viernes, 8 de junio de 2012

GÜIGÜI, MACIZO Y PLAYAS DE (ALDEA DE SAN NICOLÁS)

Actualización 11-sep-2016
Topónimo aborigen con el que se conoce un amplio territorio situado entre el septentrional Vallehermoso y el meridional Tazartico en la costa más al poniente de la isla.

En cuanto a su grafía dice el cronista Francisco Suárez Moreno que cuando se pretende transcribir el primitivo Guguy, en el siglo XVIII, se pone la diéresis sobre las letras "u", y, en la relectura del pretendido Guguy, surge el Güigüi, que es un término canario relacionado con precipicios como Taguy, que se encuentra en el barranco de Siberio, en Los Galgares; o los dos barrancos de Guguy y Guguillo, en El Risco de Agaete; o el Guro que se halla en la cabecera de Furel.

Macizo de Güigüi (Gevic)
Los debates sobre la correcta grafía en las lenguas orales muertas se sustentan en hipótesis de difícil confirmación, pues cuando los castellanos escucharon por primera vez estos términos de los aborígenes, unos lo entendieron de una forma, y otros muy distinto, pues la percepción fonética es distinta cuando se pretende interpretar un lenguaje incomprensible. Es por tanto un debate presuntamente estéril.

Playa Güigüi Chico (grancanaria-com)
Este amplio territorio calificado como Reserva Natural Especial comprende un macizo de abruptos relieves en el Oeste de la isla. Al Norte está el Peñón Bermejo y descendiendo hacia el Sur, las cuatro playas: la del mismo Peñón Bermejo; Güigüi Chico, que en realidad es más grande; la playa del Medio, donde está la famosa duna; y, Güigüi Grande, hasta donde llegan los dos senderos que se conocen.

Playa Gúigüi Grande (Faycan Hurter)
Su difícil accesibilidad ha permitido que el impacto antrópico esté minimizado. La ficha técnica del Jardín Botánico Viera y Clavijo la define como un área que alberga cortos y encajados barrancos, así como escarpados acantilados en todo el perfil costero, acogiendo una interesante muestra de cardonal-tabaibal e importantes restos de bosque termófilo. También incluye la única muestra que existe en la isla del cedro canario (Juniperus cedrus) y un elevado número de plantas endémicas, como el cabezón (Cheirolophus falcisectus).

Cedro canario (floradecanarias-com)
El cedro canario es un endemismo macaronésico, que vive en Canarias y en la isla de Madeira. Se trata de un arbusto o árbol de hasta quince metros, con ramas más o menos colgantes. Hojas aciculares, planas, y conos globosos axilares, de color marrón rojizo al madurar. Esta especie se incluye en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, como en peligro de extinción en la isla de Gran Canaria. 


Cabezón (botany-cz)
El cabezón es una planta arbustiva perenne que llega a alcanzar el metro de altura. Tallo erecto, subleñoso y cilíndrico cuya corteza de color marrón posee cicatrices escamosas y prominentes en su parte inferior; las ramas jóvenes tienen un color verde-violáceo.

Las hojas, de dos a cinco centímetros de ancho y de nueve a quince de largo, son pecioladas enteras y con abundantes glándulas. Inflorescencias con dos a siete capítulos de trece a dieciocho milímetros de diámetro y color purpúreo. Florece de junio a julio y fructifica en agosto.

El acceso por el mar (Santi Blanco)
Todo el macizo del Suroeste fue desde el principio de realengo. Los valles fueron ocupados poco a poco por familias que cultivaban cereales y frutos en lo que, según cuentan las crónicas, era un vergel con distintos nacientes de agua y caminos serpenteantes que comunicaban unas playas con las otras.
 
Así, en los valles de Güigüi Chico y Güigüi Grande, en 1785 se contabilizan uno y cuatro vecinos respectivamente, en viviendas dispersas, aunque en el verano, con la recogida de las sementeras y las frutas, entraban unas ocho familias de La Aldea. El censo parroquial de 1820 recoge un total de ocho familias con veinticinco miembros.


Un paisaje singular (Alejandro Melián)
Es en este contexto en el que nace el Registro de la Propiedad de Guía. Gran parte del macizo del suroeste, desamortizado o no, aparece desde el 24 de enero de 1867 como Propios del Ayuntamiento, hecho en el que la corporación basa su defensa en el litigio que mantiene con un particular sobre la propiedad. Estas tierras realengas fueron desamortizadas y vendidas, una parte a distintos propietarios, y otras, traspasadas al Ayuntamiento, que las consideró públicas por ser de realengo.

