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jueves, 12 de abril de 2012

BAÑADEROS (ARUCAS)

Es uno de los primeros topónimos que se citan en las crónicas de la Conquista de Gran Canaria (1478-1483), pero no es aborigen, sino la denominación en castellano de la utilidad que a este lugar de la Costa de Lairaga le asignaban los aborígenes, sobre todo las mujeres adscritas al estamento noble, como lugar para el baño.
Los Charcones (yeyo-lacoctelera-net)
Es así como el topónimo ha ido variando del singular El Bañadero al actual plural sin artículo. Mito o realidad, leyenda o tradición, cuenta la historia que la princesa Thenesoya Vidina acudía con sus doncellas a la atracción de los remansos de cristalinas aguas del lugar que se conoce como Los Charcones. Y que, escondidas entre las rocas de la costa, las tropas venidas del lanzaroteño feudo de Diego de Herrera traman su rapto. Se crea así la leyenda que continúa con su conversión al cristianismo, nada extraña porque era un imperativo de los conquistados, y su final casamiento con el noble Maciot de Bethencourt.

Panorámica de 1893 (Carl Normann - Fedac)
Espadaña iglesia (Fedac)
La leyenda, contada por Agustín Millares Torres, es como sigue: «… En una de estas correrías, habiendo llegado una noche sobre la costa N. de la Gran Canaria algunos buques mandados por el mismo Herrera, envió éste una lancha a tierra con algunos soldados y marineros, que, desembarcando sin ser sentidos por la plaza de los Bañaderos, se ocultaron tras unas matas, y estuvieron en acecho dos o tres horas. A este tiempo descubrieron tres mujeres, que, acercándose al mar, se disponían a bañarse; dejáronlas llegar, y cuando les pareció oportuno, se presentaron, y se apoderaron de ellas, embarcándose precipitadamente en su lancha.

Al llegar a bordo supieron por medio de los intérpretes que la más joven de las tres cautivas era la sobrina del Guanarteme de Gáldar, hija del guaire Aymedeyacoam. Contaba esta isleña dieciocho años, y era notable por su hermosura y por la gallardía de su talle. Vestía un elegante tonelete de pieles perfectamente gamuzadas y cosidas artísticamente; un extraño calzado le sujetaba el pie. Su nombre era Tenesoya Vidina. De sus dos compañeras, la una, llamada Tazirga, tenía cuarenta años, y ejercía con ella el empleo de aya; y la otra, de menos edad, era sólo una criada, que respondía al nombre de Orchena...».

Abreu Galindo dice que en este lugar, entre Arucas y Lairaga, junto al Bañadero, fue donde Alonso Fernández de Lugo entregó a Pedro de Vera con mucho regocijo a Tenesor Semidán, el Guanarteme de Gáldar, a quien había hecho prisionero la noche anterior.
Estanque de Las Palomas o del Porrón en El Risco (Ayuntamiento)

Los escasos vestigios de una posible agrupación aborigen en las proximidades se concentraron en el conocido estanque de Las Palomas en el Risco, donde fueron encontrados restos óseos.


Tras la Conquista, en los primeros repartimientos, se establecen en la zona varios colonos que fundan el pueblo de Bañaderos. Así, antes de 1528 ya había tierras cultivadas por los nuevos habitantes. Bañaderos a lo largo de la historia ha sido el lugar obligado de paso en el Camino Real de la Ciudad a Gáldar; procedentes de la Transmontaña y la Cruz de Pineda, los viajeros desde aquí seguían hacia el mesón de San Andrés donde se hacía parada obligada recuperando fuerzas, para continuar hacia San Felipe y ascender por la rampa o Cuesta de Silva hacia Guía y Gáldar.
Calle y Carretera del Norte se confunden en 1930 (Fedac)
Después de la Conquista,  las costas del lugar estuvieron siempre asediadas y,  posiblemente como reacción a las cabalgadas que se hacían en la Berbería para la captura de esclavos, en 1627 los corsos argelinos desembarcaron en Bañaderos y se adentraron cuatro leguas en la isla, suponiéndose que capturaron canarios para la esclavitud, probablemente para el cobro de rescates. Se estima que unos mil quinientos isleños, sobre todo de Lanzarote, serían apresados en estas invasiones de principios del s. XVII por los corsos magrebíes.

