martes, 18 de septiembre de 2012

TRIANA, BARRIO DE (LAS PALMAS DE GC)

Topónimo con el que se conoce el segundo sector histórico de la Ciudad, que surge a partir del asentamiento poblacional en la banda septentrional del barranco de Guiniguada, que se irá conformando como el núcleo de los artesanos y comerciantes, creciendo siguiendo el modelo sevillano, encontránose desde la  segunda década del siglo XVI en pleno proceso de urbanización.
Fachadas modernistas (hispanoarabe-org)
Muchos de los Conquistadores de la isla eran de Sevilla o estaban vinculados a la misma pues era la plaza de referencia de los negocios, donde el río Guadalquivir divide dicha ciudad en dos barrios, uno de los cuales se llama también Triana. 

Se cumplía así también con los deseos de la propia reina Juana, quien recomendó que el desarrollo de la naciente ciudad se hiciese siguiendo el modelo de la capital hispalense, pues, desde el principio la Corona española entendió Canarias como una prolongación atlántica de Andalucía.

La semejanza de que el Real de Las Palmas estuviera también dividido por el barranco Guiniguada, traslaría el topónimo sevillano a uno de ellos, mientras la banda meridional que era una "vega chica" en comparación con la próxima Vega de San José, es llamada "Vegueta de Santa Ana".

Plano de Pedro Agustín del Castillo de 1686 (Archivo Casa Condal de la Vega Grande)
En cuanto al origen del topónimo hispalense de Triana, según algunas fuentes pudo tener su origen en el gentilicio Traiana, derivado del apellido de la poderosa familia de los Trajanos avecindada en la antigua Itálica del Imperio Romano.

También podría tener relación con la expresión latina "trans amnis", al otro lado del río.
El barrio de Triana en 1875 (Ojeda Pérez L - Fedac)
Desde los primeros días de la Conquista Triana ya tenía fijado su destino y cuando se promulgaron las Ordenanzas del Concejo en 1531, ya se establecía el territorio de las «treceneras», llamadas así las vendedoras ambulantes que daban la «decimotercia» parte del valor de las cosas vendidas al Cabildo General, que debían recurrir todos los años ante dicho Cabildo para legalizar su condición y dar una fianza para desempeñar su oficio, como se establece en las mismas:
La calle en 1890 (Ojeda Pérez L - Fedac)
«Otrosy que las trezeneras que vendiesen las cosas suso dichas en Triana las vendan desde el cantón de la calle que baxa de Sant Francisco hasta el cantón del Pilar del dicho barranco de Tryana con los tendejones arriba dichos y no en casa so la misma pena en la qual pena yncurra cualquier trezenera que en otra parte o lugar fuera de los suso dichos vendieren las cosas susodichas a quaquiera dellas o otra qualquier persona yncurra en la mysma pena sy lo contrario fiziere e qualquier caçador no pueda vender la caça en sus casa salvo en los lugares suso dichos so la mysma pena».

Progresivamente, aunque las datas de solares y tierras en el lugar habían sido concedidas por Pedro de Vera entre 1485 y 1489, con posterioridad se anotan algunas como del boticario Juan Álvarez que el 29 de octubre de 1540 cuando solicita un solar ya nos dice del abundante poblamiento:
Detalle de Triana y sus huertas en 1893 (Carl Norman - Fedac)
«un solar que esta al cabo de Triana el camino de las ysletas (que es) desde la casa adonde solia estar el Espiritu Santo hasta el barranquillo que (vie)ne de Tamaraçeyte y de longuera el camino Real y por las espaldas la mar con [roto]me a las casas que estan en Triana porque con ayuda de Dios entiendo de hazer ca(s)as por alli porque a Dios graçias no cabe la gente en lo edificado...»(RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
Huerta de San Francisco y riscos en 1895 (Fedac)
El suelo construido en Triana en aquellos tiempos lindaba al sur con el barranco de Guiniguada; al norte la Huerta de Triana junto a la Muralla de la Ciudad, en la actual calle Bravo Murillo; al poniente la Huerta de San Francisco, que se iniciaba en la actual calle de Pérez Galdós aproximadamente, y por detrás de ella Los Riscos; y al naciente el mar, aproximadamente la ermita de San Telmo y la actual calle de Francisco Gourié. Para el riego de estas huertas, la ciudad era atrevesada por la acequia que traía el agua para el riego.

Así nos lo confirma Maria de Vera cuando el 9 de marzo de 1551 solicita le renueven la data concedida a ella y su marido:

La calle en 1900 (Ojeda Pérez L - Fedac)
«... muger del liçenciado Niculas Rodriguez de Curiel por la qual en efecto dixo que a ella e al dicho su marido por la justiçia e Regimiento desta ysla le fu fecha la merçed de un pedaço de tierra calma ençima del açequia de Triana la qual ella y el dicho su marido tuvieron e poseyeron despedregandola e haziendo otros beneficios en ellas hasta que fallesçío el dicho su marido y ella se fue a Castilla e que agora que es venida queriendo poner en labor e cultura la dicha tierra e aprobecharse della diz que se entremeten algunas personas en lo peder e quere ocupar. Pidio ser anparada en su posesion e si era nesçesario le hiziesen dello nueva data e merçed.» (Ibídem).

La concentración del comercio y de las instituciones en la Ciudad motivó la movilidad de la población, y ya en el siglo XVII, se consolidaba un aumento de los contratos de alquiler de viviendas y se contabilizaba la presencia de un considerable número de tabernas y mesones, como el llamado Mesón Pintado al comienzo de la calle Mayor de Triana, inoperante a mediados del siglo XVII, y otro ubicado en los terrazgos de este barrio cerca de la muralla (QUINTANA ANDRÉS, P., Producción, ciudad y territorio: Las Palmas de Gran Canaria en el Seiscientos, Las Palmas de GC, 1997).

