viernes, 4 de marzo de 2016

SANTANA, HOYA DE (ALDEA DE SAN NICOLÁS Y TEJEDA)

Topónimo que encontramos en la jurisdicción de los municipios colindantes de Aldea de San Nicolás y Tejeda. Nos ocupamos primero del topónimo del municipio de las cumbres grancanarias cuyo origen encontramos  en los repartimientos. Está localizado en la margen septentrional del barranco de Ayacata, al sur de la Hoya de la Vieja, y enmarcado entre la Era del Pino al poniente y Las Eretas al naciente. Se trata de una pequeña hoya, cercana a la carretera Ayacata - Pie de la Cuesta (GC-605)  a la que sólo puede accederse por estrechos caminos rurales.
 
Vista de la hoya (Google Earth)
Su origen está documentado en la solicitud que el 15 de octubre de 1544 realiza Benito de Santana al  Cabildo General en la que expone «… me fue dado un asiento de colmenar que es en Ayacata en el qual asiento e alrededor del me harán señaladas merçedes de çinquenta fanegadas de tierras que son linderos Bastian Martyn vezino desta isla natural de Tenerife por la parte de arriba e por la otra parte Ysabel Salvago que corre el barranco abaxo de Aganaguin en lo qual Resçibire merçedes…» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
 
Localización en Tejeda (IDE Gran Canaria)
Pero estas cincuenta fanegadas no son las únicas tierras que tiene Benito de Santana en los contornos de Tejeda que llegan a confundirse con los de la Aldea de San Nicolás.  Tiene otra de fácil localización por los datos que se aportan «... en la cumbre de la syerra junto a la boca de la Mina…». Y se dan reseñas de otras, consistentes en un cercado de higueras de las que se dice que están junto a las tierras del regidor Juan de Çiberio «… hasta el barranco de Tejeda e el barranco abaxo hasta dar al dicho hasta dar al dicho çerco de Benito de Santana salvando un pedaço que entre estas tiene Benito de Santana …» (op.cit.).

Al poniente [izq] Hoya de Santana en la Aldea;
al naciente [dcha] Casas de Siberio en Tejeda (IDE Gran Canaria)
En la localización de estas últimas puede llevarnos a engaño la mención que se hace del barranco de Tejeda, pero hemos de considerar que aguas abajo es conocido como barranco de Siberio, antro-topónimo que tiene su origen en las extensas tierras de Juan de Ciberio, y de donde recibe la presa igual nombre y el pago de las Casas de Siberio. El barranco aguas más abajo al pasar a la jurisdicción de la Aldea toma su nombre.

De las mencionadas Casas de Siberio a la Hoya de Santana en la Aldea hay unos 6,5 kilómetros aproximadamente de distancia en línea recta. Nos permite estimar que ambos topónimos iguales, Hoya de Santana, tanto en La Aldea como en Tejeda puedan tener su origen en las tierras que fueron de Benito de Santana por la información de linderos que se aportan.
 
Panorámica desde la Hoya de Santana en la Aldea. Al fondo,
cauce del barranco de la Aldea o de Siberio (Google Earth)
En la Aldea la Hoya de Santana se encuentra situada al sur del pago de Jerez y al norte de Los Corraletes,  y entre Los Lomos al naciente y la Montañeta del Toscal al poniente; se encuentra muy cercana a la carretera Agaete - Cruce Playa de Mogán (GC-200), a su margen de poniente a la altura de El Barrio

Cuarterías abandonadas (Infonorte)
En esta hoya aldeana que en la actualidad se localizan invernaderos para el cultivo, se realizó hasta los años  setenta del pasado siglo el cultivo de tomates a cielo abierto en régimen de aparcería, de los que nos quedan como testigos las cuarterías abandonadas.

Pajar y cuarto de aperos (Fedac)
Muy cerca en el camino entre la hoya y el Montañón de Los Espinos encontramos un pajar y cuarto de aperos conocidos como de “Pepe Briginia”, de interés etnológico por su modelo de construcción con piedra y cal, techumbre de madera y torta, con dinteles de piedra, con el exterior enfoscado y el interior encalado, representativos de la explotación agrícola y ganadera de la zona. 

Localización en la Aldea (IDE Gran Canaria)
    

viernes, 26 de febrero de 2016

OJEDA, PINAR DE (TEROR)

Topónimo que localizamos sobre la divisoria con la jurisdicción del municipio de la Villa de Santa Brígida, entre el barranco de los Caideros al naciente y el Lomo de los Roquetes al poniente, quedando al nordeste de Espartero y el Laurelar, situado junto a los viejos caminos reales que desde San Lorenzo llevaban al El Faro, la carretera llamada Acceso a El Faro (GC-212). Después de pasar por el pago de El Faro, a unos 2 kilómetros, donde acaba la denominación de la anterior carretera, encontramos un cruce de caminos.
 