El lugar siempre fue lugar apetecido, y hay constancia documental de algunas propiedades, como las de María Laso de la Vega, viuda del capitán Juan Tejutas Cano, regidor de la isla, que en su testamento de 17 de mayo de 1674, declara ser propietaria de 10 fanegas de una «Hacienda de tierra en Bañaderos».

Nuevos Charcones (arucasblog-blogspot-com)
La referencia al topónimo de Los Charcones aparece el 23 de junio de 1876 en la división del patronato de Luis León Cárdenas, al mencionarse un «Censo de 2.355 reales de vellón de principal redimible, rédito 70 reales de vellón, impuesto sobre tierras en El Charco de Bañaderos». Existe un topónimo perdido en el tiempo que era el llamado Charco de Las Mujeres que se prestaba a las leyendas.

Según el cronista Pedro Marcelino Quintana, en 1878 los lugareños terminaron la construcción de una ermita bajo la advocación de San Pedro Apóstol, que pasó a parroquia en 1891. En su interior sobresale la imagen de San Pedro Apóstol, traída desde la villa de Arucas a esta ermita en 1878 como premio por haber fabricado su parroquia antes que Montaña Cardones.

Nuevos Charcones (arucasblog-blogspot-com)
En esos años, el Camino Real del Norte quedaba a un lado, y la nueva Carretera del Norte que desde Tenoya llegaba a Arucas, para poco después pasar por Bañaderos y continuar hasta Gáldar. Habían quedado en los siglos los viejos caminos y las nuevas carreteras volverían a pasar necesariamente por Bañaderos.
Igualmente, ya los antiguos Charcones han sido mejorados para que las Thenesoyas y canarios del siglo XXI disfruten de sus apreciadas aguas.

Localización (IDEE Instituto Geográfico Nacional)

jueves, 3 de mayo de 2012

CASERONES, LOS (TELDE)

Actualización 1-abr-2016
Al tratarse de antiguas construcciones habitacionales de los aborigenes canarios, su mención en este lugar es muy temprana, en los repartimientos de la isla, cuando Cristobal de Ariniz el 12 de junio de 1536 pide «… çinquenta hanegadas  de tierra de sequero en senbradura poco mas o menos que son en esta comarca de Telde en un lomo de tierras que esta desde un majano grande de piedra junto al camino que va desta çibdad a las caleras de la çima por el barranco de Juan de Caçeres aguas vertientes hasta el camino Real que va desta çibdad a la çibdad del Real de Las Palmas y de los lados los casarones de Sendero que esta cerca de las dichas tierras y de otro cabo unos cardones que caen aguas vertientes hazia un valle que sale al malpayz de la Cruz Pequeña que esta en el dicho camino de la çibdad e las dichas tierras son de ençensiales la mayor parte dellas …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Caserones (Patrinet)
El término "Sendero" ha de entenderse como Cendro, según manifiesta Alejandro Cioranescu en la traducción que realiza del ingeniero Leandro Torriani, cuando refiere la descripción de Telde.

«Esta es una ciudad muy pequeña, de trescientos fuegos, situada cerca de un río y a poca distancia de dos grandes poblaciones antiguas, que en lengua canaria se llaman Tara, Sendro (1); las cuales afirman los antiguos (y también se demuestra así por su ruinas) que eran de grande superficie y llegaban al número de catorce mil casas. Una parte de ellas, hecha en lo alto, sobre el suelo, pequeñas, redondas, y con estrechas calles, eran para los pobres; y otra parte, bajo tierra, labradas con suma industria, como se ha dicho en otro lugar, eran de los nobles y de los más ricos» (TORRIANI, L.: Descripción de las Islas Canarias, antes Afortunadas, con el parecer de su fortificaciones, Sta. Cruz de Tenerife, 1959).

La nota al pie (1) aclara que «Ambos nombres están escritos en capitales en el manuscrito. El nombre de la segunda población había sido escrito primitivamente SEND; después, la misma mano añadió RO entre renglones».

Caserones (Patrinet)
El nombre de este barrio, dividido en dos asentamientos Alto Bajo, responde perfectamente al topónimo genérico, pues en el mismo lomo donde hoy se ubican se localiza el conocido como poblado de Cendro, asentamiento aborigen formado mayormente por casas construidas con piedras sin componente alguno de argamasa, que fueron llamadas por los conquistadores «caserones», además de algunas cuevas artificiales, que son las que dominan el diferente asentamiento de Tara.

