Topónimo con el que se conoce desde la antigüedad la charca natural que se encuentra situada en la Punta de Maspalomas, en la desembocadura del barranco de Fataga, topónimo que toma de los Llanos de Maspalomas territorio donde se encuentra.
En la cartografía de la isla de Joseph Ossavarry en 1806, se incluye en este lugar el topónimo de Charco Azul junto a la desembocadura del allí llamado barranco de Maspalomas, que no es otro que el de Fataga aguas arriba.
Igualmente, es reflejado este mismo topónimo en la carta topográfica realizada por Sabin Betherlot en 1838, si bien en otros documentos aparecen referenciados ambos, la Charca de Maspalomas y el Charco Azul, por lo que no se puede precisar si son los mismos.
En la cartografía de la isla de Joseph Ossavarry en 1806, se incluye en este lugar el topónimo de Charco Azul junto a la desembocadura del allí llamado barranco de Maspalomas, que no es otro que el de Fataga aguas arriba.
Igualmente, es reflejado este mismo topónimo en la carta topográfica realizada por Sabin Betherlot en 1838, si bien en otros documentos aparecen referenciados ambos, la Charca de Maspalomas y el Charco Azul, por lo que no se puede precisar si son los mismos.
1940 (Naranjo Suárez - Fedac) |
En la cartografía de Francisco Coello de 1848 se mencionan muy próximos, y siguiendo en este orden en la dirección de norte a sur, el Charco Azul y las Lagunas de Maspalomas, de donde pudiera desprenderse que son dos distintos, posiblemente un «charco» con cierta profundidad y libre de vegetación que refleje el color del cielo azul, y unas «lagunas» que pudieran ser unas marismas que podrían coincidir con el viejo topónimo que ha quedado al naciente de la Charca y al norte del Alto del Gato, en el complejo dunar, conocido como Charcos de Las Lapas, que pudo haber existido por los detalles de su formación que más abajo se esbozan.
Fotografía de 1955 (Fedac) |
En la actualidad todavía se conoce en la isla un topónimo de Charco Azul que se encuentra muy lejos de este lugar, en el barranco de Soria y muy cerca de la presa homónima, que posiblemente tuvo su origen en un "pilancón" en el barranco.
Aparece documentalemente el topónimo ya desde el 12 de mayo de 1695, escritura donde Francisco Amoreto al distinguir entre salinas viejas y nuevas, dice que las viejas se componen de ciento ochenta tajos, más treinta y siete tajos y un cocedero que están en la Charca de Maspalomas; y las nuevas, de ciento doce y otros cuarenta tajos que aún no producen sal, están en Aldea Blanca y son las conocidas como de la Caleta.
Fotografía de 1960 (Fedac) |
En la definición de «charco» que hace Viera y Clavijo (Diccionario de Historia Natural), describe en el siglo XVIII un escenario de ensueño:
«… Merece en el primer lugar el célebre charco de Maspalomas, cerca de la punta de este mismo título, al mediodía de la isla. Es una marisma o lago de dos tiros de fusil, que en la embocadura de un barranco forma el mar, confundiendo unas aguas con otras, y haciéndolas salobres. Abunda en anguilas y peces. Las aves del país y las que vienen del Africa lo animan, con especialidad palomas, patos berberiscos, gaviotas, becadas, etc. Sus riberas están vestidas de una maleza de aneas y tarayes...».
«… Merece en el primer lugar el célebre charco de Maspalomas, cerca de la punta de este mismo título, al mediodía de la isla. Es una marisma o lago de dos tiros de fusil, que en la embocadura de un barranco forma el mar, confundiendo unas aguas con otras, y haciéndolas salobres. Abunda en anguilas y peces. Las aves del país y las que vienen del Africa lo animan, con especialidad palomas, patos berberiscos, gaviotas, becadas, etc. Sus riberas están vestidas de una maleza de aneas y tarayes...».
Postal de 1960 (Fedac) |
En esa descripción paradisíaca probablemente resulta confundido por el topónimo de Maspalomas para indicar literalmente «con especialidad palomas», pues nunca han existido palomas en el lugar. Según Octavio Trujillo Ramírez ("La avifauna de la charca", A.C.E.C. Viera y Clavijo) las primeras referencias sobre las aves de la Charca de Maspalomas parten de mitad del siglo XIX (Bolle, 1857), siendo destacada su importancia también posteriormente por otros ornitólogos (Thanner, 1910; Bannerman, 1912; Volsoe, 1951).
