viernes, 14 de junio de 2013

SALVAGO (LAS PALMAS DE GC)



Topónimo con el que se conoce un espacio rústico septentrional del Campus de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, entre la margen naciente del cauce del barranco de Guiniguada y el barrio de Tafira Baja, al sur de La Capellanía y de la urbanización Zurbarán.

Pocos son los lugares pueden guardar en su devenir histórico las particularidades que caracterizaron la sociedad del Antiguo Régimen. El topónimo que alude al antropónimo Salvago, además de mostrarnos unos pocos vestigios arqueológicos que  acreditan su prehistoria, nos acerca a una de esas familias genovesas que como inmigrantes llegaron a las islas después de un periplo de estancias en la península Ibérica.
Vista (Antonio Naranjo Ojeda)

Durante siglos los genoveses además de las hostilidades que mantuvieron con los venecianos, compitieron con éstos como comerciantes y prestamistas, financiando incluso a las caprichosas Coronas europeas en sus "guerras de tronos", sus conquistas territoriales y sus aventuradas Cruzadas contra el hereje. Ambas actividades de negocio les permitía acumular oro y piedras preciosas, al tiempor que daban esplendor a su República. Tiempos en que los títulos nobiliarios eran comprados por el mejor postor, y cuando la mujer más instruida era la madonna o cortesana que ejercía la profesión más antigua de la humanidad.

El patrimonio familiar pasaba al elegido, y los demás descendientes emigraban a otros países para iniciar su carrera en el arte que los más antiguos aprendieron de los fenicios: comerciar y prestar. Así arribaron a Canarias apellidos que castellanizados con conocidos como Salvago, Sopranis, Arnao, Ossorio, Spínola, Azuaje, etc., que después de comerciar y prestar por Valencia y Sevilla, aquí recalaron para crear su particular "fundago" cuando se consolidó la conquista de la Isla.

Aunque ya venían realizando negocios con las islas, se tienen noticias de la presencia de los Salvago primero en La Gomera y después en Tenerife.

En el primer cuarto del siglo XVI el propietario de ingenios azucareros en Arucas Juan Mansel, ya había negociado el matrimonio de su rica hija heredera de trece años Sofía de Santa Gadea con el noble y rico genovés Jácome Salvago, a quien deja plantado al encontrar un mejor partido con Pedro Cerón y Ponce de León, hijo del que fuera Gobernador de la isla Martín Hernández Cerón, descendiente del infante Don Juan Manuel y nieto del rey Fernando, que luego fundarán el Mayorazgo de Arucas (PÉREZ HIDALGO, H.: Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital, 2012). 

Vegetación del lugar (Antonio Naranjo Ojeda)
Probablemente Juan Mansel conoció que la riqueza de Jácome Salvago era realmente de sus ancestros residentes en Génova, y  su nobleza, uno de esos tantos pergaminos que se compran en los palacios. Como se dice, era simplemente dueño de lo que traía puesto. La otra oferta era de riqueza "contante y sonante", como la suya propia. El genovés incluso acudió a la curia romana en favor del mantenimiento del compromiso, pero no prosperó.


Aparecen en esos tiempos otras referencias a los mismos: «...Con fecha de 19 de diciembre de 1521, este Juan Bautista, genovés,  hermano o primo de un brumoso Antón Salvago y de una Isabel Salvago que casó con un Sebastián Guriete, que por entonces era en Gran Canaria el apellido de una familia de negros, posiblemente moriscos, o Gutierrez  si es que está incorrectamente transcrito, aparece como vecino de Gran Canaria, todavía mercader, en una escritura de débitos por vino traído de las islas de Madeira» (PLATERO FERNÁNDEZ, C.: "Los Salvago y su ermita", Boletín Millares Carlo, nº 16, 1997).


Las costumbres de entonces era de "contratos" de matrimonio, preferentemente con vínculos sanguíneos para acrecentar los bienes vinculados, o con relaciones comerciales y patrias con familias genovesas, o con familias estantes distinguidas para agregar bienes. La valentía de Isabel Salvago para casarse con un negro o morisco "liberto", le iba a costar muy caro a su "pureza de sangre": testar la mitad de sus bienes a la Iglesia.

El canónigo Antonio Salvago, que tendrá como heredero un hijo bastardo, declaraba en torno a 1520 que el Cabildo concedió una data a Bastián Gurete y a su mujer Isabel Salvago de cincuenta fanegas en el lomo de Tenteniguada. Estos nombraron herederos de dichas tierras la mitad a la Iglesia de Santa Brígida y la otra mitad al canónigo (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Vista del camino de Salvago (Antonio Naranjo Ojeda)

Cuando los Salvago disponen de bienes que son vinculados, son heredados por el descendiente elegido, que tradicionalmente ejerce la profesión en las Milicias y obtiene la dignidad de "regidor" para participar en el Consejo General, donde está el Regimiento que gobierna la isla. Los otros descendientes adquieren en los Seminarios cultura y acabarán como curas, que emigrarán a las Américas. Así sucede en distintas generaciones.


