Topónimo con el que es conocido un territorio rústico con
buenos aprovechamientos agrícolas, situado en la banda de poniente del barranco
de Gáldar, en su Vega, al norte de la antigua ermita de San José cerca de
Anzofé, por donde discurre la divisoria con la jurisdicción de Santa María de
Guía.
El mencionado barranco
de Gáldar se divide en dos brazos que pasan a uno y otro lado de Guía
dirigiéndose al centro de la isla (BRAVO
EXPÓSITO, T.: Geografía de Canarias, Sta. Cruz de Tenerife, 1964),
siendo llamado el oriental barranco de Las Garzas, que desciende entre
el Lomo del Ingenio Blanco y Carne de Agua donde se construyó el
embalse conocido como Presa del Regante, y el occidental barranco de Guía que discurre junto a Anzofé. Más al poniente tiene otro tributario llamado barranco
de la Furnia, que se le une cerca de Las Majadillas.
Vista del lugar (Google earth) |
El origen del topónimo corresponde
al conquistador Fernando de Montemayor, del que se tienen muy pocas noticias si
bien su antropónimo que ha perdurado en el tiempo pues fue una clara referencia
toponímica en los primeros cincuenta años de la historia de la isla, testigo
documental de repartimientos, confirmaciones, compras, ventas y trueques que se
dieron entre 1485 y 1542 año en que ya es mencionado como fallecido, a partir
de las noticias que se tienen por las copias de protocolos que se trasladaron a
Sevilla (MORALES PADRÓN, F.: "Canarias en el Archivo de Protocolos de
Sevilla", Anuario de Estudios
Atlánticos, nº 7, 1961; IDEM, nº 8, 1962).
Esta secuencia de compras, ventas
y trueques guardan estrecha relación con la salvaguarda de las normas dadas por
la Corona en cuanto a la tenencia de tierras en la isla, entre otras obligaba a
la residencia de un mínimo de dos años en a isla y un límite máximo del valor
de los bienes que no superara los doscientos mil para los extranjero a la
Corona de Castilla. Eran medidas que pretendían al igual que la baja fiscalidad
favorecer el establecimiento y economía de la isla conquistada, desde su
condición de isla de realengo. En ocasiones se realizaban transacciones
simuladas al objeto de no incurrir en ilegalidades, que pudieran dar derecho a
reclamación de la propiedad o data por terceros.
El primer documento en el que se
le menciona es en los repartimientos de 19 de octubre de 1485 realizados por los repartidores nombrados por
orden del Gobernador Pedro de Vera donde se dice: «este dicho día, junto con la dicha peonía que se hizo e se dió al dicho
Francisco Peña, se hizo una suerte de tierra de cinco aranzadas, qu'es desde
donde fenece la dicha tierra del dicho Francisco Peña fasta llegar a la tierra
que se dió al dicho Francisco López en Agáldar, la qual se dió a Fernando de Montemayor, conquistador».
Casa, alpendres y estanque (Fedac) |
Si tenemos en cuenta que Millares
Torres considera que en la isla una aranzada
es igual a una fanega, unas mil
seiscientas brazas cuadradas, algo más de 5.503 m2. Cinco aranzadas forman una suerte
y cuatro suertes una caballería. De
donde presumiblemente el conquistador Fernando de Montemayor recibió unos
27.505 metros cuadrados, si bien es conveniente aclarar que las tierras dadas
en repartimientos pudieran estar en más de un "pedazo", es decir en
más de un lugar.
Dos años después, concretamente el
25 agosto 1487, comienzan las ventas de tierras en Gáldar, incluida Guía que en
aquellos tiempos eran de jurisdicción de la primera, en la Villa del Real de
Las Palmas ante el escribano de la isla Diego de San Clemente: «venta que hace Juan Sánchez Roldán (vecino
de la villa de Agáldar) a micer Batista
de Riberol (mercader ginovés, vecino de la villa del Real de Las Palmas en
la Ysla de Gran Canaria) de dos suertes de tierra de huerta en el término de
Agáldar, linderos con huertas de Alonso de Arauz y de Pedro del Dotor, el acequia y la madre del río, siendo
testigos Diego de Cabrera y Juan de Ceverio, Regidores y vecinos de la villa
del Real de Las Palmas, y Juan Rodríguez de Lucena y Sancho de Vargas, vecinos
de la de Agáldar».
