domingo, 2 de julio de 2017

LA TOPONIMIA RECURRENTE DE GRAN CANARIA (y II)



PALOMA, PALOMAR
Se trata de dos ‘zoo-topónimos’ muy abundantes en la geografía insular, y para sustentar nuestras teorías del origen de ambos topónimos, es preferible tratarlos conjuntamente, pues como se verá  ambos topónimos en muchos casos son ambivalentes para la función toponímica que representan.

Conozcamos la definición más generalista que nos ofrece el DRAE sobre esta ave «palomo, ma.- 1. m. y f. Ave domesticada que provino de la paloma silvestre y de la que hay muchas variedades o castas, que se diferencian principalmente por el tamaño o el color», añadiendo la acepción séptima que nos dice de su significado zoológico «Cada una de las aves del orden de las columbiformes, con la mandíbula superior abovedada en la punta y los dedos libres; p. ej., la paloma propiamente dicha y la tórtola».

Con referencia a las palomas endémicas ‘turqué’ (Columba bollii) y ‘rabiche’ (C. junoniae) de las islas, y su presencia en esta isla se ha dicho:

«En Gran Canaria se supone que la destrucción del bosque, mucho más intensa que en otras islas, provocó la desaparición de ambas especies de palomas. De hecho la tala del monteverde fue de tal magnitud que en la actualidad apenas ocupa un 1% de su superficie original» (MARTÍN, et al., 2013, p. 135).

Por las crónicas históricas tenemos una clara referencia a la existencia de estas aves allá a finales del siglo XV:

«Tenían muchas aves, palomas zuritas o silvestres, que se  crían en los riscos, y pardelas que son aves marinas que  cuando cantan por la noche parecen niños o gatos que  lloran, y quien no lo sabe parece que es gente y muchas  veces se atribuyó a ser gente porque vuelan como lechuzas» (GÓMEZ, 1936, p. 83).

Y encontramos también una cita sobre Alonso de Santa Cruz y su crónica titulada “Islario General de todas las Islas del Mundo”, del que se cree pudo conocer las islas sobre 1526 (MORALES, 1964, p. 190):

«Gran Canaria es redonda, con una ciudad muy rica y noble que  cobijará a unos 1.000 habitantes, […] Además  produce carnes, pan, vino, miel, cera, azúcar, orchilla, ovejas, cabras, vacas, puercos y palomas. Cuenta con buenos ingenios de azúcar y frutos agrios, y árboles útiles, como pinos, dragos, laureles y palmeras…».

Estudiamos en primer lugar los topónimos que incluyen en su cuerpo la voz ‘paloma’, separando aquellas localizaciones en la franja costera:

Localizaciones:
Aldea de San Nicolás: Cuevón de las Palomas.
Arucas: Charco de las Palomas y Cueva de las Palomas.
Gáldar: Las Palomas.
Sta. Mª de Guía: Cueva de las Palomas.    

Este corte viene obligado dado que por lo general, en siglos pasados, ninguna de las aves del orden de las columbiformes tenía su hábitat en la franja costera, pues son aves de alimentación frugívora, de frutos, y anidan en lugares del interior de la isla: riscos, árboles, etc. No obstante, el progresivo poblamiento de la isla empujó en el particular a la ‘paloma bravía’ (Columbia livia canariensis) hacia la franja costera (SÁNCHEZ, 2002, p. 90).

Charco de Las Palomas - Arucas (Eliú Pérez)
Si bien el topónimo de estos lugares pudo deberse a la paloma bravía, hemos de considerar que los mismos se encuentran en la zona inter-mareal que es bañada en la pleamar, de donde en el pasado pudo confundirse ésta con la ‘pardela chica’ (Puffinus assimilis baroli) de similar tamaño, pero como sólo realiza vuelos nocturnos, es difícil ser vista. Otras aves marinas opciones confundibles con la paloma son el ‘paíño de Madeira’ (Oceonodroma castro) o el ‘paíño Pechialbo’ (Pelagodroma marina hypoleuca), aves algo menores de tamaño imperceptible en vuelo, respectivamente con notable y exclusiva presencia en la ‘macaronesia’, la segunda con colores grisáceos más señalados, que debieron ser abundantes en las islas siglos atrás (Ibídem, pp. 8, 10 y 14).

«El “paíño de Madeira” es una especie típica de regiones tropicales y subtropicales del Pacífico y Atlántico […] En los archipiélagos maraconésicos nidifica en ciertas islas de las Azores y varios islotes de Maderia (LE GRAND et. Al. 1984), Salvajes (JENSEN, 1981), Cabo Verde (BANNERMANN y BANNERMAN, 1968; NAUROIS, 1969) y Canarias (MARTIN, et al., 1984)». (DELGADO, et al., 1988, p. 137).

