Topónimo con el que se conoce un pequeño barrio
asentado sobre un promontorio de origen volcánico, que se eleva sobre una suave
ladera que cae hacia el barranquillo de El Pinto por el sur,
mientras que por el norte y oeste un corte brusco determina unas pendientes muy
acusadas, dando hacia el barranquillo de La Pollina y la Hoya
de La Campana.
Panorámica (Yeyo Pilatti) |
Se empezó a poblar a mediados del siglo XIX, durante
el período esplendoroso de la cochinilla, para colmatarse por completo a lo
largo del siglo XX. El lugar que ocupa fue en su momento un industrioso
secadero de «cochinilla» y manifiesta la enérgica voluntad de
sus habitantes, que en escarpado y duro promontorio han creado un singular caserío
situado a menos de un kilómetro del casco de Arucas, en la margen derecha de la
llamada carretera "Nueva", Arucas-Firgas
(GC-300), antiguo camino Real que llevaba a Moya.
Secadero de cohinilla del lugar (Fedac) |
Las
primeras décadas del siglo XIX en Arucas, y también en Canarias, vinieron acompañadas
de la pérdida del mercado del vino, y en menor medida, de la barrilla y la
orchilla de otros lugares, que unidas a la emancipación de las colonias
americanas provocó serias dificultades económicas.
Taller de cochinilla (Fedac) |
Sobre 1828 el sobrino del administrador del Mayorazgo
Pedro Alcántara Déniz, el joven Domingo Déniz Grek, que años después se
doctoraría en medicina, había traído, investigado y experimentado en el cercado
del Mayorazgo de Arucas un "bichito"
llamado la cochinilla del carmín (Dactylopius coccus), un pequeño
insecto originario de México, parásito de los cactus del género Opuntia, que era
usado por los indios aborígenes de aquel país para teñir sus ropas y cabellos,
colorear las pinturas murales de sus palacios y edificios religiosos, y,
maquillar la cara de los sacerdotes.
Aquí se la conoció también como la grana. La
industria textil inglesa había apreciado su valor como colorante de tejidos de
alta calidad como la lana y otros por su color rojo natural, que llamaban crimson
lake o nocheztli.
Cochinilla (guachinchesparranderos-blogspot) |
En Canarias las tuneras (Opuntia ficus-indica y Opuntia
tormentosa) abundaban de manera salvaje, sin precisar riego y en suelos
pobres, en los litorales y las costas hasta una altura de 700 metros, como era
la altitud media de Arucas. Los frutos de la primera eran comestibles, los aquí
llamados tunos, fuera de Canarias higos de pico o chumbos. Se demostró que
ambas plantas eran aptas para la cría de la cochinilla.
Tunera con cochinilla (jardin-mundani-blogspot) |
En escasos años Arucas demandó una ingente mano de obra para la recolecta de la cochinilla y experimento un elevado crecimiento poblacional registrando en 1842 una población de 4.373 vecinos, si bien se mantenían altos índices de pobreza que convivía con la opulencia.
Años después en la prensa de entonces se decía «Si
aun se quiere una prueba más del floreciente estado en que se encuentra la
Villa de Arúcas, facilmente la encontramos en la demanda de brazos trabajadores,
por no ser bastante la oferta de aquellos habitantes.
Las necesidades del cultivo crecen cada dia; familias
enteras , avencindadas en otros pueblos, abandonan sus hogares para establecer
nuevo domicilio en la Villa de Arúcas» (El Ómnibus ,
17-oct-1866 ).
Avanzada esta segunda mitad del siglo, después de
superar la hambruna que tuvo lugar en la estrenada villa de Arucas de 1846
donde el índice de mortandad se duplicó, los grandes beneficios que reportaba
el comercio de la cochinilla en esos años dorados provocó un desenfrenado deseo
entre las clases altas y medias, de enriquecimiento fácil y de disfrute de esa
riqueza.
