Caserío situado en la carretera de Arucas a Montaña Cardones por Trasmontaña. Según el actual cronista aruquense, en el Padrón Parroquial de 1886 a 1895, aparece el topónimo La Chorrera referido a la pérdida de agua o chorrera que sufría la Acequia de Alta, a la entrada de Trasmontaña viniendo desde Arucas, aproximadamente en la denominada Vuelta de Benita, antes de Donato.
Otras fuentes sostienen que se debe a las aguas que, en época de lluvia, chorreaban por la falda de la montaña. Lo que si está claro es que en el contorno de Las Chorreras hay una docena de cantoneras con multitud de tornas, gran cantidad de lavaderos y muchos estanques que se deben a su ubicación estratégica elevada con respecto a las fincas que riegan a su Norte en Meleros, Trasmontaña, Los Parrales, El Cortijo, Llano Blanco y El Guincho que se abastecen del agua de la Acequia Alta.
Otras fuentes sostienen que se debe a las aguas que, en época de lluvia, chorreaban por la falda de la montaña. Lo que si está claro es que en el contorno de Las Chorreras hay una docena de cantoneras con multitud de tornas, gran cantidad de lavaderos y muchos estanques que se deben a su ubicación estratégica elevada con respecto a las fincas que riegan a su Norte en Meleros, Trasmontaña, Los Parrales, El Cortijo, Llano Blanco y El Guincho que se abastecen del agua de la Acequia Alta.
Cantonera (Fedac) |
La ermita erigida en el lugar a partir de 1960 está bajo la advocación de San Patricio por un hecho anecdótico, como si de un cuento de Pepe Monagas se tratara.
Se cuenta que por 1932, los vecinos y amigos del barrio cercano de Trasmontaña, Pedro Saavedra y José Ravelo, el primero marchante y carnicero, y el segundo dedicado a la maduración y venta de plátanos, decidieron hacer una fiesta en honor de algún santo y realizaron una cuestación entre los vecinos para la compra de una imagen, desplazándose para tal fin a Las Palmas de Gran Canaria en sus burros.
Se cuenta que por 1932, los vecinos y amigos del barrio cercano de Trasmontaña, Pedro Saavedra y José Ravelo, el primero marchante y carnicero, y el segundo dedicado a la maduración y venta de plátanos, decidieron hacer una fiesta en honor de algún santo y realizaron una cuestación entre los vecinos para la compra de una imagen, desplazándose para tal fin a Las Palmas de Gran Canaria en sus burros.
Cantonera (Fedac) |
Se narra que, durante la recaudación, se acordó que se comprara un san Pancracio, patrono de lo imposible. Ya en la Capital, los dos vecinos, después de varios días de «copas», se acercaron con «resaca» a la tienda de santos en la calle Reyes Católicos para comprar el san Pancracio, pero seguramente por estar algo traspuestos, la monja entendió que pedían un san Patricio.
En Las Chorreras todos veneraron equivocadamente dicha imagen como la de san Pancracio, que sacaban en procesión sobre un burro, pues carecían de trono.
En Las Chorreras todos veneraron equivocadamente dicha imagen como la de san Pancracio, que sacaban en procesión sobre un burro, pues carecían de trono.
Un genuino error |
Años después y tras unos cuantos celebrando la fiesta de san Pancracio, se descubrió que la imagen era de san Patricio y, por si era poca la anécdota, la autoridad eclesiástica envió a la Guardia Civil para que fuera requisada, pues se profanaba la imagen sacándola en procesión sobre un burro, y todo ello en los años inmediatos a la Guerra Civil.
En 1954, veintidós años después, el caserío, con los permisos eclesiásticos oportunos, consagró el barrio a san Patricio en recuerdo a la imagen anterior y, por recaudación popular, se compró una nueva imagen que «se alojó» en la iglesia de san Juan Bautista de Arucas hasta la construcción de la ermita.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria) |
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