Su nombre común en las islas es ‘bailarín’, recogido en el DBC si bien lo relaciona erróneamente con el paíño europeo o común, probablemente al recurrir a la bibliografía de WEBB y BERTHELOT (Histoire Naturelle des Îles Canaries), de plumaje más oscuro y más difícil de confundir con una paloma.

«bailarín. 1. m. Lz, Fv, Tf y Hi.  (Hydrobates pelagicus) Ave marina de unos 15 centímetros, de color negro y con una mancha blanca en la rabadilla. Vuela a ras del agua, buscando en la superficie del mar pequeños crustáceos, peces o moluscos, de los que se alimenta. Los pescadores dicen que el bailarín barrunta mal tiempo. En otras zonas de Canarias se conoce con el nombre de “almamestre”».

La diferencia entre el ‘paíño común’ con los ‘macaronésicos’ es precisamente el plumaje: la cola más bifurcada y su mancha blanca de forma distinta extendida hacia los lados, diferenciado a partir del siglo XIX. De líneas más estilizadas que la paloma, pudiendo ser confundidas a distancia, el paíño pertenece a la especie de aves procelariformes, al igual que las pardelas, alimentándose de peces e invertebrados marinos, ocupando formaciones volcánicas desnudas, cría en oquedades de los cantiles, de donde los cuatro topónimos se localicen exclusivamente en la costa norte de la isla.

«La especie se encuentra presente en Alegranza y Montaña Clara (N de Lanzarote), Lobos (Fuerteventura), Roques de Anaga y Garachico (Tenerife) y Roque Grande del Salmor (El Hierro). El enclave más importante lo constituyen los Roques de Anaga, seguido en interés por Alegranza y Montaña Clara. Los dos restantes albergan colonias muy reducidas. La población de este paíño en las Canarias se estima inferior a las 300 parejas» (Ibídem, p. 143).

En relación con los topónimos de Arucas, El Charco junto a la Punta del Camello y la Cueva a La Carraqueña, tenemos mayor concreción relativa a su presencia:

«También es zona de nidificación del vencejo pálido (Apus pallidus), del que existe una buena colonia y se sospecha la existencia de pardela chica (Puffinus assimilis) y de paiño de Madeira (Oceanodroma castro). Esta costa es utilizada como estación de invernada de limícolas» (MONTELONGO, 1988, p. 20).

Los restantes topónimos están también todos en la zona inter-mareal: el Cuevón de las Palomas de la Aldea de San Nicolás en Las Tabladas;  Las Palomas de Gáldar junto a Punta de Reinosa; y Cueva de las Palomas de Sta. Mª de Guía en El Angosto.

No podemos dejar de mencionar el topónimo Maspalomas, en la costa sur de la isla, cuando en 1866 algunos celebrados autores relacionaban su origen con las palomas, cuestión que se debate con vincularlo a un indocumentado antropónimo mallorquín o catalán, citado por Néstor Álamo, y no dudamos le conociera de algún documento en El Museo Canario,  pero Maspalomas no parece ser el hábitat volcánico y de oquedades en cantiles de los paíños, y de ahí que resulte extraña la mención del diccionario de Viera y Clavijo:

«… Tenemos palomas domésticas, torcaces, soritas, salvajes. […] Las palomas salvajes (Palumba) son enteramente de color gris, con el cuello tornasolado. Estas abundan en las islas, con especialidad en la de Canaria, donde el Charco de Maspalomas ha tenido fama y nombradía por las estupendas bandadas que suelen acudir allí… » (VIERA, 1942, p. 177),

Con los restantes topónimos que en su cuerpo contienen la voz paloma, femenino y masculino, hemos realizado un nuevo corte. El primero integrado por el topónimo en localizaciones próximas a lugares con vestigios de la cultura aborigen, cuya referencia incluimos entre { llaves }.

Localizaciones:
Artenara: Degollada de las Palomas { Acusa }.
Ingenio: Los Palomos { Risco Canario; Cuevas del Palomar (BIC) }.
Mogán: Degollada de Paloma { La Cañada de La Mar, (BIC) }; Punta Paloma y Cañada de Paloma (TPD) { La Sepultura, Lomo del Canario }.
San Bartolomé de Tirajana: Barranco, Cerro, Cañada, Degollada y Montaña de Paloma { Almogaren Grande y Almogaren Chico }; y Degollada de las Palomas { Corral Santo }.
Tejeda: Paloma { Timagada; Solana de Paloma { Lomito del Corral }.
Valleseco: Degollada de las Palomas { Risco Chapín }.
Vega de San Mateo: Degollada de las Palomas { Cuasquías };  y Picacho de las Palomas { Alto de la Gorra y Alto del Canario }.

