viernes, 26 de febrero de 2016

OJEDA, PINAR DE (TEROR)

Topónimo que localizamos sobre la divisoria con la jurisdicción del municipio de la Villa de Santa Brígida, entre el barranco de los Caideros al naciente y el Lomo de los Roquetes al poniente, quedando al nordeste de Espartero y el Laurelar, situado junto a los viejos caminos reales que desde San Lorenzo llevaban al El Faro, la carretera llamada Acceso a El Faro (GC-212). Después de pasar por el pago de El Faro, a unos 2 kilómetros, donde acaba la denominación de la anterior carretera, encontramos un cruce de caminos.
 
Vista del lugar (Google earth)
Hacia la derecha, en dirección al poniente, es la cuesta o camino de La Hoya que nos lleva a los distintos pagos en la cuenca del barranco de los Arbejales; al frente, en dirección sur, por el Lomo del Gallego nos llevará hasta el cruce de la carretera de Teror - San Mateo (GC-042) con la carretera Acceso a Aríñez (GC-400); y a la izquierda,  en dirección al naciente, es el camino real que procedente de la Villa de Santa Brígida pasa por los pagos de Los Silos y Pino Santo, así como la propia Caldera de Pino Santo, el tradicional que han seguido los romeros para llegar a la villa mariana de Teror. Estos caminos en su gran mayoría fueron habilitados como caminos vecinales y asfaltados a finales del pasado siglo.

Siguiendo este último camino real o vecinal, en dirección a la Caldera de Pino Santo, después de dejar atrás las desviaciones hacia El Laurelar y Espartero, al llegar a  la Cruz de la Caldera encontramos el acceso al Pinar de Ojeda que llega hasta El Corcovado, y conecta también con la carretera Acceso a El Faro (GC-212).

Pequeño pinar en El Faro (Google Earth)
Ese mismo camino era ya conocido el 29 de diciembre de 1545, como deja constancia la petición de un pedazo de tierras que hace el escribano Hernando de Padilla al Cabildo General, cuando al describir sus linderos dice «… E por parte de arriba con la caldera de Espartero e un camino que va del Pinar para que las pueda sembrar e aprovechar …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

El antiguo Pinal de Teror, tal como era llamado en la antigüedad en los tiempos de la conquista, prácticamente nos será imposible localizar por la total desaparición del pinar, y no pueden llamarnos a engaño los pocos pinos que encontramos muy cerca de El Faro resultado de una plantación de años en una finca particular.

Desde los primeros momentos preocupaba al Cabildo General de la isla la tala incontrolada de sus pinares, estableciendo prohibiciones tempranas a través de sus ordenanzas:

«Otrosí que en los pinares desta ysla que es el pinal desta cibdad e Terore ny en el de Gáldar ny en la Montaña de Tamadava ny en todos los otros pinares ninguno corte nyngund pino de pie syn licencia de la cibdad so pena que si fuere pino grande que baste para prensa o exe o cureña aya de pena mill maravedís e si fuere pino menor aya de pena trezientos maravedís e el tal pino perdido e que el tal pino o su valor sea para los propios» (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria. 1531, Sevilla, 1974).
 
La tea de la Casa de Colón (Patronato de Turismo de GC)
Pero esta ordenanza proteccionista, en la que es mencionado el “pinal de Terore”, tuvo que plegarse en los primeros tiempos por las necesidades de la madera de los pinos para la construcción de casas y edificios, y como no, para las distintas actividades económicas. Tenemos presente siempre la madera de tea de los pinos viejos que fue utilizada en la construcción, y aun siendo mucha la talada con este fin en la isla para pisos, sobrados, techos, puertas y ventanas, olvidamos aquellos que fueron talados para atender otras actividades económicas.

Si bien los ingenios azucareros hacían sus fuegos con leña de todo tipo, los trapiches, molinos y las propias dependencias del ingenio, disponían de ejes, prensas, esteos, tirantes, puertas, tapias, balcones, tanques, etc., muchos de ellos fueron construidos con tea. Después, el cultivo de las parras sustituyó al cultivo de la caña de azúcar, siendo necesaria mucha tea para los lagares.

La tea de los lagares (lospasosquedejamosatras-blogspot-com)
«… cultivo implantado en las islas desde la conquista por la demanda del vino en la alimentación de los pobladores, va a conocer un desarrollo importante en la segunda mitad del siglo XVI, época en la que iba desplazando al azúcar en las exportaciones, y va también a necesitar madera para construir las burras y latadas, los horcones, donde descansen las cepas, así como tablones y tablas para construir los lagares. Estos últimos se fabricaban con tablones, durmientes, cureñas, prensas, palos, jiburones y tijeras, todo de madera. Eran necesarios para pisar la uva y obtener el mosto, por lo tanto su fábrica se hizo imprescindible. Eran construcciones de madera de pino o tea, mientras que la pieza principal de la prensa se ejecutaba en barbusano, por ser madera sólida, sin nudos y pesada » (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).

Sin olvidar las carretas que eran necesarias construir en madera para trasladar los productos terminados, e incluso para trasladar los grandes troncos y las grandes piedras para la construcción de todo tipo de edificios, públicos y privados. Tampoco hemos de olvidarnos de la «… amplia tradición constructora que se remonta desde los primeros años de la conquista hasta la actualidad …» tanto para la construcción como para la reparación de los barcos. «… cintas de cubierta, curvas, palos, durmientes, mástiles, etc. Muchas partes de los barcos, en concreto las del exterior se hacían de madera de pino canario (…) La construcción naval generó otra actividad económica: la elaboración de la brea, que se realizaba mediante la quema y destilación de los pinos canarios. Para ello se preparaban hornos en las cercanías de los pinares» (op. cit.).
 
