jueves, 19 de julio de 2012

MONTAÑA ALTA - PIEDRA DE MOLINO (SANTA Mª DE GUÍA)

Actualización 16-mar-2016
Topónimo que tiene doble entrada toponímica por las que conocemos la montaña aislada más alta de todo su entorno de los Altos de Guía, con 950 metros de altura sobre el nivel del mar, al pie de la cual ha crecido el pago, que acoge en su nombre las dos denominaciones que aparecen en documentos notariales antiguos y modernos.

Panorámíca de la "montaña bermeja" (Rafael Peñate Navarro)
Sin embargo, en ese debate entre los que prefieren llamar al pago como Montaña Alta y los que optan por el nombre de Piedra del Molino, algunos no conocen que en la historia de la isla, cuando la conquista de la misma, su denominación era Montaña Bermeja.

La actual Montaña Alta por su relieve era llamada en la antigüedad Montaña Bermeja, topónimo del que tan sólo sobrevive la conocida Fuente Bermeja. Su mención en distintos repartimientos de tierras (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998) y la descripción del territorio que en ellos se hace, despeja toda duda de su localización, dado que el cromo-topónimo de “Bermeja” debido al color del sustrato del terreno, es habitual en la isla por lo que podría inducir a confusión.

Hay que entender que en las peticiones de tierras se procuraba por los interesados no mencionar una vegetación exuberante o boscosa, dado que al encontrarnos en las proximidades del bosque de Doramas que se preservaba como tierras realengas, la petición podría ser rechazada por esta causa. De ello, que normalmente se hable de terrenos incultos o montuosos o de sequeros, en otros casos con granadillares, helechales, etcétera, de forma que su adjudicación comportaba un esfuerzo de roturación del terreno.


Montaña y caserío (tonyra)
Tenemos documentado como más antiguo el de Sebastian Rieros y Juan de Cospedal el 9 de julio de 1514, quienes lo describen mencionando el barranco de San Martin que bordea por el poniente el caserío, diciendo: «… en termino de Galdar do dizen Fuentes de Montañas Bermejas ay muchas tierras se sequero de helechales que no se an labrado ni senbrado en ningund tiempo. E por que nosotros querriamos algunas dellas para las aprovechar e labrar, a vuestras merçedes suplicamos nos manden hazer merçed de nos mandar dar cada çinquenta hanegadas de las dichas tierras  en que podramos sembrar que an por linderos dela una parte tierras de parte de abaxo tierras de Juan de San Martin e de la otra parte de arriba tierras Realengas e de la otra parte el barranco del Agua que viene de las cuevas de Buenaventura e de la otra parte tierras de Anto Çerezo que se dizen de Cazorla …».

Años después, en el repartimiento solicitado por el vecino de Guía Gonçalo Martin de Truxillo, el día 20 de octubre de 1542, dice: «… suplico me hagan merçed de un pedaço de tierras en la montaña Bermeja que son montuosas en las quales podra aver hasta çinquenta o sesenta hanegadas de tierras poco mas o menos  y tienen por linderos de la una parte tierras de Diego Lorenço e por otra vanda el camino que va el lomo de las tierras arriba desde la Palma que dizen de Juan de Sanmartin que esta cayda las quales dichas tierras están montuosa y desaprovechadas …».


Fiesta del Queso (Samuel Mederos)
Cuando el 10 de agosto de 1543 se pregonó «… en la villa de Galdar a la puerta de la iglesia de señor Santiago fue leyda la dicha petiçion […] quando la gente salia de misa mayor e que Marcos de Herrera Alcallde de la dicha villa contradixo las dichas tierras diciendo ser suyas …». El Cabildo General le pidió los títulos al opositor y éste desistió.

La petición de Ocasio Pabon, del que tomará el topónimo del Monte por su apellido, presentada el 12 de septiembre de 1544, nos hace una descripción muy amplia del territorio de norte a sur según ascendemos, descubriéndonos el origen de otros topónimos desde Bascamao a los Pinos de Gáldar, cuando pide «… quarenta fanegas de tierras de sequero montuosas e por hazer que son en el termino de Galdar las quales hasta oy no an sido fechas ni aprovechadas por persona alguna después que esta isla se gano e alindan por la vanda de arriba con el camino Real que va al Pinal de Galdar e las tierras nueva que agora Repartieron debaxo de las cuevas de Buenaventura e por el lado el dicho camino Real e por la otra parte un barranco que viene de la tierras del dicho Repartimiento a las tierras de Vasco Amado [Bascamao] las quales quiero para senbrar y en que biban por que tengo mi mujer e hijos e casa poblada e hasta oy no se me a dado tierras en que syenbre e cada año las arriendo e que las dichas tierras asimismo alindan con un Bermejal donde se aparto un camino que va por dentro de montaña Bermeja por donde yva la madera a los ingenios del Palmitar Nuevo …».

Leída la petición de Ocacio Pabon en la puerta de la “iglesia de Nuestra Señora de la dicha villa”  en la salida de misa del 29 de septiembre del mismo año fue contradicha por Leonor Gutierrez alegando «… que tiene un titulo en (ellas) el qual sele a de conplir». El Cabildo el 3 de octubre, enterada Leonor Gutierrez de que lo contenido en su título no era lo solicitado, adjudicó las 40 fanegas al solicitante.