El resto, son las siguientes, en las que no se tienen referencias toponímicas o arqueológicas próximas, sin excluir que la pudieron haber en los siglos pasados pues son territorios con notable patrimonio arqueológico.

Localizaciones:
Aldea de San Nicolás: Caidero de las Palomas.
San Bartolomé de T.: Vista de los Palomos.
Tejeda: Paloma; Barranco de Paloma; Degollada de las Palomas; Las Palomas y Lomo de Paloma.

A continuación tratamos los topónimos que en su cuerpo contienen la voz  ‘palomar’. Se sobreentiende que los mismos por su antigüedad no se corresponden con los famosos ‘cuartos en azotea’ que han hecho famosas a las islas por la gran afición aquí existente a la colombofilia. Asumimos que hacen referencia a los lugares donde se alimentan las palomas, y en algunos casos también anidan en riscos por su proximidad con el aprovechamiento anterior.

Cuevas del Palomar - Ingenio (Patrinet)
En todas las localizaciones, no cabe ningún corte adicional, pues todas ellas están próximas a lugares con vestigios de la cultura aborigen, cuya referencia igualmente incluimos entre { llaves }.

Localizaciones:
Agaete: Vuelta del Palomar { Guayedra Alta – Berbique }.
Agüímes: El Palomar { Bco. Guayadeque (BIC) }.
Aldea de San Nicolás: Andén del Palomar { Caideros y Llanos de las Huesas }.
Arucas: Los Palomares { Montaña de Riquiánez }
Gáldar: El Palomar y Barranco del Palomar { Barranco del Canario y Taya }.
Ingenio: Cuevas del Palomar (BIC)
Las Palmas de Gran Canaria: El Palomar { Corral de Las Argumeras }, El Palomar y Laderas del Palomar (TPD) { Barranco Guiniguada }.
Mogán: Paso del Palomar { Majada Alta }, Puntón del Palomar { Bco. de Arguineguín }.
San Bartolomé de Tirajana: Palomar { Arteara }; Risco del Palomar { Fataga }.
Tejeda: Palomar { Corral Viejo }; El Palomar { Cuevas del Caballero }; Cañada del Palomar { Bentayga }; Cañada del Palomar { Vigaroy }; Lomo del Palomar { Corral Viejo }.
Valleseco: El Palomar { Cuevas del Andén }.
Valsequillo: El Palomar { Roque de la Retama y Piedra Caballero }.

Este análisis pormenorizado nos permite llegar a la conclusión de que los ‘silos’ de las pequeñas poblaciones o asentamientos de la cultura aborigen, en su gran mayoría expuestos al naciente para que el sol de la mañana aportara calor y eliminara la humedad de la noche, fueron identificados por la cultura de los castellanos arribados como ‘palomares’, desde su contemplación de las numerosas palomas que acudían a estos lugares para encontrar su alimentación, o también, que fuera un lugar apropiado para anidar.

«Tenían silos en los riscos y se conservaba el grano muchos años sin dañarse, lo cual ahora no puede conseguirse ni que le pique el gorgojo» (GÓMEZ, 1936, p. 82).

La certeza nos la aportan los antes citados topónimos de Gáldar:

«Sitio: Silos de Taya […] Ubicación: En las afueras del barrio de Marmolejos, y a unos 2 kilómetros del casco urbano de Gáldar, en plena campiña. Estructura: Cuevas y silos excavados en roca volcánica. Dimensiones: No constan. Estructuras modificadas o desaparecidas […] Otras observaciones: Se trata de silos excavados en la roca y utilizados como graneros.» (MARTÍN, 1984, p. 641).

Certeza que encontramos también en los perdidos topónimos en los siglos de Artenara referidas al actual Barranco de Lugarejos:

«…Las cuevas podían ser naturales, las menos, habitualmente dedicadas a almacenes, cocinas o silos, y las artificiales, las más usadas como habitación, mostrando variadas dimensiones y aposentos. Entre las primeras se encontraban cuevas como la de Francisco de Silva en el Barranco del Palomar destinada a gañanía, la cual se valorizó en 8.160 maravedís;» (QUINTANA, 2008, p. 110).

