El lugar se localiza en las vertientes septentrionales del
Lomo de Moya, conformando el
nacimiento del Barranquillo de la Umbría,
tributario del Barranco del Pinar,
pudiendo llegarse al mimo por la carretera Acceso
a Los Tilos de Moya (GC-704).
El Barranco del
Pinar se inicia a partir de la junta del Barranco Gusano con su tributario el Barranquillo de Valencia, en el lugar de Los Culatones, llevando su cauce aguas abajo dirección norte,
atravesando la carretera Montaña Alta - Fontanales (GC-070)
construida en esta parte sobre el antiguo Camino
Barranco del Pinar, aproximadamente en el punto kilométrico 17’5, donde se
conoce en la actualidad como Caserío de
Barranco del Pinar.
El Barranco Gusano y el Barranco del
Pinar son la frontera jurisdiccional entre
los municipios de Sta. Mª de Guía y Moya, tienen un cauce descendente “serpenteante” que da origen al nombre
del primero, y que se proyecta en
homónimos como Cortijo, Lomo, Montaña y Puente de Gusano. El barranco a partir
de la junta con el Barranco del Lomo del
Pino aguas abajo toma el nombre de Barranco
de Los Propios, nombre que recibió por corresponder primero al patrimonio
público del Cabildo General y después a los Ayuntamientos.
Para conocer de los asentamientos de la
población en el lugar hemos de tomar dos fuentes del siglo XIX en la
descripción del municipio de Moya, una nacional y otra insular que no mencionan
el actual barrio Barranco del Pinar.
La primera nos dice del número de vecinos en «Cuevas de Naga y Peñón 69» (MADOZ, P.: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones
de ultramar, Madrid, 1847) y la segunda algunos años después «Cuevas de Naga, 60» (MANRIQUE SAAVEDRA,
A.: Elementos de Geografía e Historia
Natural de las Islas Canarias, Las Palmas de GC, 1873).
Ambas fuentes incurren en el error de
prescindir de la vocal “A” inicial
del nombre propio, si bien la cartografía mantiene el auténtico topónimo de Cuevas de Anaga. Su notoriedad como
pequeño agrupamiento de población fue por tanto superada por el caserío de Barranco del Pinar en años posteriores a
1873, desconociéndose si ello guarda relación con la corriente “insularista” dominante en esos tiempos
con el objetivo de alcanzar la división provincial.
Los topónimos “Anaga”
más conocidos se corresponden con el
Macizo, la Punta y el Roque de Anaga,
todos en la jurisdicción el municipio de Santa Cruz de Tenerife, en el nordeste
de la isla de Tenerife. Para conocer de cómo viajó hasta Gran Canaria y otros
topónimos tinerfeños, se hace preciso profundizar algo más en la historia de la
conquista de las islas y del trato dado a los canarios y guanches llamados “alzados” que se resistieron a ser
bautizados y dominados, y de ahí recurramos a la fuente bibliográfica que más
ha investigado sobre este particular (BETANCOR QUINTANA, G.: Los indígenas en la formación
de la moderna sociedad canaria. Integración y aculturación de canarios, gomeros
y guanches, 1496-1525. Tesis doctoral inédita. ULPGC, 2003).
Después de la conquista de la isla «... la población superviviente resultó dividida entre quienes se
mantuvieron alejados de los núcleos políticos, económicos y demográficos de la
nueva sociedad, y aquellos que cohabitaban en dichos núcleos asistiendo a la
llegada de los primeros colonos. Los primeros eran aquellos que continuaban
practicando sus tradicionales formas de enterramiento en las cuevas de Tecén en
Telde en 1502, ó los pastores que dan amparo a los esclavos que se alzan y los alimentan
de sus ganados en los primeros años del s. XVI; poco más que estas noticias
relativas a medidas coercitivas contra ellos podemos saber documentalmente
sobre ellos, puesto que rara vez se acercaban a los lugares donde el
repoblamiento europeo se desarrollaba desde fines del s. XV.