Parte del complejo fue reutilizado en épocas históricas, pues ya en el s. XVI eran estos los lugares donde vivía la población más humilde de Telde. La propia ficha arqueológico informa que en el Lomo de Los Caserones se encuentran algunos grupos dispersos de cuevas, tanto naturales como artificiales, que se han reutilizado como alpendres y estanques.

El yacimiento se caracteriza por la abundante presencia de restos arqueológicos dispersos en superficie y formando parte de las paredes de los bancales agrícolas.

Los Caserones Bajos 1939 (Fedac)
El topónimo es así conocido desde los primeros años de la Conquista, y así se incorporó a los protocolos notariales cuando los repartimientos, como es el caso de Miguel Alonso quien en 1551 resultó beneficiado con siete fanegas en las tierras próximas junto al barranquillo, tiempos en que ya el lugar comienza a documentarse con este topónimo, donde progresivamente va asentándose una población más estable.

Siglos después el topónimo está totalmente consolidado, como por ejemplo en una venta de aguas del Heredamiento de la Higuera Canaria que pertenecieron al vínculo de Alonso Falcón, José Falcón Vega vende el 2 de octubre de 1851 cuatro horas a José Mederos que dice ser vecino de Caserones.

Las fotos retrospectivas del pasado siglo, con menos impacto antrópico nos aproximan algo más al deterioro que este yacimiento ha tenido con el paso de los años.


Localización (Espacios Naturales Gran Canaria)

miércoles, 27 de marzo de 2013

FONDILLO, EL (LAS PALMAS DE GC)

Actualización: 2013/06/13
Topónimo con el que se conoce el pequeño barrio situado en la ladera naciente de la Montaña de Tafira, así como el Lomo homónimo y que luego tomará el nombre de Lomo de Santo Domingo que conforma el interfluvio entre las cuencas de Barranco Seco que tiene sus nacientes en este lugar y el aquí llamado Barranco del Fondillo, que discurren en dirección naciente, adoptando este último los nombres de barranco de La Cardonera y barranco de Gonzalo hasta desaguar en la playa de Aguadulce junto al tablero de la playa de La Laja. Se llega al lugar por la carretera de acceso (GC-113), desde su intersección con la antigua carretera de Tafira (GC-110).
 
Panorámica (Adolfo Marrero - La Provincia)
El topónimo lo encontramos también, veces asociado a distintos accidentes geográficos, en los municipios de Tejeda al sur de la Montaña de Guardaya y de Valleseco al poniente de Monagas; y compartido por Gáldar y Santa Mª de Guía al poniente de la Montaña de Verdejo. Igualmente localizamos el topónimo en este municipio de Las Palmas de GC al noroeste de La Milagrosa.

 
Lomo de Santo Domingo 1992 (Archivo Jaime O'Shanahan - MDC)

Sobre el origen del topónimo sostienen algunas fuentes que se trata de un topónimo de situación y dice «FONDO y HONDO es la misma voz; la diferencia estriba en que la primera es más antigua que la segunda. Tiene el mismo sentido que abajo, es decir, la parte baja de una parcela o de un lugar; es más utilizado en el lenguaje hablado que en la toponimias, aunque según referencias abunda en la toponimia menor, es decir, la no recogida en los mapas» (AFONSO PÉREZ, L.: Góngaro. Origen y rasgos de la toponimia canaria, Oviedo, 1997).



La descripción que parece corresponder con la mayoría de las localizaciones del topónimo en la isla, en este caso concreto de Las Palmas de GC, las grandes intervenciones antrópicas y  en particular la densa urbanización del contorno, nos impide despejar las dudas, argumentación que pudiera darse como lugar más bajo en su contemplación desde la Montaña de Tafira, principalmente, o desde San Francisco de Paula.

