Pago situado a 1.300 metros de altitud, en el límite de las medianías con las cumbres de la isla, conocidas en la antigüedad como la Sierra, próximo a la Caldera de los Marteles.
En el entorno se encuentran topónimos que responden perfectamente a su localización; siguiendo el sentido de las agujas del reloj, a partir del Norte tenemos La Asomada, La Degollada, La Montañeta de Cazadores, La Fuente Bermeja, El Roquete, El Laderón, y La Lajita, topónimos todos ellos que se describen por sí mismo.
Esta concurrencia de topónimos descriptivos parecen situarnos en un territorio que en la frontera de los siglos XVII y XVIII, los presumibles ancestrales topónimos de los lugareños cayeron en el olvido, dando paso a este lenguaje toponímico usual en los foráneos al lugar, por su propia función descriptiva que ayuda a su correcta ubicación a los fines deseados.
Esta concurrencia de topónimos descriptivos parecen situarnos en un territorio que en la frontera de los siglos XVII y XVIII, los presumibles ancestrales topónimos de los lugareños cayeron en el olvido, dando paso a este lenguaje toponímico usual en los foráneos al lugar, por su propia función descriptiva que ayuda a su correcta ubicación a los fines deseados.
Casa-cueva (Fedac) |
Este pago es un lugar de paso, a mitad de camino, que según algunas fuentes recibe su nombre de ser lugar de «cazadores», en concreto se dice «... se llama así por haber sido en un principio refugio acostumbrado de los cazadores de aquellos parajes, por haber allí muchas cuevas a propósito» (TRAPERO, M.: "Sobre la motivación semántica de la toponimia", Revista Museo Canario, 1995).
Es así que el topónimo está necesariamene con los "cazadores", pero en la antigüedad no lo era con aquellas personas que podrían dedicarse a la caza actividad que no se ejercía ni por oficio, ni por afición, más bien como medio de sustento.
Parece más correcto que esté vinculado al Regimiento de Milicias de Telde. En el año 1786 en dicho Regimiento se agrupaba una Unidad de Cazadores mandada por el Teniente Pedro Rufiell y por el Subteniente Francisco Calimano, y compuesta por dos sargentos, ocho cabos, y, sesenta y cuatro soldados (MACÍAS MARTÍN, F. Y OTROS: Fuentes militares para el estudio del Antiguo Régimen: el ejemplo de Canarias).
Horno de pan (Fedac) |
Las funciones de las milicias de Cazadores de Montaña no eran otras que la vigilancia de los montes dentro del contexto de la propiedad concejil de los mismos, velando porque no fueran ocupados ilegalmente, no se roturaran las tierras y se cumplieran las distintas ordenanzas en cuanto a fuego y aprovechamientos. La localización de este pago en la entrada a la Sierra y el propio topónimo sustentan que este era el lugar estratégicamente ideal para el asentamiento de esta Unidad de Cazadores de Montaña.
Probablemente esta unidad de milicias se asentó en el lugar sobre el siglo XVII, pues el topónimo aparece en los documentos públicos en el siguiente, generando ese lenguaje toponímico descriptivo al que hemos aludido más arriba.
Aparece consolidado cuando el Mayorazgo del Buen Suceso, fundado en el siglo XVIII por Domingo Hernández Naranjo Nieto con el capital que devengó como párroco durante muchos años en América, decía tener en su patrimonio el Cortijo de Cazadores, con una cabida de doscientas sesenta y nueve fanegas, un celemín y medio y cincuenta y dos brazas, propiedades que compró su cuñado por mandato del fundador.
Cadenas (Fedac) |
Dado el plano inclinado de las tierras, en el lugar abundaban las «cadenas» o escalonamientos del terreno con la construcción de bancales o muros de piedra seca para su nivelación y mejor aprovechamiento. En ellas se cultivaban almendros, cereales –sobre todo cebada– y frutales, cultivos que de forma generalizada fueron abandonados de forma progresiva.
Localización (Espacios Naturales Gran Canaria) |
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