viernes, 20 de julio de 2012

MORISCO, EL (SANTA LUCÍA DE TIRAJANA)

Topónimo con el que se conoce un pequeño caserío en lo más alto del municipio, en una altitud aproximada de 720 metros sobre el nivel del mar, en la frontera jurisdiccional con San Bartolome de Tirajana y al sur del caserío de Tardía perteneciente a este último municipio.
Casa y alpendre (Fedac)
Dado que el género del topónimo es masculino, habremos de desechar en este caso que esté a alguna de las plantas llamadas "moriscas" que se díeron más frecuentemente en la zona de costa. En este lugar probablemente su nombre hace alusión a las tantas referencias toponímicas de los esclavos traídos en las cabalgadas a Berbería, de donde los moros capturados se señalaban como blancos, moriscos o berberiscos, de los que se tienen muchas noticias de su estancia por las Tirajanas.

El profesor Rumeu de Armas aseguraba que las incursiones de los señores de Canarias en la vecina costa africana las inicia Diego García de Herrera, ayudado de su yerno Diego de Silva, y a partir de ese momento las entradas en África continúan a lo largo del siglo XV, se multiplican en la primera mitad del siglo XVI y decaen en el último tercio, a partir de 1572, cuando Felipe II las prohíbe a consecuencia de los asaltos que los corsarios berberiscos hacen sobre las islas.
Bodega y lagar (Fedac)
Pese al riesgo que comportaban estas incursiones, llamadas razzias, entradas, cabalgadas o expediciones, eran llevadas a cabo por los cuantiosos beneficios que se obtenían, y se justificaban por la demanda de mano de obra barata que se requería para poner en movimiento la incipiente economía isleña acabada la Conquista, y como no, al propio comercio de la esclavitud.
Alpendres (Fedac)
Según algunas fuentes, el negocio de la esclavitud en el mercado grancanario ofrecía precios distintos. Entre los negros y los moriscos no se aprecian grandes diferencias; aunque los segundos, blancos, fueron durante algún tiempo los más caros.

Su rápida incorporación a las nuevas costumbres, su conocimiento del transporte, pastoreo y artesanía eran tal vez algunas de las causas de su encarecimiento. Además, en el caso de tratarse de gente importante en su tierra, cabía el cobro de importantes cantidades por su trueque o rescate en las costas de Berbería, pues un moro equivalía a dos negros en dicha operación. Solo podría abaratar su precio su holgazanería y su afición a huir a la menor oportunidad a Berbería.
Horno de pan (Fedac)
Sorprendería inicialmente que los moriscos recalaran por este lugar de las Tirajanas por su lejanía y poca población, pero los esclavos son también necesarios en estas zonas, y especialmente en las Tirajanas donde estaba situado el ingenio de los Palenzuela. Pero su importancia no se limitaba exclusivamente a este oficio, pues desde el punto de vista laboral se necesitaba mano de obra para poner en explotación nuevas tierras, para el aserrado de maderas en los montes, y para la guarda y cría de ganado de medianías, especialmente cabras y ovejas.

La presencia de los moriscos en Tirajana no lo es exclusivamente por el ingenio de los Palenzuela, pues aparecen acarreando cereales como resulta de los contratos que se suscribían, como es el caso del protocolo 764 del escribano Pedro Escobar: «El morisco además de acarrear 200 fanegas de trigo que se le habían de dar, puesta en el granel, en Tirajana, traería 30 botas de vino del mismo término. En la comarca de Telde le transportaría 20 botas de vino» (LOBO CABRERA, M.; Los libertos en la sociedad canaria del siglo XVI, Las Palmas de GC, 1983).

Casa y alpendre (Fedac)
También el mismo autor nos aporta una buena prueba de sus posesiones en el lugar dando señas del morisco carpintero Franciso Fernández que deja sus bienes a la casa del señor San Lázaro, según escritura fundando una capellanía ante el escribano Lorenzo de Palenzuela nº 833: «...ciertos parrales, cuevas y tierras en Tirajana, más dinero que le deben».
  
En este lugar hubo muy buenas haciendas, y así lo describe en el siglo XVIII el Licenciado, Presbítero y Capellán Rector del Hospital de San Martín de Guía Francisco Tomás Betancort, quien en su testamento de 12 de junio de 1765 decía tener una «… Hacienda labradía de catorce fanegas con arboleda dividida en cuatro suertes en el Morisco, Montaña Blanca, lomo de Santa Lucía y lomo Blanco, con una casilla y siete días con sus noches de agua, que había adquirido», dándonos al tiempo numerosos topónimos de este lugar en torno al Risco Blanco.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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