Carpinteros de ribera en San Telmo (Fedac)
La narración del francés André Thevet, datada en 1555, recogida por la obra citada nos describe esta última actividad de la extracción de la también llamada pez, en su lugar de obtención.

Calafateando con brea
«… aquí elaboran una goma negra que llaman brea. Derriban los pinos, que hay en gran cantidad, y los parten en gruesos leños hasta tener unas diez o doce carretadas, y colocan las piezas unas sobre otras en forma de cruz, y por debajo de esta pila hay una fosa redonda de mediana profundidad; luego prenden fuego en esa leña casi por la cúspide del montón, y entonces produce su goma que cae en esa fosa».

Poco se conoce de cuándo y por quién se talaron los pinos en este lugar, pero por su proximidad a la Ciudad, tuvo que ser de los primeros pinares extinguidos, tocando después el turno a los más lejanos del Pinar de Santiago en el sur y al Pinar de Gáldar o Tamadaba en el norte, para luego llegar hasta los Llanos de la Pez en el centro de la isla.


Sí parece que hasta finales del siglo XVI existían pinos en el lugar, según se desprende de un protocolo del escribano Lorenzo de Palenzuela, en el que se concierta el corte de pinos para la desaparecida iglesia de la Concepción en Triana:

«En Canaria, veinte y sinco de abril de mill e quinientos e noventa años ante mi el escrivano e testigos pareçió Antonio Alvares, aserrador, y dixo se obligaba e obligó en fabor de Gaspar de Ayala, como persona que tiene a cargo la obra que se haze en Nuestra Señora de la Conseçión, de aserrar veinte y sinco tosas de pino que el a cortado y rrolado en el pinar de Ojeda para la dicha yglecia; éstas enpesará aserrar desde mañana veinte y seis de este mes aprovechando la madera y aserrandolas de la bitola que se le pidieren, en precio cada dozena de tablas que aserrase de ellas a precio de quinze rreales y medio por cada dozena de todas ellas, grandes y pequeñas, y esto se me a de dar por el aserrada y cortada de las dichas tosas, y por quenta e rreçibido hasta oy quarenta reales en dineros de contado y lo demás se me a de yr dando como lo fuere trabajando y por este precio las aserraré y no alsaré mano hasta que las acabe de aserrar e si alsare mano dellas por juramento se dé mandamiento contra mi para que baya a hazello e me conpelan a ello e así se obligo cunplirlo y a ello su persona e bienes e dió poder a la justicia e rrenuncio las leyes de su favor y otorgó obligación en forma e por el otorgante a quién yo el escrivano conosco lo firmó un testigo, siendo testigos Tomás de Ariñes e1 biejo e Juan Zanbrana e Rrodrigo Alvares, vezinos de esta isla» (citado por LOBO CABRERA, M.: Aspectos artísticos de Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 1981).

El único y joven pino del paisaje del Pinar de Ojeda (Google earth)
Sobre el origen del antro-topónimo, sí parece que se circunscribe a los primeros Ojeda llegados a la isla a los que se vinculan con la actividad maderera.    

«En el primer peldaño de la escala nos aparece Juan de Ojeda junto a su más que probable deudo, Cristóbal de Ojeda, primeros de este apellido de los que se tiene noticia en la Gran Canaria de principios del siglo XVI. Es nuestra pretensión concluir en este apartado que estos dos personajes vienen a la isla como mercaderes burgaleses con base en Sevilla, casándose en Las Palmas casi al mismo tiempo: Cristóbal en 1513 con Inés Bernal y Juan en 1515 con Catalina Ramírez, ambas hijas de probables conquistadores con las que tuvieron una descendencia que pensamos que está en el origen de todos los Ojeda de esta isla.

(…) Es posible que los Ojeda se hayan interesado en origen por la explotación del pinar del que se obtenían materias como la pez, producto esencial en la época para el calafateado de los barcos, y la madera, combustible básico para el mantenimiento de las calderas de los ingenios en las que se elaboraba el azúcar.

Ortofoto (IDE Gran Canaria)
(…) Pero es también en Teror donde se da una importante presencia de dicho apellido en el siglo XVI siendo el personaje de esta villa más antiguo integrado en nuestro árbol una tal Inés de Ojeda casada con Gaspar Hernández que tienen por hija, entre otros vástagos, a Catalina de Ojeda, casada con Luis Sánchez; por nieta, a Francisca de Ojeda casada con Juan Domínguez Castellano; por bisnieta, a Catalina de Ojeda Domínguez nacida en 1640; y por tataranieta a Gregoria de Ojeda nacida en Teror, como todas sus ascendientes, allá por 1672. Esta enumeración genealógica dado que es enteramente femenina nos permite apuntar que Inés la primera de las mujeres citadas (considerando un promedio inferior a 30 años por generación) debió nacer sobre 1530-1540. Es decir, que podría ser hija de cualquiera de los hijos de Cristóbal y Juan de Ojeda que hemos señalado al comienzo como fundadores de esta estirpe» (HERNÁNDEZ BAUTISTA, F. Y GARCÍA TORRES, J.R.: “Apellidos Ojeda y Castrillo. Origen en Gran Canaria -1ª parte”, Revista Digital Cuarto de Apero, 13-02-2016).