Vista del lugar (Google earth)
Hacia la derecha, en dirección al poniente, es la cuesta o camino de La Hoya que nos lleva a los distintos pagos en la cuenca del barranco de los Arbejales; al frente, en dirección sur, por el Lomo del Gallego nos llevará hasta el cruce de la carretera de Teror - San Mateo (GC-042) con la carretera Acceso a Aríñez (GC-400); y a la izquierda,  en dirección al naciente, es el camino real que procedente de la Villa de Santa Brígida pasa por los pagos de Los Silos y Pino Santo, así como la propia Caldera de Pino Santo, el tradicional que han seguido los romeros para llegar a la villa mariana de Teror. Estos caminos en su gran mayoría fueron habilitados como caminos vecinales y asfaltados a finales del pasado siglo.

Siguiendo este último camino real o vecinal, en dirección a la Caldera de Pino Santo, después de dejar atrás las desviaciones hacia El Laurelar y Espartero, al llegar a  la Cruz de la Caldera encontramos el acceso al Pinar de Ojeda que llega hasta El Corcovado, y conecta también con la carretera Acceso a El Faro (GC-212).

Pequeño pinar en El Faro (Google Earth)
Ese mismo camino era ya conocido el 29 de diciembre de 1545, como deja constancia la petición de un pedazo de tierras que hace el escribano Hernando de Padilla al Cabildo General, cuando al describir sus linderos dice «… E por parte de arriba con la caldera de Espartero e un camino que va del Pinar para que las pueda sembrar e aprovechar …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

El antiguo Pinal de Teror, tal como era llamado en la antigüedad en los tiempos de la conquista, prácticamente nos será imposible localizar por la total desaparición del pinar, y no pueden llamarnos a engaño los pocos pinos que encontramos muy cerca de El Faro resultado de una plantación de años en una finca particular.

Desde los primeros momentos preocupaba al Cabildo General de la isla la tala incontrolada de sus pinares, estableciendo prohibiciones tempranas a través de sus ordenanzas:

«Otrosí que en los pinares desta ysla que es el pinal desta cibdad e Terore ny en el de Gáldar ny en la Montaña de Tamadava ny en todos los otros pinares ninguno corte nyngund pino de pie syn licencia de la cibdad so pena que si fuere pino grande que baste para prensa o exe o cureña aya de pena mill maravedís e si fuere pino menor aya de pena trezientos maravedís e el tal pino perdido e que el tal pino o su valor sea para los propios» (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria. 1531, Sevilla, 1974).
 
La tea de la Casa de Colón (Patronato de Turismo de GC)
Pero esta ordenanza proteccionista, en la que es mencionado el “pinal de Terore”, tuvo que plegarse en los primeros tiempos por las necesidades de la madera de los pinos para la construcción de casas y edificios, y como no, para las distintas actividades económicas. Tenemos presente siempre la madera de tea de los pinos viejos que fue utilizada en la construcción, y aun siendo mucha la talada con este fin en la isla para pisos, sobrados, techos, puertas y ventanas, olvidamos aquellos que fueron talados para atender otras actividades económicas.

Si bien los ingenios azucareros hacían sus fuegos con leña de todo tipo, los trapiches, molinos y las propias dependencias del ingenio, disponían de ejes, prensas, esteos, tirantes, puertas, tapias, balcones, tanques, etc., muchos de ellos fueron construidos con tea. Después, el cultivo de las parras sustituyó al cultivo de la caña de azúcar, siendo necesaria mucha tea para los lagares.

La tea de los lagares (lospasosquedejamosatras-blogspot-com)
«… cultivo implantado en las islas desde la conquista por la demanda del vino en la alimentación de los pobladores, va a conocer un desarrollo importante en la segunda mitad del siglo XVI, época en la que iba desplazando al azúcar en las exportaciones, y va también a necesitar madera para construir las burras y latadas, los horcones, donde descansen las cepas, así como tablones y tablas para construir los lagares. Estos últimos se fabricaban con tablones, durmientes, cureñas, prensas, palos, jiburones y tijeras, todo de madera. Eran necesarios para pisar la uva y obtener el mosto, por lo tanto su fábrica se hizo imprescindible. Eran construcciones de madera de pino o tea, mientras que la pieza principal de la prensa se ejecutaba en barbusano, por ser madera sólida, sin nudos y pesada » (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).

