martes, 11 de septiembre de 2012

TELDE

Topónimo aborigen con el que se conoce el municipio situado al nordeste a 9,5 kilómetros de la capital provincial e insular, en una altitud media de 130 metros sobre el nivel del mar, y de 102,43 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 6,6% del total de la isla.
Panorámica (Víctor Sanz)
En la época prehispánica era capital de uno de los dos reinos en que se encontraba dividida la isla, u aún se conservan vestigios de la muralla de piedra que en algunos puntos marcaba los límites del reino. Este primer centro urbano cuya fundación se debió a los misioneros mallorquines en la Baja Edad Media, fue el pionero de los de raíces hispánicas erigidos en la isla.

Era la segunda agrupación poblacional agrícola en importancia y se encontraba en una fértil vega, que tenía su zona habitacional en el complejo Cendro y Tara, con poblados costeros y de enlaces con las cumbres en la zona de medianías.

Gobernada por un faycanato, se extendía entre los barrancos de Guiniguada y de Aguatona, en una zona de recursos medios que explotaba la comarca naciente de la isla, especialmente en el sector meridional de Los Lomos o Montaña de Las Palmas y en el sector septentrional de la plataforma costera del este, con una agricultura extensiva y de regadío, así como pastoreo, entre palmerales y matorrales.
Detalle de rincón (rosagrancan-blogspot)
En 1351 el Papa Clemente VI crea el Obispado de Telde a solicitud de los primeros pobladores europeos de las islas. Posteriormente en 1386 frailes carmelitas y agustinos se asientan en el lugar hasta que en torno a 1391 se cuenta que fueron despeñados por la Sima de Jinámar por los aborígenes, en respuesta a las tropelías y abusos que cometían los soldados.

En la antigüedad su jurisdicción abarcaba el actual territorio de Valsequillo y de los beneficiados por los repartimientos sobre 1483 en la vega del lugar, con fértiles tierras y abundantes aguas que darían lugar a las datas de heredamientos, destaca Alonso Rodríguez de Palenzuela que construyó tres ingenios que más tarde serían adquiridos por Gonzalo de Jaraquemada, Cristóbal García del Castillo, cuyo ingenio llegó a ser el más importante de la isla, y el portugués Alonso de Matos, que ya se había instalado.
Panorámica de 1895 (Fedac)
Sus tempranos alcaldes Alonso de Zorita, Cristóbal García del Castillo y Alonso de Matos ocuparon su cargo entre 1498 y 1512, que vivirán la consolidación del grupo de grandes propietarios que buscan el prestigio de la villa como como alternativa de poder a la Ciudad del Real de Las Palmas.

Así describe el lugar Leonardo Torriani a finales del siglo XVI: «… Su campiña y las orillas del río son muy ricas en azúcar, vino, trigo, cebada, y en los demás tesoros de la tierra. La ciudad está habitada por gente noble que, aficionándose a la tranquilidad huye de las disensiones y los litigios del Real de Las Palmas…».
Patio biblioteca municipal (rosagrancan-blogspot)
La industria azucarera es la que da gran auge a la ciudad y su riqueza propicia se levanten bellas mansiones y se adquieren obras de arte importantes.

Procesión en San Juan (1890 Ojeda Pérez L - Fedac)
El embrión originario se sitúa en torno al primitivo templo de San Juan Bautista y de la Plaza Mayor, y en su perímetro se ubicaron los principales edificios civiles y religiosos de la villa.

Sus nuevos «nobles» construyen sus iglesias: Alonso Rodríguez de Palenzuela, la de San Gregorio; Cristóbal García del Castillo, la de San Juan; y Hernando García de Moguer, la de San José de Las Longueras.

Al pequeño caserío apiñado en torno al primitivo templo de san Juan y al hospital e iglesia de san Pedro, llegaron aparceros, arrendatarios, artesanos, mercaderes, etc.

Se instalaron allí también el clero y las autoridades civiles y militares. La ciudad primitiva, con prisa de crecimiento, fue estirando los brazos en sus calles y callejuelas desde la Plaza Mayor, no con rígidos trazados a cordel, sino un poco al azar, con desenvolvimiento espontáneo y ostensiblemente irreflexivo, avanzando por los sembrados, construyendo cada uno su casa, según le acomodaba, en las inmediaciones de sus propiedades.

El barrio de San Gregorio, llamado entonces Llanos de Jaraquemada, que también surgirá a lo largo del siglo XVI, se denominará Berbería al convertirse en zona de residencia de los berberiscos.
Mercado de San Gregorio en 1900 (Da Luz Perestrello J - Fedac)
La calle Real sobre el antiguo camino Real fue una de las de mayor actividad. El portugués Alonso de Matos vendió tres casas a Antón Pérez Cabeza «… dentro del sitio y  solar del ingenio...» que salían a la calle Real, en una de las cuales vivía él.

