viernes, 8 de marzo de 2013

BUJO, EL (INGENIO)

Actualización: 22-abr-2016
Topónimo con el que se conoce un espacio rústico al sur del barranco del Draguillo y al noroeste de la Aguatona que actualmente conocemos, si bien estaría dentro del territorio conocido en la antigüedad como Valle de Aguatona.

Flor de buj (enelultimorincon-blogspot)

Dice el DRAE que el término "bujo", etimológicamente del latín 'buxus', es un término poco usado en Burgos para denominar al "Boj". De este último término que procede etimológicamente del catalán y aragonés "boix", y este a su vez al igual que el burgalés del latín 'buxus'.


Se trata de un «Arbusto de la familia de las Buxáceas, de unos cuatro metros de altura, con tallos derechos, muy ramosos, hojas persistentes, opuestas, elípticas, duras y lustrosas, flores pequeñas, blanquecinas, de mal olor, en hacecillos axilares, y madera amarilla, sumamente dura y compacta, muy apreciada para el grabado, obras de tornería y otros usos. La planta se emplea como adorno en los jardines». Igual nombre recibe su madera, siendo una de las pocas que no flota debido a su densidad.

Buj (enelultimorincon-blogspot)

Está documentada la existencia de ejemplares en Canarias en el siglo XVIII: «El barón Jean Baptiste Geneviève Marcellin Bory de Saint-Vincent (1778-1846), militar, geógrafo, naturalista, historiador y explorador francés, tuvo una larga y fructífera estancia en las islas, publicando a su vuelta a Paris en 1803 la obra Essais sur les isles Fortunées et l’antique Atlantide, ou Précis de l’histoire générale de l’archipel des Canaries, en la que recoge, entre otros aspectos, un extenso catálogo de plantas presentes en Canarias, criptógamas y fanerógamas. Entre las especies ornamentales cita el ciprés común, el boj (Buxus sempervirens), el algarrobo, el clavel (Dianthus caryophyllus), el tojo (Ulex europaeus), el tartaguero (Ricinus communis), el romero, el aromo, la morera, el moral, el mirto, el granado, el almendro, el álamo blanco, la capuchina o marañuela, la palmera datilera o la caña común » (GARCÍA GALLO, A. Y MARTÍN RODRÍGUEZ, V.: " Las plantas ornamentales en la historia natural de Canarias", Rincones del Atlántico, nº 6/7, 2009).

Espiches para cerrar vías de agua en marinería

No obstante esta noticia, no creemos que el origen del topónimo se deba a la localización de este arbusto en este lugar. Si pudiera serlo algún elemento construido con su densa y fuerte madera, como lo pudiera ser un "bujón", que por pérdida de la "ene" final diera nombre al lugar.


Del término "Bujón" se dice (CORRALES ZUMBADO, C. Y CORBELLA DÍAZ, D.: Diccionario Histórico del Español de Canarias, Madrid, 2001) que es un "Espiche", que lo toma según manifiesta «El DEA* lo define como "Espiche grande" , dentro del léxico marinero..» [(*) DEA = SECO, M., ANDRÉS, O. Y RAMOS, G.: Diccionario del español actual, Madrid, 1999]. El término "Espiche" lo incluye el DRAE del que dice: «Estaca pequeña que sirve para cerrar un agujero, como las que se colocan en las cubas para que no salga el líquido o en los botes para que no se aneguen».

Piezas de un antiguo bujón o espiche (mercadolibre-com)
Dejando a un lado su utilización para taponar vías de agua en las embarcaciones de madera, y centrándonos en su utilización en las cubas para que no salga el líquido, nos acercamos definitivamente a los más antiguos y arcaicos "grifos" que el hombre construyó, que no dudamos los construyeran con la madera de Boj o Bujón dada su gran densidad, realizado en dos piezas: una en forma de "espiche", con agujero a todo su largo, y la otra que atravesaba la anterior en posición vertical, que se había agujerado transversalmente, de forma tal que cuando giraba podía interrumpir el paso del líquido por la primera, o lo permitía al coincidir sus agujeros.

