Actualización: 2013/07/20
Topónimos, todos
expresados en plural y situados en espacios rústicos de las zonas altas y centrales de la isla. Lo localizamos en femenino en Artenara,
dentro del territorio de Acusa al
norte de Ventanieves, entre la Cruz de Acusa al naciente y la Cruz de María al poniente, el
interfluvio entre las cuencas del barranco
del Silo y el barranco Oscuro.
En género masculino lo encontramos en Agüimes, asociado a un Morro, al poniente de Las Haciendas y al naciente del Tablón de Temisas; y dando nombre a un lugar y asociado a un Puntón en San Bartolomé de Tirajana, al sur del barranco de Soria.
En género masculino lo encontramos en Agüimes, asociado a un Morro, al poniente de Las Haciendas y al naciente del Tablón de Temisas; y dando nombre a un lugar y asociado a un Puntón en San Bartolomé de Tirajana, al sur del barranco de Soria.
Grabado tradicional portugués (grabadosantiguos-com) |
No sorprende encontrar estos
antro-topónimos que nos recuerdan la presencia de naturales de Portugal en
estos territorios del interior que se mantuvieron como tierras de realengo, o
de señoríos en el caso de Agüimes, hasta muy avanzado el siglo XVIII en que se
produjeron ocupaciones ilegales para la roturación de las tierras.
Es sabido que durante la conquista de la isla participaron muchos portugueses, que en pago de sus "salarios de guerra" recibieron datas de tierras en los primeros repartimientos, y otros, vinieron con la intención de ganarse la vida. En su gran mayoría procedían de la zona meridional de Portugal, concretamente del Algarbe y del Alentejo.
Es esta primera arribada de portugueses la que facilitará la incorporación de muchos apellidos portugueses a la genealogía canaria, que al igual que muchas voces de su vocabulario mutarán para componer un léxico canario de portuguesismos, y compondrán una amplia nómina de apellidos consolidados como canarios de raíz portuguesa.
Cultivo de cañaverales |
La pérdida de los Libros de Datas
por el expolio del almirante holandés Van der Does, y el propio mestizaje de
los apellidos, ha dificultado a los investigadores poder llegar a definir el
volumen de las datas con que los portugueses resultaron beneficiados en la
isla.
«En cuanto a los portugueses que fueron beneficiados en los repartos de tierras efectuados en La Palma y Gran Canaria es muy poca la información que tenemos. Para la primera de las islas sabemos -tras los estudios de la profesora A. Viña- que los conquistadores y hermanos Alvaro y Martín Pérez recibieron en 1501 ocho cahíces cada uno en la lomada de La Galga, o Alonso González de Abreu que también recibió tierras en un lugar y fecha indeterminados. Lo mismo podemos decir para Gran Canaria. Sabemos que en las partidas bautismales de la parroquia del Sagrario de Las Palmas aparecen un total de 17 portugueses, de los cuales once están casados, seguramente con mujeres de origen lusitano.
Es evidente que en ambos casos tanto el número de repobladores como el de las tierras que recibieron tuvieron que ser mucho más importante que lo que nuestra documentación nos permite comprobar. Si además tenemos en cuenta que en Gran Canaria -como indican los profesores Lobo y Rivero- este grupo se instaló desde muy pronto vinculado a la introducción de la caña de azúcar, no será desproporcionado imaginar que al menos fueron tan beneficiados en los repartimientos como sus paisanos en la isla de Tenerife» (BELLO LEÓN, J.M.: "Los extranjeros en los repartimientos canarios", El Museo Canario, nº 53, 1998).
Restos de un horno de pez en Inagua (Fedac) |
Fue también muy decisiva la
participación de los portugueses en los oficios y aprovechamientos que se
sucedieron a partir de la conquista. Tanto en el cultivo de la caña de azúcar, como
en las técnicas de elaboración de los ingenios azucareros, así como en el
cultivo de los viñedos que sustituyeron a los cañaverales.
Fueron igualmente quienes introdujeron las técnicas para la construcción de los hornos para la obtención de la pez o brea destinada al calafateado de las embarcaciones de entonces, hasta el extremo de importar madera de otras islas para abastecer estos hornos dada la gran industria naval que en la isla se desarrollaba auxiliando el tráfico marítimo hacia América.
Fueron igualmente quienes introdujeron las técnicas para la construcción de los hornos para la obtención de la pez o brea destinada al calafateado de las embarcaciones de entonces, hasta el extremo de importar madera de otras islas para abastecer estos hornos dada la gran industria naval que en la isla se desarrollaba auxiliando el tráfico marítimo hacia América.
