El barranquillo de Pajarito, en ocasiones alterado como de Pajaritos, aguas abajo discurre cerca de la Hoya de Pajarito, después de atravesar San Fernando pasará entre Moya y Carretería, donde toma el nombre de barranco de las Ñocas.
Montaña (caminosdecanarias-blogspot) |
Podría
pensarse que el origen del topónimo pudiera ser la abundancia de pájaros al ser
el nombre su diminutivo, dado que además es contrastada su presencia, como
ocurrir en otros lugares que puedan responder a este origen como la Cardonera y el Lomo de Pajaritos en San Bartolomé de Tirajana, la Degollada y Hoya de Pajarito en Tejeda, y simplemente Pajarito en la Vega de San Mateo.
En el caso de este topónimo moyense asociado a un cortijo y a una montaña, creemos obedece a la propiedad que fuera de Vicente Hernández Pajaritos a principios del siglo XIX.
En el caso de este topónimo moyense asociado a un cortijo y a una montaña, creemos obedece a la propiedad que fuera de Vicente Hernández Pajaritos a principios del siglo XIX.
Camino a Valsendero (Rafael Peñate Navarro) |
Este
espacio era parte del territorio que en la antigüedad conformaba la Montaña de Doramas, cuyos baldíos fueron de
propiedad pública hasta los inicios del siglo XIX, y conocer como pudo este
lugar llegar a ser propiedad privada de Vicente Hernández Pajaritos para que se
le conociera con su antropónimo, nos va a permitir conocer algunos detalles de
la pequeña historia, con usurpaciones, litigios, repartos, ventas ilegales.
Eran tiempos en que una emergente sociedad proto-liberal promoverá cambios en el régimen de la propiedad, en un marco de regímenes políticos a que daría lugar la guerra con Inglaterra, después la independencia contra la ocupación francesa, la Constitución de Cádiz y el régimen absolutista de Fernando VII, que conculcan un reparto cronológico de acuerdo con las secuencias que cada tiempo otorga.
Eran tiempos en que una emergente sociedad proto-liberal promoverá cambios en el régimen de la propiedad, en un marco de regímenes políticos a que daría lugar la guerra con Inglaterra, después la independencia contra la ocupación francesa, la Constitución de Cádiz y el régimen absolutista de Fernando VII, que conculcan un reparto cronológico de acuerdo con las secuencias que cada tiempo otorga.
Alpendre-cueva (Fedac) |
La
primera constancia documental de Vicente Hernández Pajaritos la tenemos por los
repartos de la Montaña de Doramas realizados en la jurisdicción de Firgas en
1806, donde resulta agraciado con tres fanegadas en el barranco del Rapador por
3.750 reales de vellón (SUÁREZ GRIMÓN, V.J.: La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la
crisis del antiguo régimen, Las Palmas de GC, 1987) algo distante de este
lugar, más abajo y al sur de Valleseco.
El sorteo se realizó el 22 de junio de 1805 y hubo que esperar a los autos de la Real Audiencia de 9 de septiembre y 14 de octubre de 1806 para que se otorgaran las escrituras de los parajes conocidos por el Barranquillo del Rapador, Madres de Firgas y el Ciruelo.
El sorteo se realizó el 22 de junio de 1805 y hubo que esperar a los autos de la Real Audiencia de 9 de septiembre y 14 de octubre de 1806 para que se otorgaran las escrituras de los parajes conocidos por el Barranquillo del Rapador, Madres de Firgas y el Ciruelo.
Panorámica (Google earth) |
Dice
la referida fuente bibliográfica que la larga
espera en la entrega de las tierras de los repartos en la Montaña de Doramas correspondientes a las jurisdicciones de Guía,
Firgas y Moya, conforme a la Real Orden de 1787, y en contraste con las
realizadas en Agaete y Telde, se debía a:
«... la oposición del Cabildo y de la Económica de Las Palmas fue mayor y ello obligó a retrasar el reparto hasta principios del siglo XIX», que tras las demandas de los solicitantes agraciados la Audiencia sentenció favorablemente atendiendo a:
«La conflictividad social que se desarrolla a fines del XVIII en la isla motivada por el hambre y miseria en que se vieron sumidos los sectores de población más humildes como consecuencia de las malas cosechas, extracción de granos fuera de la isla, guerra con Inglaterra y prohibición de ciertos usos comunales en la M. de Doramas (entrada de ganados, saca de leña), contribuye a atenuar, juntamente con las usurpaciones clandestinas, la resistencia al reparto.
