jueves, 24 de mayo de 2012

DORAMAS, MONTAÑA DE (VARIOS)

«… Entre las cosas dignas de mencionarse está la montaña de Doramas, que, mirando hacia el Norte, tiene aguas fresquísimas, cerros amenos, y sitios extraños y cuevas toscamente hechas, y varias clases de árboles en número infinito, que con sus excelsas cimas parecen rebasar el término de su crecimiento; los cuales crían sombra a los prados, a las yerbas y a las fuentes que allí se hallan, de tal modo, que no sólo parece ser la famosa montaña de Ida, sino que parece como si reuniese en sí a todos los dioses del Parnaso y de la Arcadia. Digna de resonar al dulce caramillo de Títiro mantuario y del Sincero napolitano, hoy día es de feliz memoria por la suave Musa del afortunado Cairasco, nobil planta provenzal cultivada en los elíseos terrenos de Canaria...».

Jardín Canario Viera y Clavijo
De esta forma en 1588 Leonardo Torriani al describir la isla ya destacaba su grandeza sobre todo el territorio, recordando a Bartolomé Cairasco de Figueroa y el entusiasmo del poeta canario por el bosque de Doramas, que manifestó también Abreu Galindo.

La demanda de madera y leña para la construcción inmobiliaria y naval, y para los ingenios azucareros ocasionó su tala descontrolada y una alta degradación hasta el año 1531, año en que se aprobó en las Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria la prohibición de cortar madera sin autorización en la montaña de Doramas, prohibiéndose incluso la entrada de ganado. A pesar de la protección y de los distintos intentos de repoblación, lo cierto es que en los siguientes años prosiguió la destrucción de las masas forestales.

Para aproximarnos al tamaño del antiguo Bosque de Doramas, en la antigüedad conocido como la Montaña de Doramas, podríamos tomar como mejor referencia la superficie definida para el Parque Rural de Doramas conforme al Plan Rector. Se situaría en el Norte de la Islay comprendería 3.879,46 hectáreas con la siguiente distribución por municipios:

El propio Plan Rector hace una descripción histórica de los sucesivos impactos que soportó a lo largo de cuatro siglos:
« El impacto causado por los aborígenes de esta isla sobre el paisaje, fue ínfimo, siendo el mayor causante de su deforestación, la conquista de la isla y, por consiguiente, el reparto de tierras y aguas entre los nobles y participantes en la batalla. Por tanto, se comienza todo un proceso de ocupación desde la costa hacia el interior, causando un vertiginoso retroceso de la masa boscosa.

Finalizada la conquista, bajo el patrocinio de los Reyes Católicos, éstos ofrecieron a sus gobernadores, para hacer repartimientos de sus riquezas. La desaparición de la montaña de Doramas fue una continua y progresiva sobreexplotación y degradación. Los asentamientos no eran nada homogéneos, pues una vez ocuparon las zonas bajas y las proximidades de las desembocaduras de los barrancos (recurso del agua), se avanza hacia las medianías, repercutiendo de forma especial en el bosque, degradándolo hasta llegar a su completa desaparición. La tala y destrucción del Monte Doramas se produce durante los siglos XVI y XVII debido a la utilización por parte de aquellos beneficiados de las reparticiones, como eran:
  • Leña para su conversión en carbón vegetal, para utilizar como combustible, fundamental en las áreas rurales en aquellos momentos.
  • Otras veces para ocuparlas y dedicarlas al cultivo de cepas de vides, pues se entendía que eran tierras de gran productividad.
  • Y la necesidad de madera para la construcción de barcos y navíos, de gran auge en esta época en las islas.

Aunque la actividad que en estos momentos necesita mayor consumo de madera y la principal causante de la deforestación es el azúcar, tanto para el combustible de los ingenios, como para construir aparatos y embalajes para los panes de azúcar. Desde este momento Doramas se erige como el principal abastecedor de maderas y leña. Ésto unido al aumento y diversificación de la cabaña ganadera y el nacimiento de caseríos, repercute de forma negativa sobre la masa boscosa del Monte de Doramas.
Durante el siglo XVIII continúa aumentando la población al mismo tiempo que se produce una mayor demanda de alimentos, produciéndose un aumento de los precios. Esto conlleva más presión demográfica y más ansia de beneficio derivada del alza de la producción agrícola, acentuando así el voraz aumento de captar más tierras, siguiéndose las acciones impunes e irracionales contra el bosque, más la disputa entre ganaderos y agricultores, que aún mantenían sus rencillas.

Sobre la segunda mitad de este siglo, el descenso del bosque es causa también de nuevas actividades como la elaboración de aceite, producido por la baya del laurel, usado en su momento tanto para el alumbrado como para medicina, aunque sigue siendo la obtención de carbón la práctica más común que mayor cantidad de bosque consumía y la causa de numerosos y descontrolados incendios.

A lo largo del siglo XIX, sobre todo en la 1ª mitad, el poco arbolado que quedaba termina desapareciendo siendo totalmente privatizado, pues por un lado, la necesidad de tierras de los jornaleros y el campesinado, sobre todo los de Moya, y los intereses especulativos de terratenientes por otro, terminan definitivamente con el Monte Doramas.

La tercera década de este siglo marca el fin definitivo del Monte Doramas y su desaparición total. Sobre 1831 unas 900 fanegas se entregaron al Mariscal Morales, como pago por sus servicios a la corona, en las zonas conocidas como San Fernando y Lomo Del Peñón. Sobre 1832 otra vez el Estado concede 480 fanegas al Brigadier Ruperto Delgado en lo que hoy es Santa Cristina. Tanto estos repartos, como la gran explotación a la que es sometido el resto del bosque a lo largo de varias centurias ha causado un enorme cambio en el paisaje, desapareciendo totalmente el bosque espeso y denso (…).