En el paisaje actual del Pinar de Ojeda encontramos además de las escasas tierras de cultivo, muchas tuneras, árboles frutales y campos de hortalizas para el auto abastecimiento de sus vecinos, y, la propia belleza de su paisaje. De los pinos, al margen de los que puedan haberse plantado en los jardines de los pequeños chalet, sólo nos queda el topónimo como recuerdo de su historia.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 19 de febrero de 2016

OJEDA, DEGOLLADITA, LLANOS, MONTAÑA Y PINAR DE (MOGÁN)

La antigüedad del topónimo se remite  a los tiempos de la conquista de la Isla y tiene su origen en las tierras que pertenecieron a Pedro de Hojeda, y aparece documentado en la petición que el 17 de junio de 1547 hace el criador Pedro Caçalla al Cabildo General cuando suplica «… me hagan merçed de un pedaço de tierras montuosas que son tras la Syerra en la uerta de Tejeda en que podrá aver treynta fanegadas de senbradura que an por linderos de la una parte con tierras myas e de Pedro de Hojeda que ovimos de los herederos de Juan Mateo e de la otra parte linda con el Roque de la majada de los Llanos de la Pez e de ally a dar  a la madre de la açequya e myna de Tejeda, las quales hasta agora no an sydo dadas ny aprovechadas por persona alguna …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Vista (caminosdecanarias-blogspot-com)
En relación con los personajes nombrados y su interés por estas tierras en la “parte de atrás de la isla”, se han escrito algunas conjeturas basadas en distinta documentación y bibliografía que explicarían las motivaciones de su petición: 

«Debemos presumir de todo esto que los Ojeda son descendientes de mercaderes burgaleses establecidos en Sevilla que recalan por la isla y establecen consorcio matrimonial con las hijas de dos segundones de la conquista (Juan Mateo, un espingardero de última hora, y Pedro Cazalla, un aserrador de primera hora o pardillo) heredando por este motivo tierras de repartimiento en lugares perdidos en la sierra, lugares muy remotos ciertamente pero quizás por ellos bien conocidos cuando al final de la guerra las tropas castellanas al mando de Rodrigo de Vera, roto el cerco del Bentayga, persiguieron valle arriba a los últimos rebeldes canarios capitaneados por Tasarte y Bentejuí» (HERNÁNDEZ BAUTISTA, F. Y GARCÍA TORRES, J.R.: “Apellidos Ojeda y Castrillo. Origen en Gran Canaria - 1ª parte”, Revista Digital Cuarto de Apero, 13-02-2016).
 
Reserva Integral de Inagua (IDE Gran Canaria)
Los topónimos se localizan en las Cumbres del suroeste de la isla, entre Pajonales al naciente e Inaugua al poniente, todos al Sur de la cuenca de Tejeda, constituyendo ellos tres los pinares naturales mejor conservados que aportan los mayores recursos hídricos en la isla.  Estas especiales condiciones demandaron la protección del territorio que ocupan bajo la denominación común de “Reserva Integral de Inagua”, de la cual el Pinar de Ojeda ocupa el centro geográfico.

Recoge la Memoria de la Reserva las causas históricas que propiciaron el estado actual de su territorio, desde un principio en su gran mayoría baldíos regentales que se situaban en lo que se denominó durante siglos “la parte de atrás de la isla”, denominación que en cierta medida auspició el desinterés de muchos por tal definición que se presumía inhóspita y totalmente baldía.

Panorámica de la Reserva Integral (medioambienteencanarias-wordpress-com)
«La buena conservación relativa de los pinares de la Reserva se debe sin duda a los avatares históricos del territorio. Fueron administrados por la Marina, permaneciendo ajenos a los procesos de desamortización, así como a los efectos de la deforestación que sufre la zona central de la isla en el siglo XVII. Hoy forman parte del Catálogo de Montes de Utilidad Pública y es Refugio Nacional de Caza. A lo que se une su escasa accesibilidad y el carácter restringido de las pistas forestales que atraviesan la Reserva. Todo ello, potenciando hasta el año 2007 por la ausencia de incendios recientes y las repoblaciones que se han realizado en su seno, informan su buen estado de conservación y regeneración».

La mejor prueba gráfica de la protección con la que se mantuvo este conjunto de pinares a finales del siglo XVII, la encontramos precisamente en la cartografía de Pedro Agustín del Castillo de 1686. Cuidó la calidad de todos los mapas por él confeccionados con rumbos, adornados con brillantes y variadas rosas de los vientos, escalas en leguas y leyendas encuadradas o circundadas con ornamentación barroca.

Detalle del mapa de Pedro Agustín del Castillo 1686 (Juan Tous)
El correspondiente a la Gran Canaria no lo es menos. Aun algo distante de la silueta de la isla redonda que ahora conocemos por la cartografía moderna, avalada por las fotografías realizadas desde el espacio, supo recoger en su tiempo y con esmerado dibujo a plumilla, todo aquello que observó en su continuo andar, y fue así como dejó para la historia la más pictórica  y cromática muestra del gran Pinal de La Inagua, en su color verde dominante.