Al barrio de San Juan le siguió el de Santa María, nacido al abrigo de la pequeña ermita de Santa María de la Antigua, más conocida por San Francisco desde que en 1612 fuera cedida a los franciscanos que la reedificaron y crearon el convento. Desde sus inicios, a principios del s. XVI, y hasta la fecha, tanto el trazado del barrio como la mayor parte de sus construcciones han permanecido inalteradas.
San Francisco en 1900 (Da Luz Perestrello J - Fedac)
Sostienen algunas fuentes que la consolidación del grupo de grandes propietarios en Telde pone de manifiesto que a pesar de que en la segunda mitad del siglo XVI la economía azucarera en las islas entró en crisis debido, entre otras razones, a la competencia del azúcar de las Américas, sin embargo este tipo de propietarios sigue vinculado a dicho producto, aunque en un proceso paulatino de sustitución por el de la viña o de combinación de ambos productos.
La antigua calle Real (latinallena-blogspot)
Los puertos teldenses adquirieron un gran desarrollo, hasta tal punto que Pedro Agustín del Castillo cuenta que «… el lugar fue rico y de mucho comercio en tiempo de azúcar, siendo la concurrencia de embarcaciones tal, que llegaron a ser en los puertos inmediatos a Telde de más de dieciséis de todas las naciones del Norte, España e Italia…».

La villa se convirtió en ciudad y con el paso de los siglos, en cuna y escenario de una actividad económica nada desdeñable, una inquietud social y cultural notable y un incremento poblacional que la situó pronto como municipio destacado en el contexto de la isla.

Municipio de Telde (IDE Gran Canaria)


TEJEDA, CRUZ DE (SAN MATEO Y TEJEDA)

Topónimo con el que se conoce el lugar que es considerado el punto central equidistante del todo el perímetro insular. La simbología católica utiliza la denominación de «cruz» para marcar un cruce de caminos, sendas o propiedades.


Vista (Rodríguez Sosa, JR)
Por ello esta zona recibió el nombre de Degollada de la Cruz, era el lugar de paso obligado para los caminos, además de ser el centro geográfico de la isla donde se supone que los franciscanos pusieron una primera cruz de tea que puede remontarse al siglo XVII, sustituida por otras debido a los embates del tiempo ya que el lugar es una zona ventosa y con inviernos crudos.

No obstante estas inclemencias, las tierras eran apetecidas como lo prueba la data que hace el Cabildo el 28 de noviembre de 1681 a Diego Sarmiento, vecino de Tejeda, de «… unas tierras montuosas y de arrifes, que son quarenta fanegas en la Cruz de Texeda…» por 37 reales de tributo.

La cruz de 1935 (Fedac)
A partir de 1960, se produce un simbólico cambio en el lugar cuando el Cabildo decide la sustitución de la cruz de madera por un «icono» labrado en piedra de mayor entidad, realizado por el escultor Santiago Santana Díaz y los labrantes de Arucas José Hernández Armas, Juan Santana Santana y Juan Pérez Rodríguez, con las sugerencias aportadas por Néstor Álamo. Para ello se utiliza piedra verde procedente de la cantera de Cueva Nueva, encima del Furel, en los límites de la hacienda de Tirma.

La cruz era todo un diseño iconográfico. Su base tiene forma de pirámide cuadrangular escalonada en tres niveles, mide 1,15 metros de alto, está realizada en piedra volcánica de La Isleta y sobre ella aparece la basa de la columna. El fuste tiene 2,30 metros de alto por 0,65 metros de diámetro, realizado en una sola pieza, y aparece cubierto con una serie de hojas talladas y superpuestas, o escamas incisas rematadas con pequeños círculos en el interior de acanaladuras verticales, presentando un pequeño abombamiento en su parte central.
Vista de 1965 (Nieves Sanchez Montero - Fedac)
El capitel, cuyas dimensiones son 0,50 x 0,70 x 0,70 metros, presenta dos motivos diferentes. Bajo el frontal el Entierro de Cristo, y en su parte posterior la Ascensión del Señor, mientras los dos laterales tienen ornamentación.

En la escena del Entierro de Cristo aparecen la Virgen, San Juan y una de las Santas Mujeres, dos guerreros depositando a Jesús en el sepulcro y la implorante Magdalena, junto al Gólgota del Calvario al que se le ha incorporado el Roque Nublo.