También las localizaciones nos sugieren pequeños asentamientos de la población aborigen, bastante dispersa por la isla, y este muy numeroso diseminado, con necesidades de disponer de lugares de almacenamiento de sus granos, el que de forma precisa puede dar argumento al gran número de este topónimo recurrente, donde en muchos casos sus vestigios arqueológicos han podido desaparecer por su reutilización o por la erosión antrópica del terreno, cuevas horadadas o solapones que fueron aprovechados para estos fines.


PORTICHUELOS, PORTEZUELOS
De este topónimo encontramos en la isla cuatro con la primera voz y otros dos con la segunda variante léxica que entendemos tuvieron el mismo origen (de portiçuelo interpuesta la “h” a portizuelo), ambos guardan relación con la palabra ‘puerto’, si bien ha mutado la vocal ‘i’ por la ‘e’.
Todos ellos con el sufijo ‘_ch/zuelo’ incorporado a la palabra, el DRAE recoge una sola acepción para la voz «portichuelo. 1. m. Puerto bajo en las estribaciones de una montaña.», al igual que recoge para «portezuelo. 1. m. dim. de puerto».

Localizaciones:
Aldea de San Nicolás: El Portezuelo
Arucas: El Portichuelo
Gáldar: Portezuelo
San Bartolomé de Tirajana: Los Portichuelos
Sta. Lucía de Tirajana: El Portichuelo
Telde: El Portichuelo

No consideramos otros siete topónimos que se inventarían como ‘Portillos’, uno más como ‘Portillazos’ y un último como ‘Portillada’, guardando todos relación con la palabra ‘puerta’, excluido El Portillo en Arucas que conocemos que es corrupción de El Puertillo.

El Portezuelo - Aldea de San Nicolás (Patrinet)
Algunos estudios toponímicos realizados mencionan la baja frecuencia del sufijo ‘chuelo’, que aparece en el mencionado Portichuelo y en Verechuelo, otro topónimo grancanario (TRAPERO, 2000, p. 217), y curiosamente ambos términos directamente vinculados con el transitar de las personas al derivar el primero de ‘puerto’ y el segundo de ‘vereda’.

Sin embargo, como se verá a continuación, la referencia documental más antigua conocida menciona Portezuelo, antes de la mutación de la letra ‘z’ a la letra ‘ç’, hasta la interposición de la ‘h’ y llegar a la ‘ch’ operada con posterioridad.

La más antigua referencia documental la tenemos en la data solicitada por Hernán Moro el 7 de julio de 1536:

« ... un pedaço de tierra que es debaxo del portezuelo como van de esta çibdad a Telde linde con el camino Real e de la parte de abaxo lynde con el barranco ...»  (RONQUILLO y AZNAR, 1998, p. 443).

Mucho más reciente en la información arqueológica que se tiene del lugar junto al poblado troglodita de Cendro, de la corrupción del (Send_ro) conocido en la antigüedad como Sendero:

«La ladera del Portichuelo pudo formar en el pasado una parte del asentamiento troglodita de Cendro, tal y como ya indicamos en la descripción física del territorio. En la actualidad apenas se percibe esa posibilidad, pues las cuevas ya no existen, salvo las situadas en el extremo norte de la ladera, de las que luego nos ocuparemos.

Posiblemente este conjunto de cuevas artificiales del Portichuelo desapareció, al haberse desplomado los techos de las mismas bajo el peso del potente paquete de sedimentos que se encuentra sobre la toba volcánica, debido a la intensa acción erosiva que afecta a esta ladera» (CUENCA, et al., 1996, p. 131).

En relación con el topónimo de Arucas, tenemos la información documentada del lugar, antes de la alteración antrópica del relieve por una escombrera incontrolada, que nos dice:

«... En el Valle de Tenoya, en las proximidades del puente de su nombre, existe aún una fuente, muy mermada, llamada Sisma en el lenguaje popular; es una deformación del nombre Sima, así es que debió denominarse fuente de la Sima. Está situada en el barranco, como a unos setenta metros de La Cuesta de La Arena, también conocida por camino de Gáldar o del Portichuelo» (HERNÁNDEZ, 1987, p. 304).

Ambos topónimos de Telde y Arucas estaban junto a los caminos Reales a Telde y Gáldar, después de la Conquista, que consolidaron los antiguos senderos o caminos ‘del tiempo de los canarios’, y ambos en el interior de la isla, alejados de la costa. Por ello, consideramos son derivaciones de los llamados en la antigüedad:

«PVERTOS secos, son los lugares de raya, que confinan con otro Reyno, en las quales están las aduanas, y se registran las mercadvrias, y pagan sus derechos que llaman portazgo, y al q los cobra portazguero, o dezmero» (COVARRUVIAS, 1674, p. 599). 