Casa Forestal de Ojeda - Aula de la Naturaleza de Inagua (Cabildo Gran Canaria)
Desde 2002 forma parte de la lista europea de Lugares de Importancia Comunitaria (ES0000041), teniendo la consideración de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), relativa a la Conservación de Aves Silvestres. A la Reserva se accede por la carretera Ayacata - Pie de la Cuesta (GC-605), bordeando su límite Naciente y Sureste, y de la que parten dos pistas que atraviesan el territorio protegido: una desde la Presa de las Niñas, del lugar de Las Ñameritas, para llegar hasta la Casa Forestal de Pajonales, pasando por la Cruz de la Huesita; y otra que parte de la Cruz de San Antonio y llega a la Casa Forestal de Ojeda. 

Existe un limitado entramado de pistas y caminos de tierra por el interior del territorio de acceso restringido por cadenas, muchas habilitadas en la décadas de los 50 y 60 para la repoblación forestal, partiendo en su gran mayoría de las Casas Forestales.

Vista (caminosdecanarias-blogspot-com)
Además tenemos el trazado del que podría considerarse el transversal de naciente a poniente en Pajonales, de la Cruz de la Huesita hasta rodear la Montaña de Alsándara y pasar por el sur las Tres Fuentes y la Montaña de las Brujas, llegando a la Degollada de las Brujas, ya en Ojeda; y el que bordea el límite Suroeste de la Reserva, que es la continuación del acceso a la Casa Forestal de Ojeda, que continúa hasta la Degollada de las Brujas donde se cruza con el transversal anterior, y después llega hasta el Barranco de la Inagua. Desde la misma Casa Forestal de Ojeda salen otro para llegar al Pinar de Ojeda y otro a los Andenes de Tasarte en lo alto de los cantiles.

Casa de Lina (Gobierno de Canarias)
Perdiz roja
(El Coleccionista de Instantes)
La Casa Forestal de Ojeda, en la que se encuentra instalada el Aula de la Naturaleza de Inagua,  fue construida a partir de dos antiguas casas forestales que datan de 1933 coincidiendo con los primitivos viveros forestales de la Casa de Lina, comenzando a funcionar en 1983.

A principios de la década de los 80 se habilitó un espacio vallado en el antiguo vivero del Pinar de Ojeda para la puesta de perdices. Los huevos eran trasladados al Corral de los Juncos, en la zona de la cumbre de la isla, para la eclosión y cría de los pollos. Posteriormente eran soltados en un recinto vallado aún existente en los llanos próximos.
 
Guirre (eb3alfmiguel)
En los Llanos de Ojeda ha sido el último lugar de la isla donde se constató la existencia de guirres (Nophron  pernopterus). Es allí donde se encuentran los escasos vestigios arqueológicos de la prehistoria de la isla: restos de corrales, túmulos y círculos rituales.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

viernes, 12 de febrero de 2016

PAJONALES, MORROS DE (MOGÁN Y TEJEDA)

Aun cuando hemos desarrollado la entrada de PAJONALES, por su importancia en el relieve insular y tamaño, resulta interesante tratar independientemente dos morros muy próximos entre sí: Morro de Pajonales y Morro de la Negra, como prototipos de otros más como Morro del Castillete, Morro del Conejo, Morro de la Cortadura, Morro de Hierba Huerto, Morro del Peladero, y Morro del Visadero, todos dentro del amplio territorio bautizado por los aborígenes canarios como Inagua.
 
Panorámica del Morro de la Negra y Morro de Pajonales (summitpost-org)
Situado al sur de la Casa Forestal encontramos el inventariado por el IGN (Instituto Geográfico Nacional) como Morro de Pajonales tomando el nombre del amplio territorio en el que está ubicado, que también es conocido como Morro del Picón, y alcanza los 1.434 metros sobre el nivel del mar.
 
Morro de Pajonales (summitpost-org)
A unos 1.600 metros de distancia al sur del Llano de Juan Martín, en dirección suroeste, se encuentra el Morro de la Negra que alcanza los 1.450 metros sobre el nivel del mar. Las repoblaciones llevadas a cabo en los años 40 y 50 del pasado siglo del pino canario (Pinus Canariensis), mediante el ahoyado manual y plantado de pequeños pinos producidos en canutos de caña,  al no consolidar en este lugar dieron lugar a una nueva repoblación a finales de siglo.

Morro de la Negra  (caminosdecanarias-blogspot-com)
«El Morro de Pajonales sigue en dirección oeste y es una montaña que termina en un escarpado cantil. Separado de este Morro por una amplia garganta está el Morro de La Negra, cubierto de pinos. Ambas montañas presentan escarpaduras en sus laderas que justifican el nombre de morros. A uno y otro lado existen terrazas que por el lado del Barranco de Siberio terminan bruscamente en acantilado. Por la ladera opuesta caen en fuertes planos inclinados hasta una terraza atravesada por barranquillos y que terminan en el vaso de la presa de Las Niñas» (BRAVO EXPÓSITO, T.: Geografía de Canarias, Sta. Cruz de Tenerife, 1964).

