Los dos topónimos se
localizan al poniente de Saucillo, en los límites jurisdiccionales con el
municipio de Agaete, quedando a su poniente el lugar de Piletas en los Llanos de
Agaete, y a su naciente Los
Llanillos. La Montaña de Samarrita,
sus laderas de poniente caen sobre el mencionado lugar de Piletas, las septentrionales sobre Las Rosas y al pie de las meridionales emerge el Roque de Maninidra.
Cardos en flor en Los Llanos de Samarrita (caminosdecanarias-blogspot-com) |
Estos territorios eran
tierras de realengo, pertenecientes a los Propios del Cabildo como parte de la
llamada Dehesa del Prado de Pico Viento,
cuyos pastos eran aprovechados de forma comunal por los ganaderos.
Pared Grande, base del canal de Samarrita (centrocuatropuertas-blogspot-com) |
Urgía la necesidad de
los deslindes, pues el alto poder de los propietarios colindantes, pues al
margen de la proximidad de la Hacienda de Pineda, hemos de conocer la personalidad de los
antes mencionados con “llamadas” para
entender de la presión que podían ejercer sobre el derecho comunal de los
ganaderos .
[1] Gonzalo Cabrejas Bethehcourt, Maestre de campo y Regidor Perpetuo, esc 18
octubre de 1695 decía ser propietario de un tercio del Cortijo del Agazal de 16 fanegas y 6 celemines y de la Hoya de la Vega de 6 fanegada y 6
celemines, que nombra heredero a Esteban
Cabrejas Soprani, sobrino e hijo del Capitán Juan Cabrejas.
[2] Juan Cabrejas Bethehcourt, Capitán, hermano del anterior y que en
escritura de 2 de abril de 1703 decía ser propietario de otro tercio de las
mismas fincas anteriores, y nombra heredero
a su mencionado hijo Esteban
Cabrejas Soprani.
Ambos son hermanos de María, Juana y Francisca Cabrejas Bethehcourt, propietarias del gran Cortijo de Guayedra en Agaete.
[3] Debe tratarse de [Juan] Antonio de Rojas y Guzmán, que fuera alcalde de Gáldar, casado con Isabel de Valderrama, hermano del
Capitán José de Rojas y Guzmán, que
también figura como alcalde de Gáldar a mediados del siglo XVIII.
El Roque de Maninidra [izq], Llanos y Montaña de Samarrita [dcha] (Google Earth). |
Nos encontramos por
tanto dentro de la Dehesa, territorio
eminentemente pastoril, con minas de agua natural, alejado de la carretera Los Cruces-Caideros (GC-220) al
que sólo puede llegarse por pista de tierras y caminos de pastoreo convertidos
en senderos, por donde discurría el antiguo camino de Artazo.
Probablemente ya era aprovechado de igual manera en la prehistoria de la isla, antes de la conquista, y en los Llanos de Samarrita se ha localizado un yacimiento arqueológico en un solapón consistente en un conjunto de cuevas de las que al menos dos fueron usadas con fines funerarios.
Probablemente ya era aprovechado de igual manera en la prehistoria de la isla, antes de la conquista, y en los Llanos de Samarrita se ha localizado un yacimiento arqueológico en un solapón consistente en un conjunto de cuevas de las que al menos dos fueron usadas con fines funerarios.
Solapón en Los Llanos (Patrinet) |
Existen otras cuevas
en el conjunto que contienen relleno sedimentario y pueden albergar restos
humanos en el interior, si bien estos no son apreciables en superficie. El
nivel de conservación del conjunto arqueológico es bueno y su fragilidad es
baja, puesto que se encuentra en una zona relativamente alejada y de difícil acceso
(PATRINET).
Cuevas de Samarrita (Patrinet) |
Pero es uno de esos
términos comunes, por consiguiente ibérico,
y también lo encontramos en el castellano antiguo. Remitiéndonos al más antiguo
diccionario, El Tesoro de la lengua castellana, o española, Parte Segunda ...,
compuesto por el Licenciado Don Sebastian DE COVARRUVIAS OROZCO, 1673, recoge: «CHAMÁRRA,
vestidura có mãgas. Dixose de çamarra,
interpuesta la h».
