viernes, 15 de marzo de 2013

COFRITOS, LOS (ARTENARA)

Topónimo con el que se conoce el lugar situado en el Lomo del Puerto, entre la Montaña del Brezo y el casco urbano de Artenara. Se encuentra ubicado en la frontera septentrional de la gran Caldera de Tejeda, mirando frontalmente a la frontera meridional conformada por el complejo arqueológico del Roque Bentaiga.


Fotografía de las estructuras (Patrinet)
Dentro de las normas lingüísticas, en la composición de los diminutivos concurren en ocasiones matices expresivos, y ocasionalmente se produjeron alternancias en la distribución de los sufijos y de las variantes de sufijos. Es el caso de las palabras graves bisílabas acabadas en -e. Ejemplos: coche, que en su diminutivo alterna cochito y cochecito; pobre, pobrito y pobrecito; triste, tristito y tristecito; parche, parchito y parchecito; y también, cofre, cofrito y cofrecito. Muchas de éstas son de uso habitual en hispanoamérica.

Es por ello que algunos filólogos sostienen que este topónimo de Los Cofritos es un diminutivo de cofre. Partiendo de esta hipótesis podemos imaginar que cuando los conquistadores castellanos observaron estas "estructuras megalíticas", bien fueran menhir o dolmen, que pudieran estar asociados a túmulos u otro tipo de construcciones, así las llamaron por su morfología poliédrica, más aún cuando en su primigenio estado cerraban y custodiaban una cámara central o cista, de donde surgiría la semejanza con un cofre que contenía en su interior como tal algo de valor.
El lugar (Google earth)

Dice la ficha arqueológica de Patrinet que es una «estructura Megalítica de considerables proporciones compuesta por un número indeterminado de monolitos poliédricos de basalto de distintos tamaños hincados que formaban un recinto de forma indefinida. Este importante monumento se encontraba situado en el Lomo del Puerto, entre la Montaña del Brezo y el pueblo de Artenara, al borde del camino real que iba desde Artenara a Acusa y La Aldea. El monumento era conocido como Los Cofritos.

Este monumento arqueológico fue destruido en la década de los 80 del pasado siglo XX, al ser trasladados los monolitos más espectaculares a distintos puntos del pueblo, para decorar plazas y caminos. En la actualidad en el lugar donde estuvo el monumento solo quedan algunas piedras poliédricas hincadas formando parte de una zona ajardinada ».


El irreparable error histórico en los años 80 de trasladar a distintos lugares del pueblo los llamados "monolitos", probablemente ha imposibilitado un estudio más completo de estas construcciones que se asemejan a estructuras megalíticas, definición que ha suscitado uno de los mayores debates en la arqueología canaria.


Detalle de las estructuras (Patrinet)
Una aproximación a este debate nos la aporta el desaparecido profesor Celso Martín de Guzmán (Las culturas prehistóricas de Gran Canaria, Madrid, 1984) en el capítulo titulado "La impropiedad de aplicar a Gran Canaria la clasificación megalítica", quien hace un recorrido por las distintas teorías contrapuestas, manifestando en primer lugar:

« Ha sido un error de base -que arranca de Wolfel- filtrado en la bibliografía y luego repetido en síntesis posteriores, interpretar la «cultura de los túmulos» de Gran Canaria, como una provincia lejana del gran complejo megalítico europeo que, en determinando momento, salta al litoral norteafricano y logra una débil y esporádica difusión en el oeste mogrebí. A1 igual que lo hiciera Camps para el Norte de Africa, creemos oportuno insistir en este capítulo en la clasificación de Arnal, para el complejo megalítico, y ver, inmediatamente, cuan distante queda de las construcciones canarias:



- Dólmenes con pasillo bajo túmulo redondo.

- Dólmenes simples bajo túmulos redondos.

- Galerías cubiertas bajo túmulo oval.

- Hipogeos o grutas artificiales».



Pasa después a alinearse con otra teoría, de cuyo texto citado se ha realizado una rápida traducción: «Con respecto a los enterramientos en cistas, Camps hace la siguiente observación, que consideramos válida para Gran Canaria: "Aparte de las tumbas megalíticas que son Colectivos, debe ser un lugar para compartir dos cistas (o cajas) que, de acuerdo con la definición contenida en la cúpula del Dr. Amal, son tumbas de inhumación o cremación de un solo individuo. Como todos los dólmenes, las cistas a veces poseen un montículo de dimensiones colosales, que parecen haber sido antes de los dólmenes, pero reaparecen en la tardía Edad de Bronce" ».


