Topónimo con el que se conoce una cueva y una hoya, situada la primera en la mitad del camino del Blanquizal, del Pinillo a Inagua, entre la Montaña del Viso y el Lomo del Arrastradero, es así llamada por los lugareños por ser una señal horaria, pues cuando el sol está en su cenit, la sombra de la cueva cae recta sobre su base.
La cueva (nohaycachuchapalguia-blogspot) |
Hay referencias cartográficas de su exitencia muy antiguas, como los mapas de la isla confeccionados por Gregorio Chil y Naranjo, Fritsch en 1860 y el de Manuel Pérez para las Escuelas de 1896, ya incluyen el topónimo Montaña del Mediodía en el mismo lugar señalado, y así recibía la montaña y la hoya el nombre dado a la cueva.
Ubicación en la montaña (Fedac) |
Posiblemente de la observación de pastores y agricultores nace el topónimo. Necesitaban una forma de medir el tiempo y
las etapas de la vida agrícola por medio de la observacion de plantas y animales, de la sombra que se proyecta de un palo, y como no, de la que proyecta la entrada de una cueva como esta de origen natural, de gran tamaño y de forma ovalada; conocían que a lo largo del día va cambiando la luz y la sombra, era y es el mejor reloj solar.
La observación de la naturaleza al hombre le ha llevado a conocer que es probable la lluvia cuando las vacas se sientan o se agrupan, cuando los gatos se lavan la cara, cuando las mulas mueven las orejas, cuando las palomas se bañan, cuando las hormigas se adentran en su hormiguero sellándolo, cuando los abejas vuelven a sus colmenas, o cuando las ranas croan con más frecuencia.
Saben que cambia el tiempo cuando el gallo canta durante el día, cuando los animales permanecen tranquilos, cuando las cicatrices pican o hacen daño. Que cuando en las noches aumenta el calor, los grillos frotan sus alas con más frecuencia para emitir sus chirridos.
Mediodía (Museo de Nestor) |
Es la observación de la naturaleza, aquella que hombres y mujeres del campo conocen bien, la que hombres y mujeres de la ciudad ignoran. La cueva y el Mediodía, en todo su esplendor, aquel momento sublime que pintara Nestor Martín Fernández de la Torre en su Poema de la Tierra.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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