En 1650 fue adquirido por María de los Ángeles el mencionado Mesón Pintado que con anterioridad había servido de aduana. En la escritura se menciona que el nombre le viene por tener pintadas las armas reales.
La calle en 1915 (Kurt Herrmann - Fedac)
Aunque de origen marinero, era un lugar de gran renombre comercial que se formó entre los siglos XVI y XIX. Hoy lo único que ha quedado para el recuerdo de su primitivo ambiente marinero es la Ermita de San Telmo, originariamente construida a principios del siglo XVI. 

La ermita actual fue construida en el siglo XVIII, y en su interior, además de su artesonado mudéjar y el retablo, merecen contemplarse la «Inmaculada», atribuida a Alonso Cano, procedente del Convento de las Bernardas que se encontraba en la actual Plaza de San Bernardo, y la imagen del "Señor de la Burrita" que abre las procesiones del Domingo de Ramos y el muy venerado por los fieles "Niño del Remedio".

La antigua Caleta de San Telmo, también llamada de Santa Ana, de Triana, del Real de Las Palmas o del Charco de los Abades, estaba situada junto a la iglesia de San Telmo y el castillo de Santa Ana, al lado del barranquillo de la Mata.

Tenía escasa profundidad que al alejarse de la costa alcanzaba unos doce metros, lo que exigía el uso de lanchas para el desembarco. El fondeadero frente a la caleta fue denominado primero "del Marisco" y después "de los Plátanos".
Malecón de San Telmo en 1925 (Kurt Herrmann - Fedac)
Fue utilizada como puerto de salida de las cabalgadas a Berbería para la captura de esclavos durante el siglo XVI y se trataba del mejor punto de embarque y desembarque en la costa oriental cercana, lo que explicaba la localización del pequeño muelle de San Telmo en la prolongación de la actual calle de Bravo Murillo, hoy bajo la avenida Marítima, donde estuvo situada la escultura de Pérez Galdós, obra de Victorio Macho.
La calle en 1950 (M. Arribas - Fedac)

Sin embargo, al levantarse el castillo de Santa Ana para defender los barcos fondeados en esta zona, los navíos enemigos penetraban en el puerto de Las Isletas, pegado a la Punta del Palo, fuera del alcance de los cañones de Santa Ana, lo que exigió la posterior construcción del Castillo de Santa Catalina.

A este lado del barranco surgió el convento e iglesia de San Francisco entre las primeras edificaciones del sector norte de la ciudad. Subiendo por unas escalinatas que antiguamente bordeaban el barranco, se llegaba a la Plaza de Hurtado de Mendoza, popularmente conocida como La Plazuela o la Plaza de las Ranas.

La Alameda de Colón, cuyos laureles de indias se plantaron en 1842, está rodeada de varios edificios de particular relevancia entre los que destacan el Gabinete Literario y varias viviendas señoriales. Hay en el lugar zonas exquisitamente conservadas y la Calle Mayor de Triana tomó el testigo de los comercios que se iniciaron en Los Malteses y La Pregrina. En ella se mezclan las tiendas modernas con las de toda la vida en una conjunción asombrosa.

El Teatro Pérez Galdós, obra del arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, ocupa el mismo lugar que el anterior Teatro Tirso de Molina, arrasado en un incendio.

Recientemente ha sido remozado y se ha ampliado su caja escénica. Merecen especial atención los murales pintados por el hermano del arquitecto Néstor Martín Fernández de la Torre que adornan el interior del teatro. Igualmente singular es el edificio de la Capitanía Militar.
Vista al atardecer (actualeventoscn.blogspot)
A finales del siglo XIX y principios del XX muchas de las familias de la burguesía económicamente fuerte residían en Triana y decidieron renovar sus antiguas viviendas, dando paso así a la arquitectura modernista como signo de distinción  «cuyas fachadas responden a la vocación curvilínea o a la estilización floral carecterísticas del modernimo, llegando en ocasiones a una auténtica exuberancia ornamental. 

(...) Después de la etapa modernista se desenvolvió un estilo ecléctico, centrado, igualmente en el barrio de Triana, aunque difundidos también en otros sectores» (HERRERA PIQUÉ, A.: La ciudad de Las Palmas. Noticia histórica de su urbanización, Las Palmas de GC, 1978).


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

4 comentarios:

  1. mi felicitaciones para el señor Humberto. para mi es un regalo ver estas fotos toda la trayectoria de mas de 100 años de san termo. pues me ayudo mucho, encontre lo que buscaba gracias ha estas fotos.

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    1. Las felicitaciones se las merecen los autores de estas imágenes imperecederas. Mi oficio fue recopilarlas para ilustrar la pequeña historias.Gracias en nombre de todos ellos.

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  2. Miguel Martín reconstruyó el teatro despues del incendio de 1918, pero el edificio original lo proyectó Francisco Jareño y Alarcón.

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    1. Gracias por el comentario. Efectivamente la reconstrucción respetó el proyecto del albaceteño Francisco Jareño y Alarcón que había muerto en 1892. Concretando aún más la información sobre el actual Teatro Pérez Galdós, antes Tirso de Molina, después del incendio de 28 de junio de 1918 que según las crónicas destruyó por completo la estructura de madera del antiguo teatro, el ayuntamiento encargó su reconstrucción en 1921 al arquitecto municipal Fernando Navarro y Massenet, pero después de algunas diferencias técnicas, dos años después se lo encargó a Miguel Martín Fernández de la Torre, quien a su vez le pidió a su hermano Nestor su decoración, quien pintó lo que hoy conocemos como salón Saint-Saëns, que ha sido recientemente restaurado. La reconstrucción terminó en 1928.

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