jueves, 13 de septiembre de 2012

TEROR

Topónimo aborigen con el que es conocido el municipio de las medianías septentrionales de la isla, situado a 18,6 kilómetros de la capital provincial e insular, después de la construcción del nuevo viaducto sobre el barranco homónimo, en una altitud media de 543 metros sobre el nivel del mar, y de 25,70 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 1,6% del total de la isla.

Panorámica (Spanien Bilder)
Teniendo en cuenta su origen prehispánico en el poblado de Guanchía y las remotas noticias en cuanto a la aparición de la Virgen del Pino en el lugar de donde le viene la notoriedad en las crónicas, se considera que es uno de los núcleos de población más antiguos de la isla, si bien con muy escasa población, pues el poblamiento más importante en el actual conjunto urbano se produjo por familias acaudaladas durante el siglo XVI.

Las primeras datas en su territorio son las regularizaciones de las tierras roturadas para los cultivos, lejos del núcleo de la capital municipal, como ejemplo la petición de Jorge Fernández del 10 de enero de 1530, en la que solicita:

«...en termino de (Te)rore tengo yo unas tierras de sequero y en las cabeçadas dellas un pedaço de tierra en que puede aber seys o siete fanegas de senbrad(ura) poco mas o menos  que an por linderos de la una parte tierras de H(ern)ando Bachicao ede la otra tierras que fueron de Ganboa e que son ago del bachiller Brolio. E por baxo con mis tierras ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Panorámica de 1893 (Norman Carl - Fedac)
Con estos mismos argumentos de regularización aparece la primera data de una familia acaudalada, concretamente cuando Juan de Villanueva el 28 de noviembre de 1544, manifiesta al Cabildo General:

«...que a mas de veynte años que yo tengo e poseo en Terore çinquenta fanegadas de tierras donde dizen los Arvejales, que an por linderos tierras mias que ove de Anton del Hoyo e con tierras mis entre dos hoyas por un lomillo e de tierras que fueron de Pedro de Avila por un barranco hondo abaxo seco que va de unos andenes donde nacen unos juncos a dar en el barranquillo que viene de tierras de Juan Nieto e de Pero Vaez, las cuales dichas tierras yo ove comprado de Domingo Gonzlaqez a casa de Juan de Ariniz escrivano mayor del cabildo e no se halla, suplico a vuestra señoria pues yo compre las dichas tierras como estoy presto de dar la ynformaçion e las he desmontad e aprovechado ma hagan merçed de darme nuevo titulo dellas porqeu yo tengo muchos hijos gracias sean dadas a Dios e me conviene que les quede titulo de las dichas tierras que compre ...» (Ibídem).

A finales de dicho siglo XVI llega a las posesiones de Teror el Capitán de Milicias del Regimiento de Guía, Regidor Perpetuo de la Gran Canaria y Alcaide del castillo principal de Nuestra Señora de la Luz Blas de Quintana y Cabrera por su matrimonio con Isabel Pérez de Villanueva Peñaranda y Campos, primera Camarera de Nª Sª del Pino, descendiente de los que se consideran primeros pobladores o fundadores del actual casco histórico de la Villa Mariana.

Panorámica de 1910 (Kurt Herrmann - Fedac)
Blas de Quintana es de la saga de los Quintana galdenses, descendientes del conquistador Juan de Soria que se casó con la indígena María González Maninidra, hija del famoso Guayre, que había sido beneficiado con muchos repartimientos en Gáldar.


La historia de la Villa está unida a la aparición de la imagen de la Virgen del Pino, pues desde el siglo XV se la considera Villa Mariana al ser la sede de la Patrona de la isla. Además de ser el centro de peregrinación de la isla, su desarrollo está totalmente ligado a la agricultura y la ganadería, lo que provocó un gran crecimiento demográfico y social entre los siglos XVI y XVIII.

En este último siglo, la producción de nuevos cultivos como la papa y el millo, provocó una situación de prosperidad. El esplendor económico de la época tuvo su reflejo en la arquitectura, puesto que a partir de ese momento se construyeron muchos de los edificios emblemáticos.

Teror cerealero de 1890 (Fedac)
Es también en el siglo XVIII cuando surge en Teror uno de los mayores conflictos sociales de su historia debido principalmente al reparto de aguas entre los vecinos de Teror y los de Valleseco, que en aquel entonces integraban el mismo municipio.

A estos conflictos se añaden en la misma época, las protestas de los vecinos de Moya y Guía,  originadas por el protagonismo asumido por el presbítero de Teror Pedro del Castillo que se oponía a las medidas liberales nacidas de las Cortes de Cádiz para el reparto de las tierras de baldíos en la Montaña de Doramas a los residentes "sin tierras" en los nuevos municipios constitucionales .

Calle de la Herrería (1910 Kurt Herrmann - Fedac)
Los días 12 y 13 de abril de 1814 se monta una asonada que «... por influxos secretos todo el pueblo de Teror (se subleva) y dirigióse a la jurisdicción de Moya para, destrozar las sementeras y hacer otros estragos muy propios de tales acontesimientos, y si bien se retiraron sin otra contienda personal» (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987). 

El centro de la asonada fue Teror, pero participaron también vecinos de Firgas y Arucas, siendo detenido el alcalde de Arucas, Pedro Castellano, que por motivos de salud fue encarcelado en las casas de Francisco Díaz, vecino de la Ciudad.

