo Oficio, donde estaba preso acusado de hereje y apóstata. Fue localizado en los riscos de Gáldar por Francisco de Mayorga con el que sostuvo lucha y antes que lo prendieran se arrojó al mar» (RODRÍGUEZ, 1969, pág. p. 131).

Para no alejarnos de nuestro relato, expongamos de cuándo viene la especial e importante relación que mantuvo Juan de Mayorga con Fernando de Guanarteme, de afinidad más allá de la buena vecindad, que debió prender entre ambas familias lazos de afectos y reconocimientos recíprocos, que de alguna forma unieron a sus respectivas familias de forma tal, que en los tiempos próximos al centenario de la conquista en que los naturales fueron hostigados por los colonos-pobladores, extranjeros a todos los efectos como los Mayorga, permitieron no sólo que convivieran muy próximos, sino además seguir manteniendo y fortaleciendo esa especial afinidad, más allá de los vínculos de sangre que ya existieron. Acudimos así al relato de otro cronista histórico del siglo XVII, primero conociendo como fue apresado Juan de Mayorga por los aborígenes, de su liberación y después ampliando con mayor detalle el mismo momento antes recogido por ABREU Y GALINDO, y todo ello volviendo a confundir al personaje de Juan de Mayorga con Francisco de Mayorga.

«Dieron muerte este día a ochenta cristianos, y cautivaron mas de ciento; y así mismo se levantaron con treinta muchachos, hijos de hombres principales de lo mejor, y más lucido de la isla de Lanzarote, que los había dejado Diego de Herrera en rehenes de la amistad y paz que habían concertado; en los cristianos que cautivaron este día, fué preso Francisco de Mayorga alcayde de la torre el cual llevaron a su rey D. Fernando Guanarteme que lo tuvo en mucha estimación, como a caballero principal, y él se lo agradeció como adelante se dirá». (SOSA, 1849, pág. p. 74).

«Llevó Guanarteme por interprete a un caballero español llamado Francisco Mayorga, que sabia muy bien la lengua canaria, por haber estado mucho tiempo cautivo asistiendo al rey D. Fernando Guanarte el bueno en Galdar. (este caballero era alcalde de la torre de Gando cuando la tomaron los canarios) Bautizóse pues, y fueron sus padrinos los señores reyes católicos.» (IBÍDEM, p. 114).

«Su magestad hizo merced a Francisco Mayorga, que fué por lengua, y interprete de D. Fernando Guanarteme, del alguacilazgo mayor de la isla gran Canaria. A D. Fernando Guanarteme, hizo también merced en dicha isla de los valles y términos de Aumastel y Gaayedra, y entonces Guadayeda, que hoy está corruto el nombre que fué lo que pidió el dicho D. Fernando al Rey. Este solo término de Guadayeda. Guayedra, le quedó, porque como murió después en la conquista de la isla Tenerife, y no dejó hijo varón, se perdió lo demás viniendo a poder de otros» (IBÍDEM, p. 115).

«Hecho este concierto, los capitanes recogieron su gente y marcharon al Real de las Palmas, confiados y seguros de la palabra de los canarios que jamas faltaría, por ser de lo que mas se preciaban. De allí a poco vinieron los canarios y trageron consigo, con mucha veneración a su señora. Traíanla cuatro hidalgos de cabellos rubios, puesta sobre unas andas, vestida de un zamarro de pieles curiosamente dispuesto y labrado, que la cubría toda, tocada como cristiana y bien prendida a su uso. Adornada de muchas curiosidades, que tenían habidas de los cristianos. Venían sus dos tíos; el Faican de Galdar y el de Telde á los lados, mas no parejos, con ella, sino algo hacia atrás. La demás gente principal é hidalgos, de los que podían traer cabellos largos, unos acompañándola adelante, y otros sirviéndola á tras con mucha gravedad y compostura modesta.

Supo Pedro de Vera, su llegada, y con notable alegría, juntamente con los demás capitanes, oficiales y soldados del Real, les salieron a recibir con mucha diligencia al camino que viene de la Ciudad de Telde; y estando todos juntos, después de haberse unos a otros cortejado con muchas reverencias, y cortesanias, los dos Faicanes por intérprete llamaron al capitán Pedro de Vera, y delante de todos le dijeron.

“Aqui os entregamos nuestra reina y señora en nombre del rey de España, en cuyo lugar estáis, para que la tratéis como á hija del rey Guanarteme el bueno, que era el verdadero señor, y rey de esta tierra é isla, para que la deis en guardia á cristiano que sea noble; y la tratéis bien como á persona tal”.