También en esta centuria, otra de las causas que hizo retroceder el bosque fue el fuego. Pues según cuenta el cronista isleño D. Isidro Romero y Ceballos (1783-1813), durante los meses de Agosto y Septiembre de 1802 se propagaron tres grandes incendios que destruyeron la mitad de la Montaña.

Este continuo proceso de la desaparición del Monte de Doramas es un ejemplo de cómo un bosque comunal, bajo un sistema de leyes que regulaban su uso, ha sido sobreexplotado hasta desaparecer…».

En la actualidad, Doramas, Montaña, Bosque o Selva, es uno más de los topónimos grancanarios que se esconde en las faldas de una antigua montaña, cubierta en su día de un extenso bosque. Dado el tamaño de su espacio y las múltiples referencias a la misma que se hacen, es conveniente conocer sus límites que la norma reguladora establece y que nos permite aproximarnos geográficamente.

«… al Norte las desembocaduras de los barrancos de Azuaje y Moya, más concretamente en Azuaje a partir del borde superior del acantilado de El Pagador mientras que en Moya comienza a partir del enlace de la carretera C-813 en el Morro de San Felipe, descendiendo en línea recta por la ladera hasta el cantil del talud derecho del Barranco de Moya, uniéndose ambas en el Lomo de Moya y el Lomo de Don Julián.

En el límite Este Montaña del Cabezo, Huertas del Palmar y Osorio hasta enlazar con la Laguna de Valleseco y Barranco del Caserón.

A lo largo de la parte más meridional -al Sur- del espacio se localizan Montaña del Lentisco y Montaña de Pajarito así como Lomo de Roque, de La Madrecilla y el Barranco del Chorrillo.

Por último el límite Oeste recorre los distintos lomos y barrancos de la zona, entre ellos Loma del Bermejal, Barranco del Pinar, Lomo de las Quemadas, Barranco del Laurel y Lomo del Pino para enlazar con la carretera que lleva al núcleo de Montaña Alta.

Este territorio constituye un ejemplo importante de las actividades agrarias de las medianías del Norte de la isla, desde la desembocadura de los Barrancos de los Tilos de Moya y el de La Virgen-Azuaje hasta Montaña Alta y Lomo de las Quemadas (Guía), pasando por Las Carboneras y el Maipey (Moya), y La Gambuesilla y Montaña Lentisco (Valleseco), con altitudes que oscilan entre los 75 metros hasta los 1.471 metros de Montaña de Pajarito…».

Localización del Parque Rural de Doramas

6 comentarios:

  1. me a encantado, aunque me gustaría saber si conoce alguna montaña que su nombre sea la catedral me podría indicar ?

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    1. Il Instituto Geográfico Nacional y el IDE Gran Canaria no recoge ninguna elevación que responda al nombre de "Catedral", y por la información que dispongo no la conozco.

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  2. Magnífico trabajo, como todos los he podido consultar de tu blog.
    Se habla en todas las citas del monte de Doramas como una amplia zona que coincide aproximadamente con el actual Parque Rural. En el visor de Grafcan sin embargo se situa como tal una montaña frente a San Fernando, por la otra vertiente del barranco de Doramas (28º05'37.54"N -15º34'30.94"O). ¿Existe con ese topónimo una montaña concreta?
    Gracias. Saludos,
    Maquefri

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    1. Tal como dices, la referencia histórica de lo que antiguamente llamaban la Montaña de Doramas, tenía su frontera natural al poniente en el Barranco del Pinar, y más allá llamaban la Montaña de Gáldar. Hacia naciente, los linderos de la Montaña de Doramas los situaban en el Barranco de la Virgen, si bien algunas zonas de la banda de naciente de dicho barranco, como Calderetas y algo más, estaban también bajo la protección de la Montaña de Doramas.

      El visor hay que entenderlo en sus detalles para los distintos aprovechamientos que tiene, y entre ellos está la situación de la red de alojamientos turísticos. Próximo a ese punto concreto hay una casa-rural llamada "comercialmente" como Montaña Doramas, si bien los topónimos más próximos son el Barranquillo de Doramas y la pequeña loma de La Abejerilla, atravesada por el Camino de la Data, que creo hace referencia a la Data concedida a la Fábrica de Nª Sra. del Pino, en las inmediaciones del Barranco de la Virgen. En la antigüedad este barranco de la Virgen era conocido como el "Barranco de la Montaña", en clara referencia a la Montaña de Doramas. El topónimo de la Montaña de Doramas, dando nombre a una "elevación del terreno" no he visto que exista. Sí el referido a un sitio, paraje, cuevas y el pago al que prestaron su nombre. Saludos,

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  3. No hay una montaña conocida como Catedral, pero sí hay referencia de unos "excelsos tilos con eminentes bóvedas que las espesas ramas tejieron" creando una forma que anteriores cronistas compararon con un "templo augusto imagen de la Catedral". Cerca de Las Madres de Moya. Me gusta mucho esta página. Es muy instructiva. Soy un gran seguidor.

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    1. Comparto totalmente el sentido figurado y bucólico de la visión que nuestros ilustres antepasados tuvieron de la Montaña de Doramas. Y añadir, la 'magua' que nos embarga que tristemente no pueda ser percibida en nuestros tiempos su grandiosidad. Muy agradecido por los comentarios sobre el blog.

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