Siendo así, el topónimo Portichuelo o Portezuelo creado por los castellanos arribados a la isla, producto de su percepción y conocimiento, identifica el lugar del ‘camino del tiempo de los canarios’ donde se encontraba algún tipo de construcción de piedra seca de los aborígenes canarios, y donde se ejercía algún tipo de control sobre los naturales que traspasaban las supuestas fronteras de los conocidos como ‘cantones’ de la isla.

«… Aunque en el acta de 1476 sólo aparecen los nombres de diez cantones o distritos, causa del error de Viera, según testimonio expreso de Abréu Galindo, éstos eran doce, seis en cada reino, pero sólo a partir de 1430-40, como probaré en el estudio de los reyes o guanartemes. Ni Abréu, ni Torriani, ni Viera consignan los nombres de los doce cantones en ningún pasaje determinado; mas al tratar de algunos “gayres”, capitanes o valientes, como Abreu  en los capítulos 7 y 8 de su libro II, da algunas noticias aprovechables, aunque inseguras, para su localización.

Ordeno seguidamente en dos columnas, una para cada reino, la lista de esos doce cantones, cuya seguridad va luego estudiada en sus diversos aspectos, nombres originales y actual, en los siguientes apartados, sus problemas y características toponímicas.

REINO DE GÁLDAR
Gáldar o Agáldar.
Arucas o Arehúcad.
Ayraga o Agirawan ( = "Fontanales". Moya)
Agaete (= agahet o agahit)
Teheda o Tejeda (= tehedad = "garganta de los dedos" o agujas)
Artebirgo (ar-tebirgun = "lugar de tiendas")

REINO DE TELDE
Telde o Tildet
Tamaraceite o Ad-tamarasi
Utiaca = ar-utihakkan (en San Mateo)
Agüimes
Tirahana o Tirajana. (= atddir – ahannaga ="riscos impresionantes") [*]
Arguineguin (= «lugar en los altos) » [*]



[*] Nota: Los topónimos de Tirajana y Arguineguín, fueron omitidos en el Acta de 1476»  (ÁLVAREZ, 1982, p. 273).

El profesor Álvarez hace referencia a la conocida como “de Zumeta” que está muy cuestionada e incluso se plantea que puede ser una falsificación (ONRUBIA, 2003). Tan sólo a los efectos de sustentar nuestros argumentos acerca del origen de los topónimos, tomamos para ilustrarla esta descripción y número dada por el profesor Álvarez Delgado, si bien el estado actual de las investigaciones, en relación a las supuestas divisiones territoriales de los antiguos canarios, no existen datos fehacientes que describan los deslindes de los supuestos cantones, de su denominación, del número que lo componían y de las jerarquías políticas o sociales prehistóricas de la isla de Gran Canaria.

Desde esta teoría nuestra, el control de fronteras entre los cantones de Telde y Tamaraceite, es el topónimo de Telde. Y el de las fronteras entre Arucas y Tamaraceite, sería el topónimo de Arucas, que además tendría mayor importancia jurisdiccional si el cauce del Barranco de Tenoya fuera la supuesta frontera entre los reinos de Gáldar y Telde.

Y los siguientes, Portezuelo (Gáldar), al norte de Palomino, marcando el control entre Gáldar y Artevirgo. El Portezuelo (Aldea de San Nicolás), junto a los Laderones de Risco Partido y el antiguo camino que bajaba a Tasartico, el control entre Artebirgo y Arguineguín. Los Portichuelos (San Bartolomé de Tirajana), junto al Paso del Perro en lo alto de los Riscos Blancosentre Tirajana y Tejeda, justo en el deslinde actual de ambos municipios. Por último, El Portichuelo (Sta. Lucía de Tirajana), al naciente de Adeje en la prolongación del sendero que baja por el andén de Rompeserones, el correspondiente entre Tirajana y Agüimes.

Los restantes topónimos referidos a estos controles fronterizos entre los supuestos cantones de la prehistoria de la isla han podido desaparecer con el paso de los siglos, como es el caso del que teóricamente marcaba el correspondiente entre Arucas y Ayraga, situado cerca de la Punta del Sombrero donde algunas fuentes sostienen que los aborígenes ya obtenían la sal en sus cocederos.

Una referencia de su existencia perdida la tenemos documentada:

«Y es muy probable que los primeros intentos de despegue de esta industria se localizaran en el litoral de Bañaderos, aprovechando sus condiciones naturales; hacia 1721 se recoge sal en los lugares de esta costa denominados "Bufadero", "Charco Redondo", "Sombrero·, "Tijera" y "Portechuelo", propiedad de varios vecinos del lugar y cuyo diezmo arroja clara noticia de la reducida importancia de su producción» (MACÍAS, 1989, p. 164).