Sin olvidar las carretas que eran necesarias construir en madera para trasladar los productos terminados, e incluso para trasladar los grandes troncos y las grandes piedras para la construcción de todo tipo de edificios, públicos y privados. Tampoco hemos de olvidarnos de la «… amplia tradición constructora que se remonta desde los primeros años de la conquista hasta la actualidad …» tanto para la construcción como para la reparación de los barcos. «… cintas de cubierta, curvas, palos, durmientes, mástiles, etc. Muchas partes de los barcos, en concreto las del exterior se hacían de madera de pino canario (…) La construcción naval generó otra actividad económica: la elaboración de la brea, que se realizaba mediante la quema y destilación de los pinos canarios. Para ello se preparaban hornos en las cercanías de los pinares» (op. cit.).
 
Carpinteros de ribera en San Telmo (Fedac)
La narración del francés André Thevet, datada en 1555, recogida por la obra citada nos describe esta última actividad de la extracción de la también llamada pez, en su lugar de obtención.

Calafateando con brea
«… aquí elaboran una goma negra que llaman brea. Derriban los pinos, que hay en gran cantidad, y los parten en gruesos leños hasta tener unas diez o doce carretadas, y colocan las piezas unas sobre otras en forma de cruz, y por debajo de esta pila hay una fosa redonda de mediana profundidad; luego prenden fuego en esa leña casi por la cúspide del montón, y entonces produce su goma que cae en esa fosa».

Poco se conoce de cuándo y por quién se talaron los pinos en este lugar, pero por su proximidad a la Ciudad, tuvo que ser de los primeros pinares extinguidos, tocando después el turno a los más lejanos del Pinar de Santiago en el sur y al Pinar de Gáldar o Tamadaba en el norte, para luego llegar hasta los Llanos de la Pez en el centro de la isla.


Sí parece que hasta finales del siglo XVI existían pinos en el lugar, según se desprende de un protocolo del escribano Lorenzo de Palenzuela, en el que se concierta el corte de pinos para la desaparecida iglesia de la Concepción en Triana:

«En Canaria, veinte y sinco de abril de mill e quinientos e noventa años ante mi el escrivano e testigos pareçió Antonio Alvares, aserrador, y dixo se obligaba e obligó en fabor de Gaspar de Ayala, como persona que tiene a cargo la obra que se haze en Nuestra Señora de la Conseçión, de aserrar veinte y sinco tosas de pino que el a cortado y rrolado en el pinar de Ojeda para la dicha yglecia; éstas enpesará aserrar desde mañana veinte y seis de este mes aprovechando la madera y aserrandolas de la bitola que se le pidieren, en precio cada dozena de tablas que aserrase de ellas a precio de quinze rreales y medio por cada dozena de todas ellas, grandes y pequeñas, y esto se me a de dar por el aserrada y cortada de las dichas tosas, y por quenta e rreçibido hasta oy quarenta reales en dineros de contado y lo demás se me a de yr dando como lo fuere trabajando y por este precio las aserraré y no alsaré mano hasta que las acabe de aserrar e si alsare mano dellas por juramento se dé mandamiento contra mi para que baya a hazello e me conpelan a ello e así se obligo cunplirlo y a ello su persona e bienes e dió poder a la justicia e rrenuncio las leyes de su favor y otorgó obligación en forma e por el otorgante a quién yo el escrivano conosco lo firmó un testigo, siendo testigos Tomás de Ariñes e1 biejo e Juan Zanbrana e Rrodrigo Alvares, vezinos de esta isla» (citado por LOBO CABRERA, M.: Aspectos artísticos de Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 1981).

El único y joven pino del paisaje del Pinar de Ojeda (Google earth)
Sobre el origen del antro-topónimo, sí parece que se circunscribe a los primeros Ojeda llegados a la isla a los que se vinculan con la actividad maderera.    

«En el primer peldaño de la escala nos aparece Juan de Ojeda junto a su más que probable deudo, Cristóbal de Ojeda, primeros de este apellido de los que se tiene noticia en la Gran Canaria de principios del siglo XVI. Es nuestra pretensión concluir en este apartado que estos dos personajes vienen a la isla como mercaderes burgaleses con base en Sevilla, casándose en Las Palmas casi al mismo tiempo: Cristóbal en 1513 con Inés Bernal y Juan en 1515 con Catalina Ramírez, ambas hijas de probables conquistadores con las que tuvieron una descendencia que pensamos que está en el origen de todos los Ojeda de esta isla.

(…) Es posible que los Ojeda se hayan interesado en origen por la explotación del pinar del que se obtenían materias como la pez, producto esencial en la época para el calafateado de los barcos, y la madera, combustible básico para el mantenimiento de las calderas de los ingenios en las que se elaboraba el azúcar.