Antonio de Salvago Arnao y Spínola, hijo bastardo del canónigo Anton Salvago, fue capitán de Artillería, regidor perpetuo de Canarias hasta 1597, se casó con Simona de Algiroffo y Ossorio bautizada en 1577. Siguió el linaje Juan Bautista de Salvago Ossorio, Regidor Perpetuo de Canaria, capitán de Infantería española y alcaide del Castillo de la Luz y de las Isletas, además de alcalde real de Telde entre 1653 y 1657.

Se casó con Isabel de Cassola Imperial, hija de Próspero de Cassola, tuvieron cuatro hijos: Antonio de Salvago Imperial, clérigo presbítero y racionero electo de la Catedral, cargo del que renunció falleciendo en Madrid en 1718; Benito Joaquín Salvago Imperial, regidor perpetuo y decano de la isla también alcaide del Castillo de la Luz y de las Isletas; y los presbíteros Jácome y Cristóbal de Salvago emigrados a México y allí fallecidos (PLATERO FERNÁNDEZ, C.: "Los Salvago y su ermita", Boletín Millares Carlo, nº 16, 1997).

 
Ladera del yacimiento arqueológico (Patrinet)

Ya en estos tiempos es cuando tenemos la primera pista cierta de este lugar de Salvago, donde encontramos un yacimiento arqueológico en la ladera y rampa del barranco de Guiniguada, que según la ficha inventario de PATRINET es una oquedad natural que forma un pequeño anfiteatro al cual cierra un muro perimetral de unos 15 metros de largo por unos 90 cm. de ancho, de doble hilada de piedra rellena con cascajo, característica de las construcciones prehistóricas, con una entrada semiderruída. Su morfología es de gambuesas o corral, reutilizado, que por su muro y la localización de industria lítica es de origen prehispánico.

La propiedad del topónimo la documenta el testamento de 23 de abril de 1727 fundando una Capellanía que creará un topónimo contiguo, realizado por Francisca Ortiz Salvago Ossorio, prima y mujer de Benito Joaquín Salvago Imperial, regidor perpetuo y decano de la isla, quien manifiesta tener la propiedad por herencia de la mitad de un cortijo de tierra labradía en Salvago (Tafira) con agua del Heredamiento de Los Chorros de Tafira, de una extensión de 21 fanegas, 2 celemines y 2 cuartillos (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987). 
 
Yacimiento arqueológico (Patrinet)

Al testar establece una pensión de 260 misas rezadas anuales, de las cuales 12 se dirían en la ermita de la Asunción de Tafira en el cortijo de su marido los domingos y festivos, y nombra descendiente a Esteban Cabrejas Bethencourt y su mujer Agustina Botello Tello, sobrina de la otorgante.

La mencionada ermita en la entonces propiedad de los Salvago en Tafira Baja, fue construida por el presbítero Pedro Salvago -con dos hermanos de igual profesión- en el segundo tercio del siglo XVI, quemada por el almirante holandés Peter Van der Does en su ataque de 1599, y reconstruida nuevamente por los Salvago, que disponían también de abundantes tierras en Telde y Valsequillo.


Cuando Agustina Botello Tello, mujer del Capitán Esteban Cabrejas Bethencourt realiza su testamento el 27 de julio de 1750, dice ser propietaria de un Censo de 13.200 reales vellón de principal redimible, con rédito 396 reales, impuesto el 31 de enero de 1704 por Antonio Salvago Imperial, su tío abuelo, sobre tierras en Tafira. 
Ermita de los Salvago (S. Jiménez Sánchez - Falange 15-08-1946)

Cuando en aplicación de la ley de desamortización se practica la liquidación de la mencionada Capellanía de Francisca Ortiz Osorio, los bienes que se detallan son: trozo labradío y "arrifes" en Salvago y La Capellanía (Tafira), de 3 fanegadas, 3 celemines, y 4 cuartillos; trozo de ladera de 3 fanegadas,  2 celemines, y 3 cuartillos; trozo labradío y "arrifes" de 4 fanegadas y 2 celemines; Casas terreras; y Parte de agua del Heredamiento de Tafira.


Los bienes son adjudicados de la siguiente forma: una séptima parte a Rafaela Casabuena, otra séptima parte a Carmen Llarena Casabuena y el resto, cinco séptimas partes a la familia Lugo. Respectivamente, los nuevos propietarios venden por un total de 166.555 reales de vellón los bienes: el 29 de junio de 1877 a Rafael Massieu Falcón; el 4 de enero de 1879 a Francisco Hernández Suarez; y el 27 de marzo 1879 a Tomás A. Suarez de la Coba (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987).


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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