Vista del Fondillo 1997 (Archivo Jaime O'Shanahan - MDC)
Las referencias documentales más antiguas no incluyen la mención del topónimo, si bien se adivina que estamos en el lugar que se describe cuando es visitado el 17 de octubre de 1549 por el gobernador Rodrigo Manrrique de Acuña en compañía de los regidores Pedro Azedo, Hernando de Herrera y Juan de Narbaez para repartir tierras:

«...llegados a las tierras del cabe el barranco de G.º e cabe la majada que dizen Enrrique Yanez hizieron quatro suertes que señalaron en el primero barranco antes de llegar a las cuevas que dizen de Enrrique Yanez como van de Tafyra e las señalaron e las señalaron desde los lymites e mojones del Lantiscal para abaxo en unas laderas e hoyas que caen a la parte del Norte e por el lomo que va a las dichas quevas hasta el propio barranquito do esta unos cardones que va a dar al dicho barranco prinçipal e del dicho barranquillo arriba la media la derecha arriba hasta dar a unos Riscos que desçienden de las dichas cuevas al barranco prinçipal e el barranco arriba hasta tornar a dar al limyte e mojon del dicho Lantiscal» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

Vista Sudeste (Google earth)

Se adivinan en las descripciones destacadas en negritas la Montaña de Riquiánez al naciente, las laderas y La Hoya junto a la Montaña de Tafira, el yacimiento de las las cuevas de Riquiánez, El Cardonal y la coincidencia de los dos barrancos.

Nos lo aclara dos años después la data solicitada por el escribano del Cabildo Juan de Ariñez cuando pide «...las demasias de las tierras que se dieron a Francisco de Aguiniga que son entre el barranco Seco y el barranco de Gonçalo que va a dar al camino de Telde al Corralejo que dizen en que podra aver dos suertes poco mas o menos» (IBÍDEM). La mención del Corralejo alude a un desaparecido "corral del tiempo de los canarios".

Antiguas construcciones (Google earth)

Si bien se conoce que Sebastián de Toro obtuvo una data de 8 fanegas junto a la Montaña de Tafira, no puede precisarse en que momento comienza a documentarse el topónimo que es mencionado en el Mapa y Estado de Gran Canaria del Marqués de Tabalosos, realizado entre 1770 y 1776.

Al distribuir el territorio insular asigna entre otros a la 3ª compañía de milicias de la Ciudad los pagos de  «Barranco Seco, Casa de Lomo y Huesas, Barranco Gonzalo, Cuebas de Sacramento, Lomo Romero, Fondillo y Calderines de arriva».

Vista norte (Google earth)

Con posterioridad entre los siglos XIX y XX cobró el lugar cierto crecimiento poblacional derivado del asentamiento de familias modestas que trabajaban en las tierras próximas de barranco Seco como en las inmediaciones de los entonces distinguidos barrios de Tafira Baja y Alta donde se construyeron sus mansiones familias británicas y francesas. Muy avanzado el siglo XX destacaba el lugar por un crecimiento urbano un tanto desordenado que ocupaba en gran medida la ladera naciente de la Montaña de Tafira.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)



domingo, 1 de abril de 2012

ALDEA DE SAN NICOLÁS

Actualización 5-may-2016
Municipio situado a 70,9 kilómetros de la capital provincial e insular, en una altitud media de 33 metros sobre el nivel del mar, y de 123,58 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 7,9% del total de la isla.

Hasta 2008 su nombre era San Nicolás de Tolentino. Algunas fuentes adjudican la advocación al santo a la primitiva ermita construida por los mallorquines en El Roque; y otros, al vínculo de Tomás Grimón Nava que tuvo en su hacienda una ermita bajo la advocación de San Nicolás. Todos los vestigios apuntan a que en la zona baja del valle de La Aldea, cerca de la costa, se asentaban varios poblados aborígenes, de los que quedan los actuales yacimientos arqueológicos de Los Caserones y Las Gambuesillas, y otros cuyos restos han desaparecido, como el que se encontraba en la zona de El Cruce. Era posiblemente uno de los asentamientos aborígenes más importantes de la isla, distribuido a lo largo de la cuenca principal y su red de barrancos, conocido como Artebirgo.

Panorámica (Rafael Peñate Navarro)
En la época prehispánica era un asentamiento densamente poblado, agrupado en torno al valle y el barranco de Tocodomán, con importantes recursos agrícolas y pastoriles, que tenía su cabecera en el Lomo de los Caserones. En el lado Sur de la playa se encuentra un entramado de elementos prehistóricos, históricos y etnográficos del mayor interés, conocido como El Roque  y que es el origen del asentamiento castellano. Muy cerca hallamos el final del cauce del barranco, en el que se ha formado un charco de aguas salobres rodeado de tarajales, cañas, juncos y otras plantas propias de estas charcas de transición.

