miércoles, 4 de julio de 2012

MADRES, LAS (FIRGAS)

Topónimo con el que se conoce un pequeño pago situado en el lugar donde el barranco de la Virgen pasa de la jurisdicción municipal de Valleseco a Firgas, donde la carretera de Firgas a Valleseco por Las Madres (GC-305), a través de la cual se accede, vadea el barranco y pierde el asfalto que volverá a recuperar donde desagua el tributario barrancos Oscuro ya en el término de Valleseco.
Vista de 1929 (Pérez Melián - Fedac)
Aguas arriba este barranco se le conoce como del Andén y de Crespo, y aguas abajo recibe el nombre de Azuaje hasta desaguar en San Andrés.

En tiempos de la Conquista era conocido como del Aumastel, topónimo aborigen.
Vista de 1910 (?) (todocolección-com)

Desde la antigüedad este mismo barranco aguas abajo, a escasa distancia después de pasar la embotelladora de agua era llamado barranco de Guadalupe, recibiendo este nombre por la antigua existencia de una ermita bajo dicha advocación, fundada y levantada en 1541 por Alonso de la Barrera, que resultó destruida por un temblor de tierra.

Se confunde también con la denominación de barranco de Doramas en un pequeño tramo donde están las llamadas Cuevas de Doramas.
Vista de 1965 (Kunkel - Fedac)

El pago recibe su nombre del léxico hidráulico con el que se denomina a los nacientes de agua, pues aquí existe gran cantidad de manantiales de agua mineral como Las Madres, Mayorazgo, El Rapador, San Juan, Los Chorros, Fuente Agria, La Ideal, La Ideal (I y II), San Antón, etcétera y un gran número de pozos y galerías escabados, muchos abandonados por el descenso del nivel freático.

En este lugar es donde está la fábrica embotelladora de Aguas de Firgas, de gran renombre en todo el archipiélago.
Cantonera (Fedac)

El lugar es mencionado desde los primeros tiempos inmediatos a la Conquista por la importancia que el naciente tuvo para todos los ingenios azucareros de Firgas y Arucas, que fueron la causa esencial del poblamiento en estas tierras, aprovechándose la fuerza hidráulica para la rotación de las muelas de los trapiches para extraer el jugo de la caña de azúcar.

Molino (Fedac)

Decía el escritor aruquense Vicente Marrero Suárez «… Quien no está habituado a nuestras costumbres isleñas, a primera vista, le sorprenderá el buen trapío con que los canarios adornamos todo lo concerniente al agua. No en vano la mimamos como a la niña de nuestros ojos: agua de hilo, agua de dula, agua de gruesa, agua de aviso, fiestas de agua, aguas del secuestro, albercón, días machos de agua. 

Para medirla hablamos de cubas, pipas, tancadas, azadas o hazadas, surcos, cuartas, agua de aforo, vistas de ojos, fieles, arquillas, cantoneras, cajas de agua, cajas de reparto, con sus bocas u ojos y otras muchas divisiones no sólo en función del tiempo por días, horas, minutos, segundos, sino del espacio, aquilatando al milímetro más cotizado que el lector puede imaginarse.
Acequia Real de la Heredad de Aguas Arucas y firgas (Fedac)
En el mundo de nuestras aguas, existen nombres tan sugestivos como las Madres del Agua y Rosadas; o usos establecidos, como el de la Heredad de Antona; o como los del Heredamiento de la Hacienda de los Príncipes, que tiene su particularidad de haberle cedido al Convento de Agustinos del Realejo un real de agua, o sea “el agua que pasará por un orificio hecho en la acequia, del diámetro de un real Wamba”, por lo que se le llama “el Dado del Fraile”...» (MARRERO SUÁREZ, V.:, "Prólogo", Función social de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas a través de su historia, de RIZKALLAL SANTANA,  Las Palmas de GC, 1990).

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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