Y no es el único perdido en los siglos, pues los viejos pastores recuerdan el desaparecido topónimo del ‘Portichuelo’ con el que llamaban las inmediaciones del Risco de Gonzalo en Tejeda, donde se localiza la conocida Cueva del Péndulo en un conjunto de interés arqueológico, sin que podamos atrevernos siquiera a presuponer que paso controlaba.

SANTIDAD, BAILADERO
Son dos topónimos recurrentes que guardan mucha relación entre sí debido a la interpretación que los castellanos dieron de los lugares donde la cultura aborigen realizaba sus ritos tradicionales. No son muchos los topónimos vivos que quedan, si bien otros lugares donde celebraban estas prácticas u otras han quedado en el olvido de la toponimia insular.

Todos los topónimos asociados a la voz santidad guardan estrecha relación con corralejos, corraletes o corrales de piedra seca donde los aborígenes realizaban determinados rituales que algunos historiadores vinculan a las sequías, por la necesidad del agua tanto para que creciera la hierba para el ganado, como para sus cultivos.

Y los topónimos asociados a la voz bailadero, en el que concurre la unánime tesis que es corrupción de la voz baladero, hace referencia a los lugares en que ponían a balar su ganado guanil para la ejecución de esos rituales antes dichos.

De la primera voz santidad el DRAE recoge dos acepciones 1. f. Cualidad de santo y 2. f. Tratamiento honorífico que se da al papa, de donde se sobreentiende daban a estos ritos el máximo honor, en la línea del tratamiento que ya en el siglo XV se le daba al Papa de la Iglesia Católica.

La voz baladero no está registrada en el DRAE  y ello pudo producir la corrupción del topónimo, para quedar en un término admitido por la RAE, que su segunda acepción define como Bailadero.- 2. m. Sitio destinado para los bailes públicos.

Tiene su origen etimológico en la voz recogida por el DRAE Balar.- Del lat. balāre. 1. intr. Dar balidos, a la que se le añadió el sufijo “_ero” siguiendo la norma de la acepción tercera: Significa lugar donde abunda o se deposita algo, en nuestro caso, lugar donde se hace balar. Hemos de recordar el costumbrismo del léxico canario de añadir el sufijo ‘_ero’ a algunos árboles frutales no así registrados por el DRAE, como castañero, manzanero, naranjero y otros más.

Llanos de la Santidad - San Baertolomé de Tirajana (Patrinet)
Si bien de la voz santidad ya se ha dicho de su relación con los rituales por sequías, no deja de sorprendernos otra referencia histórica sobre su significado, si bien no son contrarias a su relación con los corrales. En el documento 1.165 de 29 de enero de 1527, dice Enríque Yánez que los supuestos mojones del Señorío de Agüimes que alegaba el obispo para señalar la divisoria de su jurisdicción eran

« … una santidad donde los canarios se acogían en tiempo de guerra, como los había en muchos lugares de la isla y dado que dicho lugar era una aldea de la ciudad de Telde, donde residía el rey de la isla» (AZNAR, 1981, p. 237).

Es necesario añadir además, que está documentado que Enrique Yánez tuvo repartimientos de tierras en Arucas, próximas al  lugar de Santidad, como lo manifestó su yerno Juan de la Rosa el 11 de febrero de 1517, y de donde puede sostenerse que conocía perfectamente lo que manifestaba en su alegato:.

«...me agan merçed de un pedaço de tierras de granadillar que es en unas laderas que estan frontero de la Santidad que dizen en los lomos de Arucas por donde salen a la montaña de mi suegro Enrrique Yanez e de Lazaro Martin» (RONQUILLO y AZNAR, 1998, p. 465).

En los tres lugares localizados con el topónimo de santidad, hay vestigios físicos o toponímicos de la existencia de corrales, entendidos por los aborígenes como grandes goros o gambuesas donde recogían su ganado que llamaban guanil, voz que se trasladó a las propias Ordenanzas del Consejo para su protección y evitar conflictos con los naturales de la isla:

«Otrosy que ninguna persona sea osado de matar ganado cabruno salvaje ni otro alguno que sea guanyl porque la renta del dicho ganado cabruno guanyl e salvaje es para los propios de esta ysla so pena que el que matare algund  ganado cabruno salvaje pague el valor del ganado al arrendador de la cibdad e aya de pena doze maravedís por cada cabeca » (MORALES, 1974, p. 132).

