Topónimo relacionado con otro desconocido personaje cuyo apellido u origen debió ser Gallego. Cuando los deslindes de estas tierras que eran baldíos del Cabildo, en el reparto intervino el alcalde de Tirajana Alférez Francisco Sánchez Balvoa, y hay que llamar la atención que su segundo apellido tiene en España origen gallego, si bien el origen del topónimo con el que se conoce el lomo y el barranco data de los primeros tiempos de la Conquista. El largo lomo conforma la margen sur del ancho cauce del Barranco y Caldera de Tirajana, comprendido en el amplio territorio de los Montes de Amurga.
Se sitúa al sur de la Fortaleza de Abajo de Ansite, estando relativamente próximo también al «almogarén» de Amurga y distintos vestigios aborígenes que se vinculaban con asentamientos poblacionales de montaña y de barranco eminentemente pastoriles.
Panorámica (ruterocanarias-blogspot) |
Tras la Conquistas esta tierras se mantenían como baldíos propiedad del Cabildo General de la isla, y a comienzos del siglo XVIII, hubo muchas ocupaciones clandestinas de tierras que dieron lugar a los deslindes de tierras de baldíos que se iniciaron por el Cabildo el 26 de mayo de 1706 en presencia del escribano Pedro Alejandro de Medina, del Alférez Francisco Sánchez Balvoa, alcalde de Tirajana, y de los deslindadores Francisco Suárez y Antonio de Quintana.
La información que facilita la fuente consultada reproduce el deslinde en el que concurren una serie de topónimos de estos lugares, muchos de los cuales son reconocidos aún en la actualidad. Se encuentran dentro de una superficie de forma triangular, cuyo vértice superior es la Montaña de Amurga.
En las laderas denominadas de Gallego decían poseer tierras, diferentes hermanos de Antón Pérez Cabeza, por título de la data que tenían y que a los deslindadores no les constaba, según expresan en su declaración. En el año de 1605, la familia de «negros libertos» constituida por Antón Pérez Cabeza y su mujer Juana García, vecinos del Señorío de Agüimes, tras efectuar la compra de terrenos se trasladan al Barranco de Tirajana , donde llaman barranco de Los Negros.
Degollada de Las Tenerías (ruterocanarias-blogspot) |
Por la parte del Bermejo, declararon que había otro cortijo de tierras que poseían otros herederos de Fataga que también habían ocupado ilegalmente dado «…que son tierras realengas, sobre que hubo pleito con el Lizenciado Matheo Pérez Villanueva y se declararon de realengo…».
Debajo de los linderos de Amurga se podían cultivar las tierras que iban desde las Cabezadas del Gallego, Degollada de Las Tenerías, Barranco de las Palmas, a dar a los Guinchos y al Lomo de la Madera, cruzando al Solapón de la Majadilla de Guerra al paso de los Machos, a la Atalayuela y punta de la Hoya de Toledo, Vuelta de Antón González, Dormidero del Drago hacia el Corral de Garañones cruzando Cueva del Cañizo, y paso de la Laja hacia el mar.
Corral barranco las Palmas (Johny García) |
Muchos topónimos vinculados a los aprovechamientos de estas tierras, desde el lomo por donde bajaban la madera, sin olvidar majadillas y corrales de ganado, las tenerías donde secaban sus pieles, los dormideros para los pastores, o el paso de los carneros machos.
Dentro del Pinar de Amurga también había dos vegas de tierra labradía que se podían sembrar: una estaba entre el Barranco de las Vueltas de Antón González y Cabezada de la Vega de Amurga, y el Barranco de la Cueva de la Negra; y la otra, llamada de «Malnombre», estaba entre el Barranco de Antón González y el Barranco del Chaví del Toro. En el mapa de la isla confeccionado por el Dr. Chil a finales del s. XIX, se incluía el topónimo de B. del Malnombre, aproximadamente donde en la actualidad está el Barranco del Toro.
En la primera mitad del siglo XVIII, tras el terrible ciclo de sequía de la década de 1720, se hizo necesario mantener la continuidad de los caudales para riego, y los heredamientos próximos de Sardina y Aldea Blanca decidieron la construcción conjunta de una mina de agua en la zona de El Gallego, terminándose el primer tramo de la mina hacia 1743, con una longitud de ciento cincuenta metros, y un canal o galería de sesenta centímetros metros de ancho por el doble de altura, que se ampliaría a finales del siglo XIX con nuevos tramos subterráneos filtrantes, zigzagueantes de un lado a otro del barranco, con sus correspondientes campanas de ventilación, algunas de hasta treinta metros de profundidad, hasta sobrepasar toda la zona de El Gallego, con una longitud total de unos seiscientos metros. Esta gran obra hidráulica, única en Canarias, permitió irrigar los extensos llanos de Sardina y parte de la hacienda de Juan Grande, moviendo también cuatro molinos harineros.
En la desamortización de las tierras de baldíos y realengos que mantenían esa condición desde la Conquista, las cuarenta fanegas de «Tierra en Gallego» salieron a remate en 1873 y fueron vendidas a José Ruiz Delgado por el precio de 800 reales de vellón.
Dentro del Pinar de Amurga también había dos vegas de tierra labradía que se podían sembrar: una estaba entre el Barranco de las Vueltas de Antón González y Cabezada de la Vega de Amurga, y el Barranco de la Cueva de la Negra; y la otra, llamada de «Malnombre», estaba entre el Barranco de Antón González y el Barranco del Chaví del Toro. En el mapa de la isla confeccionado por el Dr. Chil a finales del s. XIX, se incluía el topónimo de B. del Malnombre, aproximadamente donde en la actualidad está el Barranco del Toro.
En la primera mitad del siglo XVIII, tras el terrible ciclo de sequía de la década de 1720, se hizo necesario mantener la continuidad de los caudales para riego, y los heredamientos próximos de Sardina y Aldea Blanca decidieron la construcción conjunta de una mina de agua en la zona de El Gallego, terminándose el primer tramo de la mina hacia 1743, con una longitud de ciento cincuenta metros, y un canal o galería de sesenta centímetros metros de ancho por el doble de altura, que se ampliaría a finales del siglo XIX con nuevos tramos subterráneos filtrantes, zigzagueantes de un lado a otro del barranco, con sus correspondientes campanas de ventilación, algunas de hasta treinta metros de profundidad, hasta sobrepasar toda la zona de El Gallego, con una longitud total de unos seiscientos metros. Esta gran obra hidráulica, única en Canarias, permitió irrigar los extensos llanos de Sardina y parte de la hacienda de Juan Grande, moviendo también cuatro molinos harineros.
En la desamortización de las tierras de baldíos y realengos que mantenían esa condición desde la Conquista, las cuarenta fanegas de «Tierra en Gallego» salieron a remate en 1873 y fueron vendidas a José Ruiz Delgado por el precio de 800 reales de vellón.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria) |
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