Actualización: 2013/04/11
Nombre con que el que se conoce el roque que domina el Puerto
de Las Nieves, de escarpadas laderas. Es una zona catalogada como de alto
interés arqueológico, donde en 2009 la escorrentía del agua de lluvia dejó al descubierto
tres enterramientos de época prehispánica. Los restos corresponden a un
individuo adulto, probablemente un varón, pendiente de determinar si se trata
de una inhumación aislada o si, por el contrario, es parte de una nueva
necrópolis prehispánica.
Restos encontrados en 2009 (Cabildo Insular GC) |
El Roque forma parte de las zonas catalogadas por la Carta
Arqueológica del Municipio de Agaete, por lo que este hallazgo viene a
completar la información de una de las zonas con mayor potencialidad del norte
de la Isla, habiendo quedado al descubierto en enero del 2009, debido a las
intensas lluvias, distintos restos en sus inmediaciones.
En cuanto al origen del topónimo ha sido considerado como aborígen, sustentándose tal calificación en las manifestaciones realizadas para el deslinde de las tierras de Guayedra cuando Miguel de Trexo comparece en la villa de Gáldar ante el escribano público Alonso de Herrera, el 11 de octubre de 1512, exponiendo que después del nombramiento de los deslindadores « Michel, e Juan Benitez é Salbador amosonadores é deslindadores» realizados por el gobernador Lope de Sosa el 28 de septiembre de dicho año, comparecieron con el mencionado escribano jurando:
«... que era la linde con mojones antiguos del Valle de Guajayeda en el termino redondo que Dn. Fernando Guadarteme é su yerno el dicho Miguel de Trexo tenia é poseia antiguamente que le fue dado desde el lomo que al presente estabamos é teniendo los pies que habia nombre antigafo, en lengua de los antiguos Canarios las aguas por el otro cabo del dicho Valle por un lomo que está y sale facia Tamaba el lomo arriba aguas vertientes al dicho Valle de Gujayeda ...» (MARTÍN DE GUZMÁN, C.: "Las fuentes etnohistóricas y su relación con el entorno arqueológico del Valle de Guayedra y Torre de Agaete", Anuario de Estudios Atlánticos, 232, 1977).
En cuanto al origen del topónimo ha sido considerado como aborígen, sustentándose tal calificación en las manifestaciones realizadas para el deslinde de las tierras de Guayedra cuando Miguel de Trexo comparece en la villa de Gáldar ante el escribano público Alonso de Herrera, el 11 de octubre de 1512, exponiendo que después del nombramiento de los deslindadores « Michel, e Juan Benitez é Salbador amosonadores é deslindadores» realizados por el gobernador Lope de Sosa el 28 de septiembre de dicho año, comparecieron con el mencionado escribano jurando:
«... que era la linde con mojones antiguos del Valle de Guajayeda en el termino redondo que Dn. Fernando Guadarteme é su yerno el dicho Miguel de Trexo tenia é poseia antiguamente que le fue dado desde el lomo que al presente estabamos é teniendo los pies que habia nombre antigafo, en lengua de los antiguos Canarios las aguas por el otro cabo del dicho Valle por un lomo que está y sale facia Tamaba el lomo arriba aguas vertientes al dicho Valle de Gujayeda ...» (MARTÍN DE GUZMÁN, C.: "Las fuentes etnohistóricas y su relación con el entorno arqueológico del Valle de Guayedra y Torre de Agaete", Anuario de Estudios Atlánticos, 232, 1977).
Tríptico (Patrimonio Gran Canaria) |
Este curioso topónimo cuyo vocablo no está catalogado como aborigen,
pudiera tener su origen en el antiguo castellano. La información dada por
Miguel de Trexo y Carvajal, contiene pequeños errores en cuanto a la correcta
dicción de topónimos aborígenes que menciona, y el único que se escribe tal
cual ha llegado a nuestros días es Antígafo, también uno de los dos que
dice ser «en lengua de los antiguos Canarios», aclaración
que no se hace para otros topónimos aborígenes que se mencionan de distintas
maneras, de donde puede inferirse que al escribano le asaltaba la duda en
cuanto a que Antígafo fuera una voz aborigen, duda que subsiste para los
filólogos al no incluirlo como tal.
