martes, 21 de agosto de 2012

ROQUE, EL (MOYA)

Topónimo con el que se conoce el caserío situado junto a la Autovía del Norte (GC-002), en la rotonda-parque con las carreteras de Pagador a Moya (GC-075), de Pagador al Hormiguero y Cenobio de Valorón (GC-291) y la de acceso a San Felipe (GC-751), antiguamente conocida como Camino de Los Tableros, roque que conforma la divisoria de las desembocaduras de los barrancos de El Pagador y del Salado.
Panorámica (rosagrancan-blogspot)
Recibe este nombre porque el asentamiento en el mismo se ha construido sobre un promontorio rocoso que se interna en el mar. 

Constituye uno de los caseríos más pintorescos del norte de isla, donde sus estrechos callejones y escaleras peatonales conducen por un laberinto de casas que se funden con el mar.
Foto de 1960 (Fedac)

Probablemente este caserío pintoresco de hoy fue hace siglos el único solar disponible al que pudieron acceder los colonos o jornaleros que se ganaban su sustento trabajando las tierras de regadío que cubrían toda la franja costera próxima, tierras que desde el siglo XVI correspondían a la Hacienda de la Costa de Lairaga de los Amoreto Manrique, antepasados del Condado de la Vega Grande.

Serían trabajadores del campo que venían de otras partes de la isla, que en determinado momento decidieron asentarse aquí con sus familias.

Algunos ocuparían las casas para "vivienda de los colonos" construidas por el propietario de las tierras, y otros optaron por construirse su vivienda en este lugar fuera de los dominios de la propiedad, por ser un «arrife» sobre el mar que antiguamente, como la gran mayoría de la ribera del litoral, era despreciada por los propietarios.
Los estrechos callejones (rosagrancan-blogspot)
No habría que descartar tampoco otros sistemas de relación entre propietario y cultivador. Unos, los primeros trabajadores, posiblemente bajo algún sistema de «medianía», percibirían en especie una porción de la cosecha.

Otros recibirían su retribución por cierta superficie de «pegujal», pequeña porción de terreno que el dueño de la finca agrícola les cedía para que la cultivasen por su cuenta en concepto de remuneración anual. En este último caso, la vivienda tendría que estar próxima para poder atender el «pegujal» en las teóricas horas de descanso.
Los estrechos callejones (rosagrancan-blogspot)
Tiempo después, posiblemente cuando ya se iniciaron los cultivos de los viñedos, tras la desaparición de los cañaverales por la caída del mercado del azúcar, algunos optarían por la fórmula mixta de retribución, por la que los trabajadores percibirían una cantidad de «maravedíes y comida», cantidad de dinero que les entregaría «el pagador» encargado por la propiedad, que crearía el topónimo cercano con tal nombre.

En 1635 los mayordomos de dicha hacienda eran el matrimonio formado por Manuel González y Lucía Francisca, donde el varón desempeñaría el oficio de "pagador".

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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