Ortofoto (IDE Gran Canaria)
(…) Pero es también en Teror donde se da una importante presencia de dicho apellido en el siglo XVI siendo el personaje de esta villa más antiguo integrado en nuestro árbol una tal Inés de Ojeda casada con Gaspar Hernández que tienen por hija, entre otros vástagos, a Catalina de Ojeda, casada con Luis Sánchez; por nieta, a Francisca de Ojeda casada con Juan Domínguez Castellano; por bisnieta, a Catalina de Ojeda Domínguez nacida en 1640; y por tataranieta a Gregoria de Ojeda nacida en Teror, como todas sus ascendientes, allá por 1672. Esta enumeración genealógica dado que es enteramente femenina nos permite apuntar que Inés la primera de las mujeres citadas (considerando un promedio inferior a 30 años por generación) debió nacer sobre 1530-1540. Es decir, que podría ser hija de cualquiera de los hijos de Cristóbal y Juan de Ojeda que hemos señalado al comienzo como fundadores de esta estirpe» (HERNÁNDEZ BAUTISTA, F. Y GARCÍA TORRES, J.R.: “Apellidos Ojeda y Castrillo. Origen en Gran Canaria -1ª parte”, Revista Digital Cuarto de Apero, 13-02-2016).

En el paisaje actual del Pinar de Ojeda encontramos además de las escasas tierras de cultivo, muchas tuneras, árboles frutales y campos de hortalizas para el auto abastecimiento de sus vecinos, y, la propia belleza de su paisaje. De los pinos, al margen de los que puedan haberse plantado en los jardines de los pequeños chalet, sólo nos queda el topónimo como recuerdo de su historia.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 19 de febrero de 2016

OJEDA, DEGOLLADITA, LLANOS, MONTAÑA Y PINAR DE (MOGÁN)

La antigüedad del topónimo se remite  a los tiempos de la conquista de la Isla y tiene su origen en las tierras que pertenecieron a Pedro de Hojeda, y aparece documentado en la petición que el 17 de junio de 1547 hace el criador Pedro Caçalla al Cabildo General cuando suplica «… me hagan merçed de un pedaço de tierras montuosas que son tras la Syerra en la uerta de Tejeda en que podrá aver treynta fanegadas de senbradura que an por linderos de la una parte con tierras myas e de Pedro de Hojeda que ovimos de los herederos de Juan Mateo e de la otra parte linda con el Roque de la majada de los Llanos de la Pez e de ally a dar  a la madre de la açequya e myna de Tejeda, las quales hasta agora no an sydo dadas ny aprovechadas por persona alguna …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Vista (caminosdecanarias-blogspot-com)
En relación con los personajes nombrados y su interés por estas tierras en la “parte de atrás de la isla”, se han escrito algunas conjeturas basadas en distinta documentación y bibliografía que explicarían las motivaciones de su petición: 

«Debemos presumir de todo esto que los Ojeda son descendientes de mercaderes burgaleses establecidos en Sevilla que recalan por la isla y establecen consorcio matrimonial con las hijas de dos segundones de la conquista (Juan Mateo, un espingardero de última hora, y Pedro Cazalla, un aserrador de primera hora o pardillo) heredando por este motivo tierras de repartimiento en lugares perdidos en la sierra, lugares muy remotos ciertamente pero quizás por ellos bien conocidos cuando al final de la guerra las tropas castellanas al mando de Rodrigo de Vera, roto el cerco del Bentayga, persiguieron valle arriba a los últimos rebeldes canarios capitaneados por Tasarte y Bentejuí» (HERNÁNDEZ BAUTISTA, F. Y GARCÍA TORRES, J.R.: “Apellidos Ojeda y Castrillo. Origen en Gran Canaria - 1ª parte”, Revista Digital Cuarto de Apero, 13-02-2016).
 
Reserva Integral de Inagua (IDE Gran Canaria)
Los topónimos se localizan en las Cumbres del suroeste de la isla, entre Pajonales al naciente e Inaugua al poniente, todos al Sur de la cuenca de Tejeda, constituyendo ellos tres los pinares naturales mejor conservados que aportan los mayores recursos hídricos en la isla.  Estas especiales condiciones demandaron la protección del territorio que ocupan bajo la denominación común de “Reserva Integral de Inagua”, de la cual el Pinar de Ojeda ocupa el centro geográfico.

Recoge la Memoria de la Reserva las causas históricas que propiciaron el estado actual de su territorio, desde un principio en su gran mayoría baldíos regentales que se situaban en lo que se denominó durante siglos “la parte de atrás de la isla”, denominación que en cierta medida auspició el desinterés de muchos por tal definición que se presumía inhóspita y totalmente baldía.