De lo dicho se desprende que los aborígenes utilizaban estos lugares para hacer rogativas a su divinidad en momentos críticos, bien lo fueran por sequías prolongadas o antes del enfrentamiento colectivo en combate, y tenemos documentada la descripción del ritual que practicaban:

«Mas cuando los temporales no acudían y por falta de agua no había yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos lugares que para esto estaban dedicados, que llamaban el baladero de las ovejas, e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas y hacían estar las madres al derredor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y les proveía de temporales» (ESPINOSA, 1952, p. 34).

También tenemos documentada tal costumbre extendida por el resto de las islas:

« … el rito de las “‘rogativas” por las calamidades (especialmente falta de lluvia o de pastos) es una ceremonia documentada en otras islas, así como el hecho de encerrar los ganados, las hembras separadas de sus crías, en los  “baladeros” (,o “bailaderos”), con el fin de ablandar, con sus balidos, a la divinidad… (MARTÍN, 1984, p. 510).

Era un ritual distinto al que correspondía a la ofrenda que hacían a su divinidad como muestra de agradecimiento, que se supone llevaban a cabo en unas estructuras normalmente excavadas en la roca con cazoletas y canalillos donde se cree vertían leche u otros líquidos, en su conjunto conocidos como almogarén, como lo son los más representativos de Pilas de los Canarios en San Bartolomé de Tirajana y Cuatro Puertas en Telde,

«Tenían casas donde se encomendaban al Dios que estaba en lo alto, que decían “Almogaren”, que es «casa santa»; las cuales rociaban todos los días con leche, y para ello tenían muchas cabras diputadas, y no les quitaban los garañones en todo el año, porque no les faltase la leche. Decían que en lo alto haba una osa que gobernaba las cosas de la tierra, que llamaban “Acoran”, que es Dios» (ABREU, 1977, p. 156).

Localizaciones:
Arucas: Santidad, Santidad Alta y Santidad Baja (TPD)
San Bartolomé de Tirajana: Corrales de la Santidad y Llanos de la Santidad {(TPD), separados 1 km. en dirección norte-sur}
Telde: Montaña de la Santidad {al naciente de la Hoya de Los Corrales}

San Bartolomé de Tirajana: Los Bailaderos { tres topónimos, uno al naciente de la Presa de Chira y a 3 km. al nordeste de Corrales de Santidad; otro más al naciente, a 1 km. del anterior y a 4km. de los Corrales; y el último, a 0,5 km. del anterior, los dos últimos en el Pinar de Tirajana}.
Telde: El Bailadero {junto a Caserones y Cendro, dentro del conjunto histórico urbano protegido (BIC), a 6 km. de la Montaña de la Santidad en dirección nordeste}.

En relación con la corrupción de la voz bailadero, tenemos la cita que se hace por otra fuente investigadora de la filología hispánica, con la nota al pie que añadimos al final de su reproducción entre corchetes:

«José María Zuaznávar y Francia en su 'Diario de mis ocupaciones durante mi mansión en Telde a fines del año 1805 y principios de 1806' consigna en el apartado relativo al 26 de octubre un esclarecedor e interesante comentario relativo a la evolución de baladero a bailadero:

También vi este día una hacienda de don Agustín La Roche, vecino del Real de Las Palmas, situada a la entrada del pueblo en la orilla del Barranco; hoy la llaman el Bailadero; pero Cristina Báñez, muger de Alonso Matos, cuya era el año 1570, le da el nombre de Baladero en su testamento otorgado aquel año ante Juan de la Vega, sin duda porque, según tradición que hay en el pueblo de “Telde", confirmada por Núñez de la Peña, cuando los "Canarios" imploraban la misericordia de Dios encerrando su ganado lanar en una gran plaza tosca que hay en dicha hacienda junto al barranco, donde se veían perseguidos de la hambre, de la peste o de otra cosa semejante, privándolo de pasto y comida por unos quantos días, le obligaban a "balar", lo cual consideraban como un medio de implorar la misericordia divina» [Cf. AGUSTÍN MILLARES CARLO y MANUEL HERNÁNDEZ SUÁREZ: Biobibliografía de escritores canarios (siglos XVL XVII y XVIII), El Museo Canario, Las Palmas de Gran Canaria, 1975.] (DÍAZ, 1990, p. 591).

Hemos de incluir también el topónimo de Roques de Valido, Valsequillo,  situados en la divisoria con Santa Brígida y Telde, y entre el Gamonal  y la montaña de El Helechal, donde se sostiene hubo un almogarén, lugar del que se tienen registros parroquiales del siglo XVI, con grandes probabilidades de ser una leve pero importante corrupción desde el primigenio Roques del Balido.


