domingo, 1 de julio de 2012

LUZ, CASTILLO DE LA (LAS PALMAS DE GC)

Llamado en la antigüedad de Las Isletas, el Castillo se puso bajo la advocación de la Virgen de la Luz, sin que pueda concretarse si fue por la colocación del medio arco que muestra la imagen de la Virgen de La Luz en el acceso al Castillo, ubicado en los jardines de la calle Juan Rejón, o lo fue a partir de la leyenda de «…una luz misteriosa vagaba de noche por estos parajes…» contada a principios del siglo XIX por el alcalde de mar Sargento Llagas, por la cual la Virgen del Rosario pasó a ser la Virgen de La Luz.

Fotografía: Nacho González

Entre las tantas antiguas leyendas de luces andantes, es quizás esta la más popular contándose que antaño aparecía en la zona de Las Isletas recorriendo parte de la costa para internarse en la Ciudad.

La creencia sobre sus frecuentes apariciones, como era habitual en esos tiempos y en estos casos, pudieron influir en la colocación de la imagen en el arco para dar nuevo nombre al Castillo.

Castillo y puerto en 1895 (Fedac)

Donde estuvo un fuerte de madera construido por el Capitán Juan Rejón cuando comenzó la conquista de Canarias en 1478, fue edificado el Castillo en 1494 al incorporarse la isla a la Corona de Castilla.

Su orden de construcción la dio el tercer Gobernador Alonso Fajardo para que sirviera de fortaleza defensiva contra piratas holandeses e ingleses, entonces contendientes de la Corona de Castilla por el dominio del Océano Atlántico.
Castillo y La Isleta en 1900 (Da Luz Perestrello J - Fedac)
El Castillo es de planta cuadrada y se accede a él por un puente levadizo debido al foso exterior añadido en el siglo XIX. Las dos torres con las que cuenta son circulares, localizadas en diagonal, y tiene una garita en la esquina septentrional.

La construcción es de piedras de sillería sobre tres niveles y cuenta en su interior con un aljibe.
Castillo en 1910 (Fedac)

Originalmente la fortaleza estaba situada sobre un arrecife, en una de las tantas «isletas», de modo que quedaba aislado en la pleamar, pero el continuo desarrollo de la Ciudad lo ha dejado en tierra firme, entre edificios.

En 1553 recibió unos añadidos y después de en 1599 re realizó una reconstrucción tras el incendio provocado por la armada holandesa capitaneada por Pieter van der Does. Esta fortaleza había tenido una notable importancia para impedir los primeros intentos de desembarcos y retrasar la toma de la Ciudad.

Interior sin rehabilitar (esacademic-com)

La armada de Van der Does arribó a Las Palmas el 25 de junio, fondeando en la bahía de Las Isletas al día siguiente. Los setenta y cuatro navíos holandeses se habían situado en posición de combate, con unas ciento cincuenta lanchas de desembarco preparadas para el ataque.

Esa mañana hubo un intenso cañoneo entre el Castillo y los barcos holandeses, varios de los cuales sufrieron grandes daños. El fuego holandés se concentró en el Castillo, lo que intimidó a su alcaide, que ordenó detener el ataque contra el enemigo.

Interior en obras de rehabilitación (esacademic-com)
Los holandeses pudieron así acercarse más a tierra y batir la costa con sus cañones. A media mañana, los holandeses subieron a las lanchas e intentaron tomar tierra en el desembarcadero del puerto, situado a la altura de la actual calle Gran Canaria, pero las milicias isleñas con su pequeña artillería y los cañonazos disparados desde el Castillo, impidieron el desembarco.


Exterior sin rehabilitar (esacademic-com)
Los holandeses volvieron al ataque cañoneando la costa de nuevo. Intentaron desembarcar esta vez en la Caleta de Santa Catalina, hoy playa de las Alcaravaneras, que estaba muy bien defendida, y de nuevo fracasaron en el intento.

Luego lo intentaron en la misma playa más al norte, y después en el desembarcadero. Finalmente los holandeses consiguieron desembarcar por una zona de difícil acceso por mar que los canarios no habían preparado para su defensa. Los isleños corrieron a combatir la invasión, pero no pudieron vencer dada la superioridad numérica de los holandeses.

Placa 500 aniversario de La Ciudad (Acator)


El gobernador quedó además malherido y tuvo que ser substituido en los combates siguientes. Años después del ataque de Van der Doesse,  se  suceden los arreglos del Castillo, y así en el año 1660, el maestro Cristóbal Ramírez y el oficial de albañil Antón Pérez se comprometen a favor del Regimiento a hacer obra en el Castillo de Nuestra Señora de la Luz, consistentes en:

«… levantar losas de la plataforma que están sobre la sala principal de la habitación del capitán, de la mazmorra y el almacén. Harían lo mismo con los demás huecos y los volverán a asentare igualar con malpaís y cal. Asimismo, ripiarán el castillo hasta que gasten 40 cahices de cal. Todo por 81.600 maravedís».

Vista parcial de una torre (rosagrancan-blogspot)
Garita (rosagrancan-blogspot)
Fue la primera construcción de este tipo en la isla a la que siguieron el el Castillo de Santa Catalina y el de  el de San Cristóbal fuera de la muralla, y el de Mata, de San Francisco y de Santa Isabel estaban integrados en la Muralla de la Ciudad.

Sus funciones defensivas continuaron hasta el siglo XIX., y durante décadas sufrió el abandono y se restauró nuevamente en 1969.

Se le incorporan nuevos elementos, un foso exterior y nuevos arcos, pasando a utilizarse como centro cultural. 

Un nuevo proyecto de restauración salió a la luz en 1998 incorporando al Castillo muchos de sus elementos originales y teniendo en cuenta su evolución histórica. 

Se volvió al núcleo original de finales del siglo XV: patio, aljibe y tres niveles de salas;  y se tuvieron en cuenta los añadidos de 1553 y la nueva ampliación de los espacios interiores.

Se hizo la demolición de los elementos añadidos en la precedente reforma, que no se ajustaban a la versión original, con lo que se recuperó la visión integral de la fortaleza primitiva.

Interior rehabilitado (Ayto. Las Palmas de GC)

Declarado Monumento Histórico Artístico en 1941, el Castillo es incluido en el patrimonio Histórico Español debido a su importante testimonio de la arquitectura defensiva de la ciudad junto al puerto, paso obligado de la flota española en su regreso de América con sus preciados cargamentos que la piratería amenazaba.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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