Topónimo con el que son conocidas las cuevas que se encuentran cerca del puente de La Calzada, excavadas en el
volcán de la Caldereta. Deben su nombre a los frailes Juan de Lebrija y
Diego de las Cañas los cuales pidieron permiso a Pedro de Vera para que
les dejase interceder con los aborígenes, con escasos resultados y un
final bastante dramático. Formado por 37 cuevas naturales, este
yacimiento fue descubierto en 1933.
Dice Agustín Millares Torres (Historia de la Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1997) que los acontecimientos sucedieron cuando Pedro de Vera inició los repartimientos de tierras y aguas, en los cuales los canarios bautizados habían resultado desfavorecidos, y narra que:
Cueva de los Frailes 1900 (Fedac) |
«En vano los naturales habían obtenido expresamente de los Reyes Católicos que no se les excluyese de la división de los terrenos; su posición de vencidos, su ignorancia de los usos y costumbres europeas, la diferencia de razas, el desprecio de los españoles, y la rapacidad d e los jefes que estaban al frente de la colonia, prepararon a los isleños la triste suerte que luego les cupo, y que sólo algunos en Tenerife pudieron mejorar.
Ignórase si estas causas de descontento, o el deseo de recobrar su perdida independencia, produjeron en 1484 una sublevación que hubiera podido traer funestas consecuencias para la colonia, si Vera no procurase ahogarla en su nacimiento. Debe suponerse, por las noticias que han llegado hasta nosotros, que esta insurrección fue sólo provocada por algunas partidas de isleños, que, no habiendo tomado parte en la capitulación de Ansite, se mantuvieron en las asperezas y altas sierras de la isla, bajando algunas veces al llano para atacar los caseríos, saquear los sembrados, y asesinar a los castellanos que lejos de las poblaciones podían sorprender.
Cuando la noticia de esta sublevación llegó a Las Palmas, dos reverendos frailes que habían acompañado a Vera en la conquista de la isla, animados de santo celo por la conversión de estos infieles, solicitaron y obtuvieron licencia para salir a su encuentro, y exhortarles, con el crucifijo en la mano, a deponer las armas y someterse a sus nuevos Reyes.
Cueva de los Frailes 1900 (Fedac) |
Llamábanse estos frailes fray Diego de las Cañas y fray Juan de Lebrija, los cuales, saliendo, como hemos dicho, de Las Palmas, hallaron en el monte de lentiscos, que a una legua de la ciudad se extendía, una partida de insurrectos sobre los que principiaron a ejercer su santo ministerio, y a probar la influencia de sus piadosas exhortaciones. Pero aquellos bárbaros, exasperados por las últimas injusticias de Vera, despreciando sus consejos, y burlándose de sus palabras, los maniataron y, llevándolos a un desfiladero en cuyo fondo corría el Guiniguada, los despeñaron con furor, dándoles de este modo la corona del martirio. Desde entonces aquel sitio se conoce en el país con el nombre de Cuevas de los frailes.
Estas fueron, sin embargo, las últimas víctimas de la insurrección, porque don Fernando Guarnarteme, Maninidra, Aytami y otros nobles canarios, saliendo entonces de la ciudad, consiguieron con halagos, promesas y juiciosas reflexiones atraerlos a la vida civilizada, y hacerles adoptar la religión que ellos mismos habían abrazado ».
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria) |
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