En 1816 decía el síndico de Moya que el origen de la oposición al reparto se encuentra en la actitud «de algunas personas poderosas con el objeto de ser ellos los únicos representantes del pueblo y que en sus casas se refundan las riquezas de toda, la isla, avasallando por este medio a los pobres que no tubieron fortuna de heredar vinculos ni mayorasgos». 

Las personas poderosas a las que hacía referencia el síndico son Pedro Castellano, alcalde de Arucas, Pedro de Alcántara Déniz, administrador del Mayorazgo de Arucas, y el Presbítero también de Teror Pedro del Castillo. 

La extraña alianza de estos tres "pedros" dicen que la hacen en defensa de la naturaleza, del bosque de la Montaña Doramas, y por ello se oponen a toda concesión a particulares. Ocultan que obedecen el mandato de los verdaderos poderosos que mantienen su anonimato para así seguir aprovechándose de la propiedad pública y cortar los palos y "jorcones" que necesitan para sus parrales.

La propiedad de la tierra y el agua jugó un papel importante en la historia de la Villa, ya que es la base económica de este municipio en el siglo XIX. A partir de 1835, adquiere un protagonismo político y social, tras implantarse el modelo municipal surgido en las Cortes de Cádiz de 1812.
Vista aérea de la Basílica (fotosaereasdecanarias-com)
Su condición de Villa Mariana hace ineludible hablar de su basílica, que tiene su propia historia nacida en el siglo XV. El estado ruinoso de la primitiva ermita de una sola nave, construida hacia 1481 junto al pino donde, según la tradición, apareció la Virgen, motivó la construcción en 1600 de una iglesia con tres capillas, camarín y coro. Más tarde en 1708, se le anexionó la Torre Amarilla.

Las obras dirigidas por el ingeniero militar Antonio de la Rocha entre 1760 y 1767, concluirán en un edificio de planta basilical con tres naves, la central más ancha que las laterales, separadas por una arquería de arcos de medio punto y cubiertas a dos aguas. La planta presenta la novedad del camerino de la Virgen, situado tras un altar barroco y con un espléndido artesonado mudéjar.


Para financiar las obras del nuevo templo, se solicita, en 1767, por el párroco, el alcalde y los vecinos de Teror, al Comandante General de las islas una limosna «… para continuar el templo que se esta fabricando a Maria Santisima con el titulo del Pino…», demanda que dará origen a la data real de la Virgen que es concedida por Carlos III en dinero y tierras en el barranco de la Virgen para proveer de recursos a la fábrica de la parroquia.

Interior Basílica (aerferaer)
El alzado principal se compone de dos cuerpos que se diferencian por su composición, elementos de lenguaje y por el color de la piedra. Los elementos ornamentales del cuerpo principal son barrocos y se mantiene cierto atavismo en la alternancia del paramento con la piedra. Sin embargo, hay elementos novedosos, como la ventana central que dobla la cornisa.

Este alzado se articula en vertical a través de pilastras, dando lugar a una composición tripartita en la que destacan el cuerpo central por su proporción, la dimensión del cuerpo puerta-ventana en un mismo paño de cantería, el remate con un paño de cantería entre ménsulas y el campanario.

Además de todos los elementos compositivos del alzado, también están fabricados en cantería el zócalo, las pilastras en esquina, la cornisa y el paño bajo esta, la balaustrada entre pretiles y los jarrones. Todos los huecos del alzado principal son de medio punto y se le superponen otras líneas con cornisamiento, que dan ese carácter ornamental al alzado.


El papel representativo del alzado tiene que ver con ceremonias dedicadas a la patrona en el exterior del templo, de ahí que la fachada juegue a ser el escenográfico telón de fondo en la perspectiva de la calle principal.

Torre Amarilla (YM - nortedegrancanaria-es)
Por su parte, los alzados laterales se componen con variedad de huecos, ventanas de arco rebajado o adintelado y puertas en arco de medio punto, y en un juego entre simetrías y disimetrías, según los paños, que se enmarcan con pilastras y contrafuertes.

Por tanto, se repite en estos alzados la combinación de paños encalados y paños con cantería. Hay unas interesantes gárgolas zoomórficas y cúbicas. La iglesia actual pasó a ser basílica por nombramiento de Benedicto XV el 12 de enero de 1916 (HERNÁNDEZ SOCORRO, MR. Y CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, J.: "El patrimonio histórico de la Basílica del Pino de Teror", Cuadernos de Patrimonio Histórico del Cabildo Insular de Gran Canaria, nº 5, 2005).

La villa siempre ha sido famosa por sus abundantes y excelentes aguas, y por la riqueza de fuentes y manantiales. Son muchas las referencias históricas que dan cuenta de este hecho en el pasado, como la del historiador Viera y Clavijo, que, en el siglo XVIII enumeró casi doscientas fuentes y manantiales.


Incluso hay quienes defienden que el topónimo Teror significa «lugar de aguas». Aunque la mayoría de esas aguas han desaparecido debido a la perforación incontrolada de pozos al costado de los barrancos en épocas pasadas y al descenso de las lluvias en las últimas décadas, actualmente el municipio conserva algunos de estos nacientes, como las fuentes o chorros de San Isidro, de Las Rosadas, del Borbullón o El Laurelar. Pero la más importante que sigue manando y embotellando agua de propiedad pública es la llamada Fuente Agria, que se comercializa como Agua de Teror.

Municipio de Teror (IDE Gran Canaria)

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