Panorámica de la Reserva Integral (medioambienteencanarias-wordpress-com)
«La buena conservación relativa de los pinares de la Reserva se debe sin duda a los avatares históricos del territorio. Fueron administrados por la Marina, permaneciendo ajenos a los procesos de desamortización, así como a los efectos de la deforestación que sufre la zona central de la isla en el siglo XVII. Hoy forman parte del Catálogo de Montes de Utilidad Pública y es Refugio Nacional de Caza. A lo que se une su escasa accesibilidad y el carácter restringido de las pistas forestales que atraviesan la Reserva. Todo ello, potenciando hasta el año 2007 por la ausencia de incendios recientes y las repoblaciones que se han realizado en su seno, informan su buen estado de conservación y regeneración».

La mejor prueba gráfica de la protección con la que se mantuvo este conjunto de pinares a finales del siglo XVII, la encontramos precisamente en la cartografía de Pedro Agustín del Castillo de 1686. Cuidó la calidad de todos los mapas por él confeccionados con rumbos, adornados con brillantes y variadas rosas de los vientos, escalas en leguas y leyendas encuadradas o circundadas con ornamentación barroca.

Detalle del mapa de Pedro Agustín del Castillo 1686 (Juan Tous)
El correspondiente a la Gran Canaria no lo es menos. Aun algo distante de la silueta de la isla redonda que ahora conocemos por la cartografía moderna, avalada por las fotografías realizadas desde el espacio, supo recoger en su tiempo y con esmerado dibujo a plumilla, todo aquello que observó en su continuo andar, y fue así como dejó para la historia la más pictórica  y cromática muestra del gran Pinal de La Inagua, en su color verde dominante.

Casa Forestal de Ojeda - Aula de la Naturaleza de Inagua (Cabildo Gran Canaria)
Desde 2002 forma parte de la lista europea de Lugares de Importancia Comunitaria (ES0000041), teniendo la consideración de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), relativa a la Conservación de Aves Silvestres. A la Reserva se accede por la carretera Ayacata - Pie de la Cuesta (GC-605), bordeando su límite Naciente y Sureste, y de la que parten dos pistas que atraviesan el territorio protegido: una desde la Presa de las Niñas, del lugar de Las Ñameritas, para llegar hasta la Casa Forestal de Pajonales, pasando por la Cruz de la Huesita; y otra que parte de la Cruz de San Antonio y llega a la Casa Forestal de Ojeda. 

Existe un limitado entramado de pistas y caminos de tierra por el interior del territorio de acceso restringido por cadenas, muchas habilitadas en la décadas de los 50 y 60 para la repoblación forestal, partiendo en su gran mayoría de las Casas Forestales.

Vista (caminosdecanarias-blogspot-com)
Además tenemos el trazado del que podría considerarse el transversal de naciente a poniente en Pajonales, de la Cruz de la Huesita hasta rodear la Montaña de Alsándara y pasar por el sur las Tres Fuentes y la Montaña de las Brujas, llegando a la Degollada de las Brujas, ya en Ojeda; y el que bordea el límite Suroeste de la Reserva, que es la continuación del acceso a la Casa Forestal de Ojeda, que continúa hasta la Degollada de las Brujas donde se cruza con el transversal anterior, y después llega hasta el Barranco de la Inagua. Desde la misma Casa Forestal de Ojeda salen otro para llegar al Pinar de Ojeda y otro a los Andenes de Tasarte en lo alto de los cantiles.

Casa de Lina (Gobierno de Canarias)
Perdiz roja
(El Coleccionista de Instantes)
La Casa Forestal de Ojeda, en la que se encuentra instalada el Aula de la Naturaleza de Inagua,  fue construida a partir de dos antiguas casas forestales que datan de 1933 coincidiendo con los primitivos viveros forestales de la Casa de Lina, comenzando a funcionar en 1983.

A principios de la década de los 80 se habilitó un espacio vallado en el antiguo vivero del Pinar de Ojeda para la puesta de perdices. Los huevos eran trasladados al Corral de los Juncos, en la zona de la cumbre de la isla, para la eclosión y cría de los pollos. Posteriormente eran soltados en un recinto vallado aún existente en los llanos próximos.
 
Guirre (eb3alfmiguel)
En los Llanos de Ojeda ha sido el último lugar de la isla donde se constató la existencia de guirres (Nophron  pernopterus). Es allí donde se encuentran los escasos vestigios arqueológicos de la prehistoria de la isla: restos de corrales, túmulos y círculos rituales.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)