El cronista de La Aldea, Francisco Suárez Moreno, quien ha investigado y estudiado en profundidad los acontecimientos habidos con la propiedad del territorio, nos ha hecho una buena síntesis de lo que recoge en sus libros Pleito de la Aldea. 300 Años de Lucha Por la Propiedad de la Tierra [(1990) Las Palmas de Gran Canaria: Ed. Cabildo de Gran Canaria, pp. 137-139, 156-157 y 260-261] y La historia de La Aldea de San Nicolás [(1999) Las Palmas de Gran Canaria): Ed. Centro de la Cultura Popular Canaria, pp. 96-101 y 104], que nos acerca a los conflictos habidos con el dominio de la propiedad:

Playas intermareales al pie de los cantiles
«1.- Casi todo el macizo del Suroestes desde Amurgar-Peñón Bermejo a Guguy Grande, 4.480 fanegadas, se inscribe el 24 de enero de 1867 como bienes de propios, en el Registro de La Propiedad, por el Ayuntamiento de La Aldea, inscripción que se hace definitiva en 1871 (libro I San Nicolás Registro Propiedad de Guia), fincas 1, 2 y 3. En 1974 el Ayuntamiento de La Aldea reconoce y se reafirma con posteriores acciones registrales sobre las fincas citadas 1, 2 y 3, ahora 4.100 fanegadas.

2.- En 1872 el Estado desamortiza esta zona producto de lo cual en subasta pública, adquiere el 18 de agosto de 1873 Antonio de Armas los cortijos de Peñón Bermejo, Guguy Chico y Guguy Grande (Libro III, finca 77 a 82), cortijos que pertenecían a las inscripciones de bienes de propios registradas en 1867-1871, que no son inscritas estas tierras desamortizadas como segregaciones como hubiera sido lo lógico.

3.- Dichos cortijos de Peñón Bermejo, Guguy Chico y Guguy Grande, se van vendiendo hacia 1900 por los herederos de Armas, los Bethencourt Armas y Bethencourt Reina a los pastores que tenía arrendados y a otros.

Es así como esa propiedad fragmentada en cortijos pasa a las familias del lugar entre otras María Dolores León Espino (Tasartico-Guguy), Umpierrez y otros como Cristóbal Quintana natural de Taguy en Tejeda».

El poniente de la isla (foros-vogue-es)
A partir de los inicios de los años 80 del pasado siglo, de alguna manera se especula la posibilidad de su aprovechamiento turístico con la adquisición de cortijo por parte de la sociedad filial de la Caja Insular de Ahorros, Promociones Turísticas Canarias, participada que tras la paralización de un expediente de dominio por la oposición del Ayuntamiento de La Aldea haciendo prevalecer su antiguo registro, vende las tierras afectadas a la sociedad matriz.

Este acontecimiento motiva que Ayuntamiento y Cabildo promuevan y obtengan la calificación de Parque Natural en 1987. Al siguiente año aparece un nuevo comprador, el inversor suizo Helmut Rahms, en representación de la sociedad Pellerine Ltd., que por 240.000 euros adquirió esa buena porción del territorio. El punto final a las pretensiones sobre la propiedad privada de la tierra termina cuando el Consejo del Gobierno de Canarias del 19 de diciembre de 1989, acordaba el expediente de expropiación forzosa, que el día 10 de enero del siguiente año pasaba a información pública. En 1994 fue declarada la Reserva Natural Especial.  

Ortofoto macizo de Güigüi (Google earth)
En la desamortización de las tierras de baldíos y realengos que mantenían esa condición desde la Conquista, las cuatrocientas noventa y nueve fanegas de «Tierras para pastos en Güigüi el Grande», las trescientas setenta y dos de «Tierras para pastos en Güigüi el Chico» y las cuarenta de «Tierra en las Estanquillas de Güigüi» salieron a remate en 1873 y fueron vendidas, la primera a Juan B. Quintana Rodríguez, jornalero de San Bartolomé de Tirajana, por 360 reales de vellón, y las otras dos a Antonio de Armas, propietario de Agaete, por 2.400 y 300 reales de vellón respectivamente.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)




GUAYEDRA, VALLE DE (AGAETE)

Actualización 5-may-2016
Topónimo aborigen que se da a un amplio territorio comprendido entre el Lomo del Manco y el Lomo de Faneque, a ambos lados de la carretera Agaete-Aldea de San Nicolás (GC-200). Después de la Conquista en este lugar tuvo su residencia el Guanarteme de Gáldar de acuerdo con la petición que hizo de su propiedad a los Reyes Católicos, presuponiéndose que así lo hizo porque ya era suyo en la época prehispánica antes de que fuera apresado, bautizado y conducido ante la Corona castellana.