«... la oposición del Cabildo y de la Económica de Las Palmas fue mayor y ello obligó a retrasar el reparto hasta principios del siglo XIX», que tras las demandas de los solicitantes agraciados la Audiencia sentenció favorablemente atendiendo a:
«La conflictividad social que se desarrolla a fines del XVIII en la isla motivada por el hambre y miseria en que se vieron sumidos los sectores de población más humildes como consecuencia de las malas cosechas, extracción de granos fuera de la isla, guerra con Inglaterra y prohibición de ciertos usos comunales en la M. de Doramas (entrada de ganados, saca de leña), contribuye a atenuar, juntamente con las usurpaciones clandestinas, la resistencia al reparto.
Alpendre (Fedac) |
Siguen
avanzando hacia el sur las roturaciones y en 1807, un año después, en los repartos
correspondientes a Moya resulta agraciado en el Lomo Rivero, cerca del Brezal,
con dos fanegadas. y un celemín, por 1.200 reales de vellón y un canon de 24,
un Vicente Hernández del que no se menciona su segundo apellido, y que puede
tratarse del mismo anterior.
En 1812, superada la monarquía y aprobada la Constitución de Cádiz, avanzan más hacia el sur las usurpaciones de tierras y los terrenos comprendidos en el reparto efectuado por el ayuntamiento de Moya se sitúan en la orilla de la Montaña:
«... las suertes repartidas se ubican en los parajes conocidos por Hoya de las Madres, Pajaritos, Los Hijos, el Peñón, Carboneras, La Corcoba y el Tablero. La cabida de las mismas, según se desprende de las ventas efectuadas con posterioridad al reparto, no es uniforme ya que frente a las suertes compuestas por unos cuantos celemines aparecen algunas con 5 fanegas».
En 1812, superada la monarquía y aprobada la Constitución de Cádiz, avanzan más hacia el sur las usurpaciones de tierras y los terrenos comprendidos en el reparto efectuado por el ayuntamiento de Moya se sitúan en la orilla de la Montaña:
«... las suertes repartidas se ubican en los parajes conocidos por Hoya de las Madres, Pajaritos, Los Hijos, el Peñón, Carboneras, La Corcoba y el Tablero. La cabida de las mismas, según se desprende de las ventas efectuadas con posterioridad al reparto, no es uniforme ya que frente a las suertes compuestas por unos cuantos celemines aparecen algunas con 5 fanegas».
Aunque
no aparezca documentada la titularidad de este lugar que comentamos a favor de Vicente
Hernández Pajaritos, si bien las condiciones que regulaban el reparto prohibían
la venta y división de las suertes:
«... los agraciados bien con licencia de la Real Audiencia o sin ella, hacen caso omiso de dicha prohibición y comienzan a vender sus suertes a poco de efectuarse el reparto. Este proceso de transferencias produce al mismo tiempo una subdivisión de las suertes repartidas y una concentración de las mismas en pocas manos».
Hay que entender que el reparto de los baldíos de la Montaña de Doramas se alcanza al final por la alianza entre el grupo dirigente local y el campesinado, aunque el objetivo primigenio fuera conceder tierras a quien no la tenía, resulta en la práctica ineficaz porque el agraciado no dispone de medios para su roturación y puesta en cultivo, al no contar con yuntas, capital, etc., y en consecuencia vende las tierras inmediatamente después del reparto.
«... los agraciados bien con licencia de la Real Audiencia o sin ella, hacen caso omiso de dicha prohibición y comienzan a vender sus suertes a poco de efectuarse el reparto. Este proceso de transferencias produce al mismo tiempo una subdivisión de las suertes repartidas y una concentración de las mismas en pocas manos».
Hay que entender que el reparto de los baldíos de la Montaña de Doramas se alcanza al final por la alianza entre el grupo dirigente local y el campesinado, aunque el objetivo primigenio fuera conceder tierras a quien no la tenía, resulta en la práctica ineficaz porque el agraciado no dispone de medios para su roturación y puesta en cultivo, al no contar con yuntas, capital, etc., y en consecuencia vende las tierras inmediatamente después del reparto.
Localización (Espacios
Naturales de Gran Canaria)
|