El extremeño capitán Miguel de Trexo que participó en la conquista de Tenerife, estando por tanto fuera de Gran Canaria, se casó con Margarita Fernández Guadnarteme, hija de Fernando Guadnarteme fallecido en La Laguna en 1496, y hace estas manifestaciones en 1512 con el fin primordial de resolver los deslindes de la data obtenida por su suegro que no había testado.
Es conocido que Alonso de Lugo vendió su hacienda e ingenio azucarero en Agaete a Francisco Palomar (o Palomares) el 19 de agosto de 1494, ante el escribano Gonzalo de Burgos, traspaso confirmado por los Reyes Católicos por cédula expedida en Tortosa el 28 de febrero de 1496, propiedades que estaban gravadas con una deuda con los Riverol, que más tarde pasaría al conquistador Antón Cerezo El Viejo, hermanastro de Francisco Palomar, si bien se cuestiona si dicha venta pudo ser ficticia por el impago continuado de las deudas del Adelantado para financiar la conquista de Tenerife.
El extremeño capitán Miguel de Trexo que participó en la conquista de Tenerife, estando por tanto fuera de Gran Canaria, se casó con Margarita Fernández Guadnarteme, hija de Fernando Guadnarteme fallecido en La Laguna en 1496, y hace estas manifestaciones en 1512 con el fin primordial de resolver los deslindes de la data obtenida por su suegro que no había testado.
Es conocido que Alonso de Lugo vendió su hacienda e ingenio azucarero en Agaete a Francisco Palomar (o Palomares) el 19 de agosto de 1494, ante el escribano Gonzalo de Burgos, traspaso confirmado por los Reyes Católicos por cédula expedida en Tortosa el 28 de febrero de 1496, propiedades que estaban gravadas con una deuda con los Riverol, que más tarde pasaría al conquistador Antón Cerezo El Viejo, hermanastro de Francisco Palomar, si bien se cuestiona si dicha venta pudo ser ficticia por el impago continuado de las deudas del Adelantado para financiar la conquista de Tenerife.
Detallle de San Antonio Abad |
Con anterioridad a la presencia en el lugar de Antón Cerezo El Viejo,
no es conocido el topónimo del roque Antígafo y así lo manifiesta el
desaparecido Celso Martín de Guzmán:
« ... Los primeros contactos con la zona se efectúan a los pocos meses del desembarco de Vera en Gran Canaria. Si seguimos a Valera, tiene lugar en los primeros días de diciembre de 1480 "e fué a ver un lugar que dizen el Gayerte, donde fasta entonces ningund christiano avia llegado; y entroles por fuerza un gran risco que los canarios tenían, e peleó con ellos, e fueron ende muertos veynte e dos cavalleros e los suyos fueron algunos feridos" ». Añade el autor e investigador la nota al pie 26 que dice: «El "gran risco" que menciona Valera no es otro que Antigafo, autentica fortaleza natural a la entrada del puerto de Agaete».
Es más clara aún otra transcripción del deslinde que dice: «El deslinde es como sigue: "Desde el Lomo que al presente estábamos e teníamos los pies, que havía (por) nombre Antigafo, en lengua de los antiguos canarios les Aguañe, por el otro cabo del dicho valle de Guadayeda...» (SUÁREZ GRIMÓN, V.: "La hacienda de Guayedra y el Heredamiento de Agaete ante la ocupación de realengos", Revista de Historia, nº 173, 1983).
Si no es un topónimo aborigen, pues como se dice le llamaban "Aguañe" y pudiera tener su origen como decíamos en el antiguo castellano. Antígafo puede ser una palabra compuesta, muy al uso de la época, formada por el morfema anti: prefijo griego "Contra"; y el lexema gafo: Que tiene encorvados y sin movimiento los dedos de manos y pies. Dice el filólogo Joan Coromines que el nombre Gafo en el siglo XIII se daba a los leprosos por la forma encorvada de sus extremidades.