La cochinilla se convirtió en el patrón oro y una
bolsa de cochinilla era aceptada como el mismo dinero, siendo aceptada como
tal. Olivia Stone cuando estaba en Las Palmas relató la
anécdota que contó un relojero: «Él solía hacer un tour por la isla y
vender relojes por 40, 50 y 60 libras de cochinilla cada uno, y a veces en una
familia había vendido hasta tres y cuatro relojes».
Cultivo junto a La Montañeta (Fedac) |
Y añadió la ilustre visitante inglesa «durante los
pocos años que fue cultivada la cochinilla, la gente estaba embebida de un
intenso deseo de ser rica, una pompa despilfarradora fue la moda... y los
isleños se entregaron a un tipo de disfrute desenfrenado de la fortuna que iba
surgiendo ante ellos».
Casa del taller (Fedac) |
La forma que tomó esta extravagante enfermedad fue
fundamentalmente en la adquisición de joyas, según la opinión de Olivia Stone,
porque los españoles son más o menos dados a un amor desmesurado por la
ostentación.
Fue como una droga. La nobleza y la burguesía agraria encargó muebles caros, pianos, joyas, artículos de decoración, correajes y demás cosas de montar de plata, y otras mercancías costosas de Europa, principalmente de Francia e Inglaterra. Hasta los campesinos más pobres fueron afectados. Así las baratijas francesas de Palais Royal, joyas sin ningún valor, pero muy vistosas, encontraron en el campesinado de las islas un auténtico mercado.(GONZÁLEZ LEMUS, N.: La explotación de la cochinilla en Canarias en el s. XIX).
Fue como una droga. La nobleza y la burguesía agraria encargó muebles caros, pianos, joyas, artículos de decoración, correajes y demás cosas de montar de plata, y otras mercancías costosas de Europa, principalmente de Francia e Inglaterra. Hasta los campesinos más pobres fueron afectados. Así las baratijas francesas de Palais Royal, joyas sin ningún valor, pero muy vistosas, encontraron en el campesinado de las islas un auténtico mercado.(GONZÁLEZ LEMUS, N.: La explotación de la cochinilla en Canarias en el s. XIX).
Manteando la cochinilla en La Montañeta (Fedac) |
Pero con la rapidez que emergió, con la misma se
sumergió. No tardaron en aparecer los tintes sintéticos de la anilina y
la fucsina. El descubrimiento fundamentalmente de la anilina,
hizo que el espejismo de ese bienestar cegara la capacidad de reacción ante el
éxito que en 1850 ya había tenido el inglés W. H. Perkin, quien lo presentó en
la Exposición Internacional de Londres en 1862 aceptándose como lo más
apropiado para aplicar a la lana y a otros tejidos.
Se ignoraba tal éxito y no se hizo nada por
experimentar en otros cultivos, y cuando en los años setenta el nuevo tinte de
la anilina comienza a desplazar a la cochinilla, se produjo la
brutal caída de los precios.
Vista actual (Google earth) |
De 3,25 pesetas que valía una libra en sus mejores
momentos, pasaría a 2 chelines (250 céntimos) la libra, subiendo algo más de
una peseta la libra a principios de los años 80. Y a pesar de ello, en 1871 la
producción de la cochinilla sobrepasó la demanda, y el producto almacenado se
quedaba sin vender, ocasionándose el hundimiento del mercado a pesar de las
campañas favorables a los tintes naturales. Y a pesar de todo ello quedó
latente una actividad venida a muchos menos durante un largo período por la
necesidad de subsistir ante la crisis.
Se produjo la ruina de muchos que no se administraron en la época de las vacas gordas y las vacas flacas perduraron en Arucas, originando una fuerte emigración de la población hacia América, no recuperando la villa su ritmo hasta 1919, eso sí, dejando renovado el patrimonio arquitectónico como prueba de su suntuosidad, que convivía con el hambre.
Se produjo la ruina de muchos que no se administraron en la época de las vacas gordas y las vacas flacas perduraron en Arucas, originando una fuerte emigración de la población hacia América, no recuperando la villa su ritmo hasta 1919, eso sí, dejando renovado el patrimonio arquitectónico como prueba de su suntuosidad, que convivía con el hambre.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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El lugar donde nací y crecí
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