Después de citar las opiniones sostenidas en 1943 por el Profesor Santa-Olalla, ante las incorrectas denominaciones dadas por Wölfel a las construcciones prehispánicas canarias haciendo algunas precisiones, cita otras del  Dr. Almagro Basch, concluye Martín de Guzmán: « De cualquier modo, lo que no queda justificado es el término megalítico para ninguna de estas construcciones que si bien, en algunos casos pueden interpretarse como paramegalíticas, no revisten las características y el volumen de las que, en las culturas europeas, son conocidas e identificadas como tales».


Probablemente un estudio más profundo y detallado de las estructuras encontradas en Los Cofritos, en su situación y estado primigenio, si realmente son construcciones prehistóricas hubieran aportado más luz al debate de los arqueólogos.



Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

miércoles, 13 de marzo de 2013

CENICEROS, LOS (TEJEDA)

Topónimo con el que se conoce un pequeño lugar rural en la cabecera de poniente de la Presa de la Cueva de las Niñas, cerca del barranquillo de Chimiraga, del lomo de Los Escobones y del Alto de los Ceniceros, junto al que se encuentra también el topónimo Corral de Las Cenizas.
Vista (Google earth)

Aunque no se tienen noticias del origen del topónimo que inicialmente pudiera asociarse a los suelos de cenizas volcánicas, el término "cenicero" se daba en la antigüedad al oficio vinculado al último refinado que se realizaba en los ingenios azucareros para obtener el "azúcar blanco", cuyo aprovechamiento pudiera tener relación con este topónimo:

«La ceniza fue también empleada en los ingenios azucareros. Se usaba para blanquear el azúcar, por lo que su función era esencial. Así, en 1597 el ingenio de Telde de Gaspar de Ayala contrata con Marcial Hernández Moreno, cenicero, toda la ceniza necesaria para la zafra del año siguiente (nota al pie: Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, escribano Rodrigo Cubas, legajo 2593, año 1597). Lo mismo ocurría en el ingenio de la villa de Agüimes, en el que Lucas Zamora debía 1.404 maravedís que había recibido en dinero y en diversas partidas de lo que montó la ceniza. En una de las obligaciones para este último ingenio el trabajador Diego Díaz, vecino de la villa, se obligó a hacer toda la que fuese necesaria para la zafra de la tabaiba dulce, desde el barranco de Balos hasta el de Guayadeque» (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).


La misma fuente amplía en el apéndice documental la información del contrato realizado el 27 de septiembre de 1597: «Marcial Hernández Moreno, cenicero, vecino de Canaria, se obliga a servir con su persona, moros y demás gente necesaria, a Gaspar de Ayala, regidor, en hacer toda la ceniza necesaria para la zafra del 98, así en este ingenio de Telde como en el de Arucas, buena ceniza, limpia, a contento de los maestres de azúcar de los ingenios, a precio de 13 reales por tarea. A cuenta recibe 100 reales».
Ortofoto (Google earth)

Los llamados "ceniceros" eran pequeños especialistas o encargados que disponían de esclavas para la producción de las cenizas, como lo acreditaba la ordenanza de 1531 que establecía su dependencia con muy duras sanciones: «Otrosy que las esclavas que fueren a hazer ceniza en el campo que no puedan estar en el campo más de dos días sy no estobieren a soldada con algund señor de engeno o con otra persona so pena de docientos maravedís e sy no los quisieren pagar que le den cient açotes e por la segunda vez aya de pena quatrocientos maravedís e sy no los quisieren pagar que le den cient açotes» (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria -1531, Sevilla, 1974).


Otras fuentes nos aportan más información sobre las esclavas ceniceras y el refinado del azúcar blanco: «Si bien es verdad que cuando se habla de esclavos en pocas ocasiones se diferencian por sexos, suponemos que la mayor parte del personal del ingenio eran varones y las únicas referencias a mujeres de las que tenemos constancia, directamente relacionadas con el proceso de obtención de azúcar, eran las ceniceras cuyo trabajo era hacer ceniza en el campo para darle mayor blancura al azúcar, pues el resto de las esclavas se ocupaban de las tareas domésticas o compartían su quehacer, pero no aparecen individualizadas en los ingenios, todo lo más formarían parte del personal subalterno. (...)En todo el proceso de refinado en el que se eliminaba la suciedad existente y se blanqueaba con cal, lejía y ceniza, hay que señalar que éste no sólo afectaba al azúcar sino también a las mieles y remieles ...» (VIÑA BRITO, A.: "La organización social del trabajo en los ingenios azucareros canarios - siglos XV-XVI", En la España Medieval, nº 29, 2006).



