Actualización:
22/03/2016
El
topónimo de este lugar como caserío se le menciona en las Constituciones, y nuevas addiciones
Synodales del Obispado de las
Canarias de Pedro Manuel Dávila y Cárdenas del año de 1737, a las que hizo
Cristóbal de la Cámara y Murga en el año 1629, cuando al describir a Guía
menciona el pago de El
Calabozo con ocho vecinos,
aproximadamente unos cuarenta habitantes. Igualmente es mencionado en la
descripción de Guía realizada por Viera y Clavijo.
Panorámica del barranco (Rafael Peñate Navarro) |
A la
altura de La Dehesa, el
barranco recibe las aguas de su
tributario de naciente el barranquillo
de la Guardia, para más abajo
a la altura del Risco Alto del
Cabro recibir las aguas de
dos pequeños barranquillos de poniente que nacen en las vertientes de la Montaña Clavijo, donde se
localiza el pago de El Gallego, desaguando el barranco en la presa de Valerón.
Aguas
abajo, a la altura del Cenobio de Valerón, el barranco de Calabozo recibe las aguas de su tributario
el barranco de Valerón, de pequeño tamaño pues
nace en Tres Palmas donde se construyó otra presa.
Este tributario recibe el nombre por discurrir por el lugar de Valerón, formado por los riscos y
vertientes entre la presa de
Valerón, y, entre Las Conejeras y la Fuente Conejo.
Cantonera y acequia (Fedac) |
Continúa el barranco de Calabozo, aguas abajo, hasta el lugar
llamado Junta de los
Barrancos, donde confluye con
el barranco del
Hormiguero, pasando a ser
ambos el barranco de San
Felipe para desaguar en el
mar junto al pago homónimo, dejando una gran superficie de
drenaje que ha sido aprovechada para el cultivo.
El barranco de los Solapones nace en la Hoya de María, en la vertiente
norte del Lomo de Bascamao,
y antes de llegar al lugar de Calabozo recibe por el naciente dos
tributarios, barranco de Verdejo y barranco de Bracamonte.
En la isla hay otro barranco de Valerón, que nace producto de la
división en dos cuencas del barranco del Caidero, al sur del
pago de San José del Caidero, y recibe su
nombre por discurrir por la llamada Hoya
de Valerón, al norte de Chirino,
entre Montaña Pelada y Montaña
del Lance, todo ello en el antiguo "Facarcas" de Gáldar. Aguas abajo discurre
por Los Llanos de Agaete hasta tributar sus aguas al barranco
del Juncal.
Horno de tejas (Fedac) |
Estas denominaciones distintas son
confundidas incluso por los lugareños, desde la lógica histórica
del topónimo de este lugar que empezó a documentarse a finales del siglo
XVII, todas ellas fundamentadas en viejos protocolos notariales que en
ocasiones se confunden las transcripciones con el paso de los siglos. Inclusive
el IDE Gran Canaria, al cauce del barranco
de Calabozo a partir de la
presa de su nombre, vuelve a llamarle barranco
de los Solapones.
Las
tierras en este lugar fueron propiedad del Convento Dominico de Las Palmas,
teniendo su origen posiblemente en una donación. Con la desamortización de los
bienes eclesiásticos, salen a remate las seis fanegas y seis celemines el día
26 de agosto de 1841, siendo adquirida la «Suerte
en Calabozo con una cueva» por
Francisco Tobar, vecino de Guía, por 8.500 reales de vellón.
Calabozo o calagozo |
El
topónimo puede tener su origen en el apellido Calabozo, que tiene escudo
heráldico, pero, dado que el lugar era una de las entradas al la antigua montaña de Doramas, es mucho
más probable que se deba al aparejo agrícola así denominado que, según la
DRAE, es un «Instrumento de
hoja acerada, ancha y fuerte, para podar y rozar árboles y matas» muy utilizado en la antigüedad, pues
ya desde 1531, las Ordenanzas del Concejo obligaban de alguna manera su
utilización, para que el árbol no muriera, cuando establecía que «… se podía cortar leña por parte
de los vecinos de Las Palmas y Telde usando
hacha o calabozo sin arrancar de raíz el lentisco…».
Los
antiguos "cortadores" que se encargaban de ir a buscar la leña para
los ingenios azucareros mencionaban en algunos contratos que firmaban a tal fin «las herramientas de estos
cortadores, tales como el azadón, el
calabozo o el pernal» tal como se dice en el legajo 887 del
año 1582 del escribano Bernardino Rosales (LOBO
CABRERA, M. Y OTROS: Los usos
de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las
Palmas de GC, 2007).
También
está catalogado un antiguo topónimo de El
Calabozo en la vertiente de
poniente del barranco
de La Culata de San Bartolomé de Tirajana; y otro más en la
vertiente de naciente del barranco
de la Colgada, cerca del Mirador
de Guriete, de Santa Lucía de Tirajana.
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