martes, 23 de julio de 2013

VERDUGADO, LOMO EL (STA. MARIA DE GUÍA)

Topónimo con el que se conoce el morro que forma el interfluvio entre los barrancos de Moya y de San Felipe, este último formado por la unión de los barrancos de Calabozo y de Valerón.

Vista del lomo (hachePH)

Algunas fuentes dicen en cuanto al origen del mismo que «El nombre de "EL Verdugado" tiene origen en las suertes de tierra que en el siglo XVI le fueron asignadas al verdugo de la Real Audiencia como dotación. En esta misma zona tuvo tierras en los siglos XVIII y XIX, la noble familia de Verdugo» (JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S.: "Los yacimientos arqueológicos del Morro del Verdugado, La Lapa ...", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 11, 1965), información que no podemos ampliar por no darse más referencias bibliográficas por el fallecido Delegado de Excavaciones Arqueológicas en su ponencia. 
Croquis S. Jiménez Sánchez (Ibídem)
Ante tales aseveraciones que hemos de considerar fundamentadas en sus propias investigaciones, parece interesante conozcamos la escasa información del oficio de "verdugo" que «es antiguo pero mal documentado. El fuero de Gran Canaria estipula su existencia, mientras que los acuerdos del cabildo de Tenerife citan algunos de sus titulares: Francisco Diaz, Juan de Castilla y un tal Valladolid y el salario que les estaba señalado, tres doblas para el segundo de los citados y 2.000 maravedíes para el tercero. Su función era la ejecución de las penas impuestas por la justicia, no sólo las capitales, sino ,más comunmente, las de azotes, mutilación de miembros, etcétera» (AZNAR VALLEJO, E.: La Integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla. 1478-1520, Madrid, 1983).

La única mención documentada que tenemos sobre un verdugo en esta isla es de «María Gómez, de Ávila, mujer de Pedro González, verdugo» (FAJARDO SPÍNOLA, F.: "Las Palmas en 1524: hechicería y sexualidad", Anuario Estudios Atlánticos, 1985).

Alto del lomo (Patrinet)
La descripción que el mismo investigador realizara del yacimiento allí encontrado nos acerca a la importancia que pudo tener en la prehistoria de la isla por su propia localización:

«El que fue lugar de un modesto poblado aborigen montaraz, y por lo tanto esencialmente pastoril, de cuevas y de alguna otra vivienda de piedra sin adobes, es un exponente reiterado de atalaya y de balconada estratégica, como tantos otros que hemos localizado por toda la costa de medianías de Gran Canaria. Su altitud sobre el nivel del mar alcanza los 400 metros. Fue lugar verdaderamente excepcional no ya por los amplios horizontes que dominaba, sino muy principalmente por disponer de abundantes pastos, buenas tierras de sembradura g de aguas corrientes de barrancos y nacientes» (IBÍDEM). 

Detalle (Patrinet)
El conjunto arqueológico está conformado por cuevas viviendas, cuevas y solapones funerarios, vivienda de piedras sin adobes, tagoror y muros de limitación y cerca.

Siguiendo la ficha de PATRINET, en lo alto del morro se identifican estructuras de piedra. Una circular de unos 4 metros de diámetro, de una hilera de piedras. Adosada al norte de esa otra estructura circular de unos 6 metros de diámetro, de varias hiladas de muro, con entrada orientada al sur. al igual que la anterior, esta estructura tampoco tiene un acondicionamiento interior. Estas estructuras se encuentran protegidas con dos muros de piedra seca, al norte y sur, con pequeños derrumbes. 

Cuevas de habitación (Patrinet)
Dice el investigador sobre estas estructuras que «Responde al clásico recinto llamado "tagóror", que indefectiblemente venimos registrando en los poblados aborígenes canarios, lo mismo de litoral que de medianías y cumbres; recinto circular en el que los moradores de aquéllos hacían sus juegos, como la lucha y danza, y sus asambleas, y aún, por falta de "almogarén" o santuario, sus reuniones sacrales», señalando además que es de tipo sencillo, y unido al mismo se encuentra un caserón de piedras «de planta elíptica con un diámetro mayor de 5,40 metros y menor de 4,60 metros».