Si bien existieron muchos lugares que se conocieron en el pasado de esta forma, son escasos los topónimos iguales o similares relacionados con esta actividad: en San Bartolomé de Tirajana, el Lomo de las Cenizas, al naciente de El Salobre, la Cuesta de las Cenizas, compartida por San Bartolomé y Santa Lucía de Tirajana al estar sobre la divisoria de ambos municipios; existe también un pequeño lugar en Ingenio, conocido como La Ceniza junto al barranco de Guayadeque, pero este topónimo al igual que la Cueva de Las Cenizas en Gáldar, junto a la Presa de los Pérez, parecen guardar más relación con el entorno de distintos yacimientos arqueológicos entre los que se encuentran.
Localización (IDE Gran Canaria)

martes, 12 de marzo de 2013

CARREÑO, DEGOLLADA, HOYA Y MESETA DE (ARTENARA)



Actualización: 2013/05/09
Topónimo con el que se conocen la degollada, hoya y meseta situadas entre los territorios prehistóricos de Tirma y el de Tifaracás, entre el Saucillo que está a su naciente y los Riscos de Cueva Nueva a su poniente. Al igual que el Morro del Fraile situado al norte de la degollada, en la meseta de Carreño se encuentra otro de los mojones prehístóricos que marcaban la frontera del territorio del "Santuario" de Tirma, a partir del cual se acogían a la inmunidad los perseguidos.

El expediente de declaración del “Santuario de Tirma” como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica se incoó el 22 de mayo de 2003 por el Cabildo Insular.
Mojón de piedra hincada (Patrinet)

Aquí se han documentado dos mojones y una estela. El primer mojón se refiere a una torreta de piedra seca de forma troncocónica de 1,25 metros de alto por 3,40 de perímetro. El segundo mojón responde a una piedra hincada de gran tamaño de 1,45 de alto por 2,10 de ancho en la base, calzada en la base con piedras de menor tamaño. Ubicada en el centro de una estructura semicircular de piedra seca de dos hiladas de un diámetro máximo de 4,60 metros se encuentra la estela de fonolita labrada de tendencia cuadrangular, de 1,60 de largo por 0,55 m de ancho, en la actualidad apoyada sobre su eje longitudinal si bien en origen debió estar erguida.


La torreta y la piedra hincada se encuentran alineadas con el mojón de Morro del Fraile, formando parte del sistema de demarcación del territorio sagrado de Tirma, y domina un amplio horizonte en las todas las direcciones, pudiéndose ver el Roque Nublo al naciente, a la Montaña de los Horgazales y la Montaña de los Cedros al suroeste, el roque Faneque al nordeste, así como la isla de Tenerife al poniente.
Mojón torreta (Patrinet)

Según la ficha arqueológica de PATRINET la estructura de la estela se encuentra al pie de un antiguo sendero que pasando por la Montaña de Altavista, continua por la crestería de la Degollada del Escobón, Paso de los Pilones, Degollada de los Pilones, Montaña Redonda, Las Cumbrecillas y Meseta de Carreño, bien para adentrarse en Tirma o para descender al Valle de La Aldea. Esta estela se encuentra a escasos metros de uno de los mojones que delimita el territorio de Tirma por el lado SW. Parece ser que toda esta montaña debía utilizarse de alguna forma para el culto, por ello solo hemos hecho una ficha para los tres lugares.

Vestigios arqueológicos en el lomo (Patrinet)
En el lomo se encuentran además dos cuevas funerarias, ambas naturales, de planta irregular, con muros de cierre en la entrada semiderruidos, encontrándose según la ficha de PATRINET en la superficie del interior restos óseos humanos, fragmentos de tibia y peroné, junto a un fragmento de sudario de junco en una de ellas y en la otra un cúbito con señales de cremación.

