Topónimo correspondiente a un barrio situado entre el Risco de Jiménez y el Lomo de Enmedio que
separan la cuenca del barranco de Lezcano o
de Tenoya del barranco de San
Lorenzo.
Es un lugar muy abierto y vistoso, con distintas vistas panorámicas desde las que se divisan al norte la Playa de Las Canteras, La Isleta y el Puerto de La Luz; al poniente, la Divisoria o cresta alargada rematada con en el Pico de Osorio; y al naciente, el Lomo de Andújar, La Milagrosa y el Barranco de Mascuervo, hasta donde se llega por la carretera de acceso GC-211, enlazando desde la carretera de Tamaraceite a Teror (GC-021).
Es un lugar muy abierto y vistoso, con distintas vistas panorámicas desde las que se divisan al norte la Playa de Las Canteras, La Isleta y el Puerto de La Luz; al poniente, la Divisoria o cresta alargada rematada con en el Pico de Osorio; y al naciente, el Lomo de Andújar, La Milagrosa y el Barranco de Mascuervo, hasta donde se llega por la carretera de acceso GC-211, enlazando desde la carretera de Tamaraceite a Teror (GC-021).
El origen del topónimo, como todos los hagio-topónimos, está vinculado
a su desaparecida ermita y está escrito en la inscripción conmemorativa colocada con motivo
de su inauguración en 1677, que dice:
«Siendo el Capitán y Sargento Mayor Don Juan Coello de Portugal, Caballero de la Orden de Santiago, Corregidor y Capitán a Guerra de esta isla por su Magestad, mandó hacer esta hermita para ospicio de Ntra. Sra. del Pino, de limosna que se juntó de los debotos de ella, siendo Cura el Licenciado Juan Rodríguez, y alcalde Juan Francisco Suárez, año de 1677».
«Siendo el Capitán y Sargento Mayor Don Juan Coello de Portugal, Caballero de la Orden de Santiago, Corregidor y Capitán a Guerra de esta isla por su Magestad, mandó hacer esta hermita para ospicio de Ntra. Sra. del Pino, de limosna que se juntó de los debotos de ella, siendo Cura el Licenciado Juan Rodríguez, y alcalde Juan Francisco Suárez, año de 1677».
Inscripción conmemorativa (Ramírez Sánchez, M.) |
Lo que no parece estar documentado es si el mismo Capitán Coello
concretó su advocación en San José. En cuanto a la preposición del nombre es un
inequívoco complemento que indica el origen, señalando en este caso el
fito-topónimo del lugar que concreta en "el álamo", que hace
referencia al Álamo (Pópulus) del que
escribe en 1803 Viera y Clavijo (Diccionario
de Historia Natural de las Islas Canarias, Madrid, 1982):
«El álamo blanco, que es la especie que adorna los campos y cercanías de los pueblos en nuestras islas, crece con mucha prontitud, elevándose a grande altura. Su tronco, que de mediano grosor, aunque poco recto cuando no se le cuida, tiene la corteza lisa y blanquecina, ínterin no la ponen escabrosa los años».
El nexo con el álamo fue casual y es descrito como sigue: «... aquí se encuentra una Ermita dedicada á dicho Sto. la mayor parte arruinada. En medio de la Iglesia (como está destechada) á nacido un gran Alamo de aquí la denominación de Sn. Jose de Álamo... » (ANÓNIMO: Gran Canaria a mediados del siglo XIX, según un manuscrito contemporáneo, Las Palmas de GC, 1950).
«El álamo blanco, que es la especie que adorna los campos y cercanías de los pueblos en nuestras islas, crece con mucha prontitud, elevándose a grande altura. Su tronco, que de mediano grosor, aunque poco recto cuando no se le cuida, tiene la corteza lisa y blanquecina, ínterin no la ponen escabrosa los años».
El nexo con el álamo fue casual y es descrito como sigue: «... aquí se encuentra una Ermita dedicada á dicho Sto. la mayor parte arruinada. En medio de la Iglesia (como está destechada) á nacido un gran Alamo de aquí la denominación de Sn. Jose de Álamo... » (ANÓNIMO: Gran Canaria a mediados del siglo XIX, según un manuscrito contemporáneo, Las Palmas de GC, 1950).
En los distintos traslados de la Virgen del Pino a la Ciudad, iniciados
por primera vez en 1678, la imagen entronizada se alojaba y pernoctaba en la
ermita hasta reemprender su recorrido. Desde los primeros años hubo culto en esta
ermita como lo acredita el vecino de Teror Tomás Rodríguez que, en escritura de
3 de enero de 1691 cuando funda una capellanía, fija una pensión consistente en
siete misas rezadas los primeros domingos del mes en la ermita de San José del
Álamo.
La desaparecida ermita ya era mencionada en las Constituciones Sinodales del obispo Pedro Dávila y Cárdenas (1737), junto con las dedicadas a Ntra. Sra. de Las Nieves en El Palmar, San Matías y San Isidro de otros pagos de Teror.
El topónimo se consolida en los documentos públicos, como el de Francisco
Calderín Casares, Licenciado, Presbítero y Abogado de los Reales Consejos de la
Audiencia de Canarias, que en escritura de 29 de mayo de 1752 dice tener una
propiedad de nueve fanegas y ocho celemines de «Tierras en San José del Álamo» que había comprado con
anterioridad. Y así aparece en la cartografía de la isla de José Ossavari (1806),
incluyendola como "Hermita"
con la leyenda S. José del álamo.
La desaparecida ermita ya era mencionada en las Constituciones Sinodales del obispo Pedro Dávila y Cárdenas (1737), junto con las dedicadas a Ntra. Sra. de Las Nieves en El Palmar, San Matías y San Isidro de otros pagos de Teror.
Acueducto (Fedac) |
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