Detalle cueva habitación, con aprovechamientos posteriores (Patrinet)
Las cuevas naturales que fueron utilizadas como viviendas son tres, una de ellas es un canal lávico de unos 50 metros de profundidad, con un espacio útil es de unos 15  por los derrumbes del techo, con restos de un muro de separación, con material en superficie (cerámica y fauna).


En el andén inferior, hay un solapón natural de unos 4 metros de profundidad por 3 de ancho, con un muro de acondicionamiento en su entrada. La última la cueva parece otro canal lávico de menores dimensiones, con material en superficie de cerámica y fauna.
Cuevas funerarias (Patrinet)

En el andén inferior al lomo se encuentra los solapones funerarios, en un número de veintitres23, dispuestos de forma consecutiva a lo largo del andén, doce de los cuales con restos óseos visibles (fragmentos de cráneo y huesos largos). Se estima pudieron servir como depósito secundario por sus reducidas dimensiones.
 
Túmulo funerario (Patrinet)
Destaca en especial uno de estos solapones que presenta una gran acumulación de huesos dispuestos en un amontonamiento, posiblemente producto de expolios, y la presencia de fragmentos cerámicos. Por último una pequeña estructura tumular formada por un círculo de piedras de gran tamaño que se ha rellenado con otras de menor tamaño.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

lunes, 22 de julio de 2013

VALIDO, ROQUES DE (VALSEQUILLO)

Topónimo con el que son conocidos los roques situados al norte del municipio, en la divisoria con los municipios de Telde y Santa Brígida, elevaciones pétreas de lavas fonolíticas de las cresterías que van desde El Montañón al poniente hasta los Riscos de Collado al naciente, estos últimos  separando el Valle de San Roque del Valle de Casares.

Estos septentrionales roques de Valido alcanzan una altitud de 750 metros sobre el nivel del mar y dibujan prácticamente una línea recta con la montaña de El Helechal y los Roques de Tenteniguada, atravesando el llamado "circo" geológico de Tenteniguada, drenado entre otros por los barrancos de San Miguel, de Tenteniguada, La Plata, Los Mocanes y San Roque.
Estanque Hondo (Fedac)

Ya el lugar es mencionado con asentamientos poblacionales en el siglo XVI, de pequeño tamaño según resulta de los libros parroquiales de Telde, jurisdicción a la que pertenecía Valsequillo, en los que se detallan con posterioridad: en el siglo XVII diez bautismos, cuatro fallecimientos y una unión matrimonial; en el siglo XVIII los bautismos ascienden a veintiuno, los fallecimientos diecinueve y dos uniones matrimoniales donde uno de los contrayentes es de este lugar (RODRÍGUEZ CALLEJA, J.E.  Y VIERA ORTEGA, A.J.: "Población", Estudio Histórico de Valsequillo de Gran Canaria, Tomo I, Las Palmas de GC, 2006).
Ortofoto angular de los roques de Valido (Google earth)

Es en este tiempo cuando se incluye su mención en el "Mapa y estado de Gran Canaria" del Marqués de Tabalosos (1770-1776), donde se habla de Roque Valido, Barrancos y Goteras de arriba.


Estas informaciones acreditan documentalmente la existencia del topónimo prácticamente desde los primeros tiempos de la Conquista de la isla, circunstancia que de alguna forma deja sin argumento las tesis que otras fuentes sostienen que el topónimo se deba al antropónimo de "Valido", apellido que no se encuentra entre los que arribaron en las seis etapas inmediatas estudiadas (PLATERO FERNÁNDEZ, C.: Los apellidos en Canarias (españoles y castellanizados), Las Palmas de GC, 1992), estimándose pudo arribar a la isla a lo largo del siglo XVIII.


 
Ortofoto frontal de los roques de Valido (Google earth)
Parece por tanto que el origen del topónimo sea la corrupción de "Roques del Balido", expresión que nos puede aproximar a los lugares tipificados por los primeros castellanos como "baladeros" de los canarios.