Según algunas fuentes, la principal data del valle de La Aldea aparece vinculada, confusamente, a Pedro Fernández Señorino de Lugo, en los primeros repartimientos entre 1485 y 1489 en el lugar de Nicolás, primigenio nombre con el que es conocido (QUINTANA ANDRÉS, P.C.: “Estudio Preliminar”, AHPLP Datas de Gran Canaria. Documentos para su estudio, Las Palmas de GC, 2015).

Era hermano del Adelantado Alonso Fernández de Lugo, que también había recibido tierras en Agaete. Junto a esta supuesta concesión aparecen otras, también difusas, en torno a personajes como Alonso Vázquez, el escribano Cristóbal de San Clemente y Juan de Siberio, algo más concretas las de este último en el barranco de La Aldea, aguas arriba barranco de Tejeda por los lindes conocidos de repartimientos posteriores; unas quizás de repartimientos hoy desconocidos y otras adquiridas por usurpación de terrenos públicos o realengos.

Casa, corrales y alpendre en Cuermeja (Patrinet)
Por la información biográfica documentada y compilada del Adelantado Alonso Fernández, conocemos de la familia de Pedro Fernández Señorino o de Lugo: «Miembro de una familia de origen gallego asentada en Sevilla, Puerto de Santa María, Cádiz y San Lúcar de Barrameda, Huelva, se trataba de gentes relacionadas con las cabalgadas y el corso en las tierras y aguas africanas.

Era hijo de Pedro Femández de Lugo, llamado también Señorino y de Inés de las Casas, y hermano de Pedro Femández Señorino, casado con Isabel de las Casas; Inés de Lugo , casada con Pedro Benítez; Isabel Femández de Lugo, casada con Pedro Bemal de Girona y fray Luis de Lugo. El primer contacto conocido con las Islas, de su familia directa, es el de su padre, que aparece en 1454-55 durante los actos de toma de posesión de las Islas por Diego de Herrera e Inés Peraza. Es armador y mercader, comerciando en las Islas, en Berbería y en Guinea. Cfr. Pesquisa de Pérez de Cabitos» (CEBRIÁN LATASA, J.A.; Diccionario biográfico de Conquistadores de Canarias, Sta. Cruz de Tenerife, 2003).

No conociéndose constancia documental que Pedro Fernandez Señorino, el mozo para distinguirlo de su padre, fuera conquistador, pudiera ser que estas tierras fueran datas concedidas a su padre Pedro Fernandez Señorino por su participación antes dicha, y heredadas por su hijo.

Después, llegaron nuevos colonos pobladores que desplazaron a los aborígenes de las tierras bajo riego para reasignarlas al cultivo de los cañaverales, productores del preciado azúcar destinado a los mercados europeos, aprovechando las posibilidades que ofrecía el "puerto", en aquella época una ensenada donde se varaban los barcos.

Los pleitos por el agua en La Aldea se remontan al s. XVI, motivados por la concesión de la data real de 1501. Las aguas son desviadas de su curso natural para ser conducidas a la Ciudad por el túnel de La Mina de La Culata de Tejeda, que se termina de perforar en 1525. Los colonos de La Aldea recurren ante la Chancillería de Granada, reclamando que las aguas que nacían en la cumbre de Tejeda discurrieran libremente hasta el barranco de La Aldea, ya que constituían la gruesa del primer heredamiento de aguas.

El Puerto en Playa de Arena (IDE Gran Canaria)
La pérdida de este pleito afectaría a las plantaciones de cañaverales, que luego desaparecerían con la crisis azucarera por la competencia de las Américas. El antiguo puerto, situado entre la Punta de la Aldea al Norte y el Roque de la Aldea al Sur, es una buena ensenada con fondos de fango arrastrados por el barranco de La Aldea y que está protegido de los vientos del Norte, Noreste, Este y Sureste.

Figura ya en los mapas de 1507 como Gran Aldea o como Aldea por Leonardo Torriani (1592), dado que allí se encontraba el gran poblado aborigen de Los Caserones. Es de suponer que la antigüedad se utilizara como fondeadero alternativo, al abrigo de los vientos de Suroeste, la Playa de Arena donde desagua el barranco del Perchel, entre las Puntillas del Verilillo al Norte y de la Salinilla al Sur, protegidas por el Morro donde se sitúa el actual puerto abierto al Sur.

