Actualización 31-octu-2015
Topónimo con el que se conoce el yacimiento arqueológico situado al sur del casco de Gáldar, en las laderas cercanas al barranco de Gáldar, enmarcado al norte por la calle José Suárez de Falcón y al oeste por la calle Fray Luis de Granada.
El origen de su denominación parece guardar relación con la extensión de las posesiones del Guanarteme de Facaracas hacia la ribera del barranco, la teórica proyección meridional de la Cueva Pintada.
Topónimo con el que se conoce el yacimiento arqueológico situado al sur del casco de Gáldar, en las laderas cercanas al barranco de Gáldar, enmarcado al norte por la calle José Suárez de Falcón y al oeste por la calle Fray Luis de Granada.
El origen de su denominación parece guardar relación con la extensión de las posesiones del Guanarteme de Facaracas hacia la ribera del barranco, la teórica proyección meridional de la Cueva Pintada.
Vista (Patrinet) |
una memoria del Museo Canario de 1892,
de Amaranto Martínez Escobar, donde dice «…
la llamada Cueva de Vuelta del Rey,
muy curiosa por su extensión y configuración. Forma como dos pisos,
constituyéndolo el segundo una especie de nichos cuya aplicación no es fácil de
adivinar por hallarse el suelo actual mucho más bajo del que antes tenía, a
causa de excavaciones hechas para extraer la arena volcánica que sirve de rico
abono a las tierras de cultivo. Existe la tradición de que esta cueva, cuya
galería principal se halla interceptada, al parecer, por naturales
derrumbamientos, atraviesa subterráneamente la actual población».
El argumento de la prolongación de
distintas cuevas por el subsuelo del casco más antiguo de Gáldar, es
coincidente con el que se establece para la Cueva
Pintada, en la vertical Norte, si bien este lugar está a unos 70 metros de
altitud, mientras que la Cueva Pintada
se sitúa en los 101 metros, que puede sustentar la existencia de cuevas arqueológicas en distintos “pisos” y con distintos
aprovechamientos, dada la diferencia de cotas entre las mismas de unos 30
metros. Algunas referencias aluden claramente al hallazgo de
cadáveres, de donde podría entenderse que tendrían un aprovechamiento funerario
en cuevas artificiales cavadas en la tosca y decoradas, valorándose que las
contiguas de poca profundidad eran para la deposición de ofrendas.
Se da la curiosidad que la Cueva Pintada, las Huertas del Rey y las conocidas Cuevas
del Patronato, también llamadas Cuevas
de Facaracas, conforman una imaginaria línea recta con dirección aproximada
Norte-Sur.
Con posterioridad se señalaba la
existencia de varias inscripciones hechas en las paredes de una gruta de la Vuelta del Rey, y que consideran
semejantes sus motivos a los de la Cueva Pintada
pero labradas en la roca.
En un artículo de 1900, contaba José
Batllori y Lorenzo de la tradición oral que hablaba sobre la gruta de “La Vuelta del Rey”, referida a que los signos
labrados que habían en sus paredes los había mandado hacer un “Guanarteme”, cuando volvía a la Corte por la vuelta del Rey desde los montes de
Almagro donde tenía sus rebaños, para que sirviera la cueva de panteón a
los Guanartemes de Gran Canaria.
Esta tradición oral no necesariamente tiene
que referirse a una “vuelta” física
del camino, dado que ateniéndonos al “Diccionario Lengua Castellana”, Parte 2ª,
de Sebastian de Covarruvias de 1673, la palabra
BVUELTO tiene el significado de «lo que
fue y boluio, lo que eftaua de la haz, y lo boluieron del reues: lo q fe
prefto, lo bueluen. …». Por consiguiente, la expresión del castellano antiguo
aplicada a la tradición oral hace referencia a la “vuelta del Rey que se había ido”.
A partir de las nuevas investigaciones
documentales, referencias posteriores hablaban de que el yacimiento estaba
formado por diez cuevas labradas en la toba y ya totalmente destruido por el
efecto de la remuda de tierras para el cultivo de regadío, alguna de las cuales
tenían «curiosos dibujos geométricos,
pintados unos y labrados otros” .
Cuando el desaparecido Celso Martín de
Guzmán elaboró su inventario arqueológico, lo hizo en dos fichas una para el
conjunto de la “Huerta del Rey” y
otra para la “Cueva Grabada”, como resultado
de la bibliografía que hacía referencia dada su desaparición.
Cueva en la tosca sellada (Patrinet) |
Continúa exponiendo la ficha que se trataría de un túnel cuyo conocimientos
ha sido trasmitido por la tradición oral popular, que según estos autores pasa
bajo el casco antiguo de la "ciudad de los Caballeros". Se describe también una cueva, conocida como Cueva de los Rodríguez, convertida
actualmente en estanque, en cuyo interior citaron la existencia de grabados
triangulares, así como restos humanos, pintaderas, agujas de hueso y
recipientes cerámicos.
El desaparecido comisario de Patrimonio
Sebastián Jiménez Sánchez también daba cuenta de la aparición de numerosos
restos arqueológicos cuarenta y dos años después de las publicaciones de los
dos autores anteriores: restos humanos, pintaderas, recipientes cerámicos, ídolos,
etc. Aparecieron durante obras de acondicionamiento y creación de diversas
infraestructuras agrícolas. En las referencias aportadas por los
citados autores recogidas de testimonios de vecinos, se habla de la aparición
tanto de pinturas como de grabados en las paredes de algunas cuevas.
Barranco y puente (caquy) |
La zona arqueológica se amplió hacia
el sur y suroeste con respecto al documento redactado en el año 1998, debido a
las prospecciones efectuadas con posterioridad a dicha fecha, comprobándose la
existencia de materiales arqueológicos en superficie fuera del perímetro
delimitado en aquella fecha y por las referencias orales de la existencia de
cuevas y materiales arqueológicos en el área ampliada.
El estado de
conservación del yacimiento es malo debido a la reutilización histórica del
enclave y a la expansión urbanística que ha sufrido la zona, si bien se
conservan algunas unidades en relativo buen estado, aunque se considera la
fragilidad del yacimiento por la expansión urbanística.
Localización (Google maps) |
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