Y en lo relativo al
origen del término, parece que su origen pudiera ser del eusquera «zamarra,
1335, Probablemente del vasco zamar (con artículo zamarra) íd., propiamente.
‘vellón del ganado lanar’, o de la palabra ibérica correspondiente. DERIV. Zamarro ‘zamarra’, fin s. XIV; ‘hombre
tosco’, 1739. Zamarrico, Zamarrear ‘sacudir su presa el perro o una fiera
asiéndola con los dientes’, hacia 1600,
propiamente ‘cogerla por la piel’» (COROMINES, 2011, p. 589).
El zamarrón palmero festivo y de faena, de lino o cuero. Composición (bienmesabe-org) |
La ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA en su Diccionario Básico de Canarismos
recoge el término «zamarrón. 1. m. LP. Delantal
de cuero que forma parte del traje típico del hombre», definición que se
ajusta a lo entendido actualmente, más cuando algunas prendas típicas vienen de
más atrás, y que no puede tener el mismo significado que tuvo para los
lugareños de cuatro siglos atrás cómo mínimo. Situémonos por consiguiente en
esos tiempos con la bibliografía bien documentada (GONZÁLEZ et RODRÍGUEZ, p. 683).
«Analicemos ahora en detalle las distintas prendas que
configuran la indumentaria aborigen, objeto de nuestro estudio. A lo primero
que hay que hacer mención es al tamarco [*] Luis Diego Cuscoy (1961), fue el primero en intentar aclarar el
significado de este término, cotejando la información de que se disponía en
aquellos momentos. El llegó a la conclusión de que el tamarco era
fundamentalmente una capa, término debatido y confuso que quizá podrá
asimilarse al de traje o vestido, en sentido genérico, tal y como lo entendemos
en la actualidad. A esta conclusión llegamos de la mano de los cronistas, a
través de cuyas descripciones sabemos que era una prenda usada indistintamente
por hombres y mujeres y de diferentes formas y tamaños. Veamos lo que de él nos
dice Gómez Escudero:
“Comúnmente
en todas las islas el uestir de pieles, assi en hombres como mujeres, i el uso
de las armas era uno mismo. Llamaban tamarcos un casaquilla de piel semejante a
el zamarrón con que siegan el pan en
España; y llamado de todos tamarco
[…] las mujeres en todas las islas era el mismo traje: cubrirse hasta los pies
con faldellín de pieles; los hombres […] Poníanse otras ueces un zamarrón con media manguilla.” (Gómez
Escudero [1978]:431-432).
De todas
maneras, lo que sí parece cierto es que el tamarco tenía la forma de una
vestidura talar. El zamarrón, el
camisón sin pliegues, son prendas que presentan el aspecto de una túnica. La
propia voz zamarrón designaba en la
Edad Media ─se utilizó al parecer desde el siglo XIII─ a una prenda hecha de
piel de cordero. Se distinguía entre la zamarra,
en la que la piel quedaba al exterior, siendo una pieza propia del vestuario de
los pastores, y el zamarro, donde la piel tenía la función de forro y era
característica del atuendo de los burgueses. En cualquier caso corresponde a la
categoría de los trajes de encima [*] La
indumentaria medieval ha sido dividida en diferentes categorías: prendas
interiores; semiinteriores; prendas para vestir a cuerpo; trajes de encima;
mantos, capas y sobretodos. Además de los tocados y el calzado (Bernis Madrazo,
c., 1956). Es lógico que los relatores utilicen la voz zamarrón para referirse al tamarco, ya que lo que comparan es la
fabricación en piel de ambas piezas, además del posible parecido en la forma.
[…] Las prendas del vestuario de la población
femenina de las islas Afortunadas aportan algunas novedades interesantes, pero
apenas difieren de las que configuran el atuendo masculino. Sus vestidos
también eran talares, utilizaban ropillas “de cuero de carnero”, según Abreu
Galindo, al igual que también hacen uso de los capotillos, todas ellas prendas
ya descritas en el caso de los hombres. Aunque confusa, hay que destacar una
nota de Marín y Cubas acerca de esta pieza:
“... las
mugeres faldellín de lo mismo llaman tahuian [... ] usan de otro capotillo a
modo de samarron de dos faldas sin
mangas.” (Abreu Galindo, [1977]: 155-156).