La cruz (Minube)
La cruz incluye un Cristo de tipo bizantino de 1,20 metros tallado en relieve de bulto redondo, en un bloque macizo de 1,60 metros, que representa la expresión del Redentor, y a sus pies, dos símbolos de muerte, la calavera y los huesos.El estilo se ajusta a un gótico isabelino con determinados toques del románico.

Las duras condiciones climatológicas de la Degollada y la porosidad de esta piedra fueron deteriorando lentamente la cruz hasta que un temporal, en la madrugada del 26 de diciembre de 1970, la derribó y quedó fragmentada en varios trozos. 

La reposición se le encarga a Santiago Santana que la ajusta al diseño anterior pero realizándola en piedra gris de Tinoca, de mayor consistencia y solidez. Queda terminada el 5 de noviembre de 1971 con un tamaño un poco más reducido y una variación de sesenta grados en la orientación de la cruz y su fuste, para ofrecer más resistencia al viento dominante, dando frente al sendero de la Montaña de la Almagria. El pintor y aparejador Santiago Santana Díaz murió el 10 de abril de 1995.

Inauguración del albergue en 17-ago-1938 (Fedac)
A la espalda de la cruz está el Parador de Turismo, construido en 1937 y recientemente reformado al pie del Monte Constantino que alcanza los 1.707 metros de altitud . En los alrededores hay también un hotel rural, varios restaurantes y diversos puestos de venta de productos locales, entre los que destacan las traperas, el bienmesabe y el mazapán de Tejeda.
La antigua cruz (Museo Canario)
A pesar de su nombre, este es un pago del vecino municipio de la Vega de San Mateo, pero se encuentra en la divisoria con Tejeda. De hecho el parador se levanta justo en la linde. Su pared norte entra en el municipio de San Mateo y su pared sur en el de Tejeda.

Antaño encrucijada de caminos y lugar de paso por su situación en el centro geográfico de la isla, hoy es un lugar muy frecuentado por turistas que llegan a través de modernas carreteras que confluyen en este punto con los viejos senderos, recuperados para el disfrute de los caminantes.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

TEJEDA, CALDERA DE (ALDEA DE SAN NICOLÁS, ARTENARA Y TEJEDA)

Es notorio que con el topónimo de Tejeda se conoce el segundo municipio más alto de la isla, superado sólo por el de Artenara, compartiendo ambos las cumbres centrales de la isla.

Pero quizás lo que no es perceptible, probablemente por su amplitud, es que gran parte del territorio está ocupado por una gran caldera que en el mundo de los estudiosos de la geología responde al mismo topónimo.

Panorámica (Julio López Saguar)
Situada en el interior y centro geográfico de la isla, alcanza aproximadamente los veinte kilómetros de diámetro.

En opinión de los geólogos, hace aproximadamente catorce millones de años, el lugar concentraba enormes cantidades de rocas de distinto tipo y comenzó a experimentar actividad volcánica con la emisión de material de forma rápida y precipitada, vaciando la cámara magmática, provocando el hundimiento en toda la zona y creando esta enorme caldera.

Ortofoto ribeteada (Google earth)
Primero fueron las fuerzas constructivas de los ciclos volcánicos, después las destructivas de la erosión, las que crean un relieve accidentado de riscos y abruptas laderas e interfluvios, con una red de cauces tributarios que drenaban las aguas hacia el barranco de Tejeda (aguas arriba), o de La Aldea (aguas abajo).

Panorámica del barranco aguas abajo (fotosaereasdecanarias-com)
Dicen los geólogos que se formó en dos ciclos de millones de años, iniciándose con la emisión de materiales basálticos muy fluidos que dieron lugar al estadio de crecimiento en escudo o al estratovolcán Roque Nublo, volcán cónico y de gran altura, compuesto por múltiples capas de lava que fluyendo desde su interior, se enfrían y endurecen antes de que puedan llegar lejos.

Por la rapidez de esta emisión de material basáltico, se produce un vaciado brusco de la cámara magmática, por lo que el techo del estratovolcán en escudo se hunde dando lugar a esta Caldera, con episodios volcánicos con erupciones muy violentas.

Panorámica del tajo por el hundimiento (fotosaereasdecanarias-com)
Después, en un periodo de calma eruptiva de más de tres millones de años, la erosión producida por el agua moldea el relieve, originando la formación de barrancos de distribución radial.

Por último, dos millones de años después de la calma eruptiva, se reactiva la actividad volcánica y surgen erupciones de carácter estromboliano, diferentes erupciones explosivas separadas por periodos de calma variables, donde los productos piroclásticos producidos por estas erupciones son bombas, lapilli escoriácero y ceniza, altamente explosivos, que, en su destrucción, producen avalanchas volcánicas dirigidas hacia el sur y suroeste de la isla.