OTROS TOPÓNIMOS RECURRENTES PERDIDOS EN LOS SIGLOS
Después de esta larga exposición sobre el origen de buena parte de la toponimia recurrente de Gran Canaria, en la que hemos tomado como base del estudio el inventario del IDE, y aquellos de los que tenemos información de cartas arqueológicas o protocolos notariales, quedando muchos perdidos en los viejos legajos, aportando los fundamentos documentales de las reglas no escritas que de alguna forma se siguieron, como recurso fácil para identificar un lugar desde la visión metafórica que los arribados percibieron de la cultura aborigen, no debiera extrañar que otros muchos topónimos recurrentes hayan desaparecido, en gran medida por el propio mestizaje que se dio entre las culturas que se encontraron en los primeros años de la conquista, y también por su multiplicación por la llegada de otras culturas que a lo largo de las siguientes contribuyeron a un mayor mestizaje.

De alguna forma los primeros topónimos dados en lengua castellana, en la medida que ‘el tiempo de los conquistadores’ se confundía en la antigüedad con el ‘tiempo de los canarios’, evolucionaron por su obligada actualización. Al hilo de la mención en el apartado anterior de los corrales, baste el ejemplo el antiguo topónimo de corralejo, que siguiendo nuestra regla surgió de la contracción de un ‘un corral viejo del tiempo de los canarios’.

Los Corrales de Riquianez - Arucas (A. Medina)
Lo encontramos documentado en el repartimiento solicitado por el escribano mayor del Cabildo, Juan de Ariniz (sic), hijo del también escribano del Cabildo Juan de Ariñez, cuando el 7 de septiembre de 1551 decía

«… le hagan merçed de le dar las demasias de las tierras que se dieron a Françisco de Aguiniga que son entre el barranco Seco y el barranco de Gonçalo que va a dar al camino de Telde al Corralejo que dizen en que podrá aver dos suertes poco mas o menos …» (RONQUILLO y AZNAR, 1998, p. 524).

El topónimo se actualizó y ahora se conoce como Divisoria del Corral, en el extrarradio de la capital insular. Del antiguo ‘corralejo’ no queda vivo en esta isla ninguno, pero sí conocemos ahora su evolución dos o tres siglos después para quedar en ‘corralete’, de los tiempos en que surgió igualmente ‘castillete’. Y así lo encontramos por toda la isla

Localizaciones:
Agaete: Los Corraletes y Barranco de los Corraletes
Aldea de San Nicolás: Los Corraletes
Arucas: Los Corrales (Santidad-M. Riquiánez) (TPL)
Gáldar: Corralete
Moya: Corralete
San Bartolomé de Tirajana: Corraletes y Barranquillo de los Corraletes
Tejeda: Corraletes
Telde: Los Corraletes
Valleseco: Corralete
Vega de San Mateo: Los Corraletes y Barranco de los Corraletes

En muchos topónimos se opera la corrupción de la voz, con el paso de los años y siglos, mientras en otros se produce la actualización del léxico. Otros muchos, simplemente se han actualizado a la voz Corral o Corrales. Y ello tienes sus semánticas, porque no es igual su significado para unos y para otros.

La primera acepción que recoge el DRAE de la voz principal que comentamos es «corral.- 1. m. En las casas o en el campo, sitio cerrado y descubierto que sirve habitualmente para guardar animales».
Muy distinto de lo que recoge el DBC «Corral.- m. Sitio cercado para recoger el ganado cabrío y lanar. ‘De noche encerrábamos las cabras en el corral, para protegerlas de los perros salvajes’».

Es precisamente la semántica del léxico la que además de estudiar el significado de las palabras, estudia también las relaciones de sentido que se establecen entre ellas, y en las islas, siempre tendremos nuestra particular percepción precisamente producto de la riqueza que nos ha trasladado el gran mestizaje de culturas. Y ello tiene un exponente claro en la toponimia que es producto de la memoria colectiva.

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Abreviaturas utilizadas:

ACL        Academia Canaria de la Lengua.
BIC         Bien de Interés Cultural.
DBC       Diccionario Básico de Canarismos de la ACL.
DHLE     Diccionario Histórico de la Lengua Española.
DRAE     Diccionario de la Real Academia Española.
IDE         Infraestructura de Datos Espaciales de Gran Canaria.
RAE       Real Academia Española.
TPD        Topónimo/s dimanante/s que tienen su origen en el principal por proximidad.
TPL        Topónimo local, no inventariado por el IDE, por información municipal o protocolos notariales.

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