Actúan como testigos personajes
influyentes de la isla, pues el mercader genovés que invierte en Gáldar tiene
muy buen respaldo económico, y no es impedimento que su residencia en la isla fuera
circunstancial: «Messer Giovanni Battista
Rivarola o Juan Bautista de Riverol
más frecuentemente en los documentos españoles Batista de Riverol, era primo de
los hermanos Francisco y Cosme,
según ya se ha dicho y resulta de poder dado por éstos a favor del primero.
Residió en Sevilla, pero ya antes del 1490, hacia viajes y aun vivía más o
menos habitualmente en Gran Canaria ...» (DE LA ROSA OLIVERA, L.: "La varia fortuna de los Rivarola", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 12,
1966).
Ruinas de la ermita de San José (1980-Fedac) |
Se menciona al también genovés
Francisco de Riverol, mercader y banquero, que antes de estas fechas ya había
prestado dinero a Inés Peraza, del Señorío de la Gomera, y después daría 9.000
maravedíes a Alonso Fernández Lugo para financiar la conquista de la isla de
Tenerife, a quien tuvo que reclamar la deuda y adjudicarse por impago sus bienes
en Agaete, que luego vendería a Antón Cerezo "el Viejo".
El mismo año y ante el mismo
escribano, el domingo 25 noviembre 1487, tres meses después, son mencionados
los linderos de Fernando de Montemayor en otra escritura de venta: «otorgada por Francisco López. (albañil,
vecino del lugar de Agáldar en la Ysla de la Gran Canaria) a Francisco de
Porras (Regidor y vecino de la villa del Real de Las Palmas) de una huerta de
tierra de regadío, lindante con tierra
de Fernando de Montemayor y montaña de Agáldar un pedazo, y otro con tierra
de Francisco Peña y la madre del río, por 6.000 maravedís, siendo testigos Juan
de Sanlúcar y Francisco de Salteras, vecinos de dicha villa». Habrá de
sobreentenderse que la referida "montaña
de Agáldar" es la actualmente conocida como Montaña de Guía.
Cuando ya han pasado los dos años
de la compra anterior, el 12 de septiembre 1490, ante el mismo escribano, es Pedro
del Dotor quien vende «a Batista de Riberol, genovés, vecino de
dicha Ysla, de una huerta de regadío, cercada, con parras y árboles, en el
término de la villa de Agáldar, que
linda con huertas de Batista de Riberol y de Juan de Badajoz, por precio de
5.000 maravedís moneda de Canaria, siendo testigos Juan de Meneses, alcalde
mayor desta villa del Real de Las Palmas, y Ruy González Verde».
Seis meses después, en los
repartimientos de 28 marzo de 1491, se conceden a «Gonzalo de la Rojana, por el Gobernador Pedro de Vera, de un pedazo de
tierra, qu'es encima de las suertes de Fernando
de Montemayor, Francisco Peña y Francisco de Porras, de regadío, en la
"Tierra Blanca", en dos pedazos: a un cabo y otro del arroyo,
lindando con tierra de Sancho de Vargas».
Alpendre y pajero de la cercana Marciega (Fedac) |
De las descripciones dadas en las
transacciones y datas anteriores parece deducirse que las propiedades de
Fernando de Montemayor no son las que se localizan en el lugar del topónimo y
se trata de otras en las inmediaciones del Lomo
del Ingenio Blanco, junto al barranco
de Las Garzas, próximas a donde están concentrando sus propiedades tanto
Batista de Riverol como Sancho de Vargas, quien mandó construir la ermita
erigida bajo la advocación de Nuestra Señora de Guía, lugares donde en su condición de
"conquistador" puede acceder a la data de tierras por las deudas que
la Corona tiene con él contraídas por su
intervención en la conquista según veremos más adelante. Presumiblemente
solicita aquellas tierras con las que puede especular para su venta dada su
situación estratégica para los ingenios azucareros que son movidos por la
fuerza hidráulica.