Antiguo bujón o espiche montado (mercadolibre-com)

Este antiguo grifo no debió ser utilizado exclusivamente para toneles y otro tipo de continentes de madera. Es sabido que en este lugar existe un aljibe de recogida de aguas pluviales y de uso comunal, que probablemente dispuso de un buen bujón que permitía la salida del agua. En el año 2008 se realizaron obras de restauración de distintos aljibes en Ingenio. Eran depósitos subterráneos, cubiertos por bóvedas o arcos de piedra seca. 

Restauración del aljibe (La Provincia)

Como no difiere en mayor medida de una isla a otra, veamos lo que se cuenta de los aljibes de El Hierro: «... el sistema más habitual de captación de las aguas pluviales, tanto en los hogares como el campo, será la recogida de agua en aljibes, que en un primer momento se fabricarán de madera o de piedra (de archetes) , para finalmente pasar a realizarse de hormigón y cal a partir del siglo XIX. Esta última forma es popularmente conocida como ‘aljibes’, denominación que se atribuye a los depósitos mayores, mientras que tanques o tanquillas se llamará a los depósitos menores» (MARTÍN FERNÁNDEZ, C.S.: "Tecnología y sociedad en el abastecimiento tradicional de agua en la isla de El Hierro", Anuario Vegueta ULPGC, nº 10, 2008).

Hemos de considerar igualmente otra posibilidad en cuanto al origen del topónimo El Bujo, nombre con el que también es conocido en determinados lugares de la Península Ibérica unas colmenas construidas con barro.

«Hay un tipo de colmenas, poco extendidas en el espacio, que solía hacerse de obra de albañilería, con paredes gruesas. Estos colmenares, que se han construido con adobe, ladrillo, incluso, con bloques de piedra, son los llamados armarios y hornos. Estas construcciones, de forma cúbica o abovedada, contenían varias colmenas en su interior, cada una con su correspondiente salida al exterior (la piquera) para que las abejas pudieran salir al campo. Este tipo de colmenas tenía algunas ventajas, como su duración en el tiempo y ser más limpias.

Hornillos o bujos (conoce tucomarca-com)
Sin embargo, en contraposición, presentaba graves inconvenientes, como, de una parte, no poder combatir las temperaturas extremas, sobre todo el frío (aunque en algunas zonas de Cantabria, Burgos y Álava para aliviar el frío se ideó construir estas colmenas de obra en el edificio de la casa; para ello se labraban en la piedra del muro exterior unas cavidades que albergaban los panales de las abejas. Estos huecos reciben el nombre de hornillera y la colmena propiamente dicha se llama hornillo o bujo) y, de otra parte, su emplazamiento fijo, a diferencia de las hechas con materias vegetales, especialmente las de cajones de madera, que, por su ligereza, podían desplazarse según la estación y la mayor o menor abundancia de pastos o plantas melíferas para que las abejas pudieran alimentarse mejor… (TORRES MONTES, F.: “De los nombres de la casa de las abejas”, Actas del XXXVII Simposio Internacional de la Sociedad Española de Lingüística (SEL), Pamplona, 2008, pp. 837-845).

Entendemos que esta posibilidad es remota, de una parte porque desconocemos la existencias a abejeras o colmenas próximas a este lugar. Pero de otra parte, porque sostenemos la tesis de que los topónimos "Hornillos" se deben a estas colmenas de ladrillos y adobes, nombre que los castellanos dieron a las cuevas de habitación de los canarios construidas en altos escarpes con andenes, cuyos accesos cerraban con adobes o almagres. No encontramos lógica para que no se cumpla en este caso de El Bujo esta antigua costumbre identificativa, al margen de que puedan haber cuevas horadas en alturas.
  
Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

jueves, 7 de marzo de 2013

BRUJAS, DEGOLLADA, LLANO Y MONTAÑA DE LAS (MOGÁN Y TEJEDA)

Topónimos que agrupados conforman un espacio rural del Pinar de Ojeda sobre la divisoria de los municipios de Mogán y Tejeda,  muy cerca de la divisoria de ambos con la Aldea de San Nicolás, situados al naciente del Lomo de los Horgazales y de la Montaña de los Hornos. y al norte de la casa forestal del pinar que tiene a sus espaldas el Lomo del Corral de los Azulejos que cuelga sobre Veneguera.
 

