"Las brujas" de Goya (Museo Lázaro Galiano) |
Topónimo que debe su nombre a la existencia de un pozo, que según los que lo conocen no dio nunca agua, pues se excavó en un lugar de suelo calcáreo en el lugar de Montaña Blanca, no idóneo para este tipo de extracción, que se convirtió en el símbolo del «sonoro silencio».
El pozo, que se emplaza a unos 185 metros sobre el nivel del mar, data de finales del siglo XIX, y su estructura es la típica construcción tradicional canaria. Hasta 1937 era conocido como el Pozo de Don Paulino, respondiendo al nombre de su propietario Paulino Granados Marrero, que lo fue hasta 1945.
Es a partir del año 1937 cuando el «silencio popular» empieza a llamar Llano de Las Brujas al lugar próximo que ahora le da nombre, porque en los tiempos del silencio obligado el nuevo topónimo hacía referencia a la única historia goyesca que podía contarse en relación con las «… misteriosas luces, ruidos, gritos y lamentos que se observaban y escuchaban desde la próxima Montaña de Cardones en las noches oscuras…» en los meses de marzo y abril de 1937.
El pozo (arucasblog-blogspot-com) |
Estos acontecimientos se atribuían a supuestos aquelarres de las brujas en los comentarios entre vecinos, pretendiendo que el lugar no fuera olvidado por los extraños sucesos acontecidos, pero en la intimidad de las familias de bien se custodiaba la verdad de la historia. La tradición oral mantuvo, en la memoria colectiva, la esperanza entre los familiares y vecinos de los ausentes.
Trabajos de investigación (La Provincia) |
Muchos años han tenido que pasar para que se rompiera el silencio y se conociera que «… las misteriosas luces eran las de los faros de las camionetas…» de los salvajes intolerantes que llevaban por carga a aquellos seres humanos, que sin tener delito de sangre alguno en sus manos, simplemente por tener otros ideales, o por estar cansados de tener las espaldas dobladas de tanto trabajo mal pagado, o por no atender a oscuros derechos de pernada, o por trabajar en días de guardar, eran condenados sin juicio previo por esa moderna inquisición que se dio en aquellas fechas, arrojados en el pozo de noventa metros y cubiertos con cal viva, en el mejor de los casos, después de ser tiroteados.
Restos encontrados en el pozo (victimasguerracivilespaniola-blogspot) |
«Para comprender mejor lo sucedido en Arucas, es oportuna
una aproximación a los detalles conocidos de los 64 desaparecidos con
posterioridad al golpe de estado:
* En cuanto a
sus ocupaciones, 33 eran jornaleros agrícolas, 4 albañiles, 4 empleados, 2
dependientes, 2 pintores, y el resto de profesiones muy diversas.
* Todos eran
hombres, 35 casados y 17 solteros.
* En marzo de
1937 desaparecieron cincuenta: 1 el día 7, 4 el día 17, 29 el día 18, y 16 el
día 19.
* De los
desaparecidos en el citado mes de marzo, los cuales habían sido detenidos en distintas
fechas por la autoridad militar gubernativa, fueron puestos en libertad por la
propia autoridad en el mismo mes de marzo 32; 6 los fueron con anterioridad y de
12 de ellos no se conoce el dato.
* Los días que
median entre su liberación y su desaparición es como sigue: 5 desaparecieron el
mismo día que fueron liberados, 4 al día siguiente, 3 dos días después, 3 seis
días después, 18 a la segunda semana y otros 5 con distintos meses de
diferencia.
Una primera conclusión sobre estos detalles de los
acontecimientos nos acerca a una sistemática violencia en cuanto al perfecto
conocimiento del momento en que eran liberados en el Lazareto de Gando donde
los militares no los castigaban, ni dejaban que lo hicieran las brigadas
falangistas; sobresale la inmediatez con que se practicaban las sacas nocturnas,
y más aún, la no aceptación de su liberación por los militares en una acción exculpatoria
por no existir causa en muchos casos, generó como reacción en los falangistas las
sacas masivas por grupos de civiles organizados entre los días 17, 18 y 19 de
marzo de 1937, que se valían de la presencia de algún guardia para alegar su
detención para una nueva declaración en las madrugadas. Se ratifica esta teoría
con la desaparición el 30 de septiembre de 1937 de un detenido que había sido
liberado el mismo día.
Ortofoto del lugar (IDE Gran Canaria) |
Los días 1 y 4 de abril las camionetas de los falangistas
de Arucas llegaban a Gáldar y Agaete, respectivamente, tocándole a la villa
marinera la peor parte en las sacas múltiples. En la Vecindad de Enfrente del
valle de San Pedro se llevaban veintidós personas y ocho en el casco de la
villa; se trataba de padres, muchos hijos y hermanos dejando de forma despiadada
muchas familias rotas. Algún tiempo después los aldeanos contarían que no les permitieron
pasar del Andén Verde. Eran las brigadas del amanecer que tanta mala fama dieron
a Arucas.
Otros detenidos
liberados del campo de concentración del Lazareto de Gando, advertidos por sus
vecinos que había "mojo con morena", no fueron esas noches a sus
casas en Arucas y escaparon de acabar con sus huesos en el fondo de un
desconocido pozo. Tuvieron que permanecer por algún tiempo en paradero
desconocido»
(MDC
Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense).
Para
el común de los lectores podría llegarse a la errónea conclusión que es
exagerada la interpretación histórica de los hechos acontecidos en Arucas, pero
la realidad se confirma en valores relativos: «Para determinar el tamaño de de los desaparecidos en Arucas y su comparación
con los habidos en otros términos municipales, así como en la isla y en Canarias,
evaluando de esta forma la intensidad del los hechos, se ha calculado el índice
por cada mil habitantes, utilizando el censo más próximo, año 1940 [fuente
INSTAC], cuyo resultado es el cuadro de la derecha [arriba]. El municipio capitalino
incluye 59 fusilados y 14 desaparecidos del extinguido municipio de San Lorenzo».
Desgraciadamente destaca el porcentaje por cada mil habitantes de Arucas, que
dobla el insular, triplica el de Canarias, y sólo es superado por el municipio
de Agaete, del que ya se ha dicho quienes fueron sus autores.
Muchas son las palabras escritas para describir el lugar: horror, barbarie, crueldad, represión, tortura, dolor, infamia, ignominia, vileza, ruindad, repugnancia…, pero no existe un vocablo que defina tanta intolerancia, tanto odio. Pesa aún el desconocimiento de cuántos lugares de estos mal llamados aquelarres quedan por descubrir para acabar con el silencio por dignidad, justicia, vergüenza, decoro, respeto, reparación…
Traslado de restos al Cementerio de Arucas (Canarias 7) |
Desde la perspectiva de la ciencia toponímica se demuestra, con la triste circunstancia que concurre en este caso, que la memoria colectiva opera en todos los tiempos, antiguamente y en la actualidad, para dar nombre a un lugar construyendo un topónimo que en sí mismo es fuente oral para la reconstrucción de la historia allí vivida.
Localización (Espacios Naturales Gran Canaria) |
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