Muy próximos al lugar, además de los grandes asentamientos aborígenes localizados en El Colmenar de Arriba, encontramos vestigios en las tres cuevas de la Corona del Montañón y el Peñón de la Negra de las Mesas, ambos con evidencias de cazoletas y canales horados que se unen al mundo religioso aborigen que según la tradición dice de la existencia de un "almogarén" que existió en la Plaza de San Miguel y otro en la Montaña del Helechal, de las cazoletas de los Roques de Tenteniguada y Saucillo, o de Lomitos de Correa, además de los especiales enterramientos encontrados en las cuevas del poblado del Colmenar Alto. Sin olvidar el enigmático Gurugú de Santa Brígida al otro lado de las cresterías más al norte.
Corona del Montañón (Patrinet)
 Cuenta la crónica de Espinosa que «... cuando los temporales no acudían, y por falta de agua no nacía yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos logares que para esto estaban dedicados que llamaban el baladero de las ovejas, e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas, y hacían estar las madres al derredor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y las proveía de temporales ...».


Otras fuentes etnohistóricas sitúan esta ceremonia religiosa muy cerca de aquí. «... José María Zuaznávar y Francia en su 'Diario de mis ocupaciones durante mi mansión en Telde a fines del año 1805 y principios de 1806' consigna en el apartado relativo al 26 de octubre un esclarecedor e interesante comentario relativo a la evolución de baladero a bailadero: "También vi este día una hacienda de don Agustín La Roche, vecino del Real de Las Palmas, situada a la entrada del pueblo en la orilla del Barranco; hoy la llaman el Bailadero; pero Cristina Báñez, muger de Alonso Matos, cuya era el año 1570, le da el nombre de Baladero en su testamento otorgado aquel año ante Juan de la Vega, sin duda porque, según tradición que hay en el pueblo de Telde ..." » (DÍAZ ALAYÓN, C.: "Tres aportaciones sobre toponimia prehispánica de Canarias", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 36, 1990).

Casa cueva (Fedac)
Como ocurre con los otros lugares mencionados de Valsequillo, los vestigios arqueológicos que permitan avalar en su totalidad esta teoría prácticamente han desaparecido por los aprovechamientos posteriores en el lugar, donde solo ha quedado la tradición pastoril del municipio.


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

sábado, 20 de julio de 2013

TURMÁN, LLANOS DEL (AGAETE)

Actualización; 23-dic-2016.
Topónimo con el que se conoce el llano asentado sobre una lomada enmarcada al sur por el barranco de Agaete y al norte por el barranquillo de La Caleta, cuyo cauce está separado del barranco del Juncal por el Lomo de Las Moriscas

En la punta de los Llanos del Turmán, junto al cantil sobre el litoral se ha construido una moderna urbanización residencial.


Vista aérea (Lares Estudio)

Podría confundir que podría tratarse de un topónimo aborigen, pues incluso hay una antigua voz como "Turmal", así como otras variables que figuran en documentos públicos, y que podría guardar relación con los vestigios que allí existieron,

O también, porque su suelo esté formado por "turmalinas" (ciclosilicatos), minerales en distintos colores con propiedades "piroeléctricas" que una vez calentados pueden atraer objetos ligeros como las cenizas, papel, paja y viruta de madera, por cuya propiedad es utilizada en equipos para medición de presión, instrumentación submarina y otros.


Las Salinas y bocabarranco (amigosdelaspalmerascanarias-blogspot)
Y no es así, según algunos investigadores su sustrato está formado de sedimentos terrestres (rocas, guijarros, arena y otros restos) procedentes de los fondos de las aguas costeras poco profundas y de la playa, que fueron depositados hasta lugares situados a 188 metros sobre el nivel del mar  hace 830.000 años, trasladados por la onda marina del "tsunami" cuando el sector de Güímar, en el flanco oriental de Tenerife, se derrumbó y cayeron al mar 44 kilómetros de roca (PÉREZ-TORRADO, F.J.: "Tsunami, depósitos relacionados con el colapso del flanco en volcanes oceánicos: Las pruebas del Valle de Agaete", Geología Marina, 227, 2006).