Después de la Conquista, las tierras de la zona baja del valle estaban despobladas y sin cultivar. Era un paisaje de lomas, majanos y barranquillos que llegaban al barranco, un barranco muy ancho cubierto de tarahales, donde por cualquier lado brotaba algún manantial. En la segunda mitad del s. XVI, se sustituyen los cañaverales por millo, papas, hortalizas, etc., que alternaban con las sementeras, y se exportaban a Tenerife, en su gran mayoría, a través del puerto. 
 
Ascendencia de Tomás de Nava Grimón
(TABARES DE NAVA, T.: Abuelos de Abuelos, Sta. Cruz de Tenerife, 1970)
Posiblemente esa conexión con Tenerife despertó el interés por invertir de la familia del regidor de Tenerife, Tomás Grimón, quien compró cantidad de tierras labradías, lomas y hoyas, entre el barranco de La Aldea y las Montañas de Amargar. Las propiedades fueron heredadas por el nieto del regidor, Tomás de Nava y Grimón, primer marqués de Villanueva del Prado, que ganó el primer pleito al Cabildo General y a los colonos que denunciaron la usurpación de tierras de realengo.

La gran extensión de las tierras se refleja en el Vínculo de bienes instituido por Tomás Nava Grimón, primer Marqués de Villanueva del Prado, en su testamento de 10 de junio de 1670, cuando dice que son cuatro mil ciento ochenta y cinco fanegas y seis celemines del heredamiento de tierras, aguas, casas y molinos de La Aldea; y, para ponerlas en rendimiento, promueve roturaciones de nuevas parcelas, cedidas luego al partido de medias perpetuas, generando una atracción de colonos entre 1650 y 1670.

Tajea de El Cruce (Patrinet)
Los pleitos se multiplicaban. El aumento de las tierras labradías exigió un aumento del agua de riego. Se aprovechaban las aguas superficiales procedentes de la Caldera de Tejeda, lo que motivó el pleito con los vecinos de Tejeda por el histórico heredamiento de aguas, resolviendo siempre la Real Audiencia que las aguas deberían discurrir libremente barranco abajo. Continuaron en la primera mitad del siglo XVIII los pleitos entre los aldeanos y los propietarios de las tierras, los Nava-Grimón, que seguían aumentando su superficie a costa de usurpaciones sobre las tierras de realengos en FurelGüygüyTasarte y Tasartico. Y para rematar, tenían lugar ataques de los piratas. En 1742, los milicianos de La Aldea, en los tarahales de El Charco, rechazaron a disparos de fusil a una ola de desembarco de corsarios ingleses desde cuatro navíos anclados en la playa.

Según avanzaban los primeros decenios del siglo XVIII, fueron llegando a estas tierras las acequias con el agua captada desde el interior del valle, bien lo fueran superficiales o procedentes de la mina de aguas. La Acequia Real que termina en El Roque debió trazarse desde tiempos anteriores a este siglo. Luego llegó la Acequia de Jerez que acaba en La Montañeta y más tarde la Acequia Alta o de La Canal que muere en el Barranquillo de Las Canales-Los Molinos.

Cultivos (Pérez Ojeda, L. 1870 Fedac)
Sostiene el cronista Francisco Suárez Moreno que gracias a estas canalizaciones, comenzaron a trabajarse progresivamente las primeras cadenas que se acondicionaron en el lugar para el cultivo de millo, papas y otros cereales, dentro de la gran propiedad que en el interior del valle de La Aldea conformaba el mayorazgo de la familia noble de Tenerife, los Nava-Grimón, marqueses de Villanueva del Prado, conocida como La Casa.

Y comienza el nuevo Pleito, a finales del siglo XVIII, que duraría siglos, que sería el definitivo. Unas 200 familias venían cultivando al partido de medias perpetuas la zona fértil del valle, dentro de los límites del mayorazgo de los marqueses de Villanueva del Prado, la llamada luego Hacienda Aldea de San Nicolás. Los colonos quedaban en posesión del dominio útil de la tierra a cambio de la entrega de la mitad de la cosecha al propietario del dominio eminente o directo; además, corrían con todos los costes del cultivo, aportando La Casa el agua y, en los casos de siembra en secano, las simientes. La mitad de la producción era recogida por un arrendatario general que anualmente satisfacía una renta global a la Casa, casi siempre en especies.

