Actualización: 2013/03/20
Topónimo que recibe un caserío situado al naciente de la Carretera de Arucas a Teror (GC-043), lugar donde se ha construido un mirador por el Cabildo Insular. Recibe este nombre por la existencia en el lugar de un yacimiento aborigen, de donde se consideró «un lugar de guanches».
Aunque algunas fuentes consideran que el topónimo guarda relación con la estancia de "guanches" de Tenerife en el lugar, está acreditado que los vestigios son prehistóricos y la deportación de "guanches" de Tenerife hacia Gran Canaria fue en la época histórica. Probablemente se deba a la generalización que hasta mitad del siglo XX se hacía del término "guanche" para designar a todos los aborígenes, más concretamente indígenas, de todas las islas.
Las crónicas históricas hablan de la antigua Aterura como una de las principales aldeas aborígenes, pero no se conoce a ciencia cierta su localización, aunque se cree que se trata del yacimiento de La Guanchía, un conjunto integrado por más de una veintena de cuevas artificiales ubicado en la cota más elevada de la margen izquierda del barranco de Teror, en el llamado Lomo de Los Silos, pues algunas de las cuevas eran graneros. Muchas cuevas han sido reutilizadas con posterioridad.
«El yacimiento arqueológico de Guanchía (Teror) fue también objeto de exploraciones en estas fechas de finales del siglo XIX. Concretamente sería Víctor Grau-Bassas quien estudiara el enclave, recogiendo un cráneo, una mano de mortero y una pintadera hoy por hoy sin identificar. Los únicos datos de los que disponemos para esta matriz son los proporcionados por los inventarios de la época (AMC/AMC 1209; 1376), en los que se indica que con fecha 1 de julio de 1887 Víctor Grau-Bassas dona un ejemplar cuadrado al museo procedente de Guanchía » (CRUZ DE MERCADAL, M.C., DELGADO DARIAS, T. Y VELASCO VÁZQUEZ, J.: Pintaderas del Museo Canario, Las Palmas de GC, 2013).
Topónimo que recibe un caserío situado al naciente de la Carretera de Arucas a Teror (GC-043), lugar donde se ha construido un mirador por el Cabildo Insular. Recibe este nombre por la existencia en el lugar de un yacimiento aborigen, de donde se consideró «un lugar de guanches».
Aunque algunas fuentes consideran que el topónimo guarda relación con la estancia de "guanches" de Tenerife en el lugar, está acreditado que los vestigios son prehistóricos y la deportación de "guanches" de Tenerife hacia Gran Canaria fue en la época histórica. Probablemente se deba a la generalización que hasta mitad del siglo XX se hacía del término "guanche" para designar a todos los aborígenes, más concretamente indígenas, de todas las islas.
Vista (Jose Carlos Guerra - La Provincia) |
«La
primera propuesta del Prof. Serra es que se debe rechazar la denominación "guanche"
referida al conjunto de la población aborigen, y fatalmente generalizada por la
escuela francesa a partir de Chil y Verneau, probablemente influenciados por
Berthelot» (MARTIN
DE GUZMÁN, C.: Las culturas prehistóricas
de Gran Canaria, Madrid, 1984)
Superado tal error, aún
pudiendo tener raíces comunes, se considera que son distintas sus culturas,
costumbres, lenguajes y sistemas de organización política, por lo que a los
indígenas o aborígenes de Gran Canaria se les conoce científicamente como "canarii".
Las crónicas históricas hablan de la antigua Aterura como una de las principales aldeas aborígenes, pero no se conoce a ciencia cierta su localización, aunque se cree que se trata del yacimiento de La Guanchía, un conjunto integrado por más de una veintena de cuevas artificiales ubicado en la cota más elevada de la margen izquierda del barranco de Teror, en el llamado Lomo de Los Silos, pues algunas de las cuevas eran graneros. Muchas cuevas han sido reutilizadas con posterioridad.