Guayedra de Abajo (Fotografía: Nacho González)
Dice Abreu Galindo: «… A Fernando Guanarteme, le hicieron bautizar los Reyes Católicos y le prometieron, lo que pidió, que a su vuelta a Gran Canaria le hiciesen merced de un valle y asiento que tenía que se llamaba Guayedra, de muchos higuerales y no sirve más que para pasto de ganado, que era principal hacienda de canarios…». Añade Viera y Clavijo: «… Guayedra no es más que una ladera de montañas y riscos escarpados que corren hasta la ribera del mar…».

Pero el territorio de Guayedra, es mucho más de lo expresado por Viera y Clavijo. Tanto por sus antecedentes prehistóricos de su poblamiento, como el medio físico con su importancia botánica, Guayedra fue definido como “Término Redondo” en el perdido tratado firmado en 1483 entre Tenesor Semidán y los Reyes Católicos, preservando el territorio deslindado como jurisdicción administrativa y fiscal dentro del Derecho Estatal e Internacional, y así fue defendido y razonado históricamente por el profesor Antonio Rumeo de Armas ante las Cortes Franquistas en 1972 para el reconocimiento del derecho foral canario.

Panorámica (fotosaereasdecnarias-com)
«Cuando en el Seno de las Cortes expusimos de viva voz esta realidad indiscutible, nuestras palabras produjeron auténtica sorpresa. Y nos agrada confesar que el crédito obtenido a tales afirmaciones convirtió por ensalmo a los Reyes Católicos a todo lo largo de los debates, en los auténticos instauradores del Sistema de Franquicias» (Cita de BETHENCOURT MASSIEU, A.: “Don Antonio Rumeu de Armas y el régimen económico fiscal de Canarias”, Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 55, 2009, pp. 701-716).

Este asiento concedido a Fernando de Guanarteme tuvo limitaciones para la acogida en el mismo a otros canarios, según resulta de las pesquisas realizadas el 27 de septiembre de 1491: «... Orden a Francisco Maldonado, pesquisador de la isla de la Gran Canaria, para que vea los canarios que viven con Fernando de Guanarteme y el asiento que con éste se hizo al conquistar la isla, y si hay más de cuarenta; que fueron los concedidos para que en ella viviesen con dicho Guanarteme, los haga salir para que vayan a cualquier parte del Reino o fuera de él, donde quisieren. Dicha medida se debe a la petición presentada por Fernando de Porras, en nombre del concejo, justicias y vecinos de Gran Canaria, que temen que se levanten tales canarios, que han pasado de cuarenta a ciento cinquenta en ocho años, dado el escaso número de cristiano» (AZNAR VALLEJO, E.: Documentos canarios Registro General del Sello (1476-1517), Sta. Cruz de Tenerife, 1981).

Horno en Guayedra de Arriba (Fedac)
«Los propios Reyes Católicos, en su cédula de 1491, la que dictan tras la denuncia del gobernador Hernando de Porras por el exceso de población de la que se había rodeado Tenesor Semidán, bautizado Fernando Guanarteme y apadrinado por el rey católico, expresamente citan que Guayedra le había sido dada al régulo indígena por asiento ─que en definición de Castilla significa tratado o pacto de paces─ hacía ocho años, es decir en 1483, con ocasión de su estancia en los alcázares de Córdoba, donde los católicos monarcas seguía de cerca las campañas bélicas para ultimar la conquista del reino nazarí.

Tal dato, por sí solo, evidencia que el repartimiento documentado por Pedro de Vera el 19 de octubre de 1485, del que se conserva una certificación original expedida por el escribano público Juan de Ariñez, que obra en el archivo de Alcialcázar ARCHIVO ACIALCÁZAR, Legajo Guanarteme (sin fecha), no constituye más que una confirmación minimizada en lo que pudo por su renuencia a dejar constancia del tratado, pero que, aun así, expresamente reconoce que se dio como “Término Redondo”, lo que en derecho de Castilla significa territorio exento de la jurisdicción de todos los pueblos comarcanos ─acepción que figura en los diccionarios de la lengua española─, única propiedad que dieron los reyes directamente y que reconocieron con ese carácter los gobernadores y justicias mayores de la isla.