Pedro de Vera, lo aceptó y prometió hacer con juramento. Estaba presente Francisco de Mayorga alguacil mayor por S. M. y alcalde también puesto por Pedro de Vera. Fué el primer alcalde que hubo en la isla, el cual le pidió para tenerla en su casa; Pedro de Vera se la dio con mucha alegría de todos los canarios, que ya le conocían, por haber estado cautivo en poder del rey su padre D. Fernando Guanarteme el bueno, que le cogieron en la torre de Gando, de donde era alcalde, cuando la tomaron los canarios; y como fué tan bien recibido, y tratado del rey, asi lo pagó á su hija él y Juana de Bolaños su muger en el regalo y tratamiento que le hicieron.

Pozo y estanque (Fedac)
De allí á poco se bautizó, y fueron sus padrinos Rodrigo de Vera, hijo de Pedro de Vera, y el mismo alcalde mayor y su muger. Bautizóla el Sr. obispo D. Juan de Frías en la iglesia de S. Antonio Abad, que fué la primera del leal de las Palmas, y en donde estuvo muchos años la clerecia, hasta que después se fabricó la Santa iglesia catedral. Pusola su señora por nombre Doña Catalina; seria entonces de edad de diez años poco mas, era muy blanca y rubia, que entre los canarios gentiles se tenia por grande bizarria: era hermosa y discretamente honesta, estuvo en casa del alcalde Francisco de Mayorga, hasta que vino de la isla de Lanzarote, á morar á esta de gran Canaria Maciot de Betancurt, y su muger Luisa de Betancurt, su prima-hermana, sobrina del rey D. Fernando Guanarteme el bueno, aquella varonil señora del rescate de los 113 cristianos, que se volvió otra vez á Lanzarote después de haberlos rescatado. Esta señora su prima, la llevo á su casa, y la trató como a hermana, que como á tanto se amaban las dos primas. No podian estar apartadas, hasta que tuvo edad para casarse, y la casaron con un caballero Toledano llamado Fernando Guzman, hijo de Alonso de Guzman y nieto de Fernando Pérez de Guzman, señor de Bates y Alcaudete, cuyos descendientes son los Guzmanes que viven en Galdar» (IBÍDEM pp. 123-124).

Se entenderá que fue muy próxima la relación, y aunque se quisiera ignorar la interpretación del profesor Alejandro Cioranescu, tanto fuera Francisco como Juan de Mayorga superó todas las expectativas entre un natural de la isla con una arribado extranjero, hecho que de alguna manera se contraponía a las noticias de la captura de aborígenes para su venta como esclavos.

«Esta sugestiva explicación de Marcy tropieza con las ideas de Wöffel sobre la actuación de los obispos; y no advierte la abundante venta de esclavos menores de edad, conocida por los documentos de Valencia, Sevilla, etc. pero tiene a su favor datos ciertos, como la entrega de la Princesa Tenesoya a Mayorga … » (MARCY, 1962, pág. p. 257 np. 41).

Pero toda duda en cuanto a quien fue el primer alcalde del Real de Las Palmas, nos la aporta un documento oficial de un procedimiento iniciado:

«343. 1492 Septiembre (s.d.). Zaragoza (f. 97). Incitativa a Francisco Maldonado, juez pesquisidor de la isla de Gran Canaria, para que ordene a Fernando de Trujillo y a Juan de Mayorga, alcaldes que fueron de Pedro de Vera, gobernador de la isla, que comparezcan ante el Consejo Real, por haber sido culpados en la residencia de dicho gobernador, con licencia para poder prenderlos y enviarlos, a sus costas, ante el Consejo, en caso de que no entreguen fianzas suficientes. Don Alvaro. Decanus hispalensis. Johannes. Antonius. Petrus. Mármol » (AZNAR VALLEJO, 1981, pág. p. 70).

También el apellido Mayorga llegó al nuevo mundo descubierto de las Américas, de la descendencia del regidor, haciendo honor a aquello que acreditó el ancestro durante la conquista de la isla. Como es el caso de un homónimo suyo que fue también conquistador por aquellos lares:

«Lucas Fernández de Piedrahita y Fray Pedro Simón corroboran que con don Alonso Luis Fernández de Lugo se enrolaron en Canarias "gente noble y común", "algunos de los soldados de más porte de las Islas, y personas de mucha experiencia, como Juan de Mayorga, antiguo conquistador de Cubagua"» (MORALES PADRÓN, Canarias en los Cronistas de Indias, 1964, pág. p. 218).