El 14 de diciembre 1491 ante
Alonso de Herrera, escribano público de la Villa de Santiago de Agáldar, se
firma «la escritura de venta otorgada por
Gonzalo de la Coruña (vecino de la villa de Santiago de Agáldar en la Ysla de
la Gran Canaria) a Francisco Peña y Fernando
de Montemayor (vecinos de dicha villa) de un cercado de tierras de regadío que
tiene encima de las tierras de los
compradores, en término de a Agáldar, que linda con tierras realengas y con
tierras de Sancho de Vargas, por
precio de treynta fanegas de trigo y una burra con su cría, que tiene recibidos.
Fueron testigos Sancho de Vargas,
Andrés Vermejo, y Sebastián de Arjona, vecinos de dicha villa, , que signa este
testimonio.
Cuatro meses después y ante el
escribano público de la Ysla Diego de San Clemente, el 9 abril 1492 se firma
escritura «de venta otorgada por
Francisco de Porras (Regidor y vecino de la Ysla de la Gran Canaria) a Batista de Riberol (vecino de la dicha
Ysla) de una suerte de tierra de regadío en término de Agáldar, que linda con tierra
de Fernando de Montemayor y la
montaña de Agáldar, tierra de Francisco de la Peña y el río, por veynte y siete arrobas de azúcar blanco, a siendo
testigos Bartolomé de Cardela, correero, y Alonso de las Predias, aserrador».
El Camino del Drago, el lugar y los "cantos de Gáldar" (Google earth) |
Antes de finalizar dicho mes, el
sábado 28 de abril de 1492, ante el escribano público y del Cabildo de la Isla
Gonzalo de Burgos, se firma la permuta de tierras por la que Fernando de
Montemayor va a acceder a las tierras que corresponden al lugar del topónimo
que hoy conocemos:
«Escritura de troque y cambio, por la que Batista de Riberol (ginovés, vecino de la Ysla de Gran Canaria) da una suerte de regadío en término de Agáldar (lindera con tierras de Pedro el Rey y de Rodrigo de Vera, el camino real y el exido) y un molino de pan moler con la tierra y agua que le pertenece (que compró de Juan Sánchez el Mozo) a Fernando de Montemayor, vecino de dicha Ysla, que le da en cambio una tierra de regadío en término de Agáldar (que linda con tierras de Batista de Riberol y de Francisco Peña, [el exido y el Barranco]) y otra que compró de Gonzalo de la Coruña, de secano ésta; siendo testigos Fray Juan de Agáldar, Lope de Salazar y Pedro de Xerez, vecinos de dicha Ysla».
«Escritura de troque y cambio, por la que Batista de Riberol (ginovés, vecino de la Ysla de Gran Canaria) da una suerte de regadío en término de Agáldar (lindera con tierras de Pedro el Rey y de Rodrigo de Vera, el camino real y el exido) y un molino de pan moler con la tierra y agua que le pertenece (que compró de Juan Sánchez el Mozo) a Fernando de Montemayor, vecino de dicha Ysla, que le da en cambio una tierra de regadío en término de Agáldar (que linda con tierras de Batista de Riberol y de Francisco Peña, [el exido y el Barranco]) y otra que compró de Gonzalo de la Coruña, de secano ésta; siendo testigos Fray Juan de Agáldar, Lope de Salazar y Pedro de Xerez, vecinos de dicha Ysla».
