martes, 17 de julio de 2012

MOGÁN

Topónimo con el que se conoce el municipio del suroeste grancanario situado a 93 kilómetros de la capital provincial e insular, en una altitud media de 22 metros sobre el nivel del mar, y de 172,44 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 11,1% del total de la isla, y por tanto el segundo municipio más extenso después de San Bartolomé de Tirajana.


Panorámica barranco abajo (rosagrancan-blogspot)
En cuanto al origen del topónimo se han propuesto distintas teorías. Unas sugieren que se asemeja al nombre canario del árbol del "mocán"; otras sugieren que puede ser topónimo aborigen, que deriva del término aborigen «tamogantacoran».

El término está incluído en el "Catálogo de términos guanches presentes en la toponimia de Canarias" (TRAPERO, M.: Estudios sobre el guanche, Madrid, 2007).

Panorámica barranco arriba (atraviesagrancanaria-blogspot)
Localizado en los lugares que los conquistadores castellanos llamaban "La parte de atrás de la isla", la ocupación aborigen en su territorio se asentaba en las terrazas de sus barrancos y espacios costeros, encontrándose así pequeños poblados en el valle de Veneguera, en la cuenca del barranco de Mogán donde eran más numerosos, y en los valles meridionales como eran Taurito, Tauro y Puerto Rico.

Era una agrupación poblacional agrícola y pastoril, con cabecera en el cauce alto del barranco de Mogán, y que se extendía por la comarca del suroeste ocupando además el de Tasarte y la cuenca alta de los de la rampa de Tauro.


Pastor de Mogán
(Paul Merwart 1890 - Fedac)
Tras la Conquista y con la llegada de los nuevos pobladores de la isla, se procedió al repartimiento de las tierras y aguas que existían en ella, incluyéndose Mogán en la cabecera de reparto de Telde que alcanzaba hasta el límite sur del valle de la Aldea de San Nicolás.

Pero la calificación de "La parte de atrás de la isla" identificaba tierras con escasez de agua, de difíciles accesos y consiguientemente incomunicada y alejada de la Ciudad, principal centro económico y poblacional de la isla donde residía el Consejo, como ayuntamiento único. Sus accesos más practicables lo eran por la Sierra a través de Tejeda.

Estos condicionantes propició que no fueran deseadas las tierras en los repartimientos de los siglos XV y XVI, manteniéndo así su condición de tierras de realengo que era aprovechadas por los canarios para usos pastoriles, ocupándose tímidamente los cursos medios de los barrancos de Tasarte, Veneguera y Mogán, quedando la costa despoblada por el miedo a los continuos ataques de los barcos piratas y corsarios pagados por monarquías europeas.

Desde los primeros momentos es conocido su antiguo puerto que aparece como caleta en el mapa de Leonardo Torriani sobre 1592, donde estaba el poblado aborigen de Las Crucitas.

Siglos después sería utilizado por botes en pleamar dada la abundancia de piedras en sus fondos que lo hacían peligroso durante la bajamar, aprovechándose en ese caso la playa.

Los primeros datos sobre la posesión legal de tierras en la zona de Mogán son de 1666, cuando el Cabildo decide conceder al vecino de Tejeda Roque Lorenzo tierras concejiles a censo perpetuo en el barranco de Mogán.

Vista de 1890 (Fedac)
Es a partir de estas primeras posesiones para aprovechamientos agrícolas cuando surgen los conflictos en la segunda mitad del siglo XVII entre agricultores y ganaderos por el uso de las tierras, lo que hacía más complicado su desarrollo económico.

Avanzado el siglo XVIII el territorio dependía jurisdiccionalmente de los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Tejeda, situación que hacía difícil la configuración de una identidad propia.

Era tal el despoblamiento de la comarca que el obispo Servera proyectó crear asentamientos de colonos inmigrados en tres poblaciones a las que llamaría Carlota, Luisiana y Fernandina y mitigar de esta forma el "hambre de tierras" que había en la isla motivada por la vinculación de bienes del antiguo régimen de la tierra, pero el proyecto no prosperó por la inmobilización de los recursos económicos.

Ermita (rosagrancan-blogspot)
Es ya a principios del siglo XIX cuando se produce el mayor hito identitario cuando se constuye la ermita por la dotación económica del indiano Matías Sarmiento, natural de Tejeda y vecino de La Habana, quien por su testamento de 25 de octubre de 1804 ante Cayetano Pontón, escribano de La Habana, destinó 2.000 pesos para la ermita. Cinco años después, en su codicilo de 2 de febrero de 1809, ante el escribano Juan de Mesa, complementaba su testamento y encargaba a su mujer Micaela María Coto remitiese a la isla 250 pesos fuertes anuales para que en la ermita se le dijesen misas por su alma.

Las obras de la ermita se iniciaron en 1808 y su coste fue remitido a la isla por Matías Sarmiento en distintas partidas de aguardiente, añil, miel, azúcar y tabaco. 

