Topónimo con el que se conoce una pequeña playa situada al norte de la playa de Guayedra y al sur del Lomo del Manco, lugar integrado en el conjunto arqueológico de Guayedra, dado que en la rampa que hay sobre la misma se encuentra el yacimiento conocido como "Los Concheros" donde todo el suelo se encuentra cubierto de restos de conchas que le dan un predominante color blanco.
Panorámica con "Los concheros" a la derecha (rinconesdecanarias-blogspot) |
Los aborígenes canarios extraían alimentos del mar, como el pescado o el marisco, pero también materias primas con las que fabricar algunos utensilios: conchas, espinas, cantos rodados, etc. El mar cumplía una función importante dentro de las creencias religiosas de aquellos pobladores, pues pensaban que del mar venían las almas de sus antepasados, y por el mar salía y se ocultaba el astro que regía su vida y su sistema de creencias, el sol que según algunas crónicas llamaban "Magec".
Las conchas darían nombre a este peculiar tipo de yacimiento de Los concheros de la playa del Negro, topónimo que posiblemente recibe de la cercana cueva del mismo nombre, donde según los lugareños circuló una historia de que allí vivió un individuo de dicha raza en la llamada Cueva del Negro en el mismo lugar.
Detalle de Los Concheros (Patrinet) |
El yacimiento arqueológico es una concentración de material en superficie asociada a restos de muros de piedra que podrían formar parte de alguna estructura enterrada, situada sobre los acantilados de la playa. Su origen aún no está del todo claro, pero la hipótesis más extendida es que eran lugares donde los aborígenes se reunían para tratar o consumir el marisco recolectado.
El marisqueo se llevaba a cabo durante todo el año y las especies recolectadas eran la lapa de pie negro, la lapa de pie blanco, el burgado y el mejillón. También se capturaban cangrejos, erizos y, probablemente, pulpos, aunque, obviamente, estos últimos no dejan rastros arqueológicos.
El marisqueo se llevaba a cabo durante todo el año y las especies recolectadas eran la lapa de pie negro, la lapa de pie blanco, el burgado y el mejillón. También se capturaban cangrejos, erizos y, probablemente, pulpos, aunque, obviamente, estos últimos no dejan rastros arqueológicos.
La pesca no suponía una dedicación especialmente significativa, pero tampoco era desconocida. La practicaban en las proximidades de la costa usando redes de junco, anzuelos de hueso y cuerno, o leche de cardón con la que aturdían a los peces previamente acorralados. No obstante, las crónicas de Marín de Cubas dan la versión de que «… era divertimento de nobles la pesca, y de pobres el ir a mariscar…».
Los antiguos isleños utilizaban las conchas de algunos de estos moluscos como ornamentos. Viera y Clavijo ilustra el caso al definir el bonete del jefe indígena de la isla de Lanzarote como una «Corona de pieles Caprinas esmaltadas de Conchas».
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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