Creemos que lo señalado entre
corchetes es un error de la transcripción, pues Riberol recibe las tierras que la otra parte tiene lindando con las
suyas en el Lomo del Ingenio blanco y Montemayor
recibe las tierras que están en la Vega, donde se dice donde está el molino de "pan moler" (cerealero) y
cerca del "exido" que
entendemos se trata del lugar de El
Burrero y el "camino real"
que es el que conduce de Gáldar a Guía, conocido por Camino del Drago, con sus variantes Camino de Anzofé y también Callejón
del Molino.
Realizada esta permuta que
concentra a cada cual en las tierras que le interesa, se ratifica la permuta
realizada entre ambos y las compras que había realizado Riberol a otros dada su
condición de extranjero, y así aparece en el reformación realizada por el
Capitán general y Reformador de los repartimientos de tierras de la Isla Alonso
Fajardo realizado el día 15 de junio de 1496:
« dando a Batista
de Riberol, en compensación de tres suertes de tierra que tiene en término
de Agáldar (en el Valle de las Garzas,
que había comprado de Fernando de
Montemayor, de Francisco Peña y de Francisco de Porras), otras que fueron
dadas primeramente a Bartolomé Muñoz y a Martín de Santibáñez, y además un
asiento de tierra para un ingenio en el otro cabo, en la "Tierra Blanca", y otro pedazo de tierra en el valle,
junto con la dicha "Tierra
Blanca", para hacer una huerta para servicio de dicho yngenio».
Camino del Drago (Google earth) |
Cuando se inicia el siglo XVI, se
le reconocen a Fernando de Montemayor las deudas que la Corona tiene contraídas
con él y otros conquistadores: «Al filo
del 1500 encontramos la cifra de 101.600 maravedíes librada por los reyes para
abonar a los que intervinieron en la conquista de Gran Canaria, llevada a cabo
de 1478 a 1483. De ellos se reparten 55.962 entre...» figurando entre estos
últimos a los que se les paga Fernando de Montemayor, además de otros vecinos
de la villa como Pedro el Rey, Pedro de Argüello y Sebastián de Arjona.
«A Fernando de Montemayor se le deven, segúnd paresce
por la nómyna, 6.700 maravedis, de que le vienen de lo cobrado 2.700 maravedís;
destos se le sacan a cuenta de las costas 135 maravedís. Réstansele deviendo 2.565
maravedís, y para la libranza de por venir 4.000 maravedís».
Las fuertes compras de tierras que
en pocos años realizó Batista Riverol, debilitaron su economía que aún siendo
bueno el negocio azucarero del Ingenio Blanco no compensaban con rapidez su
debilidad, de donde tuvo que acudir a su primo y banquero Francisco Riverol: «El 17 de septiembre de 1509 Batista
Riberol, regidor y vecino de Gran Canaria, vende a Francisco Riberol, mercader genovés de Sevilla , la mitad de su
ingenio de azúcar con sus tierras y cañaverales, aderezos, aguas y pertrechos
en el valle de las Garzas en 2.700 ducados de oro», que posteriormente
daría lugar a la llegada de un nuevo inversor genovés llamado Felipe de
Sobranis.
Y de Fernando de Montemayor tenemos noticias
que ya había fallecido cuando en la data solicitada el 4 de septiembre de 1542
por el escribano Alonso de Sanclemente en representación de Felipe de Sobranis,
para la construcción de un "herido" para un molino dice: «les suplico que hagan merçed de un sytio e
herido de molino que es en el barranco del Agua de Galdar arriba del Molino de los herederos de Montemayor en el
Risco ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
Siglos después de su fallecimiento
se ha consolidado el topónimo de Montemayor
al norte del Camino del Drago, al convertirse
en una referencia toponímica necesaria para los distintos documentos protocolizados,
en evitación de retomar la compleja historia de este lugar que ha permitido que
a través de su historia conozcamos de las costumbres que se daban en la antigüedad,
en los primeros tiempos de la conquista, para la tenencia de tierras y aguas por
las estrictas condiciones establecidas por la Corona, así como del gran poder de
atracción de nuevos inversores que tuvo el negocio azucarero traído de Madeira por
Pedro de Vera.
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
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