«El yacimiento arqueológico de Guanchía (Teror) fue también objeto de exploraciones en estas fechas de finales del siglo XIX. Concretamente sería Víctor Grau-Bassas quien estudiara el enclave, recogiendo un cráneo, una mano de mortero y una pintadera hoy por hoy sin identificar. Los únicos datos de los que disponemos para esta matriz son los proporcionados por los inventarios de la época (AMC/AMC 1209; 1376), en los que se indica que con fecha 1 de julio de 1887 Víctor Grau-Bassas dona un ejemplar cuadrado al museo procedente de Guanchía » (CRUZ DE MERCADAL, M.C., DELGADO DARIAS, T. Y VELASCO VÁZQUEZ, J.: Pintaderas del Museo Canario, Las Palmas de GC, 2013).
Casas cueva (Patrinet) |
Hay que destacar que su orientación al naciente facilitaba su exposición al sol de la mañana que contribuía a la conservación de los granos. Debió tratarse del establecimiento de una agrupación de barranco con varios asentamientos a lo largo de este barranco que aguas abajo recibe los nombres de Lezcano y de Tenoya.
En su recorrido se sabe de asentamientos en Las Cuevas de Los Andenes, cerca de San Francisco Javier de Arucas y el más importane de Las Cueveras en Montaña Blanca, próximo al lugar donde desagua el barranco entre Tinocas y Costa Ayala. Todos los asentamientos se realizaron en la rampa de poniente de este barranco de abundantes aguas y sus accesos ofrecen bastante dificultad a través de andenes y veriles.
Después de la Conquista de la isla, cuando ya quedaba atrás hablar del Terore, este es un lugar de tránsito, en el camino algo dificultoso que unía La Peña Horada próxima a El Palmar con Teror, a través del Lomo de los Silos.
Este camino era utilizado por los curas que desde Teror se acercaban a la Ermita de La Peña cuando llegaban las fiestas de las Nieves, incluso después de crearse la parroquia. El trazado del camino, justo al borde del Lomo de Las Caldereras y de Los Silos, subía penosamente hasta llegar a los linderos de la finca de Osorio, donde se unía al camino de herradura que llegaba desde Arucas a través de El Palmar.
Campana de ventilación mina de agua (Patrinet) |
Este último camino lo describían las Ordenanzas del Concejo de 1531, cuando regulan de «la guarda de las sementeras y vegas sembradas» y concretamente el deambular con puercos por los caminos, mencionan el lugar cuando dicen:
«Otrosy que los puercos no puedan andar en todo la defendido de estos mojones que aquí yrán declarados los quales vayan el primero desde (…) y a las tierras de Porras que son en Terore y por encima de las dichas tierras a dar al Parral de Juan de Troya e al Barranco del agua a dar a la huerta de Nuestra Señora y el camino adelante a los sylos de Terore linde las tierras de Baeça que van por las cabecadas de Baeça a dar a la fuente de los Laureles y toda la dicha vereda hasta el camino que va de los engenos de Arucas …» (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria (1531), Sevilla, 1974).
«Otrosy que los puercos no puedan andar en todo la defendido de estos mojones que aquí yrán declarados los quales vayan el primero desde (…) y a las tierras de Porras que son en Terore y por encima de las dichas tierras a dar al Parral de Juan de Troya e al Barranco del agua a dar a la huerta de Nuestra Señora y el camino adelante a los sylos de Terore linde las tierras de Baeça que van por las cabecadas de Baeça a dar a la fuente de los Laureles y toda la dicha vereda hasta el camino que va de los engenos de Arucas …» (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria (1531), Sevilla, 1974).
El topónimo está documentado notarialmente siglos atrás y como ejemplo se menciona también en una venta de bienes vinculados del día 28 de agosto de 1872, cuando el agrimensor de Teror Juan Jiménez Miranda adquiere catorce fanegas y siete celemines de una «Trozada de tierra perteneciente a la Hacienda de Las Caldereras en Guanchía» por 37.500 reales de vellón.
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