Pinar de Ojeda (caminosdecanarias-blogspot)
En la isla encontramos muchos topónimos que hacen referencia a "brujas", de los cuales unos responden a la cultura aborigen más relacionados con la fuerza para combatir, otros a creencias en leyendas sobre "luces mágicas" o sucesos supuestamente paranormales, y otros más modernos como los que encontramos cerca de Montaña Blanca (Arucas) y de Los Giles (Las Palmas de GC), lugares que fueron rebautizados para señalar en los tiempos de los "silencios obligados" aquellos lugares vinculados a falsos aquelarres donde se perdieron los cuerpos de desaparecidos durante la Guerra Civil.

Si bien este lugar pudiera estar vinculado a los rituales aborígenes, en algunos casos conocidos como lugares de Corrales de la Santidad, del que ya hemos hablado en otras entradas del blog, me parece oportuno dejar constancia que también arribaron a la isla desde los primeros tiempos de la Conquista otras costumbres brujeriles, unas ciertas y otras adjudicadas perseguidas por el Tribunal de la Inquisición, como dan cuenta los documentos estudiados referidos al primer cuarto del siglo XVI (FAJARDO SPÍNOLA, F.: "Las Palmas en 1524: hechicería y sexualidad", Anuario Estudios Atlánticos, 1985).



Ortofoto (Google earth)
El perfil de los practicantes queda muy definido: «Los hombres suelen ser nombrados sólo por uno o dos testigos cada uno, y casi siempre por haber transmitido algo que sabían (una oración, un conjuro, ...), por decir que había mujeres que hacían esto o aquello. Sólo un indio y un morisco dicen que conocen y practican ellos mismos las artes mágicas. No hay ningún negro ni aborigen. Hay un genovés que aporta creencias de su tierra. De las mujeres denunciadas por hechicería, la mayor parte son castellanas, y luego portuguesas; pero hay un número elevado (diecinueve) de moriscas cuyos nombres se citan, y en una docena de denuncias hay referencias indeterminadas a moras o moriscas, con lo que aquella cifra se elevaría, incluso teniendo en cuenta que algunas de esas referencias trataran de las mismas mujeres ya mencionadas. Sólo hay una negra. Y, de las aborígenes de las islas, tres palmesas, una canaria, una gomera y una de El Hierro ».


Concretando la fuente su análisis dice «Está bastante extendida la idea de que "los moros e moras son muy grandes hechiceros". Repetidamente aparece que recurren a ellas las mujeres. Algunas de las hechiceras más denunciadas y  luego castigadas son, precisamente, moriscas ...» y despeja las dudas en cuanto a si hubo transmisión generalizada de la cultura y costumbre aborigen «Las isleñas, en conclusión, practican la magia de origen europeo o berberisco; pero no en grado mayor que las mujeres de otros grupos étnicos, sino, en todo caso, al contrario».

Vista (cabildoinsulargrancanaria)

A todas luces el oficio obtiene muy buenas ganancias con sus servicios de hechicería «... exigen tres o cinco varas de lienzo, una o dos doblas (500 maravedíes la dobla), o seda, corales y alguna joya de oro o plata. (...)se paga mucho más caro un propósito concreto, como, por ejemplo, casarse con determinada, persona, que algo más indefinido, como tener suerte en amores. Y normalmente se paga más por los remedios amorosos que por los sortilegios...».


De los hechizos amorosos para obtener propósitos recomiendan dar de comer o beber al hombre: sesos de asno, prietos, asados y molidos;  sesos de cabrito y de perrillos recién nacidos; corazón de pollos, polvos, ropa, cogollo de palma quemado, o un bollo hecho con harina pedida a una doncella y con agua que la mujer se hubiese echado por encima. Para atraparlos amorosamente bocado de pan o en una tajada de "diacitrón"  hecho con carne de la cidra, de resonancias celestinesca, y dando la verbena cogida la mañana de San Juan. Destaca el buen "remedio" de hacer ingerir al hombre el paño majado con el que la mujer se hubiese limpiado la natura, o un huevo que había sido puesto en la natura de la mujer dos veces.