Playa de Guayedra (José Toribio)
Fernando Guanarteme reservó en los pactos de paces el territorio de Guayedra, no como una propiedad particular, sino como el resto de la isla que quedaba bajo su jurisdicción real, una vez garantizado a Castilla el derecho de ocupación ─con condiciones─ del resto de la isla, porque ése era el principal interés de la potencia expansionista, para asegurarse la base geoestratégica que necesitaban en la ruta hacia África, donde estaban las riquezas que ambicionaban. Acceder a la reserva del enclave indígena, al ser compatible con su interés prioritario, no les ocasionaba ningún problema.

Que el territorio excluido era para los indígenas como una suerte de mini-estado lo evidenciaría el hecho de que el propio Fernando Guanarteme ni lo mencionó en su testamento, otorgado en La Laguna en 1512 ante seis testigos ─por seguir aquí la tesis de que se trate del testamento del rey de Gáldar, algo de lo que disentimos─, a pesar de ser prolijo en los detalles de su patrimonio y deudas» (MORENO SANTANA, N.: La conquista de Tamarant desde la perspectiva del derecho. Los pactos de la Anexión y Guayedra, Las Palmas de GC, 2014).

Casas de Guayedra (Patrinet)
«Aunque para la mentalidad de conquistadores y colonos europeos el valle carecía de gran interés económico –en relación a la riqueza del contiguo valle de Agaete-, para los indígenas debió de tener, además del valor económico como territorio ganadero, un valor simbólico de difícil interpretación y para el que no disponemos de elementos suficientes que eviten deslizarse por la senda de la especulación; en cualquier caso, el hecho de que fuese el mismo Don Fernando quien solicitase dicho valle, así como que por éste transcurría un tramo del “camino que va a Tatirma” -una de las montañas sagradas de los indígenas de Gran Canaria- nos indica la importancia que los canarios del bando de Gáldar concedieron a Guayedra.

Tras la conquista de la isla los indígenas continuaron haciendo uso ganadero de dicho valle y probablemente residiendo diversas familias en las llamadas casas de Guayedra, explotando los higuerales que en dicho barranco había, así como aprovechando el agua que corría por la acequia. Precisamente son estos los bienes que grupos de indígenas destruyen en el valle de Guayedra cuando el término pasa a ser propiedad de Miguel de Trexo. Tras la partida de Don Fernando Guanarteme a la conquista de La Palma y Tenerife, y tras su muerte en esta última isla hacia 1496, los naturales de Gran Canaria, particularmente los avecindados en Agaete, siguieron haciendo uso de dichas tierras. Sin embargo el yerno de Don Fernando alegó en 1507, ante Ortíz de Zárate, que había recibido dichas tierras del exGuanarteme en dote de casamiento con su hija Margarita» (BETANCOR  QUINTANA,  G.:  Los  indígenas  en  la  formación  de  la  moderna  sociedad  canaria.  Integración  y  aculturación  de  canarios,  gomeros  y  guanches,  1496-1525.  Tesis  doctoral  inédita.  ULPGC,  2003).

Boda en Guayedra sobre 1960 (Fedac)
Con posterioridad, Fernando Guanarteme dio en dote a su sobrina, Masequera de nombre aborigen, Margarita Hernández Guanarteme ya bautizada, en su casamiento con Miguel de Trejo Carvajal, la finca del Valle de Guayedra, cuyo deslinde se hizo el 11 de octubre de 1512 por orden del gobernador Lope de Sosa, encargándose su amojonamiento a los canarios vecinos de Agaete Salvador Hernández y Juan Benitez.

«Sin embargo la propiedad del valle volvió nuevamente a manos indígenas en la década de los años 20; no antes de 1525 está bajo dominio de Fernán Sánchez Bentidagua (II), quien hacia finales de esta década había sustituido en la alcaldía de Agaete a otro indígena, familiar suyo, llamado Juan Sánchez. La fragmentación de las fuentes impide precisar la forma en que se produjo la transacción de las tierras ─compra, pleito─, aunque descartamos la hipótesis que apuntaba a una carta dotal otorgada a favor de Fernán Sánchez Bentidagua (II) pues éste era casado con Catalina de Lugo, otra indígena que casó con él en segundas nupcias tras enviudar de su primer marido ─Miguel de Colmenar─.

