Topónimo con el que se conoce un antiguo lugar con modernos asentamientos en la zona sureste del casco urbano, que debe su origen a la propiedad de las tierras del judeo-converso Juan de Tarifa, que fue juzgado por el tribunal de la Inquisición.
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La Inquisición se establece en Canarias por un edicto del Obispo Muros el 28 de abril de 1499: «… Nos, Don Diego de Muros, obispo de Canarias (…) resolvemos hacer investigación en todas estas islas de nuestro episcopado sobre los pecados de herejía y judaísmo y otros crímenes y excesos de cualquier naturaleza cometidos contra nuestra santa fe católica…».
Se implanta oficialmente en 1505 con el nombramiento del Inquisidor Tribaldos, que ejerce su función hasta 1524. Lo sigue Jiménez hasta 1527, continúa Padilla, y ya a finales de siglo Funes. Fue especialmente virulenta con los judío-conversos (cripto-judíos), algunos establecidos en la Vega de Aguatona, que fueron propietarios de su ingenio azucarero a lo largo del siglo.
Juan de Tarifa fue «relaxado» después de haberse suicidado en la prisión, a la que fue, entre otras acusaciones, por «ordenar cocinar el cocido sin jamón».
Así lo describe la crónica: «… Juan de Tarifa, natural de Sevilla, mercader residente en Canaria; hijo de Diego de Tarifa, converso y de Catalina López, “reconciliada” fue encarcelado en 1530, no encontrando medios para salir de la cárcel y no queriendo sufrir la pena que le esperaba se suicidó en su mazmorra colgándose de una viga.
Así lo describe la crónica: «… Juan de Tarifa, natural de Sevilla, mercader residente en Canaria; hijo de Diego de Tarifa, converso y de Catalina López, “reconciliada” fue encarcelado en 1530, no encontrando medios para salir de la cárcel y no queriendo sufrir la pena que le esperaba se suicidó en su mazmorra colgándose de una viga.
Sus restos permanecieron en depósito esperando la sentencia. Acusado de reuniones, sábados, comidas judías, sexo; cuando llegó la orden de ser “relaxado”, su cuerpo puesto en un ataúd fue entregado al “brazo seglar” y consumido por las llamas junto con su estatua. La sentencia también dictamina que sus bienes fueran confiscados de cuarenta años atrás y sus descendientes por línea masculina, hasta el segundo grado y por la femenina hasta el primero, inclusive fueron declarados inhábiles y privados de oficio…» (SÁNCHEZ VALERÓN, R.
Y MARTÍN SANTIAGO, F.E.: Génesis y
desarrollo de Ingenio durante el siglo XVI, ed. digital, 2003).
En ocasiones las denuncias que llegaban al Tribunal de la Inquisición no lo eran por el fundamentalismo religioso aunque se justificaran en ello, y podía serlo realmente por pleitos civiles por tierras y deudas contraídas. Juan de Tarifa pudo haber sido uno de estos casos, según resultado del documento del Sello de 4 de marzo de 1509:
« Emplazamiento contra Juan de Tarifa y Juan Alemán, francés, mercaderes estantes en Gran Canaria, para que en un plazo de 120 días comparezcan ante los contadores mayores para declarar en el pleito que tienen pendiente con Pedro de Alcázar, arrendador de los derechos del dos por ciento en dicha isla, por apelación de Francisco de Buitrago, procurador de dicho arrendador, a una sentencia del bachiller de la Coba, alcalde de la citada isla, que eximió a Juan de Tarifa y Juan Alemán de las cantidades que adeudaban de dichos derechos desde el 1 de enero al 26 de mayo de 1508 » (AZNAR VALLEJO, E.: Documentos canarios Registro General del Sello (1476-1517), Sta. Cruz de Tenerife, 1981).
« Emplazamiento contra Juan de Tarifa y Juan Alemán, francés, mercaderes estantes en Gran Canaria, para que en un plazo de 120 días comparezcan ante los contadores mayores para declarar en el pleito que tienen pendiente con Pedro de Alcázar, arrendador de los derechos del dos por ciento en dicha isla, por apelación de Francisco de Buitrago, procurador de dicho arrendador, a una sentencia del bachiller de la Coba, alcalde de la citada isla, que eximió a Juan de Tarifa y Juan Alemán de las cantidades que adeudaban de dichos derechos desde el 1 de enero al 26 de mayo de 1508 » (AZNAR VALLEJO, E.: Documentos canarios Registro General del Sello (1476-1517), Sta. Cruz de Tenerife, 1981).
Alpendre (Fedac) |
A pesar del trágico fin del judío converso, sus tierras aparecen documentadas con su antropónimo, y así, Juan de García, ausente en Indias, en escritura de 26 de junio de 1747 decía que eran de su propiedad una fanega y ocho celemines de un «Cercado labradío y “arrife” en Tarifa con medio día de agua del Heredamiento de la Acequia Real de Aguatona».
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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