Morro de Pajonales (summipost-org)
El DRAE en su cuarta acepción como significado de la palabra “morro” registra el siguiente «4. m. Monte pequeño o peñasco redondeado». Se sobreentiende que esta definición no termina por concretar con total claridad el accidente geográfico del que se trata, más aun en esta isla donde su pequeña superficie obliga a una mayor diferenciación, de donde resulta más conveniente recurrir al lenguaje especial de los geógrafos, quienes lo definen con mayor exactitud «Término topográfico que indica una elevación de terreno de flancos abruptos y cima redondeada» que nos permite entender el texto reproducido del desaparecido profesor Telesforo Bravo.


Morro de la Negra (senderistasgrancanaria.blogspot)
Enclavados ambos morros en la Reserva Natural de Inagua, conocemos de su formación por la Memoria Informativa que nos dice:

«La Reserva está formada de permeabilidad muy baja cuyos puntos culminantes forman una divisoria de aguas entre la cuenca de Tejeda-La Aldea, orientada al Oeste, y la de Arguineguín, Mogán y Veneguera que vierten aguas hacia el Suroeste. Esta alineación está formada por la serie de “morros” o domos fonolíticos de Morro de Pajonales, Morro de la Negra, Montaña del Solapón de la Carnicería,  Montaña de la Alsándara, Montaña de las Yescas, Montaña de las Monjas y Montaña de Ojeda que se enfriaron antes de salir a la superficie y que por su mayor resistencia a la erosión quedaron como puntos culminantes  del antiguo y desmantelado macizo».
 
Panorámica Morro de Pajonales (Manuel Morales) 
Si bien todos estos puntos culminantes del relieve, son de composición fonolítica, sin grandes diferencias entre ellos, con la excepción de la Montaña de Las Monjas y el cerro situado al Oeste de la Montaña de Las Yescas, cercano a Las Casillas (Mogán), que aun predominando la composición fonolítica, la estructura y disyunción es de coladas con algunas intercalaciones de tobas e ignimbritas.
 
Panorámica Morro de la Negra (caminosdecanarias-blogspot-com)
«No todos estos afloramientos responden a la morfología cupuliforme [con forma de bóveda o de media esfera] clásica de un domo, de los tres señalados en el Espacio Protegido es el de Morro de la Negra el que presenta una mayor similitud con un domo [relieve suavemente ondulado y redondeado], observándose en su parte Norte un farallón vertical de unos 40 metros de altura. Sin embargo, hacia el Sur, se observa que el afloramiento continúa dando una forma alargada ladera abajo lo cual da idea de un enraizamiento a modo de un dique inclinado, ocupando una extensión aproximada de unas 27 hectáreas». 

Morro de la Negra (summitpost-org)
Los geólogos entienden que un morro fonolítico es una forma de relieve producida por la erosión de una chimenea volcánica, desapareciendo el cuello volcánico y quedando el magma solidificado en su interior, más resistente a la erosión, del que resultan curiosas formas en el paisaje. Igualmente exponen que las ignimbritas son flujos piroclásticos densos ─mezcla de gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes y aire atrapado─ con un alto contenido en fragmentos magmáticos, generados por colapsos de las columnas eruptivas.

El topónimo de la Montaña de Las Monjas responde a la proximidad de las inventariadas por el IGN como Cuevas de las Monjas, en la cabecera de Majada Alta que alimenta a la Presa de las Niñas, popularmente conocidas como Cuevas de Majada Alta o Cuevas de las Niñas, de las que informamos en las entradas de Cuevas de Majada Alta y Cuevas y Presa de las Niñas.

Morro de Pajonales (Manuel Arencibia)

El topónimo de la Montaña de Las Yescas responde a su significado dado en las dos primeras acepciones del DRAE: «yesca.- 1.f. Materia muy seca, comúnmente de trapo quemado, cardo u hongos secos, y preparada de suerte que cualquier chispa prenda en ella. 2.f. Cosa sumamente seca, y por consiguiente dispuesta a encenderse o abrasarse», de donde cabe desprenderse que en el tiempo ha predominado abundante hierba seca en las vertientes de la misma y en sus inmediaciones por su aridez.


Localización (IDE de Gran Canaria)
La dualidad en el topónimo del oficial Morro de Pajonales o el popular Morro del Picón
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

viernes, 5 de febrero de 2016

COELLO, MONTE (STA. BRÍGIDA)

El topónimo lo localizamos geográficamente en la margen norte de las carreteras De Casa del Gallo a Cruce Bandama (GC-111) y Glorieta Bandama – Tejeda  (GC-015), entre la Montaña de la Caldereta al norte y las rampas del barranco de Dios al sur, y, entre la zona urbana de la Cruz del Inglés al este y las rampas del barranco del Colegio al oeste.

Distintos historiadores consideran que el origen del topónimo se corresponde con los predios que fueron del corregidor Juan Coello de Portugal. «Juan Coello de Portugal en un primer período que abarcó desde 1672 a 1676, ejerciendo en 1677 de capitán general interino por haber viajado a la metrópoli el titular de entonces Juan de Balboa Mogrobejo y luego continuó en segundo período desde 1678 a 1680» (PLATERO FERNÁNDEZ, C.: “Del Ayuntamiento - corregimiento de Las Palmas”, Revista Aguayro, nº 213, 1995, pp. 034-039).
 
Inmediaciones Hotel Escuela (UDLP)
Debe reseñarse como mérito de su gestión la construcción en su tiempo del puente en la Ciudad sobre el Guiniguada. «El puente de piedra que las unía era el que en 1673 había levantado el corregidor y capitán a guerra don Juan Coello de Portugal» (SÁNCHEZ FALCÓN, E.: "Evolución demográfica de Las Palmas", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 10, 1964), un puente de piedra de cantería azul que sustituyó a uno de madera que se llevó el barranco, pero este también fue destruido por las grandes crecidas del agua del barranco y sería reconstruido por  el Obispo Verdugo.