Farrallón de La Palma en Guayedra de Arriba (Fedac)
(…) Poco tiempo se mantuvo el valle en la tenencia de indígenas pues en 1529 fue Antonio Cerezo el joven quien, en el proceso de concentración de tierras que se produce en el nororeste de Gran Canaria en las primeras décadas del XVI, se hizo con la propiedad de Guayedra vinculándola a su familia. Para la familia Cerezo las tierras del valle de Guayedra tenían un interés económico claro, no en vano la “ceniza” necesaria para el refinado del azúcar de sus cañas del valle de Agaete se obtenían de la montaña de Guayedra» (IBIDEM).

Dos siglos después, en el vínculo entre distintos bienes constituido el 29 de marzo de 1704 por las hermanas María, Juana y Francisca Cabrejas Bethencourt, se incluye la propiedad de diez mil seiscientas cuarenta y cuatro fanegas y siete celemines del «Cortijo de Guayedra de tierras labradías, riscos y “arrifes” con aguas, casas, ovejas, cabras y colmenas, además de casas de alto y bajo», desde la orilla del mar hasta Cuevas de Berbique y Roque Bermejo y los límites con Tamadaba.


El Roque (Patrinet)
Declaran heredero al hijo y sobrino José Montesdeoca Cabrejas y sus descendientes, con la obligación de firmar después del primer apellido del padre con el de Trejos, Cabrejas o Quintana, y la curiosa particularidad de que los descendientes mudos y locos no son excluidos de la sucesión.

La zona arqueológica del Valle está conformada por los conjuntos de Guayedra BajaMajada de AltabacaEl Roque y Guayedra Alta. El conjunto de Guayedra Baja está compuesto por Las Casas de Guayedra y por el Conchero de la Playa del Negro.

Conchero (Patrinet)
Las Casas de Guayedra están asociadas a las estructuras aborígenes conformadas por construcciones de tradición popular, casas canarias con tejas, posiblemente reutilizando viviendas de los antiguos canarios, y es la zona más fértil del valle cercano a la costa. Al naciente de la carretera se encuentra La Majada de Altabaca, compuesta por estructuras habitacionales de piedra seca y de planta cruciforme, ovaladas y circulares, espacios caracterizados por la presencia de construcciones de tradición popular y viviendas conocidas como caserones canarios.

A este conjunto se suma la concentración de material arqueológico entre el que destaca la cerámica aborigen, la industria lítica tallada, moluscos marinos y restos de fauna terrestre, asociados a alineaciones de piedra que podrían corresponder a varias estructuras en la actualidad enterradas.

El Valle de Guayedra aparece como una cuenca hidrográfica, en cierta medida de tipo original, dentro de la diversidad de formas fluviales de la isla. Si bien su sistema hidrográfico ofrece una organización de afluentes o tributarios casi simétrica, lo destacable reside, primero, en que, morfológicamente, el valle parece pertenecer sólo al tramo superior de una cuenca mayor donde hoy estarían ausentes el curso medio y el bajo; y segundo, en que sus perfiles longitudinal y transversal culminan en cortaduras o andenes de desniveles fuertemente verticales.

Bloques traquíticos (gobiernodecanarias-org)
Geológicamente, ello es consecuencia del cambio de la litología a partir del contacto entre los basaltos inferiores y las traquitas suprayacentes.  Una de sus curiosidades consiste en la existencia de unos gigantescos bloques traquíticos, llamados popularmente ”piedros”, alojados a lo largo del cauce del barranco, que corresponden a desprendimientos desde las cornisas, a veces muy distantes, y cuya peculiar forma redondeada resalta aún más su originalidad.

De cualquier modo, corresponden a fenómenos erosivos en los que la gravedad ha sido el agente decisivo. La desembocadura del Valle está formada por depósitos sedimentarios aluviales con depósitos de origen marino.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

jueves, 7 de junio de 2012

GUAYADEQUE, BARRANCO DE (AGÜIMES E INGENIO)

Actualización: 2012/11/06
Topónimo aborigen que se da a la cuenca, como dice Telesforo Bravo (Geografía de Canarias, Sta. Cruz de Tenerife, 1964), «... es una caso especial entre los barrancos de Gran Canaria. Es una estrecha tira de tierra desde la cumbre al mar. Nace en el macizo central en la cota 1.900, casi la más elevada de la isla y sin embargo su superficie colectora, contando sus cauces superior, medio e inferior no pasa de los 30 km2. La anchura media de su cuenca llega solo a los 2.000 metros pero, en cambio, su cauce medio, es un cañón de paredes verticales de más de 400 metros de altura. Apenas tiene un par de tributarios y éstos bastante pequeños y son, el Barranco de La Sierra y el Barranco de Ingenio.