Cuevas funerarias (Patrinet)
Hay también una estructura de piedra seca en forma de círculo, con gradas de dos escalones por el lado Norte con una distancia entre las mismas de 2,30 metros; tiene un largo de 12,5 metros el eje Este-Oeste y 10,0 el eje Norte-Sur. El supuesto túmulo bastante arruinado se encuentra ubicado en un lugar de gran visibilidad.. En superficie se observan grandes lajas extraídas del túmulo como consecuencia de los hoyos realizados para la repoblación forestal de la zona. Hay también otra segunda estructura tumular de piedra seca y planta de tendencia circular, con lajas hincadas formando un círculo, también muy arruinada no distinguiéndose la cesta. Sus ejes en iguales direcciones que el anterior son de 7,40 y 5,40 metros.


De los tiempos históricos, probablemente del siglo XIX, encontramos en el entorno un conjunto de construcciones rectangulares adosadas de una planta, dos de ellas sin techumbre, y otra conserva la techumbre a dos aguas con teja canaria, construidas con muro de mampuesto de cantería y ripio, sin enfoscar al exterior, junto a bancales agrícolas.
Estructuras de posible túmulo (Patrinet)

El origen del topónimo se corresponde con el antropónimo "Carreño" «Apellido de origen asturiano. Del concejo de su nombre, junto a Avilés. Se extendió por toda la Península, una de sus ramas se estableció en Andalucía, a la que pertenece la que a fines del siglo XV fundaron en Canarias los hermanos Alonso, Antón y Cristóbal Suárez Carreño.


Sus padres fueron Suer Fernández Carreño, nacido en la Villa de Sanlúcar de Albaida, y doña Palatina Téllez, su legítima esposa. Su abuelo fue don Fernando Xuárez Carreño, que sirvió en las guerras de Portugal, siendo marital y vecino de la villa de Sanlúcar de Albaida en Andalucía, y su bisabuelo, tronco de este linaje, fue Juan Xuárez Carreño, hijodalgo notorio, que vivió en tiempos del Rey don Alfonso XI.
Panorámica montaña y finca de Tirma (caminosdecanarias-blogspot)

Alfonso Xuárez casó con doña Isabel Martín del Manto y procreó a Alonso Xuárez de Carreño (el Mozo), natural de Sanlúcar de Albaida, que pasó como poblador a Gran Canaria, donde casó con doña María Guerra, hija de Pedro Guerra, Conquistador de la Isla, que vino con Pedro de Vera y se avecindó en La Vega del Gamonal.


Fueron su hijos Fernán Xuárez Guerra, que casó en Telde con doña Francisca Maldonado, hija de Gome Arias Maldonado, Colegial de Salamanca, y de doña María Fernández de Villalón, hija ésta del Conquistador Juan Fernández Villalón.


De este enlace hubo cinco hijos, el tercero de los cuales, Cristóbal Xuárez Carreño, continúa la línea sucesoria». (PERAZA, J.R.: "Heráldica - Apellido Carreño", El Día-es, 8-mar-2008).
Muro de mampuesto de cantería (Fedac)

Está documentada la vinculación de un Lorenzo Suárez Carreño con las tierras próximas a este lugar en el siglo XVII, que según parece las tenía en arrendamiento, de donde puede inferirse se deba al mismo.


«Carta de venta de Francisco Gutiérrez a favor del convento de 1.200 reales de principal, cuyo rédito de 60 reales pagará todos los años. El principal y el rédito queda impuesto y situado sobre unas casas, un cortijo de tierras en el Juncal, otro cortijo en el mismo lugar con sus moradas en Cuevas Bermejas y Cuevas de Ronda, sobre doce fanegadas de tierra de pan sembrar en la Culata y sobre otras tierras en la Mesa de Izquierdo, todas en el término de Tejeda. Las monjas compran estos tributos con los 1.200 reales que las entregó Lorenzo Suárez Carreño al redimir un tributo entregado al convento como parte de la dote de Juliana de San Pedro Espino por su tío don Pedro de Herrera. Dada en el convento, a 31 de octubre de 1669. Este tributo se redimió en noviembre de 1688» (PÉREZ HERRERO, E.: "Notas para la historia del convento de San Bernardino de Sena, orden de Santa Clara, de Las Palmas, 1664-1671", III Coloquio de Historia Canario-Americana, 1978).
 

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)