Panorámica de las "crestas" (fotosaereasdecanarias-com)
Pero más cautivadora que la siempre interesante explicación de los geólogos, es la inolvidable e histórica descripción de Miguel de Unamuno en 1909:

«… El espectáculo es imponente. Todas aquellas negras murallas de la gran caldera, con sus crestas, que parecen almenadas, con sus roques enhiestos, ofrecen el espectáculo de una visión dantesca. No otra cosa pueden ser las calderas del Infierno, que visitó florentino. Es una tremenda conmoción de las entrañas de la tierra, parece una tempestad petrificada, pero una tempestad de fuego, de lava, más que de agua…».

Panorámica del barranco aguas arriba (san borondon)
Es tan enorme su tamaño, tan majestuosa y tan erosionada, que a Viera y Clavijo le pasó inadvertida, posiblemente porque nunca pensó, aun con sus conocimientos científicos, que una caldera pudiera tener este tamaño.

Panorámica del Nublo (fotosaereasdecanarias-com)
Y dominándola, los dos majestuosos roques, el Nublo y el Bentaiga, ambos flotando entre abismos. El Nublo, testigo histórico de lo que fue aquella gran placa que se hundió para formar la Caldera, dejando a sus pies los escombros de la erupción y, más abajo, la mejor lección histórica sobre la conocida «brecha», formada por muchas capas donde están todos los tipos de rocas que yacen en la superficie de la isla.

La mejor contemplación, desde La Culata de Tejda, donde sobrarán las palabras, porque las piedras también hablan.

Panorámica del Bentaiga (fotosaereasdecanarias-com)
Y al otro lado, el Bentaiga, testigo histórico de la supervivencia de la raza, santuario y cueva del Rey, que resistió incluso a la erosión natural, para seguir contemplando el firmamento, la Luna y las estrellas.

Ortofoto de localización (Google earth)

lunes, 10 de septiembre de 2012

TEJEDA

Topónimo aborigen con el que se conoce al municipio situado en el centro de la isla a 43,7 kilómetros de la capital provincial e insular, en una altitud media de 1.050 metros sobre el nivel del mar, y de 103,30 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 6,6% del total de la isla.

Vista (123RF)
En época prehispánica tuvo la agrupación poblacional más importante perteneciente al patrón pastoril, siendo el Bentayga su centro de referencia, donde hay diferentes yacimientos arqueológicos, vestigios que permiten suponer que antes de la Conquista, esta zona aglutinó una población numerosa.

El Roquete, el Camello y el Bentayga, alineados en el centro de la Caldera de Tejeda es lo que se denomina el Complejo Arqueológico de la Sierra del Bentayga, donde se encuentran las Cuevas del Rey y la necrópolis del Andén del Tabacalete.
Vista aérea (fotosaereasdecanarias-com)
Los conquistadores al llegar a esta zona interior de la isla, iniciaron el repartimiento de tierras en los lugares próximos a los manantiales de aguas. Los primeros repartimientos conocidos en el lugar son del siglo XVI, si bien algunos de éstos dan señas de otros beneficiados con anterioridad.

El 26 de mayo de 1536 el alguacil de campo Bartolomé Barva solicita del Consejo General «...unas tierras que estan en el barranco de Tejeda que lyndan con tierras de Benito Santana e llegan hasta los Riscos de Angro e buelven a la degollada de Tan(ara)gadra en el barranquillo abaxo que sale de la degollada hasta donde entra el barraanco de Tejeda...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Vista de 1965 (Fedac)
Más información aporta la solicitud de data que hace el regidor Juan de Çiberio cuando el 9 de noviembre de 1541 cuando reitera una petición que había hecho y dice:

«me hagan merçed de las dichas tierras e digo que an por lindes dende çercado de las higueras de Benito de Santana e de ally un barranquillo arriba hasta dar a la hera de Melchor Gutierrez e que esta en el camino e desde la hera a dar a otro barranquillo que esta a sus espaldas de su morada de Melchor Gutierrez e el barranquillo arriba hasta dar donde atraviesa el camino e bolvyendo el camino adelante por la falda de la syerra hasta el primer barranquillo E el barranquillo abaxo hasta dar al camino e todo el camino adelante por un camino que lleva Melchor Gutierrez su techo hasta dar a la queba de Tago de Melchor Gutierrez e desde la queba el barranco abaxo juntandose con el titulo de Andres de Frades hasta el barranco de Tejeda e el barranco abaxo hasta dar al dicho çerco de Benito de Santana salbando un pedaço que entre estas tiene Benito de Santana que que podra aver ochenta o noventa hanegadas por mas o menos...» (Ibídem).

Rincones (rosagrancan-blogspot)
En los primeros tiempos el lugar estaba bajo la jurisdicción de La Vega y al encontrarse lejano y mal comunicado, a principios del siglo XVII la ermita se convirtió en parroquia y asistía a una gran parte del poniente de la isla, comprendiendo la Aldea de San Nicolás y Mogán. Después de obtener la parroquia, se segrega con ayuntamiento propio a partir de 1677.

Su ubicación en el centro de la isla y la amplitud de su jurisdicción lo convierten pronto en un cruce de caminos. Hay algunos hacia el norte y este, hacia Teror y La Vega de Arriba de San Mateo, sobre una red de caminos de herradura preexistentes, los llamados «caminos de los canarios» anteriores a la Conquista.


Hacia el sur se llega a San Bartolomé de Tirajana por Ayacata y por la cumbre, a través de los Andenes del Toro, Llanos de la Pez y el Paso de la Plata. Y hacia el sudoeste con La Aldea y por El Juncal con el entonces pago de Mogán. Es precisamente en el sendero que comunica con La Aldea donde se dan importantes enclaves productivos agrícolas.

Panorámica (JM Vargas)
Durante los siglos XVI y XVII la base económica del lugar se sustentaba en la agricultura en la que destacaban los cultivos de trigo, maíz y la papa; en la ganadería, con el ganado ovino y caprino; y en la explotación del bosque, que ha dejado multitud de topónimos que recuerdan los diferentes oficios.

Gracias a la riqueza hidráulica que presentaba esta zona, la masa forestal era importante, por lo que gran parte de las tierras era de realengo, aun cuando hubo repartimientos junto a las aguas suerficiales de los barrancos o a los manantiales de la "sierra".

El «hambre de tierras» y las datas de las reservas boscosas a favor de la clase influyente en el siglo XVIII motivan las roturaciones clandestinas de tierras por los vecinos, consecuencia del aumento de la población y de la necesidad de conseguir terrenos de cultivo.

Municipio de Tejeda (IDE Gran Canaria)

TEJAR, EL (SANTA BRÍGIDA)

Topónimo con el que es conocido el yacimiento arqueológico situado muy cerca de La Angostura  que recibe su nombre de un antiguo  horno de tejas existente en la zona desde el siglo XVI, propiedad de Hernando de la Feria.
Vista del yacimiento (medianías-org)
Además de la importancia del horno, el 16 de julio de 1988 cuando se realizaban obras en los bancales se descubrieron también en el lugar los restos de un muro de piedra seca que sugieren la existencia de una casa aborigen o la formación de un túmulo funerario. Se encontraron en él trozos de cerámica, vasijas o tallas y curiosas pintaderas, de donde surge la hipótesis de que primero fue un horno aborigen que fue reutilizado desde los primeros tiempos de la Conquista.
 
Según la ficha arqueológica, el yacimiento se divide en dos partes: un primer conjunto formado por la estructura encontrada en 1997 y la fábrica que se adosa a ella, y una segunda construcción ubicada en el interior del bancal que enmarca la zona de actuación en la parte superior. Esta construcción es un muro de piedra seca de unos dos metros de longitud, casi con total seguridad de filiación prehispánica.
El segundo conjunto (Patrinet)
El segundo conjunto está configurado por una estructura de piedra seca completamente circular, a la que se adosa otra construcción que se asemeja bastante a una estructura habitacional, con alcobas laterales. Esta posible casa, actualmente en estudio, parece corresponderse con un ambiente doméstico, si atendemos a la variabilidad, densidad y tipología de la edificación. Aunque morfológicamente parece un hábitat, la densidad de ocupación de este espacio permite relacionarlo con el uso de la estructura circular. 

En cuanto a la estructura redonda de piedra seca existente, ésta tiene unos cinco metros de diámetro, aproximadamente, de construcción bastante irregular. Corta el terreno de la antigua ladera existente, de forma que el muro en su parte norte se apoya directamente sobre picón o en combinación con un relleno de cascajo.

Túmulo (Patrinet)
Esta edificación estuvo en sus orígenes bajo tierra, como demuestra la construcción de los muros, que no se mantendrían en pie sin el apoyo del corte de la ladera.
Otra de sus singularidades es la aparición de cuatro grandes piedras trabajadas y de unos setenta centímetros de altura, dos de ellas "in situ", en posición vertical. Estas piedras han sido conocidas como "betilos" en la literatura arqueológica insular.



Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)