viernes, 11 de mayo de 2012

CORTIJO, EL (TELDE)

Este topónimo corresponde al lugar donde se ha construido un campo de golf y se ha rehabilitado la antigua casona para destinarla a hotel rural que se denominan de igual forma. Esta finca que en las últimas décadas del siglo XVII era propiedad de la Orden de los Jesuitas, fue anteriormente conocida como Cortijo de Jinámar, pasando a conocerse después con el nombre de Cortijo de San Ignacio; ocupa una franja de territorio situada entre la carretera de Telde a Jinámar (GC-100) al poniente y la Autopista del Sur (GC-001) al naciente, limitada al Norte por el barranco de la Condesa y al Sur por el barranco Real de Telde.

Panorámica del Telde en 1893, El Cortijo en primer plano (Carl Norman - Fedac)
 La presencia de los religiosos jesuitas en las islas se inició con la fundación de colegios de primeras letras, donde impartían la enseñanza gratuita y los niños eran admitidos sin discriminación de ningún tipo, respecto de su condición social u origen. 

El Cortijo en sí no era una buena zona de cultivo, pero con el trabajo, tenacidad e inteligencia que los jesuitas imprimían en todas su obras, desarrollaron con ingenio y racionalidad una obra de ingeniería hidráulica, poniendo en cultivo las tierras de La Majadilla y en el valle de Jinámar, lo que les permitiría obtener rendimientos para sufragar el mantenimiento de sus escuelas. En el interior de esta finca construyen una casa con una capilla, donde impartían el oficio religioso y la docencia a los residentes del lugar.

Patio de entrada de la casona (HR El Cortijo)
Esta orden religiosa era ideológicamente más renovadora que las demás existentes, por lo que también trajo consigo nuevas formas arquitectónicas e ingenieros militares propios, que levantaron la pequeña iglesia de San Francisco de Borja en la Ciudad.

Capilla de El Cortijo (HR El Cortijo)
El modelo de esta iglesia se basaba en su templo romano de Il Gesú, de planta de cruz latina de una sola nave, cubierta de bóveda de cañón en el interior, cúpula en el crucero y fachada de base clásica. La iglesia jesuita de Gran Canaria plasmó este inusual modelo en un edificio planificado por P. Vicentelo, que comenzó su construcción en 1722. La dirección y supervisión de la obra se deben, no obstante, al ingeniero Francisco de la Pierre.

Con la expulsión de la orden por Carlos III, por Real Cédula de 2 de abril de 1767, todas sus propiedades fueron confiscadas y subastadas, y adquirió la propiedad Cristóbal del Castillo Ruiz de Vergara y Manrique de Lara. Tras su adquisición la casa, ahora destinada a hotel rural, resulta de la reconstrucción realizada sobre la de los jesuitas, y es representativa de la arquitectura tradicional solariega en la isla, conservando el mobiliario, capilla y otro ajuar doméstico de las grandes viviendas isleñas del siglo XVIII. Destacan entre sus elementos, además de la pequeña y bella capilla, la balconada de madera, los techos abuhardillados en madera de tea y las galerías con grandes ventanales que dan acceso a las distintas estancias de la misma.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

CORTIJO, EL (FIRGAS)

Lugar situado en la carretera de Arucas a Moya, entre Cambalud y Buenlugar, donde en el siglo XX se ha realizado un asentamiento poblacional como prolongación del barrio de Rosales. Recibe este nombre por la proximidad de un antiguo Cortijo que dominaba toda la zona.

Verja y casa (Fedac)
El Cortijo era propiedad en el siglo XIX del matrimonio formado por Pedro Quevedo Espino y Rafaela Ferrera González, abuelos maternos del escritor y cronista oficial de Arucas Teodoro Rosales Quevedo (1889-1966).

Alpendre (Fedac)
Fue el primer profesor de Geografía de la Escuela de Comercio de Las Palmas, así como Secretario de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas de 1930 a 1945, autor de una de las bibliografías consultadas sobre la propia Heredad, de Historia de Arucas en verso visviquino, texto con cierto sentido crítico y picaresco.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)


CORREA, LOMITOS DE (VALSEQUILLO)

Topónimo que se encuentra al pie del interfluvio que separa el barranco de San Roque de Los Llanos de Valsequillo, en su contacto con esta última zona, lugar donde se sitúa la entidad de población más populosa de dicho sector, la aldea de Lomitos de Correa. Según algunas fuentes el topónimo tiene su origen en el antiguo propietario de las tierras Luis Correa, oriundo de Salcedo en Pontevedra.

Cuevas de San Pedro (Fedac)
El arco cóncavo que describe el hábitat de este caserío refleja el máximo aprovechamiento al pie del monte y el respeto por la vega de cultivo. Su mayor desarrollo tuvo lugar entre los años 1960 y 1981, tal y como refleja la tipología constructiva de las viviendas.

Prácticamente en los Lomitos de Correa se encuentra la montaña denominada la Abejera Alta, frecuente lugar de anidamiento de los escasos ejemplares del aguililla o ratonero común (Buteo buteo insularum) en los solapones y oquedades de las grandes rocas prácticamente inaccesibles.

Ratonero común (R. Ecca)
El ratonero común es una rapaz de amplia distribución paleártica que también habita en todos los archipiélagos macaronésicos, pero está ausente en el norte de África, donde es sustituida por el Buteo rufinus. En Canarias sí está presente esta subespecie que antiguamente ocupaba todas las islas.  En las islas centrales y occidentales, es una de las rapaces más comunes y mejor distribuidas.

Ocupa una gran diversidad de hábitats, desde zonas costeras hasta de alta montaña, y especialmente bordes inferiores de zonas boscosas de pinar y laurisilva, pero también barrancos, riscos de interior e incluso acantilados marinos.

Tiene una longitud en torno al medio metro, de alas anchas y cola corta, ancha y redondeada. Dorso de color castaño; pecho y vientre de coloración muy variable, con estrías y bandas oscuras sobre fondo crema o blanco. Se alimenta de insectos, reptiles, pequeños mamíferos, como ratas y conejos, algunas aves y carroña.

Cazoletas de Correa (Patrinet)
En la cima del lomo se localiza un yacimiento arqueológico, probablemente vinculado a todo el conjunto próximo de El Helechal que se entiende puede ser un almogarén aborigen para el culto a sus divinidades.

Si bien no se ha podido confirmar si son naturales o labradas, la fichar arqueológica señala que se trata de seis cazoletas de tendencia rectangular y de tamaño irregular, con un ancho máximo de 47 centímetros y un mínimo de 14, con una profundidad máxima de 18. Se encuentran situada en la parte alta del lomo, cerca del borde de una plataforma, con una suave pendiente que permite desaguar hacia el borde de la misma. En el lugar se encuentra además una gran roca de 1 metro de ancho por 2 de alto, cuya ubicación no obedece a rodamiento alguno.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)



jueves, 10 de mayo de 2012

CORRALILLOS, LOS (AGÜIMES)

Actualización: 2012/11/19
Es un pequeño pago que recibió su nombre de los corrales existentes en el lugar para el pastoreo. Otras fuentes sostienen que es una corrupción de Cornadillos o Corradillos.

El topónimo «corralillos» ya es mencionado en fuentes documentales del s. XVIII, como el testamento de Juan González Estupiñán e Isabel de Ortega, realizado el 5 de septiembre de 1754, en el que incluyen «Tierras en los Corralillos».

Corral y casa del lugar (Fedac)
Para entender cómo y cuando pudo nacer probablemente el topónimo hemos de retroceder hasta el siglo XVI, cuando Juan Älemán y Sebastián Aday solicitan el 24 de julio de 1554 una data al Cabildo General exponiendo:

«... Juan Aliman e Bastian de Aday besamos las manos de vuestra señoria e le suplicamos nos hagan merçed de çient fanegadas de tierras montuosas que nunca an sydo aprobechadas ni desmontadas que son en la comarca de Aguimes en los Pajonales que dizen que an por linderos el camino que va de Aguimes por Nuestra Señora de las Nieves de la dicha villa que va por Tirahana por la banda de abajo a dar al barranco que dizen de queva blanca y del barranco arriba a dar a la montaña Bermeja e por otro cabo por el lado el barranquillo del Sobradillo do esta el corral de las vacas e por la parte de arriba el llano çercado que dizen el Llano de Cristobal, las quales e pedimos por las aprovechar e desmontar...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Referencias de la data señaladas con puntos rojos
Aunque muchas antiguas referencias han desaparecido, la observación detenida de los topónimos que han llegado a nuestros días nos identifica claramente donde estaba el mencionado "corral de las vacas", pues además de quedar el diminutivo de "corralillos", tenemos la Hoya de las Vacas y el Barranco de las Vacas, la Montaña Bermeja, además de las referencias de la Cueva de la Punta cerca de las Cadenas Blancas y el Lomo del Toscón, claras alusiones al sustrato calizo del lugar, sin olvidar el camino real hacia las Tirajanas que pasa por las Temisas cercanas que pasa por las Cadenas de la Virgen.

Aunque las vacas puedan escasear, cabras y ovejas son llevadas ahora desde el lugar a Pajonales. Y entre los pastores que siguen con el oficio está Fermín Guedes, que tiene sus animales en Corralillos. En verano y en diciembre, época de vender los cabritos y los corderos, tiene el ganado junto a su casa, en donde comparten espacio cabras y ovejas.

Según cuenta el pastor, a principios de noviembre, sube las ovejas preñadas al cortijo de Pajonales donde, por las mañanas, tras dormir en una cueva, sale a pastorear llevando a los animales más hacia el interior, a las Mesas de Morales. Después de Navidad, vuelve a subir a Pajonales hasta abril o mayo, donde cocina en un viejo horno junto a la cueva en la que duerme, a la espera de poder bajar a los invernaderos de tomateros de la costa en el verano.

Grabados del barranco de Las Chocillas (Patrinet)

Las costumbres pastoriles del lugar son anteriores a la Conquista castellana, y en todo su contorno hay vestigios que sustentan estas teoría. Además de la propia toponimia descriptiva que dice de los aprovechamientos, hay cuevas de habitación en el barranco de Las Pilas, en el de La Angostura, en el de Temisas y en la montaña de Piletas, así como grabados en el morro de Las Toscas, en el de Las Tablas, en el morrete de Las Chocillas y en el barranco del mismo nombre.



Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

CORONADERO, ALTO, ARCO Y MORRO DEL (SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA)

Actualización: 2013/03/05
Topónimo con el que se conoce un impresionante doble arco natural de piedra, el más grande de la isla, situado en el lomo homónimo junto al cauce del Barranco Hondo. Probablemente el topónimo tenga su origen en el llamado Alto del Coronadero, situado en la rampa Naciente del barrano, o en el llamado Morro del Coronadero en la rampa de Poniente, donde se encuentra el Arco,  que parece estar "coronando" el referido morro.


Arco (lospasosquedejamosatras-blogspot)















El acceso al mismo debe de hacerse por el cauce del barranco, a partir de cantera de áridos situada al sur de Juan Grande, al que se accede desde la carretera de Vecindario a Playa del Inglés (GC-500), antigua carretera del Sur.

Aunque la perspectiva es de difícil localización si no se conoce su ubicación, la contemplación del Arco desde el cauce del barranco nos aproxima a las formas espectaculares que la erosión produjo en el territorio, donde no es este el único capricho erosivo de la naturaleza. El agua y el viento dominante han conformado un paisaje singular, donde al penetrar el líquido elemento en las diaclasas o grietas de la piedra de uno de los suelos geológicos más antiguos de la isla debilita las partes más permeables que son vaciadas por la fuerza eólica, creando curiosas formas: agujas verticales, puentes horizontales como el Arco, y los "pilancones" en el cauce donde, en épocas de lluvias, las aguas cristalinas son retenidas para crear el espejismo de una profunda sima al reflejarse en ella los impresionantes tajos del barranco.



Vista ascendente (lospasosquedejamosatras-blogspot)
Quizás fuera esta contemplación la que inspiró a los aborígenes canarios que en lo alto crearon un singular yacimiento arqueológico formado por 36 torretas de forma cilíndrica, construidas por apilamientos de lajas, que son rematadas con piedras hincadas cada una orientadas en diferentes direcciones.


Torretas (Patrinet)

Muchas son las teorías en cuanto a la finalidad de estas torretas que se relacionan con ritos mágicos o religiosos de los aborígenes que tenían su poblamiento principal en el Arteara de la cabecera del Macizo de Amurga, que se vincula también a la cultura que de los astros tenían.                                              




Localización (Espacios Narurales de Gran Canaria)
 

CORCHO, CUEVA (VALLESECO)

Su nombre no parece obedecer a la presencia histórica en el lugar de alcornoques o de explotaciones para el aprovechamiento de su corteza, llamada corcho, pues no es el hábitat de esta especie, y los ejemplares que existen han sido importados. Ya Viera y Clavijo resalta indirectamente su escasez cuando dice «… Existen algunos pies de este apreciable vegetal en una hacienda del distrito de la Vega, pago de San José en Canaria...», circunscribiéndolo a una sola finca en esta isla, después de haberla recorrido totalmente.

Vista de cuevas en Cueva Corcho (Google Earth)
Parece más probable que deba su nombre a que antiguamente la denominación «Cueva de los Corchos» hacía referencia a la existencia de colmenas de abejas para la obtención de miel y cera, pues es conocido que «corcho» es la segunda voz por extensión y frecuencia para designar la colmena, las cuales se fabricaban ahuecando troncos de palmeras. Todavía hoy es utilizada esta voz en las islas de Tenerife y El Hierro, siendo esta última donde más se conservan las expresiones lingüísticas de siglos pasados, como es sabido.


Colmena silvestre o avejera (juansanzsanz-temisto-blogspot)
También es destacable el aprovechamiento de las colmenas para la elaboración de cera para velas de alumbrar, actividad que se desarrolló prolíficamente en los siglos XVI y XVII en Canarias, donde el Cabildo autorizaba a solicitantes particulares el «asiento de colmenas o abejeras» en los suelos públicos.

Las Ordenanzas del Concejo de 1531, por lo preciadas que eran, ya regulaba su venta en el título «… de miel, cera y sebo» estableciendo «Otrosy que la dicha miel se venda por las medidas desta ciudad e la cera se pese por las pesas desta ciudad que sean buenas medidas e pesas afinadas por el almotacén e que de otra manera no se puedan vender so pena de perdido e lo mismo se faga en el sebo labrado».


Antiguas colmenas de corcho (etnografia-iberica-blogspot)
La voz «corcho» para designar la «colmena» la recoge el diccionario académico, que con esta acepción la registraba en la segunda edición de 1780, corcho: ‘Lo mismo que colmena’. En la última edición se le da el significado ‘colmena’ con dos acepciones: una es «habitación natural de las abejas», y otra «recipiente para habitáculo de las abejas»

Desde tiempos remotos las mejores colmenas se han elaborado con el corcho de los alcornoques. Ya Virgilio hace mención de ello cuando aconsejaba el uso de esta corteza para fabricar las colmenas «…seu corticubus tibi sita cavatis...».

Acueducto (Fedac)
Fray José de Sosa (1678), en su Topografía de la isla Afortunada Gran Canaria, cabeza del partido de toda la provincia comprensiva de las siete islas llamadas vulgarmente Afortunadas dice «… Tenían abundancia de miel de abejas silvestres, que en los riscos más eminentes y peligrosos melifican, y en los árboles más subidos dulcísima se criaba, y hasta hoy se cría en mucha cantidad...».

La apicultura en Canarias fue desde tiempos remotos una actividad tradicional con arraigo familiar, y es habitual ver en los campos las colmenas o los corchos situados en riscos, solapones y entradas de cuevas bastante inaccesibles. La mención de este topónimo es muy antigua, como se puede apreciar.



Bebedero para el ganado (Fedac)
Caideros de Cueva Corcho en el barranco del Andén
(El Coleccionistas de Instantes)
El topónimo ya aparece en los repartimientos del siglo XVI, utilizando expresiones que despejan dudas sobre el origen del topónimo, más aún al tratarse de privilegiados que se les suponía bien informados. Es el caso de la petición de tierras que realiza el regidor Zoilo Ramírez al Consejo General el 22 de marzo de 1544, donde dice:

«... sesenta fanegadas de tierras poco mas o menos que son a la madre del agua de Terore que lyndan de la una parte con tierras de Diego Yanez e de la otra parte el açequia del Valle Seco que va a la cueba de los Corchos el barranco arriba lyndando con el lomo e barranco de la Palma e cueva de los Corchos que son syn perjuizio de terçero e en ello reçibire merçed e no tienen otro monte salvo granadillar ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Siglos después, en una venta de una propiedad eclesiástica procedente de una capellanía, el convento de la Concepción o San Bernardo vende la mitad de un cortijo denominado Crespo o Cueva Corcho en el pago de Valleseco, jurisdicción de Teror, que había pertenecido a Bartolomé Suárez, y cuya otra mitad, de doscientas cincuenta fanegas, había sido adquirida por el capitán Lorenzo Manrique Trujillo.


Alpendres (Fedac)
El medio cortijo se adjudicó a dicho convento por ejecución seguida «… contra los bienes de Bartolomé Suárez, vesino de Teror en Cueba de Corchos, por los réditos de quatro tributos...» y el 27 de octubre de 1701, el convento lo vende al capitán Manrique, propietario de la otra mitad, porque «… dicho medio cortijo de tierras no es de utilidad quedarse el monasterio con el, respecto que su terrasgo no es de pan sembrar y solo sirbe para vuelta de ganado...» sin llegar a rentar lo suficiente para pagar los réditos de los censos que tenía impuestos.


Cantonera (Fedac)
Igualmente, el Patronato fundado por el coronel Francisco Manrique Amoreto el 31 de marzo de 1748, cuyos poseedores eran Agustín del Castillo Bethencourt y su sucesor, Fernando del Castillo Westerling, declaraba, en su división por la Ley de Desvinculación el 23 de junio de 1876, la propiedad de un cortijo de tierras labradías de doscientas veinticuatro fanegas y «arrifes», y parte de monte arbolado y pastos de ganado, en el lugar denominado «Cueva de Corchos», con varias cuevas para vivienda de los colonos y doscientas cabezas de ganado lanar, finca que había aportado su fundador.


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

miércoles, 9 de mayo de 2012

CONFITAL, PLAYA DEL (LAS PALMAS DE GRAN CANARIA)

Se encuentra situada al Suroeste de la península de La Isleta y es una prolongación natural de la playa de Las Canteras formada por pequeños caletones entre los tableros de confites con una capa de arena gruesa al final de los mismos, ocasionalmente utilizada para el baño, que abarca aproximadamente dos kilómetros, aunque la franja litoral es mucho mayor.

Parte del suelo es de dominio público, concretamente propiedad municipal, y otra menos conocida dentro de los límites de la zona militar, propiedad del Patrimonio del Estado, adscrita al Ministerio de Defensa.

Detalle de las piedras (meloki-blogspot)
El «Confital» hace referencia a la acumulación de tableros de rocas con aspecto de confite, por tener incrustadas o fosilizadas algas calcáreas costeras, normalmente de pequeño tamaño. Algunos autores dicen que el confital da nombre a las zonas de las riberas isleñas que, en lugar de arena o cantos rodados, están cubiertas de cierta piedrecilla menuda en forma de confite, de color blanquecino con leves visajes dorados. Tiene también alguna semejanza con ciertos pequeños caracoles. Según el DRAE, «Confite es pasta hecha de azúcar y algún otro ingrediente, ordinariamente en forma de bolillas de varios tamaños».

Detalle de la cartografía de Torriani de 1590
Este topónimo no puede considerarse contemporáneo, pues ya figuraba en mapas del siglo  XVI. Figura, entre otros, en la carta de Leonardo Torriani de 1590, en la Carta Topográfica de 1829 del botánico inglés Phillip Barker Webb (1793-1854) y del botánico francés Sabin Berthelot (1794-1880), publicada en París en 1838.

Pudiera entenderse también de dudosa credibilidad por estimarse que es un término afrancesado, lo cual está muy lejos de la realidad de la época. Así lo ilustran las propias Ordenanzas del Concejo de 1531, cuando se regula la actividad «de los confiteros y confituras», al preocuparse por la calidad de la materia prima diciendo «Otrosí que todos los confites e confituras que hizieren sean de buen acúcar e rrefinado syn ninguna ley ni mestura de espumas so la dicha pena».
Molino de la salinas en 1905 (Fedac)

A finales del siglo XVIII, se solicita una data por Cristóbal Vicente Mújica para establecer en la misma Isleta unas salinas y factoría con destino a la pesca de la ballena.

La opinión de la Sociedad Económica de Amigos del País sobre la salina era que la experiencia había demostrado que no se podía obtener sal en un lugar que «… recibe el viento inmediatamente de sobre el mar…». Ya en esos tiempos se justificaban las salinas «… por ser la sal de la isla absolutamente necesaria para curar el pescado que en ella se pesca y que por experiencia se save que la sal extrangera es inútil o perjudicial para dicho fin…».

Salinas en 1920 (Fedac)
En febrero de 1865, el doctor Domingo J. Navarro arrendó a Juan Studdy Leigh, comerciante y vecino de Londres, por espacio de nueve años y en precio de 30.000 reales de vellón, pagaderos por mitad cada seis meses, los cultivos de nopales y las salinas.

Sobre este arrendamiento hubo un litigio, y en 1867 se llega a una transacción por la que se da por finalizado el contrato de arrendamiento, si bien Studdy continuaría usando las salinas durante 8 años y al precio de 7.500 reales de vellón. El 7 de agosto de 1867 las subarrendó por el mismo precio a Máximo Perdomo Vallejo.

Restos de las salinas (Fedac)
En el primer cuarto del siglo XX, junto a la explotación de salinas, que ocupaba una amplia extensión en la que el agua de mar era bombeada por un gigantesco molino, hubo un gran «secadero» de pescado, para su transformación en el derivado conocido como «jarea». Jarear es una corrupción de airear, y es un sistema que permite conservar el pescado en seco después de haberlo expuesto al sol y al aire salino de nuestros mares.

Jareas (caco-lasandunga-blogspot)

Esta técnica que tiene procedencia mediterránea y consiste en coger el pescado fresco y desviscerarlo, limpiarlo muy bien, descamarlo y lavarlo con agua de mar. Después de mantenerlo un corto periodo de tiempo en un recipiente o cacharro con agua de mar, se vuelve a realizar la misma operación de lavado para colocarlo en los tendederos o secaderos junto a la costa, en los cuales cuelgan trozos de tela que, mecidos por la brisa, espantan a las moscas.

Hasta hace algunos años, a pie de playa se levantaba un pequeño poblado de chabolas, pero recientemente ha sido erradicado, dando paso a unas obras de conservación y mantenimiento «… bastante polémicas por las dudas de algunos movimientos ecologistas y los vecinos de la ciudad, sobre la legalidad de las actuaciones».

El desaparecido chabolismo de ocio (Mandi León)
Después de cuarenta años de negociaciones, el Ayuntamiento adquirió en el siglo actual la propiedad de los 433.630 metros cuadrados de El Confital y Punta Salinas, erradicando «el chabolismo de ocio».

Panorámica (miplayadelascanteras-com)
El proyecto final es constituir un foco de desarrollo de actividades y deportes ligados al mar con localización de usos asociados a dichas actividades, siempre con una máxima integración en la naturaleza, acorde con sus valores paisajísticos y medioambientales.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)


CONCEPCIÓN, LA (SANTA BRÍGIDA)

Por encima del barrio de La Atalaya se alza la antigua ermita de Nuestra Señora de la Concepción y San Francisco de Paula, fundada por el canónigo Luis Fernández de Vega, arcediano de Fuerteventura, que la erigió a partir del 1733 para celebrar en ella. 

Junto a la fachada principal de esta sencilla ermita, de una sola nave, se conservan todavía siete lápidas de otras tantas víctimas del cólera morbo que en el verano de 1851 sembró de lágrimas y luto todos los rincones de la isla.

Ermita (Patrimonio Gran Canaria)
Las gruesas paredes y el suelo del edificio están hechos con cantería azul, procedente de la cercana cantera de La Atalaya, cuyas piedras sirvieron también para una parte de los muros de la Catedral de Las Palmas en 1559, entonces en construcción, y los pavimentos de muchas casas de Santa Brígida.

En el interior de esta ermita destaca un bello techo artesonado, de estilo mudéjar, un antiguo púlpito de madera y las imágenes en madera policromada de San Francisco y la Inmaculada Concepción de María, que ha dado nombre a la urbanización residencial que rodea al recinto. La ermita fue declarada por el Cabildo Insular de Gran Canaria el 19 de agosto de 1977 Monumento Histórico Artístico, refrendado dos años después por el Ministerio de Cultura.

Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)