La gran influencia portuguesa en las islas de Madeira de donde se trajeron las cañas y los viñedos a Canarias |
La nómina de apellidos
portugueses, castellanizados o no, que en Canarias quedó es muy grande, y los
de mayor presencia son: «Abrante, Abreu,
Acevedo, Acosta, Acuña, Afonso, Aguiar, Amaral, Arbelo (también Albelo y Arvelo),
Araña, Arrocha y Arocha, Avero, Bacallado, Báez, Barreto, Bello, Borges, Brito,
Camacho, Carballo, Castañeda, Castro, Cejas, Chávez (Chaves), Coello,
Concepción, Correa, Corujo, Curbelo, Dávila, Delgado, Déniz, Dévora (Évora),
Dorta, Estévez, Fagundo, Fajardo, Falcón, Falero, Fariña, Farías, Farrais,
Felipe, Feo, Ferrera, Figueroa, Fleitas, Fontes, Fraga, Fragoso, Fumero,
Galván, Govea, Goya (de Goia), Guedes, Henrriquez, Jorge, Leal, Lemes, Lemus,
Lima, Luis, Machado, Marante, Marrero, Mascareño, Matos, Mederos, Melo, Méndez,
Mendoza, Meneses, Mesa, Mora, Morera, Núñez, Oliva, Olivera, Pacheco, Padrón,
Pais, Perdigón, Perera, Perestelo, Pestano y Pestana, Pinto, Portugués,
Ramallo, Ramos, Rancel, Ravelo, Rivero, Silva, Silvera, Sosa, Tabares, Tavío,
Tejera, Viera y Yanes. A todos esos habría que añadir los Alvares, Cabreira,
Dias, Domingues, Fernandes, Gomes, Gonçalves, Hernandes, Lopes, Martins, Peres
o Pires, Rodrigues, Soares,...» (GARCÍA-TALAVERA CASAÑAS, F.: "Apellidos
canario-portugueses", El Día, 2-mar-2010).
Restos de un ingenio en Cuba |
Los portuguesismos en el léxico
canario harían una relación interminable de voces y expresiones verbales
generalmente aceptadas: aguaviva,
ajeitarse, alongar, arripiar, balde, baña, bocado, corcova, coruja, cumplido,
de repente, engodar, entullir, fechillo, ferruge, fonil, garuja, gaveta, geito,
hortelana, largo, machucar, magua, maresía, margullar, más nada, más nunca,
mestura, millo, mojo, ruin, temoso, tupir, zafado, y un largo etcétera ,
además del sufijo "ero"
para llamar a los árboles frutales, casos como naranjero, limonero, manzanero, nisperero, duraznero, castañero,
etc.
Todo este patrimonio ha permitido a los investigadores afirmar que «la contribución de sangre portuguesa a la conquista y colonización de las Canarias ha sido revalorizada a la luz de las modernas investigaciones, en el campo de la historia y de la lingüística regionales, dando por resultado una acumulación de pruebas en el sentido de que tal aportación fue muy nutrida y no debe en ningún caso ser subestimada» (S.F. BONNET citado por CORBELLÁ, D.: "Estudio de los portuguesismos en el español Canarias. Cuestiones pendientes", Revista de Filología Románica UCM, nº 11-12, 1994-95).
Ortofoto de Las Portuguesas en Artenara (Google earth) |
Para acabar de esbozar la amplitud
del mestizaje con la cultura portuguesa habido en la isla, valga la
manifestación de algunos autores sobre el popular canto de los Aires de Lima
que «Su melodía aparece en algunos de los
cantos portugueses de la región de los ríos Minho y Limia y de ahí que se
ubique su procedencia en este país» (FEDAC: Cultura Tradicional. Cantos y Bailes); se ha descartado toda
influencia del Fado portugués sobre
la Folía Canaria que tiene sus raíces
en la Folía Histórica en su acepción
barroca (LOTHAR SIEMENS).
Localización en Artenara (Espacios Naturales de Gran Canaria) |
En gran medida la rápida
naturalización de los portugueses desde los primeros años en que arribaron a la
isla, así como la castellanización de sus antropónimos, fue consecuencia
obligada de las circunstancias del momento.
Aún cuando eran apreciados por sus buenos oficios, el acceso a la propiedad de los bienes estaba limitado para los extranjeros a las Coronas de Castilla y Aragón, que sólo con dispensa real podrían acumular bienes por un valor máximo de 200.000 maravedíes, obligándose a ser estantes en la isla. Aún así, se dieron falsas acusaciones ante el Tribunal de la Inquisición para desposeerlos de sus bienes.