Pero el origen del topónimo es consecuencia de ese sustrato de viejas rocas y arenas marinas, y más concretamente porque en este lugar se llevaba a los cochinos a comer en los “turmeros” que allí se daban de forma natural, y así adquirió el nombre del llano del  “turmal”, que ya en los tiempos actuales ha quedado como “turmán”.

La Caleta (rosagrancan-blogspot)
El “Turmero” es un canarismo recogido en el diccionario (ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA, 2010) correspondiente a una planta, que recoge su nombre científico y descripción:

«(Helianthemun canariense) Planta de la familia de las cistáceas, que se caracteriza por ser muy ramificada, tener hojas ovaladas densamente vellosas y de color verde grisáceo, y flores pequeñas y amarillas. Se desarrolla en ambientes áridos y arenosos, y en sus raíces crece la criadilla de tierra o papacría».
 
Turmero (floradecanarias-com)
Científicamente «es una especie nativa, presente en todas las islas. Pertenece al grupo de especies arbustivas que no sobrepasan los 25 cm, con tallos procumbentes ascendentes. Las hojas son ovadas, menores de 1 cm, ovadas y densamente velloso-plateadas» (floradecanarias-com).

Pero aquello que tiempos atrás comían los cochinos que eran llevados al llano del “Turmal”, no era la planta, pues buscaban la “criada” o “criadilla de tierra”, escarbando con sus patas hasta llegar a la raíz del turmero. La “criada” incluso llegó a ser un alimento para los canarios en tiempos de hambrunas.
 
Detalle del turmero (floradecanarias-com)
Y los avatares de los tiempos modernos han hecho que en se le conozca también como “trufa del desierto” a la popular "criada", y ello ha abierto una expectativa en las islas con suelos arenosos y el estudio de los micólogos (micología: ciencia que trata de los hongos).

«Lanzarote y Fuerteventura desarrollan con buenas perspectivas de éxito el intento de cultivar un hongo que crece silvestre en sus campos y montañas. Pero todavía sigue siendo un producto restringido apenas a un mes del año (marzo) que se recolecta silvestre asociado a dos plantas en cuyas raíces crece hasta tener el tamaño y la forma de una papa (de hecho, en Lanzarote la llaman “papa cría”).

Estas dos plantas son el turmero (Helianthemum canariense) –la más abundante y más frecuentemente asociada al hongo en estas dos islas, y el astillejo (nombre popular que reciben tanto el H. ledifolium como el H. villosum), junto al que los recolectores de Fuerteventura también buscan la “criada”, como llaman ellos a este hongo que ahora se da a conocer también como trufa del desierto.

Flor del turmero (floradecanarias-com)
Precisamente en esta última isla, donde la recolección en campo de la criada es una afición muy extendida y se puede llegar a vender en ocasiones hasta a 50 euros el kilo, ha tenido lugar el III Encuentro de Recolectores de Criadas, que organiza una asociación cultural de arraigada presencia en la isla que la vio nacer hace 25 años: la Fundación Colectivo Mafasca» (PELLAGOFIO Blog de la revista, Semana 10, 7-mar-2011).

De las investigaciones que realiza la Sociedad Micológica de Gran Canaria, su presidente Vicente Escobio García, decía de la críada (Terfezia canariensis):

«En el caso de las criadas, por ejemplo, trabajamos con la Universidad de Murcia. Nosotros recolectamos, hacemos la microscopía, secamos los hongos y les mandamos las muestras a nuestros compañeros de Albacete, que son los que terminan el trabajo en Murcia. Y se han obtenido resultados interesantes: la más común en las islas. Y como hagas el ADN a muchas de las setas canarias las vas a acabar cambiando todas, porque aquí tenemos una separación física con Europa y el norte de África clarísima de miles años.

Desde hace dos años ya se considera endémica y vive en La Graciosa, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Gomera. Y ahora vamos a sacar otra cosa interesante a partir de material recogido en Tenerife que hemos enviado a Albacete: la tercera especie mundial de un género (la primera se citó para Sudáfrica, la segunda para la Península Ibérica y la tercera ahora se cita para Canarias), otra criada, pero no Terfezia sino del género Eremiomyces» (MILLARES, Y. (2014): “Cita con Canarias”. En Pellagofio, núm 18 , 2ª época, mar).
 