Silos de Cuevas Muchas (Patrinet)
 Las aguas, desde los mismos bordes del cañón, huyen hacia las cuencas y se da el caso que sus tributarios se incurvan, inclinando sus cuencas hacia el mismo Guayadeque que, a su vez, las va destruyendo. Las divisorias que lo separan en su curso superior de las cuencas hidrográficas Telde, Tirajana, y Balos, forman parte del propio cañón de Guayadeque cayendo, por las vertientes opuestas con casi igual violencia».

Cueva del Cementerio de los Canarios (Patrinet)
El topónimo es mencionado en muchas datas de tierras, como la solicitada al Cabildo General el 18 de julio de 1544 por la viuda de Pedro de Burgos, Maria López, quien manifiesta: « ... que para en quenta de mi vezyndad y de mis hijos huerfanos que tengo, les suplico me hagan merçed de sesenta hanegadas de tierras de sequero en la Vega Castaña linde con unas tierras e colmenas y cuevas mias y de mis hijos por una parte, e por otra parte tierras e cuevas de Juan Matynez de Bilbao linde con un barranco que va desde el barranco de Guayadeque junto a los charquillos e por otra parte tierras de los alfaquies...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).
 
Conjunto del Cementerio de los Canarios (Patrinet)
Menciona la peticionaria las especiales características del barranco cuando menciona cuevas y charcos de agua. Con anterioridad en este especial barranco de paredes  verticales, los aborígenes canarios en la época prehispánica, conformando una agrupación poblacional eminentemente pastoril, construyeron el complejo habitacional-funerario más extenso de la isla, que se localiza precisamente en las escarpadas paredes del tramo medio del barranco, paso natural en el tránsito cumbre-costa del este de la isla.

Cuevas de la Sierra (Patrinet)
Como zona más poblada de la isla en la antigüedad, en Guayadeque se encuentra el cementerio prehistórico más importante, constituido por cuevas inaccesibles que luego fueron utilizadas como viviendas, lugares de almacenaje de comida o para practicar rituales de fertilidad.

Cuevas del Cabildo (Patrinet)
Durante el s. XIX se expoliaron estos yacimientos para vender los restos al Museo Canario. En un intento por prevenir un mayor destrozo de la zona, esta fue declarada Monumento Nacional.

El barranco es uno de los valles más espectaculares de la isla, con profundas laderas, más de ochenta especies de flora endémica y el arroyo que provee de agua a los municipios vecinos de Agüimes e Ingenio.
Otros yacimientos con diferentes usos (Patrinet)
En el barranco se encuentra una peculiar infraestructura hidráulica gestionada por la Mancomunidad de Aguas de Ingenio Agüimes, conformada a su vez por la Heredad de la Acequia Real de Aguatona de Ingenio, y las heredades de Santa María y de Los Parrales, ambas de Agüimes. Las aguas se captan del subsuelo a través de dos profundas galerías y una mina que se encuentran en su curso medio. La mina lo secciona diagonalmente, unos doscientos metros, con una obra de fábrica de 0,7 x 1,5 metros y dos campanas, obra denominada La Cuarta Mina.

Acequia (Fedac)
Las tierras de sus márgenes eran escasas por los escarpes erosionados por el barranco, si bien hay algunas documentadas en las compraventas de bienes vinculados, como es el caso de la finca de cuatro fanegas y seis celemines de higueral, viña, frutales y tierra calma de la capellanía de Ntra. Sra. de Los Remedios de la parroquia de Agüimes, fundada el 24 de octubre de 1697 por Cristóbal Hernández Jiménez y María de Serna Umpiérrez.
Cubo de un desaparecido molino de gofio (Fedac)
El detalle de dicha propiedad era una «Hacienda labradía junto al Barranco de Guayadeque con una gañanía y pajar, y un día y una noche de agua, veinticuatro horas de reloj, del Heredamiento de la Acequia de Los Parrales cada treinta días de dula», que fue vendida el 26 de marzo de 1866 por Manuel y Fernando Cabrera a Juan Lorenzo García, de Agüimes, por el precio de 61.165 reales de vellón.





Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)