Está documentado que los primeros repartos legales de tierras  realengas en la isla, fueron «… los realizados por la Real Audiencia en la Montaña de Doramas entre 1805 y 1807, según la R. O. de 1787; los que tienen lugar en el Monte Lentiscal ente 1806 y 1818 y lo mismo se puede decir respecto a la venta de dichas tierras para amortizar la deuda pública cuyas escrituras de venta se otorgan a comienzos de la década de 1830» (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987).

Con anterioridad fue la ocupación clandestina de estas tierras del Monte Lentiscal; la tolerancia en la usurpación y destrucción de los montes permitida por el Cabildo General, en ocasiones realizaba datas sin tener facultad, se favoreció la mayor usurpación de tierras a partir de las haciendas de los propios usurpadores, cuyos protagonistas pertenecían a la  aristocracia adscrita al gobierno de la isla.

«Lo que caracteriza esta usurpación es la impunidad con que se produce pues, aunque a fines del XVIII el Corregidor sigue autos de oficio contra "las usurpaciones de terrenos causadas en el monte Lentiscal de ella, (de la isla) por las personas que alindan con otros propios suios", se les permite seguir en la posesión de lo roturado mediante el pago de un canon a favor de los propios» (o. cit.).
 
Ortofoto (IDE Gran Canaria)
Las pocas datas de gran tamaño concedidas por Real Cédula en el gran Lentiscal que llegaba hasta Marzagán, lo fueron en el último cuarto del s. XVIII para saldar créditos contra la Hacienda Pública, por investigación de diezmos novales y por servicio en Milicias sin sueldo, Administración Real de Correos y Temporalidades. Correspondieron en el mismo orden a Esteban Llarena, Marqués de Acialcasar y Torrehermosa (300 fanegadas),  Bartolomé Hernández Zumbado, Abogado Reales Consejos  (200 f) y a Fulgencio Arturo Brito, Tte. Capitán (200 f). Muchas solicitudes fueron denegadas y no concedidas.

Ya en el s. XIX, el Cabildo decide recaudar recursos sorteando tierras en el Lentiscal, las primeras en la Ladera de la Guirra y Plaza Perdida, y años después se continúa con por Hoya del Batán, Montaña de los Lirios, el Rebentón, Lomo del Medio, Montaña de los Negros, Llano del Barranquito de Dios, Montaña de las Arenas, Lomo y Hoya Obscura, Lomo y Hoya del Alcalde, Raso de la Atalaya, Lomo de San Pedro, Barranquillo de los Corrales, Plaza Perdida, Mocanal y Llano Cruz del Inglés, parajes en la jurisdicción de la Ciudad y de la Villa de Sta. Brígida, repartos a los que concurren vecinos de ambos municipios.

Como puede desprenderse, además de la data al Marqués de Acialcasar que se dio en el “corazón” del Lentiscal, todos estos parajes están fuera del perímetro de lo que sería Monte Coello, salvo las doce suertes de la Hoya de la Capa realizadas "para que pudiese resultar la venta en beneficio de labradores pobres", de donde podría concluirse que lo era porque esas tierras de Monte Coello ya tenían poseedores, y no decimos propietarios por desconocer cómo fueron poseídas.

Esos repartos del primer cuarto del s. XIX suponían la práctica desaparición del Monte Lentiscal «Un ejemplo del deterioro del monte lo constituye el Lentiscal y por ello en las peticiones de datas hechas en el s. XIX se habla, de "el extinguido monte Lentiscal"» (o. cit.).
Lagar Finca del Monte (Fedac)
Se hace muy difícil por la total urbanización del lugar, identificar orográficamente el pequeño cerro o monte que corresponde al topónimo, en gran parte en la jurisdicción del municipio de la Villa de Santa Brígida y una pequeña superficie del municipio de Las Palmas de GC. Intentamos hacer la descripción del perímetro urbano a que corresponde en la actualidad, considerando que con la mención de la calle se incluyen las viviendas a ambos lados de la misma, y también por su elevación a partir de la cota de los 410 metros sobre el nivel del mar, llegando a la máxima de los 470.

La superficie correspondiente a la jurisdicción capitalina, no es llamada oficialmente Monte Coello, si bien orográficamente su suelo es parte del cerro o monte. Es conocida como Cruz del Inglés y la calle ascendente es llamada Goya, y al traspasar el límite municipal pasa a llamarse Real de Coello, ya en el municipio de Santa Brígida.
 
Perímetro topográfico (IDE Gran Canaria)
Su límite al naciente coincidía con el suelo bajo la jurisdicción del municipio capitalino, iniciándose en la Cruz del Inglés, desde la calle Miguel Ángel hasta la frontera administrativa con  la Villa de Santa Brígida, que lo es en una línea paralela a la calle Rosales en el Monte Coello bajo la jurisdicción Capitalina, que se quebraría hacia el Este al llegar a la calle Real de Coello, hasta llegar a la antigua carretera del centro De Casa del Gallo a Cruce Bandama (GC-111).

