Topónimo con el que es conocido un asentamiento poblacional y un barranco, situados al sudeste del Ejido Bajo y al sudoeste de El Caracol Alto, junto a la carretera de Telde a Ingenio (GC-100), entre Las Bachilleras y El Paredón. El apellido de La Rocha está muy vinculado a Telde desde los primeros tiempos del municipio de Telde, donde existía un mayorazgo de esta familia con bienes vinculados, posiblemente próximos al barranco y al lugar.
El topónimo tiene su origen en el coronel y alcalde real de Telde Cristóbal de La Rocha Bethencourt, casado con Ángela Lorenzo descendiente de Simón Lorenzo quien adquirió grandes bienes por sus servicios al frente de la flota que limpió de corsarios las aguas insulares.
De este matrimonio nace Antonio Lorenzo de La Rocha Bethencourt que sería coronel del
regimiento de Telde y alcaide de la Casa Fuerte de Santa Cruz del
Romeral, en el actual Castillo del Romeral, quien se casó con Antonia Alfaro Monteverde y realizaron su
testamento en escritura de 19 de marzo de 1696 vinculando sus bienes. Había sido autorizado por Carlos II en 1677 para que construyera la Casa Fuerte de Santa
Cruz del Romeral con la finalidad de proteger sus salinas de los ataques
de piratería.
Distintas fuentes apuntan que el Coronel Antonio Lorenzo se disputaba con el sargento mayor Francisco Amoreto Manrique, antepasado del Condado de la Vega Grande, la hegemonía sobre la Isla de Gran Canaria, hecho que se verá reflejado en el Motín de Agüímes de 1718. Cuando en 1716 Francisco Amoreto, para ampliar sus posesiones solicita al Consejo General que las tierras realengas de Sardina, de un superficie de 609 fanegadas y cuatro celemines, se saquen a subasta pública, pidiendo después se añadan las tierras de los Llanos del Polvo; lo solicitaba conociendo que los vecinos no acudirían a la subasta porque eran deudores de buena fe por el aprovechamiento de las tierras.
«El solo anuncio de la subasta provoca la inmediata reacción de 32 de los vecinos cultivadores. En noviembre de 1717extienden un amplio poder a favor del teniente coronel don Cristobal de la Rocha Bethancourt. Dueño de Salinas del Romeral, poseía además 108 fanegas de las tierras en litigio. El poder era tan amplio que le facultaba a llevar el problema ante las gradas del trono. Era muy grave despojar a un centenar de vasaIlos de sus tierras, caso de efectuarse el remate a favor de Amoreto» (BETHENCOURT MASSIEU, A.: El Motín de Agüimes (1718-1719, Las Palmas de GC, 1989).
El pleito entre Rocha y Amoreto lo era porque ambos detentaban las propiedades de las dos salinas más importantes de la Isla en el litoral donde los barcos que iban al pequero de la costa africana hacían acopio de sal, generando así una fuerte competencia entre ambos no solo por las salinas sino por la acumulación de tierras, solares y otro tipo de propiedades en la permanente competición de las privilegiadas familias canarias por ascender en la escala social. En esa carrera de acumulación de bienes, Antonio de La Rocha Bethencourt agrega en 1783, 7.500 reales gastados en la fábrica de las Salinas, de la tierra de mejora que no era vinculada.
Estanque (Fedac) |
En las generaciones siguientes, el topónimo teldense se consolida documentalmente
y aparece ya como referencia registral. Así en su testamento de 14 de agosto de 1738, Paula Simona
Bethencourt Castrillo dice ser propietaria de
siete fanegas y nueve celemines de «Tierras labradías de “secano” denominadas “La Rocha”». Nombra sucesor a Cristóbal de la Rocha Ferrer y
su descendencia.
Los descendientes de los Rocha seguirán en la acumulación de bienes, como lo acredita la testamentaría de José de La Rocha, fallecido en 1883, que era el sucesor de seis vínculos fundados por: Nicolás Alfaro y Franchy, Antonio Lorenzo Bethencourt, Paula Simona Bethencourt, Manuel Sosa Bethencourt, Marcela Carvajal Matos y Francisco de Carvajal. La superficie total de estos vínculos era de 750 fanegas, con un valor de 2.013.908 reales de vellón en el año 1836.
El coronel Antonio Lorenzo de la Rocha tuvo un buen hacer y conocimiento de la ciencia de la arquitectura. Entre sus obras arquitectónicas destaca la Iglesia de Nuestra Señora del Pino de Teror y el Hospital de San Martín en la Ciudad.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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