Además de las citas de numerosas aves limícolas, se mencionan otras como el milano real (Milvus milvus), ya extinguido en Canarias, o el águila pescadora (Pandion haliaetus), que ha desaparecido como nidificante en la isla. Algunas otras como la polla de agua (Gallinula Chloropus) y la focha común (Fulica atra) fueron citadas también por Thanner (1910) como nidificantes.
Además de las citas de numerosas aves limícolas, se mencionan otras como el milano real (Milvus milvus), ya extinguido en Canarias, o el águila pescadora (Pandion haliaetus), que ha desaparecido como nidificante en la isla. Algunas otras como la polla de agua (Gallinula Chloropus) y la focha común (Fulica atra) fueron citadas también por Thanner (1910) como nidificantes.
Polla de agua (ichn-iec-cat) |
Sin embargo, llama más la atención la nidificación y posterior desaparición en 1914 (Bannerman, 1963), del único pato que se ha reproducido en Canarias en tiempos históricos la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), una anátida que se encuentra actualmente en regresión a nivel mundial.
En la actualidad se han detectado un total de cuarenta especies, siendo la polla de agua (Gallinula chloropus), el chorlitejo chico (Charadrius dubius) y el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) nidificantes, mientras que el resto se corresponde con aves migratorias en paso regular invernantes o de presencia ocasional en las islas.
En la actualidad se han detectado un total de cuarenta especies, siendo la polla de agua (Gallinula chloropus), el chorlitejo chico (Charadrius dubius) y el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) nidificantes, mientras que el resto se corresponde con aves migratorias en paso regular invernantes o de presencia ocasional en las islas.
Luis Hernández Calvento de la Universidad de Las Palmas de GG en su trabajo para la Revista Rincones del Atlántico, describe su formación geológica como sigue:
«… Durante los últimos millones de años, en el vértice sur de la isla de Gran Canaria, se ha ido forjando un singular espacio, el sistema dunar de Maspalomas, caracterizado por la presencia de grandes dunas que avanzan desde la playa de El Inglés hacia la de Maspalomas y la desembocadura del barranco de Fataga.
En su formación, los procesos fluviales y marinos han sido determinantes, pues de su interrelación surgió una planicie deltaica de unos cuatro kilómetros cuadrados. Este delta, generado al resguardo de una terraza alta pleistocena (que hoy sustenta la urbanización de El Inglés), fue el escenario en el que se sucedieron, e imbricaron, diferentes ambientes (lagunas litorales, dunas, saladares, playas de arenas y de callaos), que conformaron un basamento constituido por depósitos sedimentarios aluviales, eólicos, marinos y lacustres.
Con la última regresión marina, esta plataforma quedó expuesta a la arribada de sedimentos arenosos, transportados por la corriente de deriva. Estas arenas, en un volumen extraordinario, han ido accediendo paulatinamente al territorio emergido por la playa de El Inglés, al este.
Con la última regresión marina, esta plataforma quedó expuesta a la arribada de sedimentos arenosos, transportados por la corriente de deriva. Estas arenas, en un volumen extraordinario, han ido accediendo paulatinamente al territorio emergido por la playa de El Inglés, al este.
Panorámica aérea (fotosaereasdecanarias-com) |
Una vez secados en el estrán, los vientos efectivos del NE han transportado incesantemente los granos de arena hacia la playa de Maspalomas, al sur, dando forma, en su desplazamiento, a un campo de dunas de especial interés. Durante su progresión, las arenas fueron transformando el paisaje original del delta, obligando a las aguas del barranco a circular por sus canales occidentales, hasta definir un trazado semejante al actual.
En su desembocadura, la barra de arenas que constituye el sector occidental de la playa ha participado en la formación de una serie de lagunas litorales (de las que hoy sólo queda la charca –o charco– de Maspalomas) que han dado sustento a un humedal y a un palmeral, conjunto que ha recibido el nombre de Oasis de Maspalomas…».
En su desembocadura, la barra de arenas que constituye el sector occidental de la playa ha participado en la formación de una serie de lagunas litorales (de las que hoy sólo queda la charca –o charco– de Maspalomas) que han dado sustento a un humedal y a un palmeral, conjunto que ha recibido el nombre de Oasis de Maspalomas…».
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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