Su Norte vendría señalado por el suelo urbano a ambas márgenes de la calle La Cuesta, continuando por la calle Antonio Julio Bautista Redondo, en su extremo más septentrional, y continuar por las calles Néstor Álamo, Inocencia Acosta Padilla, las imaginarias líneas del suelo urbano hasta llegar a las calles Monte Coello, Roque Nublo El Bebedero y Pablo León El Bebedero, límites de poniente que conectan con la antigua carretera del centro Glorieta Bandama – Tejeda  (GC-015), que conforma el límite meridional de su perímetro.
 
Panorámica septentrional (Detalle fotog. Yeray Santana)
Más allá de su perímetro al norte, queda la depresión del antiguo lugar y topónimo de Hoya de la Capa y la nueva urbanización de Los Lentiscos en la ladera del Monte, en cotas que bajan a los 398 y 375 metros s.n.m. La actual calle Real de Coello se corresponde con el trazado del antiguo Camino Real del Centro, de ahí que conserve la calle en su denominación tal atributo.


Todo este territorio era parte del histórico Monte Lentiscal, de donde hasta finales del s. XIX el lugar era conocido como El Monte, y así lo recoge  Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico Nacional de 1849.

«BRIJIDA DE LA VEGA (STA.): 1. con ayuntamiento de la provincia audiencia territorial y capitanía general de Canarias, en la isla y diócesis de la Gran Canaria, partido judicial de las Palmas. SITUACIÓN al Este de la isla en medio de una deliciosa vega, libre á la influencia de todos los vientos, con cielo alegre, despejada atmósfera y CLIMA saludable; se compone de los pagos denominados el Monte; la Atalaya, las Cuebas, las Goteras, Satautejo, la Angostura, los Silos …».

Lagar de Luis de la Guardia (Fedac)
Puede que parte del territorio perteneciera a la jurisdicción del desaparecido Ayuntamiento de San Lorenzo, dado que el mismo autor recoge con esta denominación como único pago así llamado el siguiente «MONTE: pago dependiente de la jurisdicción de San Lorenzo, en la isla de la Gran Canaria, provincia de Canarias, partido judicial de las Palmas».

Tal duda no hemos podido despejarla por no disponer del deslinde de los tres municipios (Villa de Santa Brígida, San Lorenzo y Las Palmas) que confluían hasta 1939, momento de la anexión  del segundo por el capitalino.

En los primeros años del s. XX se contaban en el lugar hasta tres lagares para la obtención de vinos, los conocidos como de José de la Coba, Luis de la Guardia, y la Finca del Monte.

Lagar y bodega de José de la Coba (Fedac)
El topónimo de Monte Coello comienza a adquirir notoriedad pública a finales del s. XIX y principios del XX, al iniciarse la construcción de viviendas residenciales y de “veraneo” en el lugar, comenzando a ser relevante en cuanto al asentamiento poblacional de forma estable en “chalets” a partir del segundo cuarto del s. XX.

Entendemos empieza a conocerse como tal a partir de los protocolos notariales de compra-ventas al producirse la parcelación para la construcción por particulares, y se adquiere conocimiento de que dichas tierras pertenecieron al corregidor Juan Coello de Portugal.

Iglesia de san José y san Juan Evangelista (Google Earth)
Tal notoriedad nos la aporta el periódico “Diario de Las Palmas” del 28 de diciembre de 1928, cuando publica un ruego de los estantes en el lugar y de otros asentamientos próximos solicitando de la estafeta de Correos de Santa Brígida distribuya la correspondencia directamente a los destinatarios.

«Los vecinos de Monte Coello y Cruz del Inglés, termino municipal de Santa Brígida, se lamentan de que para recibir su correspondencia tengan que ir personalmente a recogerla a la Estafeta de dicho pueblo, pues parece que los carteros que hacen el reparto por aquéllas inmediaciones y por lugares, aún más lejos, no pueden efectuarlo en aquéllos sitios por estar fuera del distrito que les está señalado, sin que previamente se les ordene.

Los espacios ajardinados de las viviendas en Monte Coello
En Monte Coello y Cruz del Inglés existe hoy una verdadera población formada por numerosos chalets y en ese sitio se encuentra también el Hotel Santa Brígida, que en esta época se llena de extranjeros, muchos de ellos delicados de salud, algunos inválidos, que vienen a reponerse en este clima; y lo mismo aquéllos vecinos que estos extranjeros han de ir a la estafeta, "personalmente", a preguntar si hay alguna carta para ellos, para que en este caso se les entregue.

Nos piden que hagamos llegar al señor Administrador do Correos el ruego, que hacemos nuestro, de que dé las órdenes del caso para que los carteros hagan el reparto en el expresado lugar. Como nos consta el interés y celo que en el mejoramiento del servicio pone siempre el señor del Río Falcón, administrador de nuestra principal de Correos, no dudamos que habrá de atender el citado ruego, que a más de ser justo responde a una verdadera necesidad, aunque creemos que sería más conveniente el solicitar de la superioridad el establecimiento de una estafeta para todo el vecindario de Tafira y parte del Monte Lentiscal».



Unos años después, el arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, muy destacado en la construcción en Monte Coello quiso reproducir un esquema similar de casas unifamiliares para el barrio de Tafira Alta, aunque el resultado serían fincas individuales aisladas y más diseminadas. Sin embargo, alberga un conjunto de gran valor, como la Colonia Quevedo, proyectada en 1931 en Monte Coello, dando al Camino Viejo. Se trata de “chalets” pareados del Grupo Tomás Quevedo y distintos chalés de la familia Quevedo.

