martes, 26 de junio de 2012

LAUREL, BARRANCO DEL (MOYA)

Actualización 3-abr-2016
Topónimo correspondiente al barranco que discurre desde Fontanales hacia la vertiente norte, aguas abajo recibe aguas del barranco de los Tilos, para cambiar de nombre en la junta con el barranco de Los Propios, siendo conocido como barranco de Moya.

Laurel (floradecanarias-com)
El nombre de barranco del Laurel lo recibe a partir de la junta de dos grandes barrancos de aguas, aproximadamente en el lugar de La Galería, cuencas que ascienden al naciente y poniente. Al naciente, posiblemente la de mayor cauce, es el  barranco de la Horcajada que nace en las vertientes septentrionales de la Montaña del Capitán, situada esta al sur de la Caldera de los Pinos de Gáldar, y ya muy cerca de Fontanales recibe las aguas de su tributario el barranco del Valle que recoge las aguas de distintas escorrentías en la Heredad de Moya,  y después de bordear Fontanales por el poniente cerca de las Cuevas Bajas, recibe las aguas de Cañada del Roque y Barranquillo Escalona que bordea el mismo barrio por el naciente, para más abajo recibir las aguas de otro tributario, el Barranquillo del Lomito de las Piedras.

Al poniente, el otro importante cauce es el barranco del Cavadero, que nace en tres vertientes septentrionales de La Atalaya en el cortijo del Gusano que se juntan en la Hoya del Cavadero, discurriendo aguas abajo y tras recibir las aguas de un pequeño tributario a la altura de La Galería, se junta con el barranco de la Horcajada, como ya se ha dicho antes.

Vista del barranco en 1925 (Teodoro Maisch - Fedac)
El barranco del Laurel, aguas abajo a la altura del Lomo de La Laja recibe las aguas de su tributario el barranco de Los Tilos, para más abajo después de pasar por el lugar de Los Tilos a partir de la junta donde recibe las aguas del barranco de Los Propios, toma el nombre de barranco de Moya, aproximadamente en el vertiente del kilómetro 7 de la carretera de San Juan-Moya (GC-700).

El topónimo tiene su origen en la Fuente del Laurel que allí existió desde tiempos remotos, donde también se asentó al borde del barranco un caserío disperso con el mismo nombre, en las márgenes de la carretera Acceso a los Tilos (GC-704), en el corazón de lo que fue  el famoso bosque de Doramas, con piso de vegetación conocido como Termocanario Húmedo o Monteverde, constituido por la Laurisilva y el Fayal-Brezal.

Estanque cueva (Fedac)
La mención más antigua documentada que se tiene del barranco es en el repartimiento solicitado por el licenciado y regidor Françisco Perez de Espinosa, del 15 de junio de 1551, cuando al pedir ciento cincuenta fanegadas las describe «… en las hoyas de los jingos arriba de la montaña de Doramas desde la cabeçada de un mogote y lomo rredondo de una vanda y de otra aguas vertientes hasta el barranco do sale el agua del Laureal y por el otro lado hasta dar al barranco y rraya de la montaña de Doramas las quales tierras son helechales e granadillares …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

El árbol conocido como laurel (Laurus novocanariensis) es una especie característica de los bosques de laurisilva. Se trata de un árbol de hasta veinte metros, que se puede diferenciar por sus hojas lanceoladas, que poseen glándulas pequeñas en las axilas del raquis o eje y de los nervios laterales. Los frutos son ovoides, de aproximadamente un centímetro o algo más, y adquieren un color negro al madurar.

En los años inmediatos a la Conquista, el reparto de tierras y aguas conllevaba que los propietarios se organizasen para el aprovechamiento comunal de estas últimas, implantándose el sistema reinante en la Península, de clara influencia musulmana, llamado Heredades, con sus dulas o repartos de aguas.

Cantonera (Fedac)
La Heredad de Moya, al igual que muchas implantadas en la isla, está ligada al inicio de la presencia castellana y los repartimientos.

Se cree que se tuvo que haber constituido entre finales del siglo XV y principios del XVI. Su función, con un singular vocabulario, está ligada a la custodia de sus nacientes, llamados ”madrelagua”, que aportaban la ”gruesa” o caudal del ”macho” o acequia principal, para su posterior reparto entre los herederos o dueños de un tiempo de reparto, repitiéndose el mismo o dula cada cierto tiempo.

Las cantoneras o troneras repartían la gruesa entre los herederos que disponían del agua en el mismo tiempo. Las tornas tapaban las bocas de reparto.

Lavadero (Fedac)
Los pleitos en los inicios del siglo XIX por las aguas del barranco que nacían en varios manantiales o "remanentes" y que brotaban por las paredes de su cauce, sentenciaron la propiedad de las mismas a favor de la Heredad de Moya (MARTÍN SANTIAGO, F.: La heredad de Moya. Pleitos por las aguas de la Fuente Laurel año de 1802, Infonortedigital.com).

El pleito tuvo su inicio con la concesión de la data a Cristóbal Vicente Mújica en el año de 1801, quien, según los testimonios aportados «… sabe el testigo que don Cristóbal Mujica, vecino de la Ciudad ha hecho una Madre en el centro del Barranco, en donde nace el Agua del heredamiento de Moya y sacó una acequia con su Madre del mismo Barranco para regar una Huerta de árboles…».

En el mismo se personan también influyentes propietarios como partes, argumentando que lo hacían por:

Alpendre (Fedac)
«… conseguir que otros les suelten algunas dulas a fin de no perder los frutos, lo que especialmente se verifica en la costa de la Airaga, y también ocurren querellas entre los mismos herederos por los frecuentes robos que hacen a aquellos que carecen de aguas bastante (…) que el agua que conduce el Conde de Vega Grande a su Hacienda de la costa de la Airaga, es propia suya, (…) y que don Francisco Valdes solo conduce a su hacienda situada también en la Costa, las aguas perdidas en tiempo de invierno, y que si conduce algunas en tiempo de verano son las que adquiere por arrendamiento…».

Y a pesar de que se sumó al pleito otra heredad cuando se dice «…demanda puesta por parte de los herederos en el Heredamiento del Palmital de Guía con los vecinos del lugar de Moya, sobre la pertenencia de las aguas del Laurel y Manantiales conjunto…», al final la sentencia fue favorable a la Heredad de Moya.

Caserío (puertaverdearquitectura-blogspot)
Esta es la historia que se ha contado de las aguas del heredamiento de este barranco, y en este caso con final feliz para el común. Pero no es una historia única o exclusiva, porque el agua era el "oro líquido" de la isla.

Como ésta o parecidas, hubieron muchas historias en las que se sucedían los pleitos, unos tratando de dirimir si eran aguas superficiales o de manantiales, otros si eran de éste o aquel manantial, otras porque los títulos desaparecieron cuando Van der Does los quemó o se los llevó; muchos también hubieron porque se quebraba el agua para que fuera por otra acequia, o porque se bajaban las tornas para que pasaran más azadas, o simplemente porque unos se creían con más derecho que otros al "oro líquido".

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)


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