El autor confunde, sin duda, dos prendas, el capotillo de
dos haldas, es decir, de dos paños o faldas que cuelgan por detrás y por
delante y el zamarrón, al que ya
hemos aludido más arriba. El recurso repetitivo a la voz zamarrón puede estar en relación con que en el Medievo esta era una
de las pocas piezas trabajada toda ella en piel.
[…] En Tenerife existían diferencias según la clase
social […] Parece que la principal
diferencia está en la ausencia de mangas y calzado. Esta impresión se ve
refrendada por la situación de Gran Canaria, donde el villano, no sólo no podía
llevar estos aditamentos sino que también debía ir trasquilado e imberbe:
“Los
pleueios andaban descalços de pie i pierna i trasquilados barba i cauello i con
un zamarrón de pieles sin costura
por los hombros, los braços de fuera i algunas veces con media manguilla i en
lo interior tenían por la cintura cubierta sus partes.” (Cedeño, [1978]: 370).
Pastos verdes en Los Llanos de Samarrita (caminosdecanarias-blogspot-com) |
Dejando atrás los
siglos de nuestra prehistoria, conocemos de la evolución en su uso que pudo
tener esta prenda, con una referencia al siglo XIX, que aun remitiéndonos a la
isla de La Palma, es válida para todas. La encontramos en el Diccionario Histórico del Español de Canarias (CORRALES et CORBELLA, 2001, p. 1.514).
«Zamarrón,
samarrón.- Delantal pequeño de cuero que protege el cuerpo del segador.
1887 Stone
Tenerife and its six satellites [Traducción Juan S. Amador Bedford, 1995 “Nos
cruzamos con dos muchachos que guían unos bueyes y llevan sombreros y
delantales cortos de cuero (samarrones),
con esquinas redondeadas. Estos delantales, que lleva la mayoría de los
habitantes de La Palma y que son una característica distintiva de sus trajes,
son de piel de oveja. Cortan la piel de las patas traseras y la unen a la piel
de las patas delanteras del animal, haciendo que así sea lo suficientemente
larga para rodear el cuello de los hombres. Al principio parece que todos son
herreros, hasta que uno se da cuenta de que los delantales de cuero son parte de la ropa habitual. […] Su traje
consistía en una camisa blanca y pantalones corrientes, sueltos, que llegaban
hasta un poco por debajo de la rodilla, una gorra azul, bastantes gastada, en
la cabeza y el samarrón, o delantal
de cuero”».
Si bien esta fuente
vincula el uso del zamarrón o samarrón al oficio de segador, lo es
acercándose a la acepción recogida por el DRAE «zamarrón. Del aum. de zamarra. 1. m. Andalucía. Mandil de lona o de
cuero, con peto, que usan los segadores», como lo advierte el propio
cronista histórico Gomez Escudero “de piel semejante a el zamarrón con que
siegan el pan en España”.
Para iniciar, la trasquila (ganaderianogc-blogspot-com) |
Probablemente su uso a lo largo de siglos lo fue para la trasquila y para la confección de quesos, teóricamente después también
para la confección de la loza canaria, eso
sí sujeta a las variaciones de los tiempos por la evolución de la materia prima
para su confección desde la piel de oveja a otros tejidos algo menos
impermeables, pero cumpliendo siempre con la finalidad de proteger su humilde
vestuario campesino del engorro de dichos oficios.
Así el uso más tardío de la evolucionada samarra, samarrón, ó la samarrita origen del topónimo, lo
vinculamos a la trasquila, porque además de la lana, la
oveja llevaba y lleva consigo muchas garrapatas y piojos.
Trasquilando con delantal (RTV Canaria) |
Hoy en día, son otros
tiempos, se descubrió el jabón, y con él la higiene y el lavado de la ropa
mejoró. Para muchos la trasquila es un espectáculo, para otros una excusa para
una celebración comunal, como se hacía antaño, como algunos lo siguen haciendo
o recordando.
Haciendo quesos con delantal (Fedac) |
Detalle de alfareras con su delantal (Fedac) |
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