La relación es mayor aún cuando contemplamos el tríptico de Las Nieves. En la tabla de la izquierda del tríptico flamenco obra de Joos van Cleve (1490-1540), conocido como el retablo de Antón Cerezo conquistador con propiedades en el lugar, se representa a San Antonio Abad, el santo ermitaño, en un óleo sobre tabla de 117 x 54 cms., fechado entre 1535 y 1537. El anciano cubierto con una capa talar y una gran capa negra con capucha camina descalzo por un frondoso paraje en unión de su inseparable cerdo con una campanilla, portando una larga y fina vara con una cruz en tau.
El fondo de la escena reproduce un paisaje montañoso en una ribera, con una ciudad portuaria en cuya costa hay varias embarcaciones. En los riscos del fondo se puede llegar a ver un roque y, en segundo plano, parece asomar y dibujarse el desaparecido "Dedo de Dios". San Antonio Abad alcanzó en la antigüedad extraordinaria popularidad por su fama como santo curador del llamado fuego de San Antón o mal de los ardientes (erisipela gangrenosa), la lepra y la sífilis, además de la peste, el lumbago y enfermedades de la piel.
La elección del conquistador Antón Cerezo del santo ermitaño, curador de la lepra entre otras, no lo es sólo porque sea de su onomástica, puede tener total relación con el nombre dado al roque de Antigafo, que pudiera así ser llamado (contra la lepra) en los primeros años de la conquista en que la enfermedad castigaba mucho a la población.
« ... Los primeros contactos con la zona se efectúan a los pocos meses del desembarco de Vera en Gran Canaria. Si seguimos a Valera, tiene lugar en los primeros días de diciembre de 1480 "e fué a ver un lugar que dizen el Gayerte, donde fasta entonces ningund christiano avia llegado; y entroles por fuerza un gran risco que los canarios tenían, e peleó con ellos, e fueron ende muertos veynte e dos cavalleros e los suyos fueron algunos feridos" ». Añade el autor e investigador la nota al pie 26 que dice: «El "gran risco" que menciona Valera no es otro que Antigafo, autentica fortaleza natural a la entrada del puerto de Agaete».
Es más clara aún otra transcripción del deslinde que dice: «El deslinde es como sigue: "Desde el Lomo que al presente estábamos e teníamos los pies, que havía (por) nombre Antigafo, en lengua de los antiguos canarios les Aguañe, por el otro cabo del dicho valle de Guadayeda...» (SUÁREZ GRIMÓN, V.: "La hacienda de Guayedra y el Heredamiento de Agaete ante la ocupación de realengos", Revista de Historia, nº 173, 1983).
Si no es un topónimo aborigen, pues como se dice le llamaban "Aguañe" y pudiera tener su origen como decíamos en el antiguo castellano. Antígafo puede ser una palabra compuesta, muy al uso de la época, formada por el morfema anti: prefijo griego "Contra"; y el lexema gafo: Que tiene encorvados y sin movimiento los dedos de manos y pies. Dice el filólogo Joan Coromines que el nombre Gafo en el siglo XIII se daba a los leprosos por la forma encorvada de sus extremidades.
La relación es mayor aún cuando contemplamos el tríptico de Las Nieves. En la tabla de la izquierda del tríptico flamenco obra de Joos van Cleve (1490-1540), conocido como el retablo de Antón Cerezo conquistador con propiedades en el lugar, se representa a San Antonio Abad, el santo ermitaño, en un óleo sobre tabla de 117 x 54 cms., fechado entre 1535 y 1537. El anciano cubierto con una capa talar y una gran capa negra con capucha camina descalzo por un frondoso paraje en unión de su inseparable cerdo con una campanilla, portando una larga y fina vara con una cruz en tau.