Aún cuando eran apreciados por sus buenos oficios, el acceso a la propiedad de los bienes estaba limitado para los extranjeros a las Coronas de Castilla y Aragón, que sólo con dispensa real podrían acumular bienes por un valor máximo de 200.000 maravedíes, obligándose a ser estantes en la isla. Aún así, se dieron falsas acusaciones ante el Tribunal de la Inquisición para desposeerlos de sus bienes.
Grabado conmemortivo de la restauración portuguesa |
Es obvio que las secuelas de los
pleitos entre las Coronas de Castilla y Portugal, unas por la fuerte
competencia en el reparto del Atlántico, y otras por la alianza de la Corona lusitana
con la "Beltraneja" para impedir la sucesión al trono de Castilla en
favor de Isabel, enraizaron determinados rechazos entre la clase privilegiada.
La unidad Ibérica alcanzada en 1580 sería motivo para la rápida naturalización, que terminaría en 1668 con la firma del Tratado de Lisboa por el cual España devuelve a Portugal sus antiguas posesiones y reconoce su independencia.
La unidad Ibérica alcanzada en 1580 sería motivo para la rápida naturalización, que terminaría en 1668 con la firma del Tratado de Lisboa por el cual España devuelve a Portugal sus antiguas posesiones y reconoce su independencia.
Además de la desaparición de los libros de Datas en 1599 por el ataque del holandés Van der Does, se ha estimado que aquellos portugueses que accedieron a la posesión de los bienes eludieron de alguna manera acreditar su origen.
Ortofoto del Morro en Agüimes (Google earth) |
El ejemplo lo tenemos en la petición de data de un solar para
hacer una casa en Telde que dirige el 15 de noviembre de 1538 Juan Baliero; tras haberse pregonado dos
veces en la plaza, el vecino Diego de Reyna la contradice manifestando que «n(o) era vezino de esta ysla e que hera portugues estrangero e no casado ni avesyndado e que por no
ser casado ni tener hijos e muger no se le devian dar tierras ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO,
E.: Repartimientos de Gran Canaria,
Las Palmas de GC, 1998).
Con todo ello, se conocen por referencias posteriores de linderos en datas que se solicitaban, donde eran mencionados por su condición de portugués. Es el caso de Françisco Hernandez en Telde, o Domingo Pérez y Diego Yanez en Teror.
Localización en Agüimes (Espacios Naturales de Gran Canaria) |
El origen de los topónimos objeto
de esta entrada, presumiblemente se corresponde con las siguientes arribadas de
portugueses, ya de la Portugal septentrional, que pudieron llegar a la isla hacia
finales del siglo XVIII, cuando se realizaban masivas ocupaciones de territorios
de realengo en lo que se dio en llamar "hambre de tierras".
Ortofoto del Puntón en San Bartolomé de T. (Google earth) |
Aún así, en Artenara se tienen noticias tempranas de la
presencia de los hermanos portugueses Juan y Antonio Báez que se
asentaron en Acusa, relativamente cerca de donde encontramos el topónimo.
Sin embargo, nos confirma nuestra apreciación que encontremos al sur del Las Portuguesas, el también antro-topónimo de Las Majoreras, que hace referencia a los colectivos de emigrantes que procedentes de Fuerteventura hicieron también ocupaciones masivas que darían lugar al conocido como Motín de 1777 en la comarca suroeste de la isla, como respuesta a la dura aplicación por los Corregidores de la Real Pragmática de 12 de diciembre de 1748, que intentaba preservar las tierras de realengo para el pastoreo (MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M.: "El motín de 1777. Su significación socioeconómica en la comarca del suroeste de gran canaria", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 23, 1977).
Sin embargo, nos confirma nuestra apreciación que encontremos al sur del Las Portuguesas, el también antro-topónimo de Las Majoreras, que hace referencia a los colectivos de emigrantes que procedentes de Fuerteventura hicieron también ocupaciones masivas que darían lugar al conocido como Motín de 1777 en la comarca suroeste de la isla, como respuesta a la dura aplicación por los Corregidores de la Real Pragmática de 12 de diciembre de 1748, que intentaba preservar las tierras de realengo para el pastoreo (MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M.: "El motín de 1777. Su significación socioeconómica en la comarca del suroeste de gran canaria", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 23, 1977).
La conservación de estos topónimos nos permite que recordemos oportunamente la gran aportación que los lusitanos dejaron en estas islas que integraron sus apellidos y sus voces en el más puro de los mestizajes.
Localización en San Bartolomé de Tirajana (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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