Topónimo con el que se conoce la pronunciada rampa del poniente donde concluyen en un mismo cauce los barrancos de Valerón y Calabozo para desaguar en San Felipe.
El topónimo tuvo su origen cuando en el año 1460 el portugués Diego de Silva, yerno de Diego de Herrera, se dirigió al norte de de la isla buscando aventuras. Dividió su escuadra para desembarcar simultáneamente en las calas del Bañadero (sic) y Sardina. Imprudentes y desconocedores del terreno, tanto él como sus militares, llegaron al extremo de verse acorralados en un gran cerco de piedras, donde los insulares ajusticiaban a sus reos.
El topónimo tuvo su origen cuando en el año 1460 el portugués Diego de Silva, yerno de Diego de Herrera, se dirigió al norte de de la isla buscando aventuras. Dividió su escuadra para desembarcar simultáneamente en las calas del Bañadero (sic) y Sardina. Imprudentes y desconocedores del terreno, tanto él como sus militares, llegaron al extremo de verse acorralados en un gran cerco de piedras, donde los insulares ajusticiaban a sus reos.
Viaducto de la Cuesta de Silva (Guillermo Vega) |
Salieron de allí con vida gracias a la bondad caballeresca del Guanarteme de Gáldar, quien imponiéndose a sus vasallos, condujo al portugués y a los suyos por una áspera vertiente que hoy se llama Cuesta de Silva hasta el lugar en que habían de embarcarse, entregando primero Silva a Guanarteme en señal de gratitud una espada sobredorada y otros regalos a los demás guayres.
Así lo cuenta la crónica: «Cuando los cristianos, a quienes acomasñaba en su marcha el guanarteme con un considerable trozo de canarios, quisieron acercarse al mar para embarcarse y empezaban a desfilar por aquel áspero camino, les ocurrió el recelo de que los isleños acaso los habían conducido a aquel paraje con traición, para precipitarlos impunemente. El mismo Silva no pudo ocultar al guanarteme su temor; pero, sonriéndose este principe al vele con el color mudado y burlándose de su injusto recelo, le presentó su brazo para que bajase apoyado sobre él, acción que imitaron sus vasallos con los demás españoles y portugueses.
Vista aérea (flyincanarias-com) |
Antes de embarcarse regaló Silva al guanarteme una espada sobredorada y una caperuza de grana fina. A cada uno de los guaires o consejeros dio también una espada y alguna ropa, cosa que ellos apreciaban sobremanera. ¿Por ventura podía aquel portugués haber dado mejores pruebas de que no tenía ánimo de volverles a inquietar, que regalarles con armas defensivas? » (VIERA Y CLAVIJO, J.:
Noticias de la Historia General de las Islas
Canarias, Sta. Cruz de Tenerife, 1967)
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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