En 1541 en esa expedición a América del Adelantado fueron cantadas las gestas del oriundo de la isla

«Lugo [Alonso Luis de] dispone que los expedicionarios queden bajo el mando de dos capitanes veteranos: Martín López y Juan de Mayorga, de quien dice Castellanos [Juan de CASTELLANOS, Elegías de varones ilustres de Indias, Madrid, B.A.E. 1852]:  (BORGES, 1974, pág. p. 176)

“Juan de Mayorga, hijo, semejante
En discreción, honor, virtud, proeza,
Que vive y es persona señalada
En este Nuevo Reino de Granada.
Persona de mí harto conocida
Pues ví que en escuadrones de Belona
Ha servido muy bien toda su vida;
Y sirve hoy a la real corona”.»

Ya más tarde, de las veinte fanegadas de tierras en Artaso que pertenecieron a los bienes de Inés de Mayorga, quien el 4 de diciembre de 1550 nombró heredera usufructuaria a su hermana María de la Torre, viuda de Simón González, que recibió en donación el Convento de san Antonio de Padua de la orden franciscana en Gáldar, nos queda como testimonio de un noble apellido en el topónimo del Barranco de Mayorga, dentro de un territorio de tierras rojas en el que encontramos algunos más recientes bienes etnográficos, como una cueva horadada como alpendre, con su trabajoso bebedero labrado en la tosca, un horno de pan rematado con su boca rematada en piedra, o un viejo pozo con su estanque construidos con el canto rojo de Gáldar, tratando de encontrar en las entrañas de la tierras las cada vez más difíciles aguas de riego.

Algún día nos descifrará algún genealogista por qué línea de los Mayorga llegamos a los ascendientes de esta Inés de Mayorga, hermana de Michel de Vera y de María de la Torre, que casó con el viudo Pedro Mayor estantes en la villa de Gáldar, de la que tenemos distintas noticias prestando dineros a los naturales de la isla en Gáldar, entre ellas Catalina Fernández Guanarteme. Está documentado que los tres son sobrinos de Juan de Guzmán y Juan de la Torre, grancanarios que participaron en la conquista de la isla de Tenerife, ambos sobrinos de Juana "la Canaria".

Juana "la Canaria" es Abenchara (HERNÁNDEZ BAUTISTA et GARCÍA TORRES, 2015), la guayarmina de Gáldar que fue anteriormente esposa de Thenesor Semidan, después bautizado  Fernando Guanarteme, madre de Guayarmina y otra hija de nombre aborigen desconocido, bautizadas Margarita y Catalina Hernández Guanarteme. Repudiado su esposo, casa, sin haber enviudado, con un noble indígena que es el que huye dando lugar al segundo cautiverio, esclavizada por Pedro de Vera quien la vendió en Jerez de la Frontera porque su marido, el desconocido noble indígena, se negó a ir en cabalgada a Tenerife. Obtuvo su ahorramiento en 1491.

Juan de Guzmán se casó con la grancanaria Marina Sánchez y después con Catalina Femández, viuda del grancanario Pablo. Su primera mujer trajo al matrimonio un entenado llamado Pedro Texena. Juan de la Torre se casó con la grancanaria Inés de la Torre, con la que no tuvo hijos, quien trajo también al matrimonio al entenado Agustín de Torres (CEBRIÁN LATASA, 2003, pp. 262 y 450).

Presuponemos y todo parece indicarlo, tuvieron algún tipo de relación por vínculo de sangre o afinidad: de una parte, con Hernando de Guzmán, casado con Masequera o Mastegena, bautizada Catalina de Guzmán, hija del último guadarteme Egoniga Semidan, y por tanto sobrina nieta de Fernando de Guanarteme. Y de otra, con los varias veces nombrados Juan de Mayorga y Juana de Bolaños. De los naturales de la isla en esos tiempos, poco podremos saber, dado lo que nos cuentan las crónicas históricas de sus costumbres.

«Su modo de contraer matrimonio era: En agradando al varón alguna mujer fuese doncella, viuda ó repudiada de otro, pedíala á sus padres (si los tenía) y si ellos consentían, sin otra ceremonia ni concierto quedaban casados con el consentimiento de ambos. Y tenían las mujeres que querían y podían sustentar, y como el casamiento era fácil de contraer, fácilmente se dirimía: porque en disgustando el mando de la mujer, ó al contrario, la enviaba á su casa, y ella podía casarse con otro sin incurrir en pena, y él con otra las veces que se le antojaba: y los hijos de aquel matrimonio dirimido, ó divorcio, eran tenidos por no legítimos, y así, llamaban al tal hijo “Achícuca” y á la hija “Cucaba”» (ESPINOSA, 1920?, p. 48).

Localización (IDE Gran Canaria)