La raíz del conflicto agrario marqués-aldeanos residió en la carencia por parte de aquel de datas originales, es decir, de los documentos de posesión otorgados en los repartimientos, junto con la ausencia de detallados deslindes en las posteriores traslaciones de dominio así como por la acción usurpadora sobre bienes realengos anexos que agrandó el mayorazgo. El argumento de defensa del marqués es uno muy recurrente: «¡Los documentos de propiedad fueron destruidos en el incendio del archivo municipal por el holandés Van der Does en 1599!».

Almacén de tomates de la Casa Nueva (Patrinet)
El nombramiento de Presidente de la Junta Suprema de Canarias en la persona de Alonso de Nava Grimón, VI marqués de Villanueva del Prado, en julio de 1808, fue inmediatamente contestado por sus colonos, quienes decidieron resolver el conflicto por su propia mano amotinándose en septiembre de aquel 1808 con la toma y reparto de su hacienda. Eran los inicios del s. XIX en el que se produjeron muchos motines de subsistencia en la isla debidos al desabastecimiento por la invasión napoleónica en la Península.

Tras la independencia parroquial de Tejeda, el territorio se consolida como municipio moderno en 1812 con las Cortes de Cádiz, ya tiene un puerto en auge en su enlace con Santa Cruz de Tenerife, la ampliación del camino real, la construcción de molinos de gofio y la novedad de los primeros cultivos de tomateros que abren nuevas expectativas económicas. La vuelta del Absolutismo y la sentencia del Tribunal de la Real Audiencia de Canarias en favor de la casa de Nava-Grimón el 16 de octubre de 1817 dice que «el Concejo y vecinos de La Aldea de San Nicolás no han probado bien y cumplidamente su acción y demanda». Se alcanzaba así un período de «paz obligada», que acompañó a la sequía y a la cigarra africana.
 
Ascendencia del VI marqués de Villanueva del Prado (IBIDEM)
A finales del s. XIX, la Casa Nava-Grimón, acuciada por el impago de sus deudas, no pudo levantar las hipotecas que gravaban su histórica Hacienda de La Aldea de San Nicolás y que, en 1892, pasó tras un largo proceso judicial a propiedad de la familia Pérez-Galdós, principal acreedor, por quinientas cinco mil pesetas, y, aunque ya era llamada a partir del cambio de titularidad la «Casa Nueva», los colonos seguían en la defensa de sus derechos por la renta abusiva e ilegalidad de la propiedad.

Entre 1923 y 1927, tras el traspaso de los derechos de propiedad de los Pérez Galdós a un consorcio de cuatro propietarios, la conflictividad se acentuó. En estos años, los últimos del Pleito por las tierras, en las fincas de El Albercón y Las Marciegas también se sucedieron graves conflictos de desalojos, aradas y posesiones a favor de la Casa Nueva y en contra de los medianeros. Hubo una fuerte represión y detenciones continuas de colonos. El 14 de febrero de 1927 el Ministro de Gracia y Justicia, Galo Ponte, visitó San Nicolás de Tolentino y dio solución al pleito a favor de los aldeanos.

Visita de Galo Ponte (Masch 1927 Fedac)
Tras la desaparición del latifundio, la dispersión geográfica de los pequeños asentamientos poblacionales que existían, respaldada por el cambio en la propiedad de las tierras y la mejora socioeconómica que comportó para el municipio el cultivo del tomate, generó un entramado urbano de continuidad.

Los distintos asentamientos se fueron aproximando entre sí a la vera de la principal vía de comunicación, la carretera  Agaete-Cruce Playa de Mogán (GC-200) y la vía interior, calle Doctor Fleming, y donde las fronteras de los antiguos caseríos dispersos por su apego a las tierras que cultivan, El AlbercónCuermeja, El CruceEl HoyoEl LomoEl RibanzoJerez, La LaderaLas MarciegasLas RosasLas TabladasLos CardonesLos CaseronesLos Espinos, Los Molinos Mederos se funden, conformando un nuevo casco urbano lineal expandido, eso sí, preservando las buenas tierras de cultivo.


Fuente: IDEE Instituto Geográfico Nacional