En carta de 31 de octubre de 1808 señala que no había mandado tabaco y azúcar porque no llegaban barcos a La Habana y ello había producido la subida del flete de la caja de azúcar a 15 pesos fuertes. En otra carta de 20 de enero de 1809 se lamentaba de que no llegasen barcos de las islas, pese a que hacía más de ocho meses que había terminado la guerra con los ingleses y estaban llegando barcos a La Habana de todos los países de Europa, y ello le preocupaba porque las noticias llegadas en un barco de España hablaban de que «… están los puertos cerrados y que estan en disputas una Ciudad con otras sobre el Gobierno (...) pero es cosa rara que todos los reynos de España se ayan unido y las mas infelises que no sirven para nada anden con alborotos verguensa da en decirlo…».

Sin embargo, no fue el transporte marítimo el único inconveniente que encontró la construcción de la ermita, pues en la propia isla fue necesario vencer la resistencia de Juan José de Cárdenes, apoderado de Matías Sarmiento, a pagar los jornales de los maestros y peones. La razón era bastante sencilla: Juan de Cárdenes se había dedicado a comprar tierras a su nombre con el dinero que había recibido de La Habana, por lo que tuvo distintos requerimientos a tal fin.


Barranco de Mogán (fotografíasaereasdecanarias-com)
En 1815 con la ermita construída y con la ayuda del obispo Verdugo, consiguió Mogán ser nueva parroquia, lo que le permitió independizarse como municipio emancipado de Tejeda en las primeras décadas del siglo XIX.

A finales de dicho siglo el nuevo municipio entró en una crisis, al igual que toda la isla, debido a la quiebra del campo, a la descompensada presión fiscal, al descontrol administrativo local y a la imposibilidad de liquidar las deudas que los campesinos tenían con los prestamistas locales.

Pero esta situación empezó a mejorar cuando una casa inglesa implanta, por primera vez, cultivos de tomates y plátanos trayendo la esperanza y nuevos sistemas de cultivo que caracterizarían la economía del siglo XX.

Almacén de los Marrero (Fedac)
A finales del siglo XIX la introducción del cultivo de plátanos y tomátes obliga a la necesidad de su transporte por mar, obligando a la compañía Elder-Fyffes a la construcción de un gran almacén de empaquetado que son embarcados a los barcos fondeados hasta que en 1940 los Marrero Rodríguez inician la construcción del muelle cuyas obras serán continuamente afectadas por los temporales de mar.

Se había superado por mar el ancestral aislamiento de Mogán que se comunicaba con Arguineguín o La Aldea para sacar su producción.  Tendrá que esperar a 1957 para que por fin la carretera llegue al puerto de Mogán por el sur de la isla.


El muelle en 1949 (Hernández Gil - Fedac)
La ensenada de Mogán, en la actualidad Puerto de Mogán, situada entre Paso del Rey al noroeste y la Cañada de los Gatos al sureste, está protegida de los vientos del noroeste, norte, noreste, este y sureste, con fondos de arena de doce metros de profundidad.

Esta caleta está estrechamente unida a la caleta del Taurito, de la que apenas la separa un kilómetro por el Lomo del Taurito, si bien siglos atrás como se ha dicho todas las comunicaciones con marítimas del puerto de Mogán lo eran por el sur con Arguineguín que ya estaba comunicado por carretera.


Plataneras 1965 (Hernández Gil - Fedac)
Las circunstancias históricas de la gran mayoría de las tierras moganeras, que permanecieron durante siglos como de realengo y cuya adjudicación mayoritaria a la propiedad privada no llegó hasta avanzado el siglo XIX, tienen su efecto sobre los topónimos que, en contraste con el resto de la isla, son muy escasos y excepcionalmente están vinculados a personas o cargos, pues no hubo propietarios.

Panorámica del Puerto de Mogán (Rafael Peñate Navarro)
Así, la gran mayoría de los topónimos del municipio surgen con referencias a las formas del relieve, al agua, a la flora, a la fauna, a sus aprovechamientos, etc., símiles que usarían en aquellos tiempos los pastores que recorrían las tierras en busca del pasto para orientarse en el territorio, lo que acredita que la regla toponímica sea pastoril. La tradición oral dice que Mogán y buena parte de los pueblos costeros de la zona suroeste de la isla fueron fundados por pastores.

En las márgenes del cauce del barranco de Mogán, desde el Puerto  donde desagua y aguas arriba, junto al antiguo camino de herradura que progresivamente se transformó en la carretera general (GC-200), fueron surgiendo desde finales del siglo XIX los pequeños caseríos de forma diseminada y escasamente poblados, pagos que acercarían el puerto a la capital municipal por etapas, con topónimos muy identificativos del lugar, que se explican por sí solos: Lomo Quiebre, El Cercado, Las Burrillas, El Palmito, La Humbridilla, Los Navarros, Las Casillas y Molino de Viento.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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