Paisaje (Tere Caballero Arencibia)
El 14 de julio de 1546, la comprobación de las tierras comprendidas en el titulo por Leonor Gutierrez, ya viuda del refinador Bastian Herrandez, la debió alertar de que habían otras tierras y cuevas lindando con las suyas sin dueño, y así antes de nadie las pidiera, ejerció ella tal derecho alegando la gran familia que tenía,  diciendo: «… que yo tengo hijos e nietos que mantener e para sembrar tengo necesidad de unas tierras e porque en la montaña Bermeja comarca de la dicha villa de Guia esta un pedaço de tierra calma de Salviales y poleos e otros arboles en que puede aver veynte fanegas de tierra que es linderos de tierras de Juan Vaez herrero por la vanda de arriba y de la vanda de abaxo la dicha Montaña Bermeja e por la una parte el camino Real que va al Pinar e el barranco abaxo que ba a lindar con la montaña y con tierras mias. Suplico a vuestras señorias me manden dar las dichas tierras e en ello me harán merçed. Asimismo suplico a vuestras señorias que unas cuevas çiegas que están cerca de la dicha montaña Bermeja que tengo necesidad dellas para el apero de mis tierras e me hagan merçed de me las dar por que yo las alimpiar y adereçar para morar en ellas porque al presente esta çiegas e de ningund probecho …».

El tardío poblamiento de los Altos de Guía, que en su día conformaron parte de aquella mítica y boscosa Montaña de Doramas, es consecuencia de la también lenta pero sostenida tala que se realizaba en Doramas según se iban roturando las tierras, lo que determinó el asentamiento de los privilegiados que obtuvieron tierras de gran tamaño hacia finales del siglo XVIII y principios del XIX, que limitaban el aprovechamiento pastoril del territorio.

Horno de pan (Fedac)
Tras la aparición de los ayuntamientos constitucionales, a partir de la primera mitad de dicho siglo se facilitará el acceso a pequeños trozos de tierras diseminadas de los residentes en el municipio, con la frontal oposición de los grandes propietarios de tierras bajas que pretendían el mantenimiento de los baldíos de realengo para conseguir graciosamente los jorcones para viñedos, plataneras, etc(de horcón: «puntal que se emplea para sostener las ramas de un árbol, rodrigón. ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA, Diccionario Básico de Canarismo, Sta. Cruz de Tenerife, 2010).

Pero tristemente las crónicas cuentan que la economía pastoril y de pequeños cultivos no era suficiente, y sus habitantes vivieron en una miseria latente, que marcó su dependencia de la oferta de trabajos que en las tierras bajas se hiciera gracias al nuevo auge de la caña dulce y, después, de las plataneras y tomateros.


Nevada en 1991 (acanmet-com)
En ellos encontraron los habitantes de los Altos mejores condiciones económicas, aunque esto supuso una corriente migratoria, hasta el derrumbe de la sociedad tradicional pastoril, entre los años sesenta y setenta del pasado siglo XX, que dejaba atrás un modelo de vida más tranquilo y sosegado.

La creación de la parroquia de san José de la Montaña en 1916 marca el final de la consolidación del pago como un núcleo de población arraigado que colma las expectativas de sus moradores, convirtiéndose además en el epicentro comercial de los caseríos de su entorno y surgen así multitud de las conocidas tiendas "de aceite y vinagre" en las que se hace acopio de ultramarinos que se precisa para un medio de vida en asentamientos rurales diseminados.

Molino de piedra (Fedac)
La aparición del molino harinero "de fuego" existente en el lugar, que se distingue de los otros porque la fuerza motriz no la proporcionan los animales ni los elementos, así llamados cuando se mueven con máquinas de vapor o motores, no solo facilitará la molienda, pues supondrá un triple hito para el lugar. Cuando Aniceto Pérez Medina obtiene la licencia de industria entre 1956 y 1966 para instalar un motor inglés Ruston de 10 caballos, se compromete además a dar suministro eléctrico al vecindario.

Otros dicen que fue Nicolás García Díaz quien obtuvo la licencia y quien luego la vendió a Aniceto. En cualquier caso, el molino estuvo dando luz durante diez años a  los vecinos desde las siete de la tarde a las once de la noche, momento en que el daban tres avisos de palanca antes de cortar el suministro para que se encendieran los quinqués, las velas del "elefante" o las luces de carburo.

Era (Fedac)
Se molían 500 Kilos de grano por semana siempre a cambio de dinero, pues no se admitía la maquila, la porción de harina que corresponde al molinero, que eran llevados por los vecinos en burros, mulos y caballos. Mucho gofio salió también de este molino como ayuda oficial del Estado Español para los saharahuis.

Pero el hecho más significativo que cuentan los lugareños es el relacionado con la segunda entrada toponímica. Hay una leyenda que dice que al molino se le desprendió una piedra y vino a parar a la iglesia, no causando daño alguno ni a las personas, ni a los bienes por la protección de san José de la Montaña.
 
Quesos (Samuel Mederos)
Si bien en los más antiguos documentos públicos el lugar era conocido como Montaña Bermeja como ya se ha dicho al principio, y así aparecía en las crónicas de Fray José de Sosa (Topografía de la Isla Afortunada de Gran Canaria, 1678) quien decía del buen queso de las Cuevas Bermejas junto a la Fuente Bermeja.

Es a partir del siglo XVIII cuando el lugar comienza a conocerse como Montaña Alta, pues para los vecinos de la franja costera del municipio, era el referente de altura visto desde abajo, mientras que los lugareños le llamaban Piedra de Molino para hacer verosímil la historia o leyenda que se contaba, al tiempo que recuerdan las antiguas crónicas con la Fiesta del Queso.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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