El fondo de la escena reproduce un paisaje montañoso en una ribera, con una ciudad portuaria en cuya costa hay varias embarcaciones. En los riscos del fondo se puede llegar a ver un roque y, en segundo plano, parece asomar y dibujarse el desaparecido "Dedo de Dios". San Antonio Abad alcanzó en la antigüedad extraordinaria popularidad por su fama como santo curador del llamado fuego de San Antón o mal de los ardientes (erisipela gangrenosa), la lepra y la sífilis, además de la peste, el lumbago y enfermedades de la piel.
La elección del conquistador Antón Cerezo del santo ermitaño, curador de la lepra entre otras, no lo es sólo porque sea de su onomástica, puede tener total relación con el nombre dado al roque de Antigafo, que pudiera así ser llamado (contra la lepra) en los primeros años de la conquista en que la enfermedad castigaba mucho a la población.
Las Nieves y el Roque Antígafo (Cristóbal García) |
En el año 1481, en plena conquista de Gran Canaria, Pedro de Vera
edifica la torre o fuerte de Agaete a la orilla del mar y nombra alcalde de la
fortaleza a Alonso Fernández de Lugo. Éste encontró la imagen de la Virgen de
las Nieves en la orilla del mar, entre piedras, que en 1493 traslada consigo a
isla de La Palma.
Debido a la prosperidad del comercio azucarero, el genovés Antón Cerezo y su mujer Sancha Díaz de Zurita hicieron traer un Tríptico de Flandes con la devoción a la Virgen de las Nieves, tríptico de gran valor artístico, que hoy se venera en la ermita que lleva su mismo nombre. Como prueba de que la devoción continuaba, a pesar de la ausencia de la imagen, en el año 1532 Antón Cerezo firma con los Mercedarios la escritura correspondiente a la fundación de un monasterio de dicha orden en Agaete. En ella nos dice: «Primeramente, que nos vos damos para hacer y fabricar el dicho monasterio de dicha iglesia y capilla de Nuestra Señora de las Nieves, con sus puertas, herraduras y llaves». Dicho propósito no pudo realizarse por Antón Cerezo, en el que su hijo Francisco Palomar continuo la labor ya instaurada y se convirtió en el fundador de la ermita.
En el siglo XVI las pinturas realizadas por encargos tenían un sentido iconográfico (estudio descriptivo de los temas, los signos y las imágenes de las artes figurativas) representando en ellas como en este caso, el recuerdo a la virgen que fue llevada a La Palma, los santos onomásticos de padre e hijo (Antón y Francisco) y en medallones recortados, en uno el retrato del padre con su hijo, y en el otro, su mujer Sancha Diaz.
Debido a la prosperidad del comercio azucarero, el genovés Antón Cerezo y su mujer Sancha Díaz de Zurita hicieron traer un Tríptico de Flandes con la devoción a la Virgen de las Nieves, tríptico de gran valor artístico, que hoy se venera en la ermita que lleva su mismo nombre. Como prueba de que la devoción continuaba, a pesar de la ausencia de la imagen, en el año 1532 Antón Cerezo firma con los Mercedarios la escritura correspondiente a la fundación de un monasterio de dicha orden en Agaete. En ella nos dice: «Primeramente, que nos vos damos para hacer y fabricar el dicho monasterio de dicha iglesia y capilla de Nuestra Señora de las Nieves, con sus puertas, herraduras y llaves». Dicho propósito no pudo realizarse por Antón Cerezo, en el que su hijo Francisco Palomar continuo la labor ya instaurada y se convirtió en el fundador de la ermita.
En el siglo XVI las pinturas realizadas por encargos tenían un sentido iconográfico (estudio descriptivo de los temas, los signos y las imágenes de las artes figurativas) representando en ellas como en este caso, el recuerdo a la virgen que fue llevada a La Palma, los santos onomásticos de padre e hijo (Antón y Francisco) y en medallones recortados, en uno el retrato del padre con su hijo, y en el otro, su mujer Sancha Diaz.
Localización (Espacios Naturales Gran Canaria) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario