viernes, 31 de agosto de 2012

SECUESTRO, EL (TEROR)

Topónimo con el que conoce el lugar junto a la denominada Avenida del Cabildo (GC-432), que une la carretera de Arucas a Teror (GC-043) con la de Teror a Valleseco (GC-021), y que circunvala el casco urbano de Teror, entre El Rincón Alto y Los Llanos.
Casa de Lolita Navarro (Fedac)
Las primeras noticias de este lugar se remontan al siglo XVII, cuando con motivo de las leyes de desamortización, los bienes vinculados del Mayorazgo de Matos, que fundara en 1680 el Regidor y Capitán Juan de Matos fueron vendidos por su octavo poseedor el Caballero Maestrante de la Real de Sevilla Pedro Matos Matos, quien el 15 de enero de 1874, vende a Francisco Bethencourt López, comerciante de Teror, la finca de tres fanegas compuesta por «Tierras labradías y “arrifes” denominadas Anden Cumplido y Cercado del Secuestro, perteneciente al Cortijo de Las Casas Viejas de Teror» por la cantidad de 32 701 reales de vellón.

En otras referencias documentales en la descripción de otras fincas, el propio titular, cuando menciona este cortijo, lo llama indistintamente «Cortijo de Casas Viejas o Cuesta de La Laguna», dejando más clara la ubicación de la propiedad, que tiene un total aproximado de noventa y una fanegas, y ocupa desde La Laguna de Valleseco hasta Los Llanos, El Secuestro y el Rincón de Teror.

Según la fuente consultada  el acaparamiento de tierras en el Teror cerealero por parte del Mayorazgo de Matos era para el cultivo de trigo, como puede desprenderse de una agregación de 1730 cuando se vinculó un cortijo situado en Teror «… por la facilidad de transportar el trigo que producen de Teror a la Bega, en donde se necesita para el cultibo de la viña grande…» (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987)
Era (Patrinet)
La actividad prestamista de Juan de Matos en el siglo XVI alcanzaba a toda la isla, al existir relación entre la vecindad de los censatarios con la situación de los bienes hipotecados, de cada cien censatarios, veintitres eran vecinos de Teror. La adquisición de tierras por el impago de censos era frecuente en el Mayorazgo de Matos, y posiblemente fue una estrategia seguida para adquirir tierras.

En la segunda mitad del siglo XIX, cuando se aprueban las leyes de desamortización y el poseedor del Mayorazgo ya no vivía en Canarias, el valor alcanzado en millones de reales de vellón de tres importantes mayorazgos con sus agregaciones es el siguiente: Matos 4,51; Amoreto (Conde Vega Grande) 3,97; y Carvajal (Rocha) 1,2. Esta comparación ilustra el gran patrimonio que tenía el vínculo de Matos, de cuyo último poseedor era hijo el diputado Antonio Matos Moreno, tan bien contratista de la carretera de la Ciudad a Arucas a finales del siglo XIX, este último padre del político canario Leopoldo Matos (PÉREZ HIDALGO, H.: Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital, 2012).

El origen del topónimo guardar relación con el «secuestro de aguas del heredamiento». En los heredamientos de agua, cuando se tenía que hacer alguna obra extraordinaria importante, como no se tenían fondos para estas inversiones, uno de los sistemas previsto era el secuestro de aguas, consistente en la retención de azadas que se distribuían entre todos los herederos, descontadas proporcionalmente de las dulas de cada uno de ellos y luego sacadas a remate entre los propios herederos o terceros, para con el capital obtenido sufragar el coste de esa importante obra.
Acueducto (Fedac)
A título de ejemplo, podemos mencionar que cuando la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas acordó la compra del cortijo de Valsendero el 7 de marzo de 1869 y la construcción de la Presa del Pinto el 19 de agosto de 1883, tenía secuestradas ochenta y dos azadas de agua.

Además de la presencia de antiguos manantiales, de los que solo queda algún pozo en el barranquillo Basayeta entre El Rincón y este lugar, el heredamiento de la zona es el de Llanos, Madrecilla y las Rajas, más conocido por Heredamiento de Los Llanos, que tiene un «quebradero» para el desvío de la dirección del agua muy próximo al lugar, que por la adquisición o realización de algún bien, realizó en el siglo XVI algún secuestro de aguas que dió origen al topónimo. El Mayorazgo de Matos era propietario también de «Un día y medio de agua con toda la gruesa del Heredamiento de Los Llanos cada 30 días de dula».

En el Pregón de las Fiestas del Agua 2007 decía Carmina del Rosario Pérez que «… Cuando “los grandes del agua” escuchaban al mediodía en Teror las campanas de la Iglesia con un rito especial se concentraban en el lateral poniente de la Basílica porque sabían que la Heredad de los Llanos celebraba el remate, lo que consistía en subastar horas o días en la dula. Su finalidad era para cubrir gastos de pleitos, arreglos de acequias, pozos o por otros motivos diferentes…».
El recordado maestro fueguista (La Provincia)
Permanece en el recuerdo de Teror y de muchos puntos de la isla la trágica explosión e incendio del taller pirotécnico situado en el lugar. En el año 2011 fallecían allí uno de los más afamados maestros fueguista Pancho Dávila León y a su hijo Pablo, quienes recibirían a título póstumo la concesión de la Insignia de Oro de la Villa, por su meritoria labor en la creación e innovación de espectáculos pirotécnicos.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

jueves, 30 de agosto de 2012

SECO, BARRANCO (LAS PALMAS DE GC)

Topónimo con que el se conoce al barranco que es el primer tributario que recibe el barranco de Guiniguada a la altura del barrio de San Roque, cuyo cauce discurre entre el Lomo Blanco y el Lomo de Santa Domingo, y que a su vez recibe como tributario el barranco de La Laja

En cuanto al origen del topónimo, es una denominación al uso en la antigüedad de la que parece desprenderse llamaban así a aquellos cauce aparentemente secos, debido a que sólo discurre caudal cuando la lluvia cae en sus rampas, que no parecen tener mayores colectores que le aporten agua, más aún cuando nace en la Montaña de Tafira, proxima a El Fondillo.

El topónimo «... es voz que se contrapone a agua y suele estar próximo a otro lugar donde ésta existe. Lo más frecuente es que se trate de un barranco paralelo al que lleva el nombre de AGUA» (AFONSO PÉREZ, L.: Góngaro. Origen y rasgos de la toponimia canaria, Oviedo, 1997). 

El cauce bajo en 1890 (L. Ojeda Pérez - Fedac)
En este caso cocreto se contrapone por la comparación entre el barranco del Agua de Guiniguada, con su tributario el barranco Seco. Es así como en los documentos históricos se hace mención:

«Sepades que Joan De la Rosa personero dessa dha ysla, y en nombre del Concejo, vezºs y moradores della nos hizo relacion por su peticion diziendo q en el barranco del Agua principal, que viene a la ciudad dessa dha ysla estan todos los sitios de molinos donde la dha ciudad se prouee de moliendas » (CULLEN DEL CASTILLO, P.: Libro Rojo de Gran Canaria o Gran Libro de Provisiones o Reales Cédulas, Las Palmas de GC, 1947).

Ha hecho honor a su condición de Seco desde siempre, si bien contrasta con la amplia cuenca con grandes plantaciones en el pasado pues agua superficial nunca ha tenido, hasta el extremo de que hay asentamientos de población recientes en su lecho.

No obstante esta aparente sequedad actual de su superficie, dista de su subsuelo como lo advierten los abundantes sus palmerales, señal de que fue bastante húmedo. Siglos atrás, los acuíferos del subsuelo manaron por una mina del Heredamiento que aportaba aguas a muchos propietarios de las huertas de Triana y Vegueta.
El cauce bajo en 1900 (Da Luz Perestrello, J - Fedac)
Quedan aún los muros y bancales que separaban las fincas, así como las acequias y algún que otro pozo abandonado, señales de su antiguo aprovechamiento agrícola, que se inició el 10 de octubre de 1485, cuando el conquistador Bartolomé Trompeta resultó beneficiado en los repartimientos con tierras en este lugar.
Cauce medio en 1949 (F. Baena - Fedac)


Posiblemente su cauce alto según cuentan las crónicas fue el primer lugar donde se plantaron las viñas traídas de Madeira, cultivos que luego serían trasladados más arriba al Monte Lentiscal y Bandama conforme se iban roturando las tierras. Era el primer tránsito del cultivo de la caña de azúcar a los viñedos.
 
En la solicitud de tierras que hicieron al Cabildo General Tomás de Aríñez y Pedro de Mendoza el 16 de septiembre de 1549, ya decían que el padre de ambos, el escribano del Cabildo Juan de Ariñez recibió repartimientos en el lugar, así lo hicieron constar como recomendación, dándonos detalles de las tierras de cañaverales y de las aguas del lugar:

«... Thomas de Ariniz e Pedro de Mendoça  hijos de Juan de Ariniz escrivano mayor del cabildo que fue desta ysla difunto que dios aya nuestro señor padre, besan las manos de vuestra señoria e les suplicamos nos hagan merçed de unos pedaçuelos de tierra que son entre las que repartieron de Tafira y otras de cañaverales aque estan puestas en el barranco seco en unos lomillos y laderas que estan debaxo de las Tafira enfrente de las tierras del caldeador que posee el dotor de la Mata en que podra aver hasta veynte hanegdas poco mas o menos de tierra y en lindan con las dichas tierras de Tafira que se rrepartieron y en la parte de abaxo con tierras çercadas de cañaverales del dicho Juan de Ariniz nuestro padre y por el un lado tierras del caldeador que son del dotor de la Mata y de la banda de arriba con el camyno que va de Tafira a la fuente del caldeador las quales dichas tierras no an sydo dadas ni aprobechadas de vyñas con el agua que pretendemos aver y nos pertenezçera de las canales que fue de nuestro padre ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
Horno de ladrillos (Fedac)
Años después, otros propietarios tuvieron aquí sus cultivos, como la viuda de Gaspar Tirior y mujer en segundas nupcias del regidor Capitán Felipe Sopranos, Úrsula Míreles,  quien en su testamento de 15 de octubre de 1676 decía tener doscientas sesenta y nueve fanegas en una «Hacienda de tierra labradía con un estanque en Barranco Seco, cinco días de agua del Heredamiento de Tafira, una casa de alto y bajo y cinco casas para habitación de los medianeros».
Cauce alto hoy (Google earth)
Otros propietarios privilegiados con tierras en el lugar son la mujer del Licenciado y Abogado de los Reales Consejos Alonso Sotelo Calderón, Catalina Quintana Bethencourt, en su testamento de 31 de octubre de 1684 decía tener sesenta fanegas de «Tierras en Barranco Seco».

El Deán y Canónigo de la Catedral, Juez apostólico del Tribunal de la Santa Cruzada e Inquisidor Ordinario, Diego Botello Vázquez,  quien en su testamento de 17 de febrero de 1700 decía tener trece fanegas de un «Cercado en Barranco Seco con un día y medio de agua del Heredamiento de Tafira»; y el Receptor jubilado del Santo Oficio de la Inquisición, Juan Naranjo Quintana, quien el 11 de mayo de 1759 decía ser poseedor de dieciocho fanegas de «Tierras en Barranco Seco».

Siglos atrás existieron otros topónimos iguales, como en Telde del que solo nos queda la referencia topónimica de la Hoya del Barranco Seco, junto a El Palmital Bajo, que tributaba sus escasas aguas al barranco de San Roque a su paso por La Lombarda junto al Lomo de Caserones, antes de incorporarse este último al barranco Real de Telde.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)



miércoles, 29 de agosto de 2012

SECADERO, EL (LAS PALMAS DE GC)

Topónimo con el que se conoce un pequeño núcleo de población situado en la antigua carretera de Las Palmas a Tafira (GC-110), junto a la antigua fábrica de tabacos La Favorita que sustituyó a un viejo edificio, en la actualidad Archivos y Almacenes del municipio.

Al igual que el núcleo vecino de La Matula, el topónimo tiene su origen en el léxico tabaquero y se refiere al lugar donde se ponían a «secar al sol» las hojas del tabaco antes de iniciar su proceso de elaboración, que podía ser tanto en una construcción rectangular con talleres de fermentación, como en un terreno preparado al efecto.
El Secadero y La Matula, topónimos con orígenes compartidos (Samuel Mederos fotografiagc7-blogspot)
Después de la recogida de las hojas del tabaco, para su secado son colgadas en una vara larga y flexible, colocada horizontalmente sobre otras dos verticales. Son los conocidos secaderos de tabaco, muy comunes desde finales del siglo XIX y principios del XX.

Tras la aparición de la ley de Puertos Francos de 1852, con la segunda crisis del negocio de la caña de azúcar, se buscaron alternativas de sustitución de los cañaverales por el cultivo del tabaco, bastante incipiente, que se inició en la zona de las Tirajanas.
Alternando tabaco y millo en Santa Lucía (1960 - Fedac)
Antes habría que resolver la comercialización de la «hoja», pues no existía industria de elaboración en Canarias suficiente para tratar toda la producción. La presión de la clase política canaria en Madrid no fue suficiente y la introducción del tabaco canario en el mercado peninsular se produjo tarde y con dificultades.

«... de la opción agroindustrial a la formación de la industria tabaquera, que hubo que esperar hasta 1875, es decir veintitrés años después del Real Decreto de 1852, para que los cosecheros canarios lograran presentar con visos de seriedad el tabaco de la tierra, aunque fuera a manera de ensayo, en la Fábrica de Madrid» (DE LUXÁN MELÉNDEZ, S.: "Canarias y el monopolio español de tabacos 1875-1936: de la opción agroindustrial a la formación de la industria tabaquera",  Revista Vegueta, ULPGC, nº 7, 2003).
Secadero de tabaco en Santa Lucía (1926 Teodoro Maisch - Fedac)
Se insistió ante el gobierno central en que la mejor forma de protección y estímulo de la agricultura canaria, que afrontaba la segunda crisis de los mercados azucareros a nivel mundial y la caída del mercado de la "cochinilla", era obligar la compra del tabaco canario por parte del monopolio peninsular.

La llegada al mercado peninsular chocaba con la competencia del tabaco cubano que gozaba de una situación de privilegio. Algunos sostenían, a nivel local, que el cultivo del tabaco debía realizarse, en cualquier caso, aunque no se obtuviesen los mismos beneficios que con la cochinilla, porque se fomentaría la industria local.

En el momento en que el gobierno central decidió la compra, las existencias en los depósitos de la sociedad «El Porvenir Agrícola» eran de trescientos quintales, «cosechados en Guía, Arucas, Telde, las Vegas, los pagos de Tamaraceite, y la Angostura». Al año siguiente, desde Canarias se intentó enviar una nueva remesa de tabaco con el fin de completar los cincuenta mil kilogramos de la petición anterior.
La vieja fábrica de tabacos (1905 Da Luz Perestrello - Fedac)
La sociedad «El Porvenir Agrícola», presidida por Juan de León y Castillo uno de los cultivadores más activos de Gran Canaria y hermano del político Fernando de León y Castillo, remitió muestras a la Exposición Internacional de Filadelfia que fueron premiadas, avales con los que intentaba acreditar la calidad de la hoja canaria.

Al final, el gobierno central fijó la cantidad máxima a adquirir en doscientos mil kilogramos, en tres años y para toda Canarias, compra que bastó para que los agricultores ensanchasen el cultivo con notable brío y empeño, dando vida a un producto que amenazaba con desaparecer.

Durante algunos años se exportaba tabaco en rama a Inglaterra, Alemania y a la costa africana. Todas las partes coincidían en que el auge del cultivo y de la elaboración de cigarros debería pasar por la instalación de una fábrica nacional en el Archipiélago y por la compra de la producción canaria por parte del Monopolio.

Pero en 1885 no hubo compras de tabaco en rama, se rompió el compromiso por parte del gobierno y surgen los problemas de los cosecheros y del sector intermedio del secado que sufrió un duro golpe.
Elaborando tabacos puros (1900 Da Luz Perestrello - Fedac)
El cultivo se reduce a la mínima expresión en las Tirajanas. Coincide esta época con una etapa de venta significativa de cigarros canarios en el mercado peninsular. El desarrollo de la elaboración de tabaco surgirá de manera natural con su cultivo, de tal modo que entre los primeros fabricantes de cigarros no será extraño observar la presencia de cosecheros. Con el tiempo, ambos sectores se irán diferenciando y llegan a tener intereses contrapuestos.

Después de un período de quince años sin ventas oficiales que coincidió con la pérdida de Cuba y Puerto Rico por España, tiempo en que el Estado cambió su monopolio tabaquero, en la década de los veinte del siglo XX estas se reanudaron al alcanzarse un nuevo acuerdo para la compra del tabaco en rama por parte del Monopolio, en el que se incluía la condición que se imponía a los fabricantes canarios de utilizar en sus ligas, el veinte por ciento de materia prima cosechada en las islas.
La nueva fábrica de La Favorita (1960 Hdez. Gil, j - Fedac)
En 1935 se denuncia el incumplimiento de la obligación por parte del Monopolio de adquirir cien mil kilogramos de tabaco y el incumplimiento de la obligación de los industriales canarios de incluir en sus ligas tabaco producido en Canarias, argumentándose por estos la inexistencia de normas para su ejecución, pese a estar regulada por ley.

Los modestos derechos que protegían la agro-industria canaria frente a la entrada de las labores y hoja americana, cubana y europea dificultaban en grado extremo el desenvolvimiento de este sector, que además no contaba con la seguridad del mercado del Monopolio, frente al poder de las multinacionales que terminaron por rematar una alternativa agrícola.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)