(…) El proceso de colonización de la isla
agudizó las contradicciones entre conquistadores/pobladores y la población
indígena, particularmente en las zonas en que la concentración de poblaciones
indígenas coincidía con las primeras áreas de expansión de la colonización
agrícola. (…) Esta presión constante sobre las
propiedades que los indígenas conservaron en la franja costera del noroeste de
Gran Canaria fue desplazando a las familias indígenas, y a sus descendientes,
hacia otras partes de la isla donde la presión colonizadora era menor en las
primeras décadas del XVI. Las medianías del noroeste –Hoya Pineda, Anzofé, Pinos de Gáldar, barranco del Pinar-, así como
los pagos cumbreros alrededor de Timagada, Bentayga y Fataga son algunos de los
términos en los que bien documentalmente, bien por el registro toponímico,
podemos situar asentamientos de canarios y guanches en el primer cuarto del s.
XVI.
(…) Conocido es que Alonso Fernández de
Lugo puso en práctica una política
el desplazamiento de guanches a la isla de Gran Canaria después de la conquista de Tenerife. Parte de los
deportados a Gran Canaria se asentaron
inicialmente en las medianías del noroeste. Lindando con las tierras realengas en el pago cumbrero
de Fontanales y con los pastos comunales
del Pinar de Gáldar tuvieron tierras y
cuevas los del bando de Anaga; allí al cobijo del Lomo de las Quemadas junto al cauce del barranco del Pinar, habitaron
las cuevas a las que dejaron su nombre la familia de Sebastián de Anaga y María Afonso, entre otros …».
Sobre los deportados, desplazados o “refugiados” en Gran Canaria, es conocido de su probable
asentamiento por la toponimia histórica, y así lo hemos apuntado en otras
entradas a este Blog: Adeje (Sta. Lucía de Tirajana)
y Tegueste (Gáldar).
Después de su asentamiento, continuaron siendo
hostigados, en este caso por el hambre de tierras y aguas de los conquistadores
y de los colonos, propietarios de las tierras colindantes, y no dudamos que
fueron objeto de la marginación de la sociedad de entonces que entendió que su
asentamiento en determinados lugares lo era como pena o castigo por ser “alzados”, que los privaba de toda
libertad de movimientos.
Sólo así se entendería
la descripción toponímica del lugar que se hace en un documento público
de 200 fanegadas, la mitad del cortijo en Fontanales de Juan
Mateo Trujillo, cuando define sus linderos:
Ortofoto (IDE Gran Canaria) |
«Por la parte de arriba
la Montaña de las Arenas de
la cumbre [actualmente Montañón
Negro, de la antigua costumbre de llamar "arenas" al "picón
volcánico"], por la parte de abajo la raya de la Montaña de Oramas que solía ser y por
un lado tierras que fueron del capitán Miguel de Múxica, Alférez Maior que fue
de esta isla, que al presente posee Francisco Rivero, y
por la otra parte el lomo abajo desde la Caldera de los Pinos a dar sobre la
Atalaya y por su seguimiento el lomo abajo hasta dar a las Masmorrillas de
el monte» (CABALLERO MUJICA, F.: “Aspectos de la vida religiosa en
Fontanales”, Anuario de Estudios Atlánticos, nº 26, 1980).
Observando la cartografía y situándonos en La Atalaya, al sur de la Finca de la Foresta, la expresión “lomo abajo” nos identifica al Lomo de la Majadilla, que nos lleva al
norte hacia las Cuevas de Anaga, las
llamadas en el documento “Masmorrillas de el monte”.
Atendiendo al significado más antiguo que nos
da el Diccionario del Castellano tenemos «MAZMORRA,
nóbre Arábigo, sinifica lugar subterraneo, como silo, cisterna o algive seco.
Es la prisión y cárcel en lo profundo debaxo de tierra dode comúnmente los
Moros recogen de noche a los esclavos» (Tesoro de la
lengua castellana, o española, Parte Segunda ..., compuesto por el
Licenciado Don Sebastian DE COVARRUVIAS OROZCO, 1673).
Desearíamos
equivocarnos, pero la lectura que hacemos de los linderos y la ocultada historia
no escrita, nos lleva a pensar en la certeza que pueda desprenderse en relación
con el trato dado a los “alzados”.
Localización (IDE Gran Canaria) |
Magnífico trabajo, El premio Canarias de la Cultura tiene un candidato.
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