Algunas fuentes consideran que el diseño “racionalista” por el que destacó el estudio del arquitecto Miguel Martín, tuvo la notable influencia ejercida por el arquitecto alemán Oppel, contratado por el estudio. «Aquel difícil verano de entreguerras, un arquitecto alemán, de nombre Richard Ernst Oppel, viaja a Canarias. Se trata de un hombre de 43 años de edad, formado en la Universidad Técnica de Dresde, la de mayor prestigio del país. En sus maletas, junto a los documentos que acreditan su capacitación profesional, porta gran cantidad de carboncillos y gastados lápices de colores. Aquel material de dibujo habría de jugar un papel fundamental en la historia de la arquitectura moderna en Canarias.

Vivienda del ingeniero Hans Speth (arquiscopio-com)
El alemán, buscaba en las islas un nuevo comienzo. Oppel planificó su incursión profesional; primero visitaría Tenerife, donde se entrevistó con el arquitecto Eladio Laredo y Carranza, que reconstruía el hotel Taoro del Puerto de La Cruz; y más tarde Gran Canaria, donde visitó a Miguel Martín-Fernández de La Torre, en aquel momento, el arquitecto de mayor proyección del archipiélago, y al que había escrito previamente solicitándole un puesto en su estudio.

El gran arquitecto canario accedió. Las islas, por aquél entonces, comenzaban a vislumbrar el cambio de paradigma hacia la modernidad, y aquel ideal moderno, tenía su referente más destacado en la arquitectura funcionalista que se estaba gestando en Alemania. Este hecho, junto a la sólida trayectoria demostrada por Oppel, fue probablemente un factor decisivo en su admisión. Y así fue como el arquitecto Oppel, dada su procedencia extranjera, no podía firmar proyectos, se incorporó al equipo de Martín. Pronto Miguel le brindó su confianza y Richard le correspondió con trabajo y tesón.

En aquellos primeros meses, Oppel pasaba incontables horas frente al tablero de dibujo, en un digno edificio de la calle Bravo Murillo de Las Palmas, proyectado por el propio Martín, donde este último había instalado su estudio profesional y su vivienda. Uno de los primeros encargos que recibió el alemán, ya incorporado al estudio del arquitecto canario, fue una casa que atendería al programa de vivienda para el ingeniero Hans Speth y su familia.

El Dr. Speth, que por aquella época dirigía las obras del Puerto de La Luz y de Las Palmas, había trabado una fuerte amistad con Richard Oppel desde la llegada de éste a Gran Canaria. Les unía su condición de centroeuropeos ─Speth era holandés─ y una educación común, ya que ambos obtuvieron una férrea instrucción germánica, producto de la cual lucían una característica cicatriz en el rostro. Así pues, el ingeniero Speth, confió a su amigo el proyecto de su casa en Tafira. Ésta habría de levantarse sobre una parcela elevada, desde donde su futuro propietario pudiera seguir las obras del Puerto, que dirigía al frente de la Sociedad Metropolitana de Construcción. En septiembre de aquel año treinta y dos, Richard comenzó a trazar los primeros croquis de la futura casa (BEAUTELL, A.: “El mejor racionalismo hecho en Canarias”, arquiscopio-com, 22-01-2016). La casa se situaba en el término municipal de Las Palmas, en el Monte Coello orográfico bajo su jurisdicción, concretamente en la calle Rosales nº 4.
 
Antiguo Hotel Santa Brígida
En 1939 volvemos a tener noticias en la prensa local de Monte Coello, como consecuencia del expediente de subasta pública para la contratación del servicio de alumbrado eléctrico de esta localidad y de la barriada de "Coello", de donde sabemos que ya había adquirido tal condición urbana.
 
Pabellón entrada Hotel Sta. Brígida (MDC)
Proyecto Miguel Martín Hotel Sta. Brígida (MDC)
La edificación más sobresaliente de Monte Coello por su tamaño, es el actual Hotel Escuela de Santa Brígida, proyecto que corresponde también al mismo arquitecto quien lo realizó para la viuda de Quidney en 1940. Venía a sustituir al antiguo hotel de madera que se incendió en agosto de 1938 ocasionado por un cortocircuito. Fue la gran atracción turística de finales del s. XIX, donde se hospedaban los extranjeros que venían a la isla atraídos por las bondades de las aguas de sus balnearios y el especial clima del Monte.
 
Hotel Escuela Santa Brígida
En 1971, se inauguró  el Centro de Monte Coello, en la calle Goya, obra social que creó y subvencionó la extinguida Caja Insular de Ahorros. Fue concebido como un gran Centro de Orientación Psicopedagógica al "subnormal mental". Además de contar con un servicio médico complementario, tenía un servicio psicológico y pedagógico y un gran Centro de Educación Especial con capacidad para 285 niños "subnormales educables" en régimen escolar de seminternado. Pertenecía también a este complejo una Clínica-Hogar para "subnormales custodiables-profundos".

En la actualidad Monte Coello ha dejado de ser un lugar donde predominaban las viviendas unifamiliares ajardinadas o chalés utilizados como residencias “de verano”, convirtiéndose estos en residencias permanentes.

Localización (IDE Gran Canaria)