El aquelarre de Francisco de Goya (Museo Lázaro Galdiano)
En casos más extremos recetaban que debía darse de beber en vino su sangre menstrual; o el vino después de lavarse los sobacos; y hace beber al marido la orina o el sudor de los dedos del pie de la mujer en vino. Se daban incluso rezados para la mujeres rivales: «así como bebes mis meadillos. así hagas mis mandadillos».


Son muchas las menciones a la magia por contacto o contagio para distintos fines: tomar pedazos o piezas de ropa, sábanas, quemar polvos con la ceniza para enterrar, pelos, candiles, etc. sin olvidar los hechizos con espejos de acero: «que tomando un espejo de los que se cierran en son de caxa, que dicen las palabras: "fulano aquí te lego, que no tengas parte con otra mujer sino conmigo", y que cierren el espejo y que no terná parte con otra alguna mientras que el espejo estoviese».


Una interminable lista de recursos con agua bendita, hilos anudados, piedras, todo tipo de ritos de saltos, palmadas, sin olvidar las oraciones y conjuros al Sol, a la Luna, a las estrellas, a las ánimas y a todo tipo de santo,... que reportaban a la bruja o hechicera grandes beneficios económicos, tanto en la moneda canaria como en joyas y metales preciosos.


Eran polifacéticas, y se recurría a ellas aunque estuvieran perseguidas por la Iglesia para todo, hasta para adivinar quién le había robado, curar un mal, y para obtener todo tipo de beneficios. Prácticamente lo mismo quinientos años después.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)
   

domingo, 3 de marzo de 2013

BILIANDRA (SAN MATEO)

Topónimo con el que es conocido un pequeño lugar rural de Camaretas, encajado en la Hoya del Gamonal y Los Viñátigos.

Cueva de Biliandra (Patrinet)
El topónimo tiene su origen en la corrupción del antropónimo de Alexo de Belandia quien solicita una data al Cabildo el 21 de agosto de 1549 dando una clara identificación del territorio cuando dice:

 «... me hagan merçed de un pedaço de tierras que es en el termino del Gamonal en la hoyada desde el portezuelo asomante a las camaretas y a la cañada de los vinaticos y por aquella misma hazera sobre la mano derecha del barranco a dar a una tierra albariza blanca que va a dar al camino de Tirajana e de la otra vanda del linda contra el Risco de Tintiniguada e a dar abaxo a la montaña Bermeja e donde esta un pino en que podra aver çient fanegadas de tierras y mas, las quales hasta agora no an sido aprovechadas de persona alguna e yo las querria para hazer un asyento que pueda sembrar e plantar de viñas y otros arboredos e frutales. E otrosy suplicvo a vuestras señorias para el serviçio de las dichas tierras me agan merçed de dos cuevas que estan en ellas a la fortaleza que dizen que esta en un rrisco a la vanda de arriba ...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).


Ortofoto (IDE Gran Canaria)
Además de dar Alexo de Belandia información suficiente para localizar sus tierras, nos acerca a un territorio arqueológico del que pocos vestigios quedan, salvo la cerámica encontrada hace muchos años en las cuevas de Beliandra antes de su destrucción por la construcción de un camino rural y en las cuevas de Los Viñátigos.

Cueva de Los Viñátigos (Patrinet)
Sí quedan en el entorno topónimos que nos aproximan a la cultura aborigen que estuvo asentada en el lugar, como son la Montaña de la Sepultura al norte, el Gorito de Mena al sur y la Cañada de la Fortaleza al naciente, términos vinculados a costumbres funerarias, pastoriles y defensivas que atrajeron de alguna forma la inspección que en el lugar realizó, en la segunda mitad del pasado siglo, el desaparecido comisario de Patrimonio Sebastián Jiménez Sánchez para realizar sus informes.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)