Criadas de la especie ‘Terfezia pini’, llamadas 'papas tumba' en las medianías
 del norte de Gran Canaria (Revista Pellagofio).
Según la carta arqueológica de Agaete, distintas informaciones orales sustentan la desaparición de vestigios arqueológicos en una cueva natural situada en el cantil costero entre Las Salinas y La Caleta. Se trataba de una cueva artificial con zócalo pintado. También los informes realizados por el desaparecido Comisario de Patrimonio Sebastián Jiménez Sánchez incluían una referencia a « túmulos a base de torreoncillos de piedra»" en los "Llanos del Tumas", que también han desaparecido.

Las historia de estas tierras guarda relación con la propia del Hospital de San Lázaro de la Ciudad, que además de recibir donaciones de los enfermos de lepra con patrimonios, llamados "lazarinos", consistentes en tierras que eran dadas en rentas y aportaban ingresos para el sustento de esta institución, recibía también datas reales de tierras con igual fin dado el reconocido interés benéfico y social pues atendía a muchos enfermos pobres.


El cantil (bookaris-com)
«... A estas propiedades obtenidas ya por la fuerza ya mediante legados, se añadieron, para el sostenimiento de la institución y de los enfermos más pobres, ciertas dádivas reales procedentes de las rentas obtenidas por el reparto entre los vecinos de los terrenos baldíos de Amagro en Gáldar y los del Lomo de Turmal, Cuevas Blancas y Caleras en Agaete, siendo dichas datas concedida por Real Cédula de 16 de enero de 1741 y confirmadas mediante Carta Orden de 15 de junio de 1745.

En general, las tierras, muchas de ellas de escasa productividad, se entregaron a vecinos de localidades cercanas a la zona, con la obligación de pagar por cada suerte labradía y trozo montuoso un real de plata anual perpetuo al Hospital. El deslinde y reparto de las tierras de Agaete generó un largo pleito, desconociéndose si se llevó a cabo tal adjudicación, en todo caso las suertes entregadas en Amagro se elevaron hasta un total de 390 fanegadas de tierra, suponiendo unos ingresos anuales modestos para el Hospital al equivaler a 360 reales de plata ..». (QUINTANA ANDRÉS, P.: "La lepra y la elefancia en Canarias a comienzos del siglo XIX ...", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 46, 2000).


Vista rampa barranco de Agaete (Google earth)
El litigio por la propiedad de estas y otras tierras de Agaete se mantuvo aproximadamente por veinte años del siglo XVIII:

«... A comienzos de la década de 1740 este litigio entre los vecinos de Agaete y la casa de Manrique sobre la ocupación o no de tierras de realengo entra en una nueva fase conflictiva, toda vez que el Hospital de San Lázaro sigue autos contra dichos vecinos sobre "los terrasgos del Lomo del Turmal, Cuebas Blancas y Caleras para sortearlas entre dichos vecinos en virtud de facultad real que tubieron, tanto para estos terrenos como los que se nombran de Armagro".


Vista de los llanos (Google earth)

Estos autos tuvieron su comienzo el 29 de octubre de 1745, se practicaron deslindes y los peritos declararon que en la merced se hallaban comprendidos varios terrazgos que usufructuaba don Agustín Manrique. 

Este y el Teniente Coronel Agustín del Castillo alegan el 19 de noviembre de 1763 que tales terrazgos eran suyos, y tras la presentación de testigos se expide auto de 22 de septiembre de 1764, por el que se mandó "se aga el sorteo y repartimiento de las tierras del lugar de Agaete", en conformidad con lo prevenido en el de 16 de noviembre de 1763, sin incluir las que se consideraron pertenecientes a la casa Manrique y Castillo, a los que se les mantenía en su propiedad » (SUÁREZ GRIMÓN, V. J.: "Propios y realengos en Gran Canaria en el siglo XVIII", III Coloquio de Historia Canaria-Americana, 1978).

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)