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jueves, 8 de agosto de 2013

MONTEMAYOR (GÁLDAR)

Topónimo con el que es conocido un territorio rústico con buenos aprovechamientos agrícolas, situado en la banda de poniente del barranco de Gáldar, en su Vega, al norte de la antigua ermita de San José cerca de Anzofé, por donde discurre la divisoria con la jurisdicción de Santa María de Guía.

El mencionado barranco de Gáldar se divide en dos brazos que pasan a uno y otro lado de Guía dirigiéndose al centro de la isla (BRAVO EXPÓSITO, T.: Geografía de Canarias, Sta. Cruz de Tenerife, 1964), siendo llamado el oriental barranco de Las Garzas, que desciende entre el Lomo del Ingenio Blanco y Carne de Agua donde se construyó el embalse conocido como Presa del Regante, y el occidental barranco de Guía que discurre junto a Anzofé. Más al poniente tiene otro tributario llamado barranco de la Furnia, que se le une cerca de Las Majadillas.
Vista del lugar (Google earth)

El origen del topónimo corresponde al conquistador Fernando de Montemayor, del que se tienen muy pocas noticias si bien su antropónimo que ha perdurado en el tiempo pues fue una clara referencia toponímica en los primeros cincuenta años de la historia de la isla, testigo documental de repartimientos, confirmaciones, compras, ventas y trueques que se dieron entre 1485 y 1542 año en que ya es mencionado como fallecido, a partir de las noticias que se tienen por las copias de protocolos que se trasladaron a Sevilla (MORALES PADRÓN, F.: "Canarias en el Archivo de Protocolos de Sevilla", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 7, 1961; IDEM, nº 8, 1962).


Esta secuencia de compras, ventas y trueques guardan estrecha relación con la salvaguarda de las normas dadas por la Corona en cuanto a la tenencia de tierras en la isla, entre otras obligaba a la residencia de un mínimo de dos años en a isla y un límite máximo del valor de los bienes que no superara los doscientos mil para los extranjero a la Corona de Castilla. Eran medidas que pretendían al igual que la baja fiscalidad favorecer el establecimiento y economía de la isla conquistada, desde su condición de isla de realengo. En ocasiones se realizaban transacciones simuladas al objeto de no incurrir en ilegalidades, que pudieran dar derecho a reclamación de la propiedad o data por terceros.


El primer documento en el que se le menciona es en los repartimientos de 19 de octubre de 1485 realizados por los repartidores nombrados por orden del Gobernador Pedro de Vera donde se dice: «este dicho día, junto con la dicha peonía que se hizo e se dió al dicho Francisco Peña, se hizo una suerte de tierra de cinco aranzadas, qu'es desde donde fenece la dicha tierra del dicho Francisco Peña fasta llegar a la tierra que se dió al dicho Francisco López en Agáldar, la qual se dió a Fernando de Montemayor, conquistador».

Casa, alpendres y estanque (Fedac)
Si tenemos en cuenta que Millares Torres considera que en la isla una aranzada es igual a una fanega, unas mil seiscientas brazas cuadradas, algo más de 5.503 m2. Cinco aranzadas forman una suerte y cuatro suertes una caballería. De donde presumiblemente el conquistador Fernando de Montemayor recibió unos 27.505 metros cuadrados, si bien es conveniente aclarar que las tierras dadas en repartimientos pudieran estar en más de un "pedazo", es decir en más de un lugar.



Dos años después, concretamente el 25 agosto 1487, comienzan las ventas de tierras en Gáldar, incluida Guía que en aquellos tiempos eran de jurisdicción de la primera, en la Villa del Real de Las Palmas ante el escribano de la isla Diego de San Clemente: «venta que hace Juan Sánchez Roldán (vecino de la villa de Agáldar) a micer Batista de Riberol (mercader ginovés, vecino de la villa del Real de Las Palmas en la Ysla de Gran Canaria) de dos suertes de tierra de huerta en el término de Agáldar, linderos con huertas de Alonso de Arauz y de Pedro del Dotor, el acequia y la madre del río, siendo testigos Diego de Cabrera y Juan de Ceverio, Regidores y vecinos de la villa del Real de Las Palmas, y Juan Rodríguez de Lucena y Sancho de Vargas, vecinos de la de Agáldar».


Actúan como testigos personajes influyentes de la isla, pues el mercader genovés que invierte en Gáldar tiene muy buen respaldo económico, y no es impedimento que su residencia en la isla fuera circunstancial: «Messer Giovanni Battista Rivarola o Juan Bautista de Riverol más frecuentemente en los documentos españoles Batista de Riverol, era primo de los hermanos Francisco y Cosme, según ya se ha dicho y resulta de poder dado por éstos a favor del primero. Residió en Sevilla, pero ya antes del 1490, hacia viajes y aun vivía más o menos habitualmente en Gran Canaria ...» (DE LA ROSA OLIVERA, L.: "La varia fortuna de los Rivarola", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 12, 1966).

Ruinas de la ermita de San José (1980-Fedac)
Se menciona al también genovés Francisco de Riverol, mercader y banquero, que antes de estas fechas ya había prestado dinero a Inés Peraza, del Señorío de la Gomera, y después daría 9.000 maravedíes a Alonso Fernández Lugo para financiar la conquista de la isla de Tenerife, a quien tuvo que reclamar la deuda y adjudicarse por impago sus bienes en Agaete, que luego vendería a Antón Cerezo "el Viejo".

El mismo año y ante el mismo escribano, el domingo 25 noviembre 1487, tres meses después, son mencionados los linderos de Fernando de Montemayor en otra escritura de venta: «otorgada por Francisco López. (albañil, vecino del lugar de Agáldar en la Ysla de la Gran Canaria) a Francisco de Porras (Regidor y vecino de la villa del Real de Las Palmas) de una huerta de tierra de regadío, lindante con tierra de Fernando de Montemayor y montaña de Agáldar un pedazo, y otro con tierra de Francisco Peña y la madre del río, por 6.000 maravedís, siendo testigos Juan de Sanlúcar y Francisco de Salteras, vecinos de dicha villa». Habrá de sobreentenderse que la referida "montaña de Agáldar" es la actualmente conocida como Montaña de Guía.


Cuando ya han pasado los dos años de la compra anterior, el 12 de septiembre 1490, ante el mismo escribano, es Pedro del Dotor quien vende «a Batista de Riberol, genovés, vecino de dicha Ysla, de una huerta de regadío, cercada, con parras y árboles, en el término de la villa de Agáldar, que linda con huertas de Batista de Riberol y de Juan de Badajoz, por precio de 5.000 maravedís moneda de Canaria, siendo testigos Juan de Meneses, alcalde mayor desta villa del Real de Las Palmas, y Ruy González Verde».


Seis meses después, en los repartimientos de 28 marzo de 1491, se conceden a «Gonzalo de la Rojana, por el Gobernador Pedro de Vera, de un pedazo de tierra, qu'es encima de las suertes de Fernando de Montemayor, Francisco Peña y Francisco de Porras, de regadío, en la "Tierra Blanca", en dos pedazos: a un cabo y otro del arroyo, lindando con tierra de Sancho de Vargas». 

Alpendre y pajero de la cercana Marciega (Fedac)
De las descripciones dadas en las transacciones y datas anteriores parece deducirse que las propiedades de Fernando de Montemayor no son las que se localizan en el lugar del topónimo y se trata de otras en las inmediaciones del Lomo del Ingenio Blanco, junto al barranco de Las Garzas, próximas a donde están concentrando sus propiedades tanto Batista de Riverol como Sancho de Vargas, quien mandó construir la ermita erigida bajo la advocación de Nuestra Señora de Guía,  lugares donde en su condición de "conquistador" puede acceder a la data de tierras por las deudas que la Corona tiene  con él contraídas por su intervención en la conquista según veremos más adelante. Presumiblemente solicita aquellas tierras con las que puede especular para su venta dada su situación estratégica para los ingenios azucareros que son movidos por la fuerza hidráulica.


El 14 de diciembre 1491 ante Alonso de Herrera, escribano público de la Villa de Santiago de Agáldar, se firma «la escritura de venta otorgada por Gonzalo de la Coruña (vecino de la villa de Santiago de Agáldar en la Ysla de la Gran Canaria) a Francisco Peña y Fernando de Montemayor (vecinos de dicha villa) de un cercado de tierras de regadío que tiene encima de las tierras de los compradores, en término de a Agáldar, que linda con tierras realengas y con tierras de Sancho de Vargas, por precio de treynta fanegas de trigo y una burra con su cría, que tiene recibidos. Fueron testigos Sancho de Vargas, Andrés Vermejo, y Sebastián de Arjona, vecinos de dicha villa, , que signa este testimonio.


Cuatro meses después y ante el escribano público de la Ysla Diego de San Clemente, el 9 abril 1492 se firma escritura «de venta otorgada por Francisco de Porras (Regidor y vecino de la Ysla de la Gran Canaria) a Batista de Riberol (vecino de la dicha Ysla) de una suerte de tierra de regadío en término de Agáldar, que linda con tierra de Fernando de Montemayor y la montaña de Agáldar, tierra de Francisco de la Peña y el río, por veynte y siete arrobas de azúcar blanco, a siendo testigos Bartolomé de Cardela, correero, y Alonso de las Predias, aserrador». 

El Camino del Drago, el lugar y los "cantos de Gáldar" (Google earth)
Antes de finalizar dicho mes, el sábado 28 de abril de 1492, ante el escribano público y del Cabildo de la Isla Gonzalo de Burgos, se firma la permuta de tierras por la que Fernando de Montemayor va a acceder a las tierras que corresponden al lugar del topónimo que hoy conocemos: 

«Escritura de troque y cambio, por la que Batista de Riberol (ginovés, vecino de la Ysla de Gran Canaria) da una suerte de regadío en término de Agáldar (lindera con tierras de Pedro el Rey y de Rodrigo de Vera, el camino real y el exido) y un molino de pan moler con la tierra y agua que le pertenece (que compró de Juan Sánchez el Mozo) a Fernando de Montemayor, vecino de dicha Ysla, que le da en cambio una tierra de regadío en término de Agáldar (que linda con tierras de Batista de Riberol y de Francisco Peña, [el exido y el Barranco]) y otra que compró de Gonzalo de la Coruña, de secano ésta; siendo testigos Fray Juan de Agáldar, Lope de Salazar y Pedro de Xerez, vecinos de dicha Ysla».


Creemos que lo señalado entre corchetes es un error de la transcripción, pues Riberol recibe las tierras que la otra parte tiene lindando con las suyas en el Lomo del Ingenio blanco y Montemayor recibe las tierras que están en la Vega, donde se dice donde está el molino de "pan moler" (cerealero) y cerca del "exido" que entendemos se trata del lugar de El Burrero y el "camino real" que es el que conduce de Gáldar a Guía, conocido por Camino del Drago, con sus variantes Camino de Anzofé y también Callejón del Molino.


Realizada esta permuta que concentra a cada cual en las tierras que le interesa, se ratifica la permuta realizada entre ambos y las compras que había realizado Riberol a otros dada su condición de extranjero, y así aparece en el reformación realizada por el Capitán general y Reformador de los repartimientos de tierras de la Isla Alonso Fajardo realizado el día 15 de junio de 1496:


« dando a Batista de Riberol, en compensación de tres suertes de tierra que tiene en término de Agáldar (en el Valle de las Garzas, que había comprado de Fernando de Montemayor, de Francisco Peña y de Francisco de Porras), otras que fueron dadas primeramente a Bartolomé Muñoz y a Martín de Santibáñez, y además un asiento de tierra para un ingenio en el otro cabo, en la "Tierra Blanca", y otro pedazo de tierra en el valle, junto con la dicha "Tierra Blanca", para hacer una huerta para servicio de dicho yngenio».
Camino del Drago (Google earth)

Cuando se inicia el siglo XVI, se le reconocen a Fernando de Montemayor las deudas que la Corona tiene contraídas con él y otros conquistadores: «Al filo del 1500 encontramos la cifra de 101.600 maravedíes librada por los reyes para abonar a los que intervinieron en la conquista de Gran Canaria, llevada a cabo de 1478 a 1483. De ellos se reparten 55.962 entre...» figurando entre estos últimos a los que se les paga Fernando de Montemayor, además de otros vecinos de la villa como Pedro el Rey, Pedro de Argüello y Sebastián de Arjona.


«A Fernando de Montemayor se le deven, segúnd paresce por la nómyna, 6.700 maravedis, de que le vienen de lo cobrado 2.700 maravedís; destos se le sacan a cuenta de las costas 135 maravedís. Réstansele deviendo 2.565 maravedís, y para la libranza de por venir 4.000 maravedís».


Las fuertes compras de tierras que en pocos años realizó Batista Riverol, debilitaron su economía que aún siendo bueno el negocio azucarero del Ingenio Blanco no compensaban con rapidez su debilidad, de donde tuvo que acudir a su primo y banquero Francisco Riverol: «El 17 de septiembre de 1509 Batista Riberol, regidor y vecino de Gran Canaria, vende a Francisco Riberol, mercader genovés de Sevilla , la mitad de su ingenio de azúcar con sus tierras y cañaverales, aderezos, aguas y pertrechos en el valle de las Garzas en 2.700 ducados de oro», que posteriormente daría lugar a la llegada de un nuevo inversor genovés llamado Felipe de Sobranis. 


Y de  Fernando de Montemayor tenemos noticias que ya había fallecido cuando en la data solicitada el 4 de septiembre de 1542 por el escribano Alonso de Sanclemente en representación de Felipe de Sobranis, para la construcción de un "herido" para un molino dice: «les suplico que hagan merçed de un sytio e herido de molino que es en el barranco del Agua de Galdar arriba del Molino de los herederos de Montemayor en el Risco ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).


Siglos después de su fallecimiento se ha consolidado el topónimo de Montemayor al norte del Camino del Drago, al convertirse en una referencia toponímica necesaria para los distintos documentos protocolizados, en evitación de retomar la compleja historia de este lugar que ha permitido que a través de su historia conozcamos de las costumbres que se daban en la antigüedad, en los primeros tiempos de la conquista, para la tenencia de tierras y aguas por las estrictas condiciones establecidas por la Corona, así como del gran poder de atracción de nuevos inversores que tuvo el negocio azucarero traído de Madeira por Pedro de Vera.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

viernes, 12 de julio de 2013

TESO/S, EL/LOS (VARIOS MUNICIPIOS)

Actualización: 2013/06/18
Topónimo que localizamos en distintos municipios de la isla, en singular y en plural en ocasiones asociado a otro nexo o accidente geográfico.
En singular nos encontramos los siguientes:
  • Teso en Valleseco, al naciente del pago de Barranquillo;
  • Teso de la Bandera, en Las Palmas de GC, en el cortijo de San Gregorio;
  • Teso de los Moriscos, en Moya compartido con Valleseco, cerca de la Cruz y Montaña y de los Moriscos;
  • Teso de Cañada Honda, en Valsequillo, al naciente de la Montaña de Cueva Blanca;
  • Teso de las Tabaibas, en la Vega de San Mateo, junto al Lomo de Enmedio, camino de Camaretas.


Lomo de los Tesos - Tejeda (Patrinet)
Y en plural los siguientes:

  • Los Tesos en Agaete, en la Montaña de las Presas, entre la presa de la Hoya y la presa de la Laguna, al naciente del Cortijo de Sansó; y en Gáldar, al poniente de la montaña de Marrubio;
  • Lomo de Los Tesos en Gáldar, cerca de Los Andenes en la divisoria con Agaete.
  • Lomito de Los Tesos, en Tejeda, al sur de la presa de las Cuevas de las Niñas.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
En este último lugar encontramos un yacimiento arqueológico que según la ficha de PATRINET son dos estructuras tumulares distantes unos dos metros entre sí, de tendencia circular y con gradas concéntricas, con cistas aparentemente cerradas.

Tienen un diámetro entre tres y cinco metros, con algunas piedras desplazadas del lugar. Se trata de un emplazamiento de gran visibilidad, especialmente en dirección noroeste hacia la Degollada del Gigante,  Morro de Santiago, Santidad, Morros de Cruz Grande, Ayacata y el Roque Nublo.

Yacimiento arqueológico en Tejeda (Patrinet)

Si bien es interesante este yacimiento arqueológico, es en concreto el topónimo lo que más nos interesa, y particularmente su origen. El término Teso lo encontramos en el DRAE y nos aporta el significado de «Colina baja que tiene alguna extensión llana en la cima», definición que sustancialmente no ha variado desde el diccionario de la Lengua Castellana del siglo XVII. Esta definición no se ajusta a ninguno de los lugares donde en esta isla se localiza el topónimo.


El Diccionario Básico de Canarismos (ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA, Sta. Cruz de Tenerife, 2010) nos aporta una acepción al uso en esta isla y la expresión coloquial de la que se extrae: «2. m. GC.  Terreno de suelo muy duro. En esos tesos se pasan las ovejas días enteros comiendo hierba». Nos aporta igualmente otra correspondiente a la isla de El Hierro: «3. m. Hi.  Terreno que por la composición de su suelo es árido, improductivo». 
 

Altos de Gáldar (M. Rodríguez Medina)
En relación con el topónimo herreño tenemos documentada una aproximación a su origen:

«Habíamos pensado que teso, usado en El Hierro para indicar "terreno muy llano y resbaladizo", por sus semejanzas con "tenso" y "tieso" podía ser forma hispánica. Pero al encontrar topónimos como Tésera "llanada en el camino de Taibique a la Restinga", Teseneita y Tesine, también en parajes llanos, y fuera del Hierro, Tecén (Gran Canaria) con igual orografía, hemos pensado que la voz usual y los topónimos tienen igual valor y carácter indígena» (ÁLVAREZ DELGADO, J.: "Ecero. Notas lingüísticas sobre El Hierro", Revista de historia, nº 74, 1946).

Localizaciones (Espacios Naturales de Gran Canaria)

Trasquilada (M. Rguez. Medina)
Las diferencias en el significado del canarismo en ambas islas, son prácticamente de matices, dado que de un "Terreno de suelo muy duro" se puede concluir que "la composición de su suelo es árido, improductivo".

Y si reparamos en la expresión coloquial de la que se extrae, nos aproxima a los usos pastoriles, es decir, que se trata de un territorio donde a pesar de su "aridez" crece la hierba, y le distingue que no es apto para el cultivo por su "dureza"

Parece tratar de identificar un "coto" exclusivo para el aprovechamiento del ganado, cuya voz puede provenir de la lengua "del tiempo de los canarios", cuestión que no resulta extraña según está documentado:


« En la nueva sociedad que surge en el Archipiélago tras la conquista, la ganadería estará mayoritariamente en manos de los naturales y este hecho hace que algunas de sus voces, relativas a esta actividad, puedan arraigar en el español canario.


Esta contribución léxica se advierte en los términos tafor (también tafó, tafós y tafosa) y belete (también beleté y beletén) 'calostro', amolán 'manteca curativa hecha con leche de oveja o cabra', goro 'pequeño corral hecho de piedras en el que se guardan cerdos u otros animales menores', jaira (o caira) 'cabra mansa', jairamo (también cairamo, carian o cairano y cairán) 'zurrón de piel de cabra', 'mochila o alforja hecha de piel de cabra', baifo (o baifa) 'cría de la cabra', teberite (también chibirito y chiribito)'marca que se hace en la oreja de las reses para identificadas', guanil 'res sin marcar', y gambuesa 'corral hecho de piedras en el que se reúne el ganado'.

Canal Cortijo de Sansó (Fedac)

A estas voces hay que sumar el interesante conjunto léxico de los colores del ganado, característico de la isla de El Hierro: ambracásaca, cómbaca, firanca (o filanca), jórana, manajais (o manajaisa y manajaise), mástuca, mérusa, ómana y pipana » (DÍAZ ALAYÓN, C.: "Canarismos del campo léxico de la ganadería", Revista de Filología U.L.L., nº 10,1991).

Ruta ovejera de Los Tesos de Gáldar a Palomino (Google earth)

Nos ratifica la posibilidad de que se trate algo así como un "coto" ganadero de pasto, es decir, un espacio exclusivo para el aprovechamiento pastoril, dado que cuando se trata de terreno improductivo que no es de uso exclusivo del ganado la voz que en esta tierra se documenta es "arrife", cuyo significado se ha incorporado al DRAE «arrife. 1. m. Can Terreno poco productivo, pedregoso y enriscado, por lo común de poca extensión».
 
Localizaciones (Espacios Naturales de Gran Canaria)

Despeja cualquier duda, su derivado "arrifal" con el significado y expresión coloquial de la que se extrae que dice: «1. m. Terreno pedregoso e improductivo, generalmente cubierto de maleza. En estos arrifales no hay más que tabaibas y lagartos» (ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA: Diccionario Básico de Canarismos, Sta. Cruz de Tenerife, 2010).


Las descripciones de los términos "teso" y "arrife" que guardan muchas analogías, parece desprenderse pudieran tener su gran diferencia en que el aprovechamiento fuera reservado para el ganado la primera, o no la segunda. Con el paso de los siglos, si bien ha podido variar el  aprovechamiento que asignaban al lugar "en el tiempo de los canarios", la voz se ha mantenido viva, como nos lo acredita el recordado periodista y escritor Francisco Guerra Navarro (1909-1961) en uno de sus famosos cuentos costumbristas: 


Ganado en la Presa de Las Niñas (M. Rodríguez Medina)
« Abrió el hombre la gallera-garito pór Vegueta, en un solar de la calle de García Tello, exactamente donde hoy está el taller de tornería, carpintería y guitarrería -no tienen sino dispensar el verso- de maestro Pancho Rivero.

Instaló en el teso trasero los jaulones de los gallos, dispuso en una habitación delantera un timbeque con sus botellas de cerveza blanca y negra, sus gaseosas, su ron y sus chochos, y ,en otra pieza, también de la entrada, distrlhuyó unas mesas de pinzapo, les largó a las bandas media docena de sillas de Agaete y abrió la puerta» ("De cuando Pepe Monagas no se fiaba de Don José el Espiritista", Cuentos Famosos de Pepe Monagas, Madrid, 1948).

Ganado (Mónica Rodríguez Medina)