Topónimo con el que se conoce el barranco situado entre Cambalud y Cruz de Pineda, que zigzagueando desaguará en Bañaderos donde recibe su nombre.
El topónimo obedece a la confusión inicial que tuvieron los Conquistadores con los hijuelos de las palmeras canarias (Phoenix Canariensis) que existían en las rampas de este barranco, y en otros lugares de la isla, al creer que se trataba del palmito (Chamaerops humilis) autóctona de la peninsula ibérica.
El topónimo obedece a la confusión inicial que tuvieron los Conquistadores con los hijuelos de las palmeras canarias (Phoenix Canariensis) que existían en las rampas de este barranco, y en otros lugares de la isla, al creer que se trataba del palmito (Chamaerops humilis) autóctona de la peninsula ibérica.
Es sabido que en Canarias a los brotes de las hojas nuevas o cogollo de la Palmera Canaria se le conoce también como "palmito", inventariado como canarismo por la Academia Canaria de la Lengua.
Siguiendo la tradición del levante peninsular, que allí realizan con la palma de la Palmera Datilera (Phoenix dactylifera), el palmito es cortado en las proximidades de la celebración de la Semana Santa, aún cerrado y de color amarillo muy claro, para entrelazando sus cintas como una fina filigrana se confeccionan cruces, báculos y otro tipo de elementos religiosos con los que se acompaña la procesión de La Burrita el Domingo de Ramos, conmemorando la entrada de Jesús en Jerusalen. También ha sido empleado para la confección de múltiples objetos de cestería.
Siguiendo la tradición del levante peninsular, que allí realizan con la palma de la Palmera Datilera (Phoenix dactylifera), el palmito es cortado en las proximidades de la celebración de la Semana Santa, aún cerrado y de color amarillo muy claro, para entrelazando sus cintas como una fina filigrana se confeccionan cruces, báculos y otro tipo de elementos religiosos con los que se acompaña la procesión de La Burrita el Domingo de Ramos, conmemorando la entrada de Jesús en Jerusalen. También ha sido empleado para la confección de múltiples objetos de cestería.
El tronco de
la palmera canaria se utilizaba, antiguamente para la confección de cajas para el azúcar de los ingenios, y también era utilizado para la construcción de colmenas ahuecándolo, para suelos y revestimiento de algunas
casas, muros de contención y en la fabricación de linderos.
Las hojas fueron utilizadas para la elaboración de distintos artículos como esteras, sogas, escobas, redes, velas, y otros. Los frutos se denominan támaras, muy distintas de los dátiles, pue son más pequeñas y redondeadas, de sabor algo áspero por lo que fueron utilizadas para alimentar a los cerdos. |
La Palmera Canaria (Phoenix canariensis) es el símbolo vegetal de las Islas Canarias. Se trata de una palmera no ramificada que puede alcanzar los quince metros de altura. Sus hojas de color verdeson numerosas y están arqueadas, siendo el raquis espinoso por la base. Los pedúnculos fructíferos son péndulos y los frutos, de unos dos centímetros de largo, son elipsoides.
El distinto y bello porte que tiene con respecto a la datilera mediterránea, ha influido notablemente para que en la actualidad se la conozca como "palmera canaria", si bien en la antigüedad se la conoció también como "palma".
Vista del pozo de La Marquesa en 1990 (Arucas Etnográfica) |
El topónimo es mencionado en la relación de bienes fundacionales del Mayorazgo del Capitán General de las islas y Regidor Pedro Cerón y su mujer Sofía de Santa Gadea, que realizado en 1572 describe una de las fincas como sigue:
«…Yten el Sercado que se dize de Ariñez que es de quatro suertes, y media poco más o menos que es devajo del Zerrillo de Arucas, que linda por la parte de arriva, y por los lados el camino que va a dar al Barranco de los Palmitos y por la parte de avajo con tierras de los herederos de Juana Osorio difunta…».
Casas (Fedac) |
Siglos después el topónimo está consolidado y aparece documentado en distintos testamentos, como el del Maestre de Escuela y Dignidad de la Catedral José Álvarez Godoy, quien en escritura de 6 de marzo de 1753, dice poseer una fanega y seis celemines de «Tierras en Los Palmitos».
También en la venta posterior de parte de dicha finca, el 29 de enero de 1852 de la viuda María Medina a Juan Bautista Castellano descrita como una «Parte de un cercado de tierra labradía, bajo de riego pero sin agua, en Los Palmitos» por el precio de 600 reales de vellón, que había pertenecido a la cofradía de José Álvarez Castro y que le había sido adjudicada como coheredera.
También en la venta posterior de parte de dicha finca, el 29 de enero de 1852 de la viuda María Medina a Juan Bautista Castellano descrita como una «Parte de un cercado de tierra labradía, bajo de riego pero sin agua, en Los Palmitos» por el precio de 600 reales de vellón, que había pertenecido a la cofradía de José Álvarez Castro y que le había sido adjudicada como coheredera.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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