Topónimo con el que se conoce un pequeño pago situado junto a
la carretera de Bañaderos a Cambalud por el Trapiche (GC-331)
enclavado en la rampa de poniente del barranco
de Los Palmitos, aguas abajo barranco
de Bañaderos.
El antiguo atajo, hoy calle Isa (Google earth) |
La primera, quizás la más determinante por su sentido
realista, tendría su justificación en las "escaleritas"
de unos 130 peldaños y pasos por los que se accede desde la cota baja de Bañaderos hasta El Risco, para continuar por el atajo que tras cruzar la carretera conecta
y atraviesa el actual pago de Escaleritas, y que del uso de sus vecinos se proyectara tal denominación al pago.
Fototeca 1962 (IDE Gran Canaria) |
La segunda teoría con un sentido más figurado, derivaría de
que la primigenia autoconstrucción de viviendas, por la inclinación del
territorio, comportaría un escalonamiento en la rasante de las mismas, que convergería
con el origen del topónimo homónimo de la capital insular, si bien aquel tuvo
su génesis en las tierras de cultivo de las lomas con distintas corrupciones en
su evolución histórica: Escaleruelas, Escaleras, Escalerillas y la actual Escaleritas.
Remontándonos en la historia insular, hay que entender que el
Camino Real a Gáldar constituía en el
siglo XVI la principal travesía de comunicación hacia el norte, que bajando
desde la Cruz de Pineda, después de
atravesar Bañaderos se llegaba a San Andrés para seguir la ruta. En ese
siglo la mayor fuente de riqueza la constituían los ingenios azucareros para el
aprovechamiento de la caña que había que moler en los trapiches. De ahí que a
partir del camino real partieran "atajos" que lo comunicaban con
estos centros de producción primarios.
Fototeca 1970 (IDE Gran Canaria) |
Así es como se documenta este atajo que dio lugar a este pago, y es mencionado en la data que
solicita Marcos de Jacomar el 16 de
febrero de 1517, donde al describir las tierras que solicita dice: «.... en termino de la dicha Arucas camino de la villa de Galdar esta un
pedaço de tierra montuosa en que podra aver hasta dos cahizes de tierra de
senbradura poco mas o menos que ha por
linderos de la parte de arriba tierras de Alonso Martine de la parte de abaxo
el barranco Seco hondo e de la otra
parte el atajo que va al trapiche e
por la otra parte el camino de Agaldar,
del qual ninguno se a probechado hasta oy e yo lo querria desmontar e
aprobechar para pan senbrar...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.:
Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
Los dos cahíces que
equivalen a unas 24 fanegadas de tierras de cereales dice que están entre el "camino de Gáldar", el "atajo
que va al Trapiche" y el "barranco
Seco hondo" que puede ser la Hoya
del Cano, son tierras cercanas a este pago, que aunque no podamos concretar
si es un testimonio del atajo entre Bañaderos
y El Trapiche. Es un antiguo atajo o
camino conocido de muchos lugareños, que después de llegar al Risco, pasaban
por donde hoy es la calle Isa, llegaba al promontorio de la Carabela y continuaba bajo el actual asfalto de la carretera hasta
El Trapiche.
Si bien los más antiguos asentamientos de la primera mitad
del siglo XX se localizan de forma dispersa en el cercano y septentrional El Risco y alguna que otra casa en la Hoya de El Cano a su poniente, a
mediados de los años sesenta ya se inicia la autoconstrucción de humildes
viviendas, típicas casas "cajón", algunas en dos plantas con salón en
planta baja, con forjados planos y terminadas con cubierta azotea. Eran las
típicas viviendas que iniciadas en la década que terminaría con una fuerte
crisis económica, que se convertían en el hogar de los padres constructores y
los matrimonios de sus descendientes, comportando crecer en altura o ampliar
las habitaciones por su fondo.
Como ya se ha dicho, se observaba la alineación
respetando el trazado recto del "atajo"
o camino, y dada la inclinación de la ladera que en un corto recorrido pasa de
los 120 metros sobre el nivel del mar de El
Risco a los 180 de La Carabela,
la cota cero o piso bajo entre las viviendas alineadas tiene una diferencia de algo
más de un metro que les caracteriza, destacando la moda de la época de revestir
las fachadas con una tirolesa de granito y en lo alto cristales triturados, y alguna
que otra "azulejiada".
Inicio de la calle Folías (Google earth) |
Como en muchas viviendas autoconstruidas, era habitual encontrar
en las azoteas los típicos cuartos de lavar y algún que otro gallinero o palomar,
y en algunos traspatios la cabra que aportaba la leche a la familiar y algún que
otro cabrito para las celebraciones. Las reglas de vida obligaron que los primeros
moradores de las viviendas terminaban por acondicionar como vivienda la planta baja
o salón facilitando así su accesibilidad.
En las décadas siguientes la regulación surgida de las Normas
Subsidiarias vendría a limitar la auto-construcción y el suelo edificable, que daría
lugar a la aparición de alguna que otra promoción privada de edificios con más de
una vivienda en la calle